Todo empezó con un orgasmo. Le propuse que lo invitara y ella pensó en algo más. Sorprenderlo, amarrarlo y…
Fueron a desayunar, al terminar le vendó los ojos y subió al taxi. Así no sabría dónde queda mi cuarto. En su cartera tenía un juguete vibrador, pero para él. Con la forma adecuada para acariciarlo desde adentro hasta llegar. En los últimos meses desde que la vez que tiramos, ella se los pasó pidiéndole sexo a diario, a ver si se acercaba a lo que le hice en la cama. Ella quería sentir si su verga llegaba hasta el fondo, si podía llenarla de leche lo suficiente como para cubrirle la cara, la boca y hasta las tetas de una sola vez. Quería ver cuánto aguantaba en cuatro y hasta con un pie pisándole la cabeza mientras la penetraban. Solo que él no se dejó ni rozar la retaguardia.
Sin que se lo pida, le fue acariciando las bolas y poco a poco, acercando sus dedos al punto P (la próstata). Si alguna vez lo viviste, no hay que explicarte. Si no lo has hecho, hermano estás perdiendo el tiempo. Hay muchos estigmas sobre si es para gays o que sigues encerrado en el closet y no lo admites, pero en la cama la única regla es disfrutar. Yo lo probé con 20, pero si hubiese sabido antes...
Te da demasiadas sensaciones en menos de treinta segundos. Tu pene explota, tus testículos vuelan y si tienes suerte, una corriente eléctrica recorre toda tu espalda hasta tu cerebro y solo puedes disfrutar del momento. No hay más opciones: El momento, la mujer y todo en ese instante se queda en tu mente. Pero lo que para mí es aún mejor, descubres un placer que puedes compartir. Porque a ella o él le gusta darte placer.
Eso sí, ten cuidado. Es muy adictivo.
Lo llevó a mi puerta, lo hizo pasar al cuarto y antes de quitarle la venda…había preparado todo para este momento. Lo puso de espaldas y empezó a hacerle un beso negro contra la pared. Lo inclinó para mostrarlo más sumiso. Seguí con el plan, lo agarré de los brazos para ajustar sus manos con una cinta aislante. Después lo pusimos sobre la cama y yo con el pito afuera, solo para que lo sienta de ratos, cuando le estoy ajustando las piernas. Para que empiece a comparar la verga que le gusta a su mujer y la que tiene. Ella seguía en lo suyo, dándole su lengua chiquita y rica en ese culo de macho. ¿Qué seguía o qué esperábamos? Que ella lo haya dilatado lo suficiente como para meterle el juguete.
Él estaba tan concentrado en ese placer que apenas respondía, las frases se entrecortaban. Quizá hasta estuvo en trance que no reclamó nada. Ella encendió el juguete y poco a poco se lo metió. Él tenía el pene mucho más chico que el mío, su cuerpo no estaba en forma y eso se la achicaba aún más en apariencia. Empezó a quejarse y gemir, le acomodó de costado en un mueble a un metro de la cama. Le aligeró la venda y tal como habíamos pensado, por si acaso se ponía a gritar, nos quedamos a medio metro para que vea la primera penetración.
La Santa estaba se espaldas hacia mí, inclinada un poco para sacar ese tremendo culo y yo humedecí mi verga para ese instante. En la mano tenía un poco más de cinta para taparle la boca. Se le cayó la venda.
Su rostro cambió y yo empecé a sentir el calor de la Santa en toda mi verga. Milímetro a milímetro ingresaba hasta quedar más cerca de mís huevos. Me encantan las caderonas y culonas. Ver cómo mi glande ingresa en esa deliciosa carne, me excitada cada vez más. Si gime, mucho más. Y si me habla sucio, cómo le gusta a la Santa, hasta se me atraviesa la loca idea de hacerla mi hembra permanente.
Primero no lo entendió, luego captó todo y soltó una queja. Le tapamos la boca. Lo hice yo, moviendo a La Santa. Haciéndola caminar en puntitas para no sacársela. Y como era ella, lo que me producía darle era también una mezcla de hacerle sentir mi fuerza bruta y mucho placer.
La vibración invadía el ambiente, su pene seguía erecto y yo ya estaba boca arriba en la cama. Justo en la esquina, para que su mujer me dé al menos cien sentones.
Ni siquiera entraba y ya le estaba dando unas cachetadas/chirlos/palmadas. Jadeaba y le ordene que ella lo metiera. Que sacará de su saliva para humedecerla más y entrar sin prisa. Le agarre las tetas mientras lo hacía, las tiene muy bien y naturales. Fue de las primeras veces que agarre unas grandes. Empezó a subir y bajar, agarrándome los huevos mientras lo hacía. Después de 70 arrimadas, digo eso porque fueron muchas muchas, cambiamos de pose. Ya estaba sobre la cama y la acomodé para una vaquera a la inversa.
Ya había probado esta con otra culona y no sabes lo que es. Días después, seguía teniendo esa imagen en mi mente y quería más. Cómo esa culona era mi mujer y convivíamos, la cachaba apenas se inclinaba.
El novio ya no se movía, ni se quejaba. Yo supongo que había entendido su lugar y como eso no fue suficiente para mí… Ya cerca del orgasmo, aunque suene poco para mí son varios minutos, la puse en 4. Mirando hacia la pared, no a él. Y nos puse cerca del borde. Para que solo viera mis huevos y los espasmos que me produce su mujer.
Descargué mis huevos una vez, luego otra en toda la cola y ya para la última, la acomodé cerca se la cara se su macho. Tal cual en una porno, los chorros le alcanzaron a ambos.
Créditos a quien corresponda.
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Hola! Gracias por los puntos y apoyos en cada post. Cada vez que lo hacen me ayudan a crecer más. PD. Quiero sextear durooo...
