Éste relato no es mío, sin embargo realmente me gustó y quería compartirlo con ustedes.
La historia original está escrita en y cuenta con un total de 10 capitulos.
Espero la disfruten.🔥
12-12-2018
Cumpleaños de Ezequiel
Fue especial. No la fiesta en sí, sino lo que pasó con mi hermana.
Era el cumpleaños de mi amigo Ezequiel y como siempre, nos matamos comiendo y bebiendo. Fue divertido todo.
En la fiesta estaba mi hermanaGabriela con su marido. Ella es hermosa, nada que ver conmigo, y estabacursando su octavo mes de embarazo.
En un momento estábamos con mihermana en el sillón y ella se levanta la remera y deja al descubierto supanza, para luego tomar mi mano y que acaricie la redondez de su vientre.Después la dejó en una zona y me hizo sentir la patadita de mi futuro sobrino.Quedó grabado en mi mente fue la tersura de su piel y la suavidad al tacto desu panza. Era una curva perfecta. En ese momento la miré y la vi más hermosaque nunca.
Pero hay algo más. En un momento,en que ella estaba de pie y de costado la miré de una manera diferente a comola había mirado hasta ese momento. La miré como mujer, en mis ojos había deseo,le recorrí el vientre redondo, las tetas hinchadas y el culo apretado por esepantalón. Me excitaba contemplarla. Fui subiendo hacia su cara y me encontrécon sus ojos mirándome. Creí morirme de vergüenza. No sé si ella notó la cargasexual que había en mis ojos
14-12-2018
10 días antes de la navidad. Seme ocurrió salir a correr. En realidad, más trotar y caminar que otra cosa, porel parque Centenario. Todo fue porque venía de fiesta en fiesta (cumpleaños,despedidas de año con amigos, trabajo) La cuestión es que me levanté con lanecesidad de salir a hacer algo de actividad física para quemar algo de toda laingesta de los días anteriores. Siempre fui de dormir muy poco a mis 40 años,así que pese a haberme acostado pasadas las 3 de la mañana, a las 9 ya estabalevantado y a las 9.30 dando vueltas por el parque.
Esto fue un viernes. Estaba sóloen mi apartamento ya que mi mujer se había ido con mi hijo al colegio y luego atrabajar en su local de flores y plantas. Afortunadamente ese día no tenía queir a la oficina por lo que me pude vestir con short, zapatillas y remera.
Con tanto prólogo no me presentéa mí mismo: Mi nombre es Julián, tengo un cuerpo relativamente en buen estadopara mi edad, mido 1.85 mts y peso 87 kilos. Vivo en la zona de Caballito de laCiudad de Buenos Aires. Argentina. Mi aspecto no es llamativo, por elcontrario, me considero poco agraciado, pero no me quejo de la fortuna que tuvepara conquistar en mi juventud.
Decidido a hacer algo de deporteme lancé al Parque Centenario. Al principio trote tranquilo, de a poco fuiintentando subir la intensidad, pero las noches de comida y alcohol comenzarona pasarme factura y decidí bajar el ritmo para empezar un trote suave paradespués caminar y volver a trotar. Estaba punto de parar a descansar cuando veosentada en el único banco con algo de espacio a una chica de unos 15 años,decidí seguir y no sentarme a su lado para no incomodarla. Entonces seguícaminando y como el resto de los bancos estaban ocupados decidí sentarme allado de una chica de unos 30 años, embarazada
¿Las casualidades existen? Notengo dudas y puedo jurar que no lo hice a propósito acercarme a esa chica enese estado. Ni bien me senté, me miró y nos pusimos a conversar. Era evidenteque ella tenía ganas de hablar.
- ¿Cómo te llamas?
- Lucía, ¿vos?
- Julián
- ¿Venís siempre a correr al parque?, nunca te vi
- Es la primera vez que vengo
- Ah me parecía no haberte visto nunca. Yo desdehace 2 meses vengo todas las mañanas a esta hora
- Es que me mudé hace poco acá a una cuadra y esla primera vez que salgo a correr, bueno, a intentar correr, jajá
- Jajá, rio ella y una sonrisa le iluminó elrostro
Lucía, era de estatura mediana,morocha y con unas tetas que impresionaban producto de lo que dios leproporcionó. Esto sumado al embarazo hacía que se vieran espectaculares. En unmomento, ella vio como mi vista se dirigía a sus tetas, no pudo evitar notarloy yo me sonrojé. Tenía puesta una musculosa que le otorgaba a su escote unavista espectacular y se le formaba un canalillo hermoso en el que daban ganasde sumergirse. Era de piel muy blanca y tersa, de una delicadeza que daba miedotocar. No podía creer que estaba pensando en tocar a una mujer embarazada,pensé
- Perdón, le dije
- No, dijo ella muy resuelta
- Es que…no sabía que decir
- Sí, es que tengo mucho y con el embarazo estánque explotan, dijo ella muy suelta de cuerpo
- ¿De cuánto estas? Era la pregunta de rigor
- De 8 meses
- Ah te falta poco, dije la respuesta de rigortambién
No sé porque en ese momento noquise mencionar que mi hermana estaba de 8 meses también.
- Si
- ¿Y cómo lo estas llevando al embarazo?
- Muy bien, con pocos síntomas, sin nauseas alprincipio, y me siento realmente muy bien
- ¿Y vos, venís todas las mañanas al parque? Lepregunté
- Sí, me recomendaron que camine por lacirculación de las piernas, pero hoy todavía no lo hice, llegué y me senté
- Querés que vayamos a caminar un rato?, lepropuse
- Dale, me dice ella divertida, y se paró conmucha agilidad pese al tamaño de su vientre
Empezamos a caminar y me dicuenta que ella era muy suelta, estaba sola en su departamento porque su maridose había ido a trabajar, como todos los días, temprano y volvía tarde. Eramaestra jardinera y por eso hacía ya varios días que no iba al colegio.
