En una ciudad como cualquier otravivía Meg, una mujer de 40 años apasionada por los entrenamientos que tenia depiel blanca, cabello negro, media 1,90 mts, tenía abdominales perfectamentemarcados, una figura muy femenina pero musculosa y voluptuosa, unas tetasinmensas y, lo que más resaltaba de ella, un trasero enorme y muy firme.
Durante su adolescencia, Meg habíasido una chica gorda y, por esa razón, se había convertido en el blanco deburlas y de bromas de todos sus compañeros de clase. Un día, cansada de ser elhazme reír de su curso, Meg fue hasta un gimnasio local, en donde se dispuso aentrenar con el fin de tener un cuerpo ideal. Con el tiempo, y a medida que sugordura iba desapareciendo, la joven Meg se fue despertando una gran pasión porel deporte y por el ejercicio, hasta el punto de que ya no entrenaba para versedelgada, sino porque realmente le apasionaba.
Tras graduarse, Meg compitió envarios concursos de Señorita Musculosa, el cual era, básicamente, un concursode belleza mesclado con uno de fisicoculturismo, en el cual los jueces no soloevaluarían el cuerpo de las participantes en base al desarrollo de los músculos,sino también en que tan bellas y atractivas era. Increíblemente, aquellamuchacha que fue la burla en su adolescencia a causa de su peso y pocoatractivo físico terminaría siendo nombrada, durante varios años consecutivos,la mujer más musculosa pero sexy de todo su país de origen. Con el dinero quegano en los concursos en los que participo, Mec consiguió abrir un muy exitoso gimnasiofemenino, en donde entrenaba a chicas para que pudieran desarrollar su cuerpoideal.
Sin embargo, aunque a Meg le ibabien tanto en lo económico como en su carrera profesional, no se podía decir lomismo de su vida sentimental pues, debido a una serie de problemas, su esposola terminaría abandonando, dejándola sola con Dylan, su hijo de 16 años, alcual intentaba criar sola de la mejor manera posible.
Pese al mal momento que le habíahecho pasar su divorcio, Meg siguió entrenando, administrando su gimnasio,cumpliendo sus obligaciones como madre, y preparándose para el próximo certamende Señorita Musculosa, el cual estaba próximo a celebrarse.
De entre todos los admiradoresque Meg tenía, el más grande de ellos era, sin duda alguna, su propio hijo,quien veía en ella a una figura para tomar de ejemplo debido a todas lasadversidades que ella tuvo que sortear en su juventud para alcanzar el éxito.Dylan era todo lo opuesto a su madre, tanto en gustos como en aspecto físico,pues él era un joven delgado con una estatura relativamente baja (1,60 mtsaproximadamente), y cuyo interés radicaba en las matemáticas y no en eldeporte. Aun así, y a pesar de las diferencias que había entre ellos dos, madree hijo tenían una muy buena relación, pero todo estaba a punto de cambiar.
Una noche, Dylan se fue a dormiry, a eso de la madrugada, comenzó a soñar. Dentro de su sueño, Dylan se estabatomando una ducha muy tranquilamente cuando, de repente, Meg derribo la puertadel baño de una patada, y se metió con él en la ducha completamente desnuda.
“¡mama! ¿Qué estás haciendo?”pregunto Dylan, sobresaltado, mientras se tapaba su cuerpo desnudo
“¡vine porque quiero hacertehombre aquí mismo!” exclamo ella, y luego beso apasionadamente a su hijo
Gracias a sus grandes músculos ya la gran diferencia de altura, fuerza, peso y tamaño, la milf dominofácilmente al jovencito, y comenzó ahacer todo tipo de actos lascivos y sexuales con él, siendo ella la dominante ysu hijo el sumiso, cosa que Dylan disfruto mucho). Tras su largo e intensosueño, Dylan despertó sobresaltado, con el cuerpo todo transpirado, y con lassabanas manchadas con su propio semen, era como si realmente hubiera cometidoincesto en esa misma cama.
“¡por Dios, no lo puedo creer!”pensó Dylan, con un gran sentimiento de culpa “¡soñé que tuvo sexo con mipropia madre… y lo disfrute!”
Una vez superado el shockinicial, Dylan fue al baño para lavarse la cara.
“no puedo creer que haya tenidoun sueño así y, encima, lo haya disfrutado tanto” pensó el joven, quien aúntenida el cuerpo tembloroso debido a la gran eyaculación que había tenido “nomerezco tener a la madre que tengo ¡no voy a poder ni siquiera mirarla a losojos!”
Luego de un rato intentandocalmar sus pensamientos, Dylan limpio todo el semen que había entre sussabanas, se acostó en su cama e intento conciliar el sueño, aunque le fue muydifícil hacerlo.
Al amanecer, y como eracostumbre, Meg salió de su casa y se fue corriendo hasta un que estaba cerca desu casa para comenzar con sus ejercicios matutinos. La ropa que la milfmusculosa utilizaba eran un equipo de gimnasio compuesto por un Short diminutode color negro, el cual parecía una tanga muy ajustada que ayudaba a resaltarsu enorme trasero, y un corpiño deportivo del mismo color que apenas podíaretener sus enormes tetas. Una vez en el parque, Meg en recibida por una legiónde admiradores de ambos sexos, quienes la estaban esperando para sacarse fotoscon ella y para verla entrenar.
