Mi tío me dejo pagarle al taxista por mi cuenta.

El me dejo bien en claro que mientras él noestuviera conmigo o no me lo expresara con claridad al hecho de querer tenermeyo podía estar y hacer con quien quiera lo que quiera, con la única condición deque si él se enteraba o veía algo iba a castigarme, él trabajaba mucho enverdad por lo cual no lo veía tanto si bien cada vez que podía venía a quedarsea mi casa o nos veíamos en algún lugar que nos quedara cómodo a ambos.


Cada día que pasaba me sentía más puta y mi cuerponecesitaba de hombres de los cuales alimentarse, a veces más consciente queotras veces, pero siempre lo buscaba de algún modo. En un primer momento no meanima a ser y hacer, quizás por vergüenza, pero con el paso de unos pocos días yacomencé a expresarme con más naturalidad e incluso salir de un modo másprovocativo, incluso con mi bandita con los colores LGBT en mi mano derecha amodo de pulsera.


Cuestión es que mi tío no estaba y pase varios díassolo, no me importo porque tenía que entregar un trabajo para la facultad yestaba enfocado en eso, no estaba cursando por lo cual tenía mucho tiempo libre,pero lo ocupaba para avanzar justamente con este trabajo que, para mí, era súperimportante.


Era temprano aun pero ya lo tenía listo y meganaba la ansiedad, necesitaba irme a la facultad, aunque sea para quedarme atomar un café en la cantina hasta que sea la hora de entregar el trabajo, podíaestar con mis amigas que iban a lo mismo y pasar un rato agradable ya que tambiénhacía mucho que no las veía.  
Llego el taxi, la bocina me asusto no séporque, salí a las apuradas, aunque tenía todo listo.




Le dije al taxista que necesitaba llegar aciudad universitaria y a los pocos minutos me di cuenta de que había tomado elcamino largo, pero sinceramente no me importo porque iba con tiempo y era de esoschoferes buena onda con los que da gusto conversar. En un momento dado toca mipierna izquierda queriendo cambiar la marcha del automóvil y un escalofrió recorriómi cuerpo, creo que incluso una gota de sudor recorrió mi espalda en esemomento.


Me dijo que a él le parecía que me conocía deuna fiesta, pero que no estaba seguro y que le daba vergüenza preguntar, ledije que pregunte y que no había problema al momento en que pose mi mano sobresu hombro derecho, el me miro, sonrió y siguió preguntando si yo era el que unavez había sido el centro de una fiesta en la que había tenido sexo con un chicoen el medio de la pista.


En ese momento de verdad me moría de vergüenza,puse mis brazos entre mis piernas mirando para abajo y le afirme con la cabeza,me levanto la cabeza con la su mano y aun sonriente me dijo que no tenía quetener vergüenza porque había sido increíble esa noche y él había quedadoalucinado conmigo. Para ese momento ya había frenado con el auto a mitad decamino a donde yo iba, en un pasaje en la periferia de la ciudad.


Me dijo que le encantaría tenerme y se acercó amí, yo aún avergonzada, pero contento por lo que me había dicho deje que lo queestaba pasando en ese momento simplemente sucediera, se siguió acercando a mihasta que finalmente me beso mientras deslizaba su mano por debajo de micamisa.


Reclino los asientos en un momento en el quedejo de besarme y bajo su pantalón y el bóxer dejando salir una verga enorme,de un aroma fuerte y bastante peluda, este hombre habría tenido unos 45 años fácilmente,aunque no se lo pregunte, la cuestión es que a los pocos minutos mi boca yaestaba apoderándose de su hermoso miembro, probándolo como si fuese un heladoque hay que comer rápidamente antes de que se derrita, aunque por otro lado yono veía la hora de que ese helado que me estaba comiendo comenzara aderretirse.


Me senté sobre su pene, mirándolo de frente, miespalda desnuda quedaba a la vista de quien pasara por el exterior, aunque sabíamosque ese pasaje prácticamente no era transitado en lo absoluto. Le dije queaprovechara ese momento en el que iba a ser suya porque no sabía si se iba arepetir lo cual hizo que se activara al ciento por ciento, de hecho, sentí comosu pene crecía aún más mientras está dentro mío y fue una sensación rara, perohermosa a la vez. Yo le gemía al oído y el aumentaba la velocidad y la fuerzacon la que me lo hacía.


Me arrojo repentinamente al asiento delacompañante y quede acostado con la cola mirando hacia él, en esa misma posiciónvolvió a entrar en mi mientras presionaba mis pezones con fuerza y metía susdedos mugrientos en mi boca que en ese momento babeaba a mas no poder. Se lachupe nuevamente, ya sudada y con fluidos de ambos, el sabor de su miembro eracada vez más intenso y me encantaba, aunque cada pequeño detalle que yo teníacon él lo desbordaba de placer, una pequeña cantidad de fluido pre seminal,sudor y pis se escapó de su pene erecto en un segundo que yo deje de comerlo ylo limpie suavemente con mi lengua, de abajo hacia arriba, sus testículos yaestaban completamente saboreados por mí, pero ese simple acto de devoción porsu pene hizo que me tome de la cintura, me empuje al haciendo trasero y con lacara apoyada casi sobre el vidrio trasero del auto me penetro nuevamente, casisostenido sobre mi cuerpo por la falta de espacio, en ese momento comenzó adolerme una barbaridad quizás también por la posición. Era imposible que misgemidos no se escucharan de afuera del automóvil por lo que agradecí estar enese pasaje en ese momento.




No me fije cuanto tiempo estuvimos, pero lleguecon tiempo a entregar mi trabajo, él había querido acabarme en la boca así queintente hablar lo menos posible e irme en cuanto pude a mi casa.


Respecto a él, cuando terminamos y mientras recuperábamosaire me dijo que no me iba a cobrar el viaje, que me daba su número para que lollamara cuando quiera y me pago como si yo se lo hubiera pedido, como si lehubiese dado un servicio, no se lo rechace para nada y de hecho me encanto quesucediera, tampoco le rechace el beso que me dio antes de bajarme del taxi e ira la facultad.