Realmente la estaba pasando biencon Lucía. Caminamos durante unos 30 minutos a un ritmo bastante normal pese asu embarazo. Le pregunté si estaba cansada y me di cuenta que no teníaintenciones de irse o dejar de hablarme por lo que le propuse
- ¿No queres tomar algo? Un café
- No se… bueno, dudó
- Yo desayuné solo un café y me gustaría algo mas
- Dale, me dice divertida
Nos encaminamos al café, yo conla ropa deportiva bastante transpirada porque hacía calor y ya debían ser las10.30 y nos sentamos. No salía nadie a atendernos y nos estábamos muriendo decalor. Juro que en ese momento fue sin segundas intenciones, pero estábamos a 1cuadra de mi departamento y desde la mesa en donde estábamos se veía el balcónde mi departamento en el piso 9
- ¿Ves? Ese que está ahí es mi departamento, piso9 le señalé con mi mano
- Ay que lindo, debes tener una vista al parquehermosa
- La verdad que sí. Suelo desayunar ahí algunasveces
- Mmmmm, yo lo haría todos los días si tuviera esavista…
- Queres que vayamos a tomar un café ahí? Lepregunté suponiendo que me iba a decir que no
- Es que…se sonrojó, no se…
- No te sientas presionada, solo para que veas lavista del departamento y de paso te tomas un café, que por lo que parece, acáno quieren darnos
- Buenoooo, estiró la o de manera muy sensual
- Vamos, le dije levantándome y le ofrecí mi mano,que ella tomó para levantarse
Fuimos caminando y hablábamos delo más suelto de las cosas del barrio, que ella me señalaba por conocerlo más queyo. Ni bien entrar, le mostré el departamento por completo y la llevé a laventana que daba al balcón para que apreciara la vista.
- Ayyyy, por Dios, que lindo que es esto, dijodesde la ventana sin pasar al balcón
- Viste, la vista es espectacular,
Abrí la ventana, pasé y le ofrecínuevamente la mano que tomó sin dudarlo, pero esta vez demoró un poco más detiempo en soltarla. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y por primera vez penséque podría llegar a cogérmela, pese a su embarazo. Por un lado, pensaba: es unalocura, está casada y esperando un hijo, no puede ser. Y por otro, me dije,¿porque no? ¿No puede tener necesidades que no son satisfechas o simplementeganas de coger?
- Quedate un rato en el balcón, sentate en elsillón y relájate un rato que voy a poner la cafetera y mientras se hace elcafé voy a ducharme rápido
También, llegué a pensar, era unalocura de mi parte meter a una desconocida en mi departamento. Si bien no teníanada de mucho valor, podía salir de ducharme y encontrarme con que me faltabancosas, de modo que me duché en 5 minutos y salí. Me puse rápidamente un short yojotas. Me había quedado la paranoia de un robo y encima la vista deldepartamento vacío me hizo pensar lo peor, para colmo no divisé la billeteradonde la dejo siempre y me preocupé, luego recordé que nunca la había sacadodel jean la noche anterior. Fui raudamente al balcón y allí estaba Lucía. Sehabía levantado la parte de inferior de la musculosa a la altura de sus tetasdejando toda su panza al aire libre y con la vista perdida en el parquecontemplaba el cielo. Me quedé mirándola absorto. Ella abrió los ojos, me miróy me sonrió. Se detuvo en mi pecho desnudo y ahí me di cuenta que no me habíapuesto nada arriba.
- Discúlpame, dije no me di cuenta
- No pasa nada, estás en tu casa, sos hombre yhace calor. Ustedes tienen esa suerte de poder andar medio en bolas y nosotrasno
- Sí, es verdad, igual dejá que vaya a ponerme unaremera…
- Por mí no hay problema, me dijo
- Ok, voy por el café entonces
- Perfecto, dijo ella divertida
Volví con las dos tazas, le diuna y coloqué sin dudarlo mi silla pegada a la de ella y me senté. Los dosestábamos con la vista en el horizonte y hablando del calor que hacía.
- Si, dice ella, estoy toda transpirada y con elcafé va a ser peor
- Queres que vayamos adentro y ponemos el aire? Ledije
- Ahora no, déjame disfrutar de esta vista
- Como quieras, le dije y mis ojos se fueron devuelta a sus tetas
- Disfrutemos de la vista, dijo ella picarona
- Claro, solté, pero esta vez no pedí perdón
- Es hermoso todo, me dijo y me miró
- Como vos, le dije sin dudarlo
- Gracias, me dijo, esta vez más ruborizada queantes
- La panza te queda muy bien, le dije de maneratonta
- ¿Te gusta? Y se acaricia el vientre ella misma
- Sí, me encanta…
- Vení, dice y me toma la mano y la coloca sobresu panza recorriéndola por toda su extensión. Me impresionó porque fue tal cuallo había hecho mi hermana el día anterior
- Mmmmm, que tersa tenés la piel! Me encanta…ledije
- Que calor, dice ella, estoy toda transpirada
- Queres sacarte la remera? Le tiré
- Mmmmm, te parece? ¿Acá en el balcón?
- Al estar frente al parque podés tener laseguridad de que nadie te ve, le dije
- Mmmmm, no sé, aunque se me está pegando toda laremera me parece que si…
- Dejame que te ayude, le digo y ambos nos paramos
Ella se para y yo hago lo mismopor instinto y me doy cuenta que tengo una erección tremenda y evidente por elshort que tengo puesto. Ella lo nota, pero no dice nada. Es increíble, pero aúnen ese momento y llegados a ese punto, yo no tenía la seguridad de susintenciones
- Está muy apretada, dice luchando por quitársela
- A ver le digo poniéndome detrás de ella yrozando accidentalmente o no tanto un pecho por encima de su corpiño
- Ahí sale, dice ella y sigue tironeando
- ¿Estás más cómoda?
- Si, mejor… ella se apoya en la baranda y girahacia mi lado
- Ahora sí que la vista es espectacular le digomirando su corpiño en el que se transparentan completamente sus pezones
- ¿Te gusta?
- Me encanta le digo sentándome y contemplándola
- ¿Qué te gusta? Me pregunta
- Vos. Sos hermosa, le suelto
- Gracias, pero específicamente…
- Tu cuerpo, le dije, no me animé a decirle otracosa
- ¿Siiii? ¿Así en general?
- Tus tetas. Le dije lacónico
- Mmmmm, ¿sí?
