Un conflicto en el edificio, nos llevó a mi marido y a mi a una reunión de consorcio, no voy a entrar en los detalles solo diré que integre el consejo de administración, propuesta por mi marido, a quien en ese momento odie. Los otros dos integrantes son un vecino arregla tutti, ingeniero jubilado y Richard, nombre artístico porque en realidad se llamaba Atilio, en la opinión de todos, afeminado, pero honesto.
A los pocos días tuvimos nuestra primera reunión, el ingeniero se disculpó tenía un estudio que requería preparación, así que la recepción de la documentación entregada por la anterior gestión estuvo a cargo de Richard y una servidora.Me sentí comoda ya que el se encargo de todo y con mucha eficiencia. Mientras yo preparaba el té, él ordenaba los papeles, y sutilmente me indagaba. Le conté mi vida, había ganado una amiga.
Poco a poco se convirtió en mi confesor, consejero,y despertó mi curiosidad, que como saben, en las mujeres actúa como abre piernas.
Y una tardecita después de una situación de celos, aburrimiento,curiosidad, y un montón de excusa que inventaba para justificarme, fui a visitarlo.
El recién salido de la ducha, me hizo pasar y me invitó a preparar té. Yo me debatía en la estrategia, sin pensar que todo esto había sido producto de la estrategia de él.
Así que jugué el papel de incomprendida, desatendida, que me sentía un mueble más de la casa. Un pucherito bastó para que me contuviera con un abrazo.me hundi en su pecho y aguarde el beso que en principio no rechace, pero que después trate de, como corresponde a una dama, simular confusión. El no perdió tiempo, su táctica era la seducción por amistad, confianza, llenar los vacíos que mi vida tenía. Así que sin apartarme y sintiendo el suave roce de su mejilla,y el calor de su aliento me decía te deseo pero no quiero llevarte a un lugar donde estes incomoda. Es tu decisión, no quiero forzarte , aunque mi necesidad sea casi incontrolable. Sin decir palabras me acurruque sobre su pecho, él respondió con un beso paternal en mi frente y me llevó al dormitorio oscurecido, me desnudo lentamente besándome, acariciándome, a veces en forma paternal intensificando mi deseo. Parada frente a él, observe como se desnudaba, mientras él lanzaba una mirada amenazante. Cuando liberó su pija, aún no erecta totalmente, sentí un empujón suave pero firme que me hizo caer sobre la cama, se arrodillo acomodo mi cuerpo ahora con más firmeza y su lengua empezó a estremecerme. Me retorcía de placer hasta que aprete con mis muslos su cara hundida entre mis piernas para regalarle mi orgasmito. Ya con espasmos y temblores quede a su merced. Su verga ya erecta quería mi cola. Con las pocas fuerzas que tenía le pedí que no. Acepto y me posiciono patitas al hombro. Sentí como cada centímetro de su pija entraba y sus movimientos comenzaban a provocarme otro orgasmo, su penetración era cada vez más fuerte buscando satisfacerme y satisfacerse y lo logró.
Entonces girándome me puso en 4 patitas, y su rudeza aumento mientras mis muñecas y mis piernas cedían hasta quedar acostada boca abajo, totalmente vencida. Empecé a sentir los latidos que provocan los chorros de leche.
Después de unos instantes su cuerpo vencido cayó sobre mí y me susurro que ganas te tenía. Me encanto ese piropo y como premio le chupe la pija sintiendo el sabor de mi flujito y los restos de su lechita.
A los pocos días tuvimos nuestra primera reunión, el ingeniero se disculpó tenía un estudio que requería preparación, así que la recepción de la documentación entregada por la anterior gestión estuvo a cargo de Richard y una servidora.Me sentí comoda ya que el se encargo de todo y con mucha eficiencia. Mientras yo preparaba el té, él ordenaba los papeles, y sutilmente me indagaba. Le conté mi vida, había ganado una amiga.
Poco a poco se convirtió en mi confesor, consejero,y despertó mi curiosidad, que como saben, en las mujeres actúa como abre piernas.
Y una tardecita después de una situación de celos, aburrimiento,curiosidad, y un montón de excusa que inventaba para justificarme, fui a visitarlo.
El recién salido de la ducha, me hizo pasar y me invitó a preparar té. Yo me debatía en la estrategia, sin pensar que todo esto había sido producto de la estrategia de él.
Así que jugué el papel de incomprendida, desatendida, que me sentía un mueble más de la casa. Un pucherito bastó para que me contuviera con un abrazo.me hundi en su pecho y aguarde el beso que en principio no rechace, pero que después trate de, como corresponde a una dama, simular confusión. El no perdió tiempo, su táctica era la seducción por amistad, confianza, llenar los vacíos que mi vida tenía. Así que sin apartarme y sintiendo el suave roce de su mejilla,y el calor de su aliento me decía te deseo pero no quiero llevarte a un lugar donde estes incomoda. Es tu decisión, no quiero forzarte , aunque mi necesidad sea casi incontrolable. Sin decir palabras me acurruque sobre su pecho, él respondió con un beso paternal en mi frente y me llevó al dormitorio oscurecido, me desnudo lentamente besándome, acariciándome, a veces en forma paternal intensificando mi deseo. Parada frente a él, observe como se desnudaba, mientras él lanzaba una mirada amenazante. Cuando liberó su pija, aún no erecta totalmente, sentí un empujón suave pero firme que me hizo caer sobre la cama, se arrodillo acomodo mi cuerpo ahora con más firmeza y su lengua empezó a estremecerme. Me retorcía de placer hasta que aprete con mis muslos su cara hundida entre mis piernas para regalarle mi orgasmito. Ya con espasmos y temblores quede a su merced. Su verga ya erecta quería mi cola. Con las pocas fuerzas que tenía le pedí que no. Acepto y me posiciono patitas al hombro. Sentí como cada centímetro de su pija entraba y sus movimientos comenzaban a provocarme otro orgasmo, su penetración era cada vez más fuerte buscando satisfacerme y satisfacerse y lo logró.
Entonces girándome me puso en 4 patitas, y su rudeza aumento mientras mis muñecas y mis piernas cedían hasta quedar acostada boca abajo, totalmente vencida. Empecé a sentir los latidos que provocan los chorros de leche.
Después de unos instantes su cuerpo vencido cayó sobre mí y me susurro que ganas te tenía. Me encanto ese piropo y como premio le chupe la pija sintiendo el sabor de mi flujito y los restos de su lechita.
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