Fueron a desayunar, al terminar le vendó los ojos y subió al taxi. Así no sabría dónde queda mi cuarto. En su cartera tenía un juguete vibrador, pero para él. Con la forma adecuada para acariciarlo desde adentro hasta llegar. En los últimos meses desde que la vez que tiramos, ella se los pasó pidiéndole sexo a diario, a ver si se acercaba a lo que le hice en la cama. Ella quería sentir si su verga llegaba hasta el fondo, si podía llenarla de leche lo suficiente como para cubrirle la cara, la boca y hasta las tetas de una sola vez. Quería ver cuánto aguantaba en cuatro y hasta con un pie pisándole la cabeza mientras la penetraban. Solo que él no se dejó ni rozar la retaguardia.
Sin que se lo pida, le fue acariciando las bolas y poco a poco, acercando sus dedos al punto P (la próstata). Si alguna vez lo viviste, no hay que explicarte. Si no lo has hecho, hermano estás perdiendo el tiempo. Hay muchos estigmas sobre si es para gays o que sigues encerrado en el closet y no lo admites, pero en la cama la única regla es disfrutar. Yo lo probé con 20, pero si hubiese sabido antes...
Te da demasiadas sensaciones en menos de treinta segundos. Tu pene explota, tus testículos vuelan y si tienes suerte, una corriente eléctrica recorre toda tu espalda hasta tu cerebro y solo puedes disfrutar del momento. No hay más opciones: El momento, la mujer y todo en ese instante se queda en tu mente. Pero lo que para mí es aún mejor, descubres un placer que puedes compartir. Porque a ella o él le gusta darte placer.
Eso sí, ten cuidado. Es muy adictivo.
Lo llevó a mi puerta, lo hizo pasar al cuarto y antes de quitarle la venda…había preparado todo para este momento. Lo puso de espaldas y empezó a hacerle un beso negro contra la pared. Lo inclinó para mostrarlo más sumiso. Seguí con el plan, lo agarré de los brazos para ajustar sus manos con una cinta aislante. Después lo pusimos sobre la cama y yo con el pito afuera, solo para que lo sienta de ratos, cuando le estoy ajustando las piernas. Para que empiece a comparar la verga que le gusta a su mujer y la que tiene. Ella seguía en lo suyo, dándole su lengua chiquita y rica en ese culo de macho. ¿Qué seguía o qué esperábamos? Que ella lo haya dilatado lo suficiente como para meterle el juguete.
Él estaba tan concentrado en ese placer que apenas respondía, las frases se entrecortaban. Quizá hasta estuvo en trance que no reclamó nada. Ella encendió el juguete y poco a poco se lo metió. Él tenía el pene mucho más chico que el mío, su cuerpo no estaba en forma y eso se la achicaba aún más en apariencia. Empezó a quejarse y gemir, le acomodó de costado en un mueble a un metro de la cama. Le aligeró la venda y tal como habíamos pensado, por si acaso se ponía a gritar, nos quedamos a medio metro para que vea la primera penetración.
La Santa estaba se espaldas hacia mí, inclinada un poco para sacar ese tremendo culo y yo humedecí mi verga para ese instante. En la mano tenía un poco más de cinta para taparle la boca. Se le cayó la venda.
Su rostro cambió y yo empecé a sentir el calor de la Santa en toda mi verga. Milímetro a milímetro ingresaba hasta quedar más cerca de mís huevos. Me encantan las caderonas y culonas. Ver cómo mi glande ingresa en esa deliciosa carne, me excitada cada vez más. Si gime, mucho más. Y si me habla sucio, cómo le gusta a la Santa, hasta se me atraviesa la loca idea de hacerla mi hembra permanente.
Primero no lo entendió, luego captó todo y soltó una queja. Le tapamos la boca. Lo hice yo, moviendo a La Santa. Haciéndola caminar en puntitas para no sacársela. Y como era ella, lo que me producía darle era también una mezcla de hacerle sentir mi fuerza bruta y mucho placer.
La vibración invadía el ambiente, su pene seguía erecto y yo ya estaba boca arriba en la cama. Justo en la esquina, para que su mujer me dé al menos cien sentones.
Ni siquiera entraba y ya le estaba dando unas cachetadas/chirlos/palmadas. Jadeaba y le ordene que ella lo metiera. Que sacará de su saliva para humedecerla más y entrar sin prisa. Le agarre las tetas mientras lo hacía, las tiene muy bien y naturales. Fue de las primeras veces que agarre unas grandes. Empezó a subir y bajar, agarrándome los huevos mientras lo hacía. Después de 70 arrimadas, digo eso porque fueron muchas muchas, cambiamos de pose. Ya estaba sobre la cama y la acomodé para una vaquera a la inversa.
Ya había probado esta con otra culona y no sabes lo que es. Días después, seguía teniendo esa imagen en mi mente y quería más. Cómo esa culona era mi mujer y convivíamos, la cachaba apenas se inclinaba.
El novio ya no se movía, ni se quejaba. Yo supongo que había entendido su lugar y como eso no fue suficiente para mí… Ya cerca del orgasmo, aunque suene poco para mí son varios minutos, la puse en 4. Mirando hacia la pared, no a él. Y nos puse cerca del borde. Para que solo viera mis huevos y los espasmos que me produce su mujer.
Descargué mis huevos una vez, luego otra en toda la cola y ya para la última, la acomodé cerca se la cara se su macho. Tal cual en una porno, los chorros le alcanzaron a ambos.
Créditos a quien corresponda.
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Hola! Gracias por los puntos y apoyos en cada post. Cada vez que lo hacen me ayudan a crecer más. PD. Quiero sextear durooo...
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