- Si, aunque no las puedo ver bien, ¿no queressacarte el corpiño así estamos en igualdad de condiciones?
- ¡¿Mmmmm, para que estemos en igualdad decondiciones? ¡¿o porque queres verme las tetas, chanchito?!
- Nooooo, dije yo divertido, es solo para que tesientas en igualdad
- Jajá, dijo ella, sos tremendo Julián
- No puedo dejar de mirarte, le decía con mis ojosen sus tremendos pechos y sus pezones rojos que se transparentaban debajo de sucorpiño
- ¿Y mis ojos? Me decía, te gustan mis ojos
- Me encantan, le decía yo
- No dejes de mirarme a los ojos, me mirabafijamente con una sonrisa perversa
- No, por supuesto, decía yo sosteniéndole lamirada
- Concentrate en mis ojos, me decía y llevó susmanos para la espalda desabrochándose el corpiño
- Estoy concentrado, le dije sin quitar mis ojosde los suyos
- Muy bien, dijo ella dejando caer su sujetador alpiso
Sus tetassaltaron y quedaron expuestas por encima de su inflamado vientre, pero noquería perder este duelo con Lucía y me mantuve fija mi mirada en sus pupilas.
- ¡Viste! Le dije sin dejar de mirarla
- Ahora sí, estamos en igualdad de condiciones
- Tenés unas tetas hermosas, le dije ahora sibajando mi mirada a sus tetas
- ¿Te gustan? Y se las tocaba sensualmente
- Son perfectas
- ¿Te gustaría tocarlas?
- Nada me gustaría más, le dije
- Siiii? Me preguntaba sensualmente
- Vení, sentate encima de mí y miremos juntos lavista
- Mmmmm, siiii, dale
Lucía se sentóen mi regazo y mirándome a los ojos me acercó sus labios carnosos para besarme.No solo que no rechacé el beso, sino que le metí la lengua y empecé a besarlacomo un descontrolado. Ella también me correspondió en ese sentido y estuvimoslargo rato con nuestras bocas fusionadas y nuestras lenguas moviéndosedescontroladas en la boca del otro.
Le empecé atocar las tetas y sus pezones se irguieron inmediatamente. Me impresionaba lotirante que estaba la piel, parecían a punto de explotar como un globo infladocon agua a punto de reventar. Es por eso que me dediqué con delicadeza aexplorar sus hermosas montañas blancas. Las sopesaba en mis manos y volvía aacariciarlas.
Queríachupárselas y no sé si fue por el temor a que salga líquido de sus pechos oporque motivo, se me dio por pedirle permiso aun sabiendo que me lo iba aotorgar
- Quiero chuparte las tetas
- Mmmmm, siiiii? Evidentemente le gustaba que lehablaran
- Si, te las quiero chupar mucho
- ¿Me vas a chupar las tetas, chanchito?
- Si, te voy a chupar esos pezones hermosos que tenés…
- Agggg, siiiiii, me encantaría
Ahí nomás me abalancé sobre suspechos y empecé a chuparlos con auténtica devoción. Le apretaba las tetas, selas lamía, me metía el pezón en la boca. En un momento le junte las tetas conlas manos y sus pezones quedaron muy cerca, así que alternativamente se loschupaba uno y otro. Ella se volvía loca y me tomaba la cabeza apretándome loscabellos y haciendo presión para que no me despegue.
En un momento ella misma toma unade sus tetas por debajo y la levanta acercando el pezón a su boca. Entendí laseñal y nos pusimos a chupar juntos el pezón. Creo que pocas cosas me excitarontanto en mi vida como chupar un pezón junto con la dueña de ese botón erecto yprecioso. Empezó a salir un líquido de color amarillento y empezamos a beberloen conjunto
- ¡Es calostro! Dijo ella
- ¡Ah! Dije yo deteniéndome
- ¡Es la primera vez que me sale!
- Ah, la miré y la besé con ese sabor en la boca
- ¿Te gusta? Me dijo
- Si, y volví a chuparle las tetas ahora bebiéndomeese néctar que salía de las mismas
No duramos mucho tiempo más así.Ella tomo la iniciativa, se puso de pie y me tomó la mano llevándome haciaadentro.
- Vamos a estar más cómodos adentro, ¿no?
- Si, le dije deteniéndola en el living
Me paré detrás de ella y empecé afrótale mi pija por el culo, ambos con la parte de abajo aún puesta, mientrasmis manos desde atrás recorrían sus tetas y también su panza. Una mano mía secoló dentro de su short y bombacha y para mi sorpresa estaba totalmentedepilada
- Mmmmm, estas toda depilada
- Mmmmm, siiii, me hice la definitiva antes dequedar embarazada
- Me encanta, le dije
- Vamos a tu habitación, me dijo ella
Evidentemente era un paso muyfuerte coger en la cama en la que dormía con mi mujer. Lucía evidentemente notenía problemas ya que ella lo había propuesto. Para no cortar el clima y comoel sillón del living no era de lo más cómodo, preferí acceder e ir al cuarto
La cama estaba sin hacer, pero nonos importó. En diez segundos lo que quedaba de nuestra ropa voló por losaires. La recosté en la cama boca arriba le puse su cola en el borde, le abrílas piernas y me recosté sobre el piso en la alfombra para chuparle la conchacon comodidad. Obviamente que ella no se negó. Yo levantaba la vista y lo únicoque veía era la montaña de su embarazo. Eso me encantaba, nunca había estadocon una embarazada que no fuera mi mujer, es decir que el hijo dentro no fueramío. Seguí chupándole y era impresionante lo empapada que estaba, Le metí unpar de dedos que entraban con mucha facilidad Me concentré en su clítoris yenseguida empezó a acabar
- Aghh aaahh ah ah ah agh, siiii estoy acabando,me encanta
- Mmmmm, si me encanta hacerte acabar
- Aghh, ah ah se fue calmando ella
- Mmmmm, fui despegándome sin dejar de besarletodo el contorno de la vagina
- Vení ponete a mi lado, me dijo ella
- Subí y me acosté volviendo a besarla
- ¿Qué queres que te haga?
- Lo que vos quieras, no me animé pedirle nada
- ¿Queres que te chupe la pija?
- Mmmmm, claroooo, le dije
- ¿Y porque no me lo pedís?
- ¡No me animé!
- Ja, sos tímido justo ahora
- Si, jeje
- Parate en la cama, me ordenó
Evidentemente ella sabía lo quequería, y cómo lo quería. Me paré en la cama en el borde tal como me lo ordenóy ella también de pie porque era más baja empezó a mirarme a los ojos mientrasme pajeaba. Después empezó a frotarse mi pija por sus pechos, mirándola ytocándose ella misma los pezones.
Sin dudarlo empezó a chuparme lapija de una manera deliciosa mirándome todo el tiempo a los ojos. Sentía queusaba mucha saliva para lubricarme y eso me ponía en el cielo. En determinadomomento tomó sus tetas y envolvió mi pija en ellas y empezó a pajearme con suspechos. La sensación era maravillosa y me estaba volviendo loco. Se lo hicesaber
- Pará porque voy a acabar sino…
- ¿No queres acabarme en las tetas?
- Uffff, siiiii, le dije
- Mmmmm, daleeee
la soltó con las tetas y volvió achupármela, esta vez con más intensidad si es que se podía, Me hizo abrir unpoco más las piernas, Reconozco que más de una vez estuve a punto de perder elequilibrio parado en la cama. Ahí hizo algo que terminó de sorprenderme y mehizo acabar. Me empezó a acariciar los huevos sin dejar de chupármela. Elmasaje era suave por momentos y más intenso por otros al punto casi de dolermey con esto retrasar un poco la eyaculación. Cuando ella quiso, acabé.
- ¿Te gusta cómo te chupo la pija? Me preguntó
- Me encanta…le sonreí
- ¿Me vas a acabar en las tetas?
- Siiii
- Quiero que me las llenes de leche…
- Siiiii siiii
- Dame tu lechita calentita, por favor…
Puso una cara de bebota tremenday me miró. Eso me hizo estallar y le avisé por las dudas. Sin embargo, siguióchupándomela hasta que sintió el primer chorro en su garganta. EL resto lostiró en sus tetas mientras me decía sin dejar de pajearme
- Siiiii, acabame en las tetas asiiiii
- Uffff, decía yo
- Dame la leche, dale, me ordenaba
- Aghhhh, yo no podía parar de acabar
- Mmmmm, vení
Me hizo acostar en la cama y se pusode costado con su enorme panza. Me empezó a besar de una manera deliciosa.Sentí el sabor de la mezcla de calostro, mi propio semen y su saliva y mepareció un coctel delicioso. No dejaba de besarme, no yo a ella. Nos quedamosacostados y ella empezó a hablar
- Sé que te va a parecer raro lo que hice, pero mimarido no me da bola, dice que le da impresión, y yo estoy muy caliente. Desdelos seis meses que estoy así y te juro que no me alcanza con masturbarme. Hoyte vi y cuando estábamos caminando ya se me cruzó por la cabeza la idea decogerte
No me resultaba chocante lamanera en la que se expresaba, al contrario, la celebraba.
- Qué suerte que tuve que justo hoy fui al parque
- Lo que pasa es que las embarazadas estamos muycalientes en los últimos meses y encima yo soy muy caliente de por si
- Sí, me di cuenta
- No, esto que hice con vos no suelo hacerlo, perome siento desatada, no se
- Sabes que me genera curiosidad eso de lashormonas y el embarazo
- ¿Por?
- Mi mujer estaba caliente a esa altura delembarazo y justamente mi hermana en este momento está embarazada de 8 meses,como vos…
- Uh lo bien que la debe estar pasando tu cuñado,me decía Lucía y su panza se apretaba contra mi costado
- No sé, no se… dije
- ¿Porque dudás?
- Me parece que mi cuñado es como tu marido, dijedudando
- ¿Cómo sabes?
- Porque una vez mi hermana deslizó un comentariode que ella era más fogosa que él
- Ah, entonces puede ser, pobre debe estar conunas ganas de coger tremendas, como yo
- Si, puede ser, y mi pija dio un respigo
- ¿Y está buena tu hermana? Me preguntó
- Si, bah no sé, que se yo
- Algo debes saber, porque cuando te dije que tuhermana debía estar con unas ganas de coger tremendas, tu verga se movió
- ¿Ah sí?
- No te hagas el boludo porque ahora te pasó lomismo
- ¡Qué raro! Dije avergonzado
- Quizás proyectaste en mi querer cogerte a tuhermana embarazada
- Ehhh, dije, pero mi pija me estaba traicionandoy se estaba volviendo a parar
- Preguntale si está caliente, dijo ella y volvióa apretarse contra mí
- Le voy a preguntar,
- Me parece bien, quizás… dijo ella inquisitiva
- ¿Quizás qué?
- Te enteras cosas que no sabes de tu hermana…
- Me voy a ir, me dijo Lucía levantándose
- ¿Ya? Le pregunté
Imaginaba que después de estovendría sexo con penetración y me sentí desilusionado. Aparte se me habíaempezado a parar de vuelta. Ella se levantó y dijo:
- Mejor me voy y me ducho en casa
- No queres ducharte acá, le dije
- Es una tentación, pero prefiero ir a casa, no teenojes, me dijo comprensiva mientras miraba mi verga casi erecta
- No, no, tranquila, es que yo pensaba…
- Yo también pienso lo mismo, me quedo con ganasde coger, pero esto ya fue bastante, me parece
- Bueno, si…
- Si volves a salir a correr otro día quizás me encontrás,y si no, es porque se adelantó el parto
- Me parece que voy a entrenar más seguido
- Jajá, me besó de vuelta con mucho cariño
Lucía era divina, como paraenamorarse. Suelta, relajada, divertida. Se terminó de cambiar y de la nada medijo:
- Prefiero no darte mi número así no hacemoscagadas ni corremos riesgos, ¿te parece?
- Me parece perfecto, mentí. La verdad es que mehubiera gustado tener manera de contactarla
Me quedó dandovueltas en la cabeza volver a cruzarme con Lucía para cogérmela. ¿Podría volvera encontrarla?
La historia original está escrita en y cuenta con un total de 10 capitulos.
Espero la disfruten.🔥
12-12-2018
Cumpleaños de Ezequiel
Fue especial. No la fiesta en sí, sino lo que pasó con mi hermana.
Era el cumpleaños de mi amigo Ezequiel y como siempre, nos matamos comiendo y bebiendo. Fue divertido todo.
En la fiesta estaba mi hermanaGabriela con su marido. Ella es hermosa, nada que ver conmigo, y estabacursando su octavo mes de embarazo.
En un momento estábamos con mihermana en el sillón y ella se levanta la remera y deja al descubierto supanza, para luego tomar mi mano y que acaricie la redondez de su vientre.Después la dejó en una zona y me hizo sentir la patadita de mi futuro sobrino.Quedó grabado en mi mente fue la tersura de su piel y la suavidad al tacto desu panza. Era una curva perfecta. En ese momento la miré y la vi más hermosaque nunca.
Pero hay algo más. En un momento,en que ella estaba de pie y de costado la miré de una manera diferente a comola había mirado hasta ese momento. La miré como mujer, en mis ojos había deseo,le recorrí el vientre redondo, las tetas hinchadas y el culo apretado por esepantalón. Me excitaba contemplarla. Fui subiendo hacia su cara y me encontrécon sus ojos mirándome. Creí morirme de vergüenza. No sé si ella notó la cargasexual que había en mis ojos
14-12-2018
10 días antes de la navidad. Seme ocurrió salir a correr. En realidad, más trotar y caminar que otra cosa, porel parque Centenario. Todo fue porque venía de fiesta en fiesta (cumpleaños,despedidas de año con amigos, trabajo) La cuestión es que me levanté con lanecesidad de salir a hacer algo de actividad física para quemar algo de toda laingesta de los días anteriores. Siempre fui de dormir muy poco a mis 40 años,así que pese a haberme acostado pasadas las 3 de la mañana, a las 9 ya estabalevantado y a las 9.30 dando vueltas por el parque.
Esto fue un viernes. Estaba sóloen mi apartamento ya que mi mujer se había ido con mi hijo al colegio y luego atrabajar en su local de flores y plantas. Afortunadamente ese día no tenía queir a la oficina por lo que me pude vestir con short, zapatillas y remera.
Con tanto prólogo no me presentéa mí mismo: Mi nombre es Julián, tengo un cuerpo relativamente en buen estadopara mi edad, mido 1.85 mts y peso 87 kilos. Vivo en la zona de Caballito de laCiudad de Buenos Aires. Argentina. Mi aspecto no es llamativo, por elcontrario, me considero poco agraciado, pero no me quejo de la fortuna que tuvepara conquistar en mi juventud.
Decidido a hacer algo de deporteme lancé al Parque Centenario. Al principio trote tranquilo, de a poco fuiintentando subir la intensidad, pero las noches de comida y alcohol comenzarona pasarme factura y decidí bajar el ritmo para empezar un trote suave paradespués caminar y volver a trotar. Estaba punto de parar a descansar cuando veosentada en el único banco con algo de espacio a una chica de unos 15 años,decidí seguir y no sentarme a su lado para no incomodarla. Entonces seguícaminando y como el resto de los bancos estaban ocupados decidí sentarme allado de una chica de unos 30 años, embarazada
¿Las casualidades existen? Notengo dudas y puedo jurar que no lo hice a propósito acercarme a esa chica enese estado. Ni bien me senté, me miró y nos pusimos a conversar. Era evidenteque ella tenía ganas de hablar.
- ¿Cómo te llamas?
- Lucía, ¿vos?
- Julián
- ¿Venís siempre a correr al parque?, nunca te vi
- Es la primera vez que vengo
- Ah me parecía no haberte visto nunca. Yo desdehace 2 meses vengo todas las mañanas a esta hora
- Es que me mudé hace poco acá a una cuadra y esla primera vez que salgo a correr, bueno, a intentar correr, jajá
- Jajá, rio ella y una sonrisa le iluminó elrostro
Lucía, era de estatura mediana,morocha y con unas tetas que impresionaban producto de lo que dios leproporcionó. Esto sumado al embarazo hacía que se vieran espectaculares. En unmomento, ella vio como mi vista se dirigía a sus tetas, no pudo evitar notarloy yo me sonrojé. Tenía puesta una musculosa que le otorgaba a su escote unavista espectacular y se le formaba un canalillo hermoso en el que daban ganasde sumergirse. Era de piel muy blanca y tersa, de una delicadeza que daba miedotocar. No podía creer que estaba pensando en tocar a una mujer embarazada,pensé
- Perdón, le dije
- No, dijo ella muy resuelta
- Es que…no sabía que decir
- Sí, es que tengo mucho y con el embarazo estánque explotan, dijo ella muy suelta de cuerpo
- ¿De cuánto estas? Era la pregunta de rigor
- De 8 meses
- Ah te falta poco, dije la respuesta de rigortambién
No sé porque en ese momento noquise mencionar que mi hermana estaba de 8 meses también.
- Si
- ¿Y cómo lo estas llevando al embarazo?
- Muy bien, con pocos síntomas, sin nauseas alprincipio, y me siento realmente muy bien
- ¿Y vos, venís todas las mañanas al parque? Lepregunté
- Sí, me recomendaron que camine por lacirculación de las piernas, pero hoy todavía no lo hice, llegué y me senté
- Querés que vayamos a caminar un rato?, lepropuse
- Dale, me dice ella divertida, y se paró conmucha agilidad pese al tamaño de su vientre
Empezamos a caminar y me dicuenta que ella era muy suelta, estaba sola en su departamento porque su maridose había ido a trabajar, como todos los días, temprano y volvía tarde. Eramaestra jardinera y por eso hacía ya varios días que no iba al colegio.
Realmente la estaba pasando biencon Lucía. Caminamos durante unos 30 minutos a un ritmo bastante normal pese asu embarazo. Le pregunté si estaba cansada y me di cuenta que no teníaintenciones de irse o dejar de hablarme por lo que le propuse
- ¿No queres tomar algo? Un café
- No se… bueno, dudó
- Yo desayuné solo un café y me gustaría algo mas
- Dale, me dice divertida
Nos encaminamos al café, yo conla ropa deportiva bastante transpirada porque hacía calor y ya debían ser las10.30 y nos sentamos. No salía nadie a atendernos y nos estábamos muriendo decalor. Juro que en ese momento fue sin segundas intenciones, pero estábamos a 1cuadra de mi departamento y desde la mesa en donde estábamos se veía el balcónde mi departamento en el piso 9
- ¿Ves? Ese que está ahí es mi departamento, piso9 le señalé con mi mano
- Ay que lindo, debes tener una vista al parquehermosa
- La verdad que sí. Suelo desayunar ahí algunasveces
- Mmmmm, yo lo haría todos los días si tuviera esavista…
- Queres que vayamos a tomar un café ahí? Lepregunté suponiendo que me iba a decir que no
- Es que…se sonrojó, no se…
- No te sientas presionada, solo para que veas lavista del departamento y de paso te tomas un café, que por lo que parece, acáno quieren darnos
- Buenoooo, estiró la o de manera muy sensual
- Vamos, le dije levantándome y le ofrecí mi mano,que ella tomó para levantarse
Fuimos caminando y hablábamos delo más suelto de las cosas del barrio, que ella me señalaba por conocerlo más queyo. Ni bien entrar, le mostré el departamento por completo y la llevé a laventana que daba al balcón para que apreciara la vista.
- Ayyyy, por Dios, que lindo que es esto, dijodesde la ventana sin pasar al balcón
- Viste, la vista es espectacular,
Abrí la ventana, pasé y le ofrecínuevamente la mano que tomó sin dudarlo, pero esta vez demoró un poco más detiempo en soltarla. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y por primera vez penséque podría llegar a cogérmela, pese a su embarazo. Por un lado, pensaba: es unalocura, está casada y esperando un hijo, no puede ser. Y por otro, me dije,¿porque no? ¿No puede tener necesidades que no son satisfechas o simplementeganas de coger?
- Quedate un rato en el balcón, sentate en elsillón y relájate un rato que voy a poner la cafetera y mientras se hace elcafé voy a ducharme rápido
También, llegué a pensar, era unalocura de mi parte meter a una desconocida en mi departamento. Si bien no teníanada de mucho valor, podía salir de ducharme y encontrarme con que me faltabancosas, de modo que me duché en 5 minutos y salí. Me puse rápidamente un short yojotas. Me había quedado la paranoia de un robo y encima la vista deldepartamento vacío me hizo pensar lo peor, para colmo no divisé la billeteradonde la dejo siempre y me preocupé, luego recordé que nunca la había sacadodel jean la noche anterior. Fui raudamente al balcón y allí estaba Lucía. Sehabía levantado la parte de inferior de la musculosa a la altura de sus tetasdejando toda su panza al aire libre y con la vista perdida en el parquecontemplaba el cielo. Me quedé mirándola absorto. Ella abrió los ojos, me miróy me sonrió. Se detuvo en mi pecho desnudo y ahí me di cuenta que no me habíapuesto nada arriba.
- Discúlpame, dije no me di cuenta
- No pasa nada, estás en tu casa, sos hombre yhace calor. Ustedes tienen esa suerte de poder andar medio en bolas y nosotrasno
- Sí, es verdad, igual dejá que vaya a ponerme unaremera…
- Por mí no hay problema, me dijo
- Ok, voy por el café entonces
- Perfecto, dijo ella divertida
Volví con las dos tazas, le diuna y coloqué sin dudarlo mi silla pegada a la de ella y me senté. Los dosestábamos con la vista en el horizonte y hablando del calor que hacía.
- Si, dice ella, estoy toda transpirada y con elcafé va a ser peor
- Queres que vayamos adentro y ponemos el aire? Ledije
- Ahora no, déjame disfrutar de esta vista
- Como quieras, le dije y mis ojos se fueron devuelta a sus tetas
- Disfrutemos de la vista, dijo ella picarona
- Claro, solté, pero esta vez no pedí perdón
- Es hermoso todo, me dijo y me miró
- Como vos, le dije sin dudarlo
- Gracias, me dijo, esta vez más ruborizada queantes
- La panza te queda muy bien, le dije de maneratonta
- ¿Te gusta? Y se acaricia el vientre ella misma
- Sí, me encanta…
- Vení, dice y me toma la mano y la coloca sobresu panza recorriéndola por toda su extensión. Me impresionó porque fue tal cuallo había hecho mi hermana el día anterior
- Mmmmm, que tersa tenés la piel! Me encanta…ledije
- Que calor, dice ella, estoy toda transpirada
- Queres sacarte la remera? Le tiré
- Mmmmm, te parece? ¿Acá en el balcón?
- Al estar frente al parque podés tener laseguridad de que nadie te ve, le dije
- Mmmmm, no sé, aunque se me está pegando toda laremera me parece que si…
- Dejame que te ayude, le digo y ambos nos paramos
Ella se para y yo hago lo mismopor instinto y me doy cuenta que tengo una erección tremenda y evidente por elshort que tengo puesto. Ella lo nota, pero no dice nada. Es increíble, pero aúnen ese momento y llegados a ese punto, yo no tenía la seguridad de susintenciones
- Está muy apretada, dice luchando por quitársela
- A ver le digo poniéndome detrás de ella yrozando accidentalmente o no tanto un pecho por encima de su corpiño
- Ahí sale, dice ella y sigue tironeando
- ¿Estás más cómoda?
- Si, mejor… ella se apoya en la baranda y girahacia mi lado
- Ahora sí que la vista es espectacular le digomirando su corpiño en el que se transparentan completamente sus pezones
- ¿Te gusta?
- Me encanta le digo sentándome y contemplándola
- ¿Qué te gusta? Me pregunta
- Vos. Sos hermosa, le suelto
- Gracias, pero específicamente…
- Tu cuerpo, le dije, no me animé a decirle otracosa
- ¿Siiii? ¿Así en general?
- Tus tetas. Le dije lacónico
- Mmmmm, ¿sí?
- Si, aunque no las puedo ver bien, ¿no queressacarte el corpiño así estamos en igualdad de condiciones?
- ¡¿Mmmmm, para que estemos en igualdad decondiciones? ¡¿o porque queres verme las tetas, chanchito?!
- Nooooo, dije yo divertido, es solo para que tesientas en igualdad
- Jajá, dijo ella, sos tremendo Julián
- No puedo dejar de mirarte, le decía con mis ojosen sus tremendos pechos y sus pezones rojos que se transparentaban debajo de sucorpiño
- ¿Y mis ojos? Me decía, te gustan mis ojos
- Me encantan, le decía yo
- No dejes de mirarme a los ojos, me mirabafijamente con una sonrisa perversa
- No, por supuesto, decía yo sosteniéndole lamirada
- Concentrate en mis ojos, me decía y llevó susmanos para la espalda desabrochándose el corpiño
- Estoy concentrado, le dije sin quitar mis ojosde los suyos
- Muy bien, dijo ella dejando caer su sujetador alpiso
Sus tetassaltaron y quedaron expuestas por encima de su inflamado vientre, pero noquería perder este duelo con Lucía y me mantuve fija mi mirada en sus pupilas.
- ¡Viste! Le dije sin dejar de mirarla
- Ahora sí, estamos en igualdad de condiciones
- Tenés unas tetas hermosas, le dije ahora sibajando mi mirada a sus tetas
- ¿Te gustan? Y se las tocaba sensualmente
- Son perfectas
- ¿Te gustaría tocarlas?
- Nada me gustaría más, le dije
- Siiii? Me preguntaba sensualmente
- Vení, sentate encima de mí y miremos juntos lavista
- Mmmmm, siiii, dale
Lucía se sentóen mi regazo y mirándome a los ojos me acercó sus labios carnosos para besarme.No solo que no rechacé el beso, sino que le metí la lengua y empecé a besarlacomo un descontrolado. Ella también me correspondió en ese sentido y estuvimoslargo rato con nuestras bocas fusionadas y nuestras lenguas moviéndosedescontroladas en la boca del otro.
Le empecé atocar las tetas y sus pezones se irguieron inmediatamente. Me impresionaba lotirante que estaba la piel, parecían a punto de explotar como un globo infladocon agua a punto de reventar. Es por eso que me dediqué con delicadeza aexplorar sus hermosas montañas blancas. Las sopesaba en mis manos y volvía aacariciarlas.
Queríachupárselas y no sé si fue por el temor a que salga líquido de sus pechos oporque motivo, se me dio por pedirle permiso aun sabiendo que me lo iba aotorgar
- Quiero chuparte las tetas
- Mmmmm, siiiii? Evidentemente le gustaba que lehablaran
- Si, te las quiero chupar mucho
- ¿Me vas a chupar las tetas, chanchito?
- Si, te voy a chupar esos pezones hermosos que tenés…
- Agggg, siiiiii, me encantaría
Ahí nomás me abalancé sobre suspechos y empecé a chuparlos con auténtica devoción. Le apretaba las tetas, selas lamía, me metía el pezón en la boca. En un momento le junte las tetas conlas manos y sus pezones quedaron muy cerca, así que alternativamente se loschupaba uno y otro. Ella se volvía loca y me tomaba la cabeza apretándome loscabellos y haciendo presión para que no me despegue.
En un momento ella misma toma unade sus tetas por debajo y la levanta acercando el pezón a su boca. Entendí laseñal y nos pusimos a chupar juntos el pezón. Creo que pocas cosas me excitarontanto en mi vida como chupar un pezón junto con la dueña de ese botón erecto yprecioso. Empezó a salir un líquido de color amarillento y empezamos a beberloen conjunto
- ¡Es calostro! Dijo ella
- ¡Ah! Dije yo deteniéndome
- ¡Es la primera vez que me sale!
- Ah, la miré y la besé con ese sabor en la boca
- ¿Te gusta? Me dijo
- Si, y volví a chuparle las tetas ahora bebiéndomeese néctar que salía de las mismas
No duramos mucho tiempo más así.Ella tomo la iniciativa, se puso de pie y me tomó la mano llevándome haciaadentro.
- Vamos a estar más cómodos adentro, ¿no?
- Si, le dije deteniéndola en el living
Me paré detrás de ella y empecé afrótale mi pija por el culo, ambos con la parte de abajo aún puesta, mientrasmis manos desde atrás recorrían sus tetas y también su panza. Una mano mía secoló dentro de su short y bombacha y para mi sorpresa estaba totalmentedepilada
- Mmmmm, estas toda depilada
- Mmmmm, siiii, me hice la definitiva antes dequedar embarazada
- Me encanta, le dije
- Vamos a tu habitación, me dijo ella
Evidentemente era un paso muyfuerte coger en la cama en la que dormía con mi mujer. Lucía evidentemente notenía problemas ya que ella lo había propuesto. Para no cortar el clima y comoel sillón del living no era de lo más cómodo, preferí acceder e ir al cuarto
La cama estaba sin hacer, pero nonos importó. En diez segundos lo que quedaba de nuestra ropa voló por losaires. La recosté en la cama boca arriba le puse su cola en el borde, le abrílas piernas y me recosté sobre el piso en la alfombra para chuparle la conchacon comodidad. Obviamente que ella no se negó. Yo levantaba la vista y lo únicoque veía era la montaña de su embarazo. Eso me encantaba, nunca había estadocon una embarazada que no fuera mi mujer, es decir que el hijo dentro no fueramío. Seguí chupándole y era impresionante lo empapada que estaba, Le metí unpar de dedos que entraban con mucha facilidad Me concentré en su clítoris yenseguida empezó a acabar
- Aghh aaahh ah ah ah agh, siiii estoy acabando,me encanta
- Mmmmm, si me encanta hacerte acabar
- Aghh, ah ah se fue calmando ella
- Mmmmm, fui despegándome sin dejar de besarletodo el contorno de la vagina
- Vení ponete a mi lado, me dijo ella
- Subí y me acosté volviendo a besarla
- ¿Qué queres que te haga?
- Lo que vos quieras, no me animé pedirle nada
- ¿Queres que te chupe la pija?
- Mmmmm, claroooo, le dije
- ¿Y porque no me lo pedís?
- ¡No me animé!
- Ja, sos tímido justo ahora
- Si, jeje
- Parate en la cama, me ordenó
Evidentemente ella sabía lo quequería, y cómo lo quería. Me paré en la cama en el borde tal como me lo ordenóy ella también de pie porque era más baja empezó a mirarme a los ojos mientrasme pajeaba. Después empezó a frotarse mi pija por sus pechos, mirándola ytocándose ella misma los pezones.
Sin dudarlo empezó a chuparme lapija de una manera deliciosa mirándome todo el tiempo a los ojos. Sentía queusaba mucha saliva para lubricarme y eso me ponía en el cielo. En determinadomomento tomó sus tetas y envolvió mi pija en ellas y empezó a pajearme con suspechos. La sensación era maravillosa y me estaba volviendo loco. Se lo hicesaber
- Pará porque voy a acabar sino…
- ¿No queres acabarme en las tetas?
- Uffff, siiiii, le dije
- Mmmmm, daleeee
la soltó con las tetas y volvió achupármela, esta vez con más intensidad si es que se podía, Me hizo abrir unpoco más las piernas, Reconozco que más de una vez estuve a punto de perder elequilibrio parado en la cama. Ahí hizo algo que terminó de sorprenderme y mehizo acabar. Me empezó a acariciar los huevos sin dejar de chupármela. Elmasaje era suave por momentos y más intenso por otros al punto casi de dolermey con esto retrasar un poco la eyaculación. Cuando ella quiso, acabé.
- ¿Te gusta cómo te chupo la pija? Me preguntó
- Me encanta…le sonreí
- ¿Me vas a acabar en las tetas?
- Siiii
- Quiero que me las llenes de leche…
- Siiiii siiii
- Dame tu lechita calentita, por favor…
Puso una cara de bebota tremenday me miró. Eso me hizo estallar y le avisé por las dudas. Sin embargo, siguióchupándomela hasta que sintió el primer chorro en su garganta. EL resto lostiró en sus tetas mientras me decía sin dejar de pajearme
- Siiiii, acabame en las tetas asiiiii
- Uffff, decía yo
- Dame la leche, dale, me ordenaba
- Aghhhh, yo no podía parar de acabar
- Mmmmm, vení
Me hizo acostar en la cama y se pusode costado con su enorme panza. Me empezó a besar de una manera deliciosa.Sentí el sabor de la mezcla de calostro, mi propio semen y su saliva y mepareció un coctel delicioso. No dejaba de besarme, no yo a ella. Nos quedamosacostados y ella empezó a hablar
- Sé que te va a parecer raro lo que hice, pero mimarido no me da bola, dice que le da impresión, y yo estoy muy caliente. Desdelos seis meses que estoy así y te juro que no me alcanza con masturbarme. Hoyte vi y cuando estábamos caminando ya se me cruzó por la cabeza la idea decogerte
No me resultaba chocante lamanera en la que se expresaba, al contrario, la celebraba.
- Qué suerte que tuve que justo hoy fui al parque
- Lo que pasa es que las embarazadas estamos muycalientes en los últimos meses y encima yo soy muy caliente de por si
- Sí, me di cuenta
- No, esto que hice con vos no suelo hacerlo, perome siento desatada, no se
- Sabes que me genera curiosidad eso de lashormonas y el embarazo
- ¿Por?
- Mi mujer estaba caliente a esa altura delembarazo y justamente mi hermana en este momento está embarazada de 8 meses,como vos…
- Uh lo bien que la debe estar pasando tu cuñado,me decía Lucía y su panza se apretaba contra mi costado
- No sé, no se… dije
- ¿Porque dudás?
- Me parece que mi cuñado es como tu marido, dijedudando
- ¿Cómo sabes?
- Porque una vez mi hermana deslizó un comentariode que ella era más fogosa que él
- Ah, entonces puede ser, pobre debe estar conunas ganas de coger tremendas, como yo
- Si, puede ser, y mi pija dio un respigo
- ¿Y está buena tu hermana? Me preguntó
- Si, bah no sé, que se yo
- Algo debes saber, porque cuando te dije que tuhermana debía estar con unas ganas de coger tremendas, tu verga se movió
- ¿Ah sí?
- No te hagas el boludo porque ahora te pasó lomismo
- ¡Qué raro! Dije avergonzado
- Quizás proyectaste en mi querer cogerte a tuhermana embarazada
- Ehhh, dije, pero mi pija me estaba traicionandoy se estaba volviendo a parar
- Preguntale si está caliente, dijo ella y volvióa apretarse contra mí
- Le voy a preguntar,
- Me parece bien, quizás… dijo ella inquisitiva
- ¿Quizás qué?
- Te enteras cosas que no sabes de tu hermana…
- Me voy a ir, me dijo Lucía levantándose
- ¿Ya? Le pregunté
Imaginaba que después de estovendría sexo con penetración y me sentí desilusionado. Aparte se me habíaempezado a parar de vuelta. Ella se levantó y dijo:
- Mejor me voy y me ducho en casa
- No queres ducharte acá, le dije
- Es una tentación, pero prefiero ir a casa, no teenojes, me dijo comprensiva mientras miraba mi verga casi erecta
- No, no, tranquila, es que yo pensaba…
- Yo también pienso lo mismo, me quedo con ganasde coger, pero esto ya fue bastante, me parece
- Bueno, si…
- Si volves a salir a correr otro día quizás me encontrás,y si no, es porque se adelantó el parto
- Me parece que voy a entrenar más seguido
- Jajá, me besó de vuelta con mucho cariño
Lucía era divina, como paraenamorarse. Suelta, relajada, divertida. Se terminó de cambiar y de la nada medijo:
- Prefiero no darte mi número así no hacemoscagadas ni corremos riesgos, ¿te parece?
- Me parece perfecto, mentí. La verdad es que mehubiera gustado tener manera de contactarla
Me quedó dandovueltas en la cabeza volver a cruzarme con Lucía para cogérmela. ¿Podría volvera encontrarla?
2 comentarios - Embarazo deseado ( parte 1 ) incesto