“¡que cuerpazo que tienes, Meg!”grito un hombre joven “¿me dejas sacarme una foto contigo?”
“¡Por supuesto!” exclamo la milf,mientras mostraba sus muy marcados bíceps
“dime, Meg ¿no te molesta quetodos se la pasen viendo tu cuerpo?” pregunto una chica
“para nada, el cuerpo se hizopara mostrarse, y yo adoro que admiren todo el fruto de mi trabajo” dijo ella,mientras se daba vuelta y les daba a sus admiradores una mejor vista de susnalgas grandes y firmes “siempre y cuando no toquen nada pueden ver todo lo quequieran”
Meg continuo haciendo susejercicios matutinos, a la vez que disfrutaba las miradas lujuriosas de susadmiradores y fans, quienes no perdían de vista sus enormes brazos, susabdominales perfectamente marcados, sus muslos carnosos, firmes, y gruesos comotroncos, y sus gigantescos atributos femeninos, que eran lo que más llamaba laatención de todos los presentes.
Terminada su rutina decalentamiento, Meg se despidió de todo su sequito de fans y volvió trotando asu casa. Una vez en su hogar, Meg fue hasta la cocina, en donde se encontró consu hijo, quien estaba desayunando para ir a la escuela.
“¡buenos días, Dylan!” exclamo lamilf, mientras le daba un beso en la mejilla a su hijo
“ho… hola mama” respondió Dylan,quien aun seguía pensando en el sueño que había tenido por la noche
“suenas nervioso” dijo Meg,mientras sacaba un licuado de proteínas del refrigerador “¿paso algo? ¿Dormistebien?”
“la verdad tuve un poco deinsomnio” respondió, mientras evitaba entablar contacto visual con su madre“bueno, yo ya me debo ir a la escuela ¡suerte en el gimnasio!”
“¡espera! Te estas olvidando dedarme un abrazo de despedida”
“si… si… el abrazo de despedida”dijo Dylan y, con muchos nervios, abrazo a Meg
Al sentir los músculos firmes ysudorosos de su madre, Dylan n pudo evitar tener una erección, razón por lacual se sobresaltó.
“¿realmente estas bien?” preguntoMeg, preocupada “¡pareces asustado!”
“no, no, es solo que se me hacetarde” dice el joven, mientras intentaba esconder lo mejor posible su peneerecto al tiempo que salía de la casa “¡nos vemos, suerte hoy!”
“¿Qué le pasara a ese muchacho?”pensó Meg, con cierta angustia “¿acaso… pensara que soy desagradable?”
Al anochecer, madre e hijo sereencuentran en la casa, y Dylan continuo sintiéndose incomodo estando junto aMeg.
“Dylan ¿podemos hablar unmomento?” pregunto Meg
“¡Por supuesto, mama!” exclamoDylan “¿de que querías hablar?”
“quería saber si crees que soybonita”
“¿pero qué dices? Claro que creoque eres hermosa, mama”
“¡no me mientas!” exclamo ella,entre lágrimas “yo sé cuando alguien me considera horrible, porque he vividocon ese estigma durante mucho tiempo, así que te pido que, si me considerascomo una mujer grotesca y fea, al menos tengas la decencia de decírmelo en vezde alejarte de mí”
“¡mama, te juro que no es poreso! Yo no te considero una mujer grotesca, al contrario, creo que tus músculosno solo son hermosos por tu silueta femenina, sino por que reflejan todo elesfuerzo que has hecho pasa salir adelante pese a todo lo que sufriste. Estasconfundiendo las cosas, yo jamás te consideraría como alguien fea”
“¿entonces porque me evitas? ¿Porqué evitas tener contacto conmigo?”
Sintiendo que no tenía más opción,Dylan opta por contarle a Meg que tuvo un sueño erótico muy intenso con ella ysobre su erección de la mañana.
“¡ah, era por eso!” exclamo lamilf, aliviada “¡tranquilo, no pasa nada, esas cosas son involuntarias!”
“es que no me sentí ni con elderecho de mirarte a los ojos después de eso” dijo Dylan, avergonzado “me sentíasucio e impuro por tener esas sensaciones hacia mi propia madre… ¿crees quepuedas perdonarme?”
“si, lo hare, pero solo con unacondición: quiero que me cuentes, con lujo de detalle, todo lo que hicimos entu sueño”
“¿Cómo? ¿y porque quieres sabereso?” pregunto Dylan, sorprendido
“es que me dio curiosidad” diceMeg, y se sienta en la mesa “¡vamos, quiere que me lo cuentes todo de principiohasta el final, y no omitas ni el más mínimo detalle!”
Dylan, con algo de incomodidad,comienza a contarle a su madre todo lo que esta le había hecho en su sueño y,cuando el relato termina, la milf solo se ríe mientras ve a su hijo colorado dela vergüenza.
“bueno… si eso fue todo, esperoque podamos hacer de cuenta que nada de esto paso y que yo me pueda olvidar deesa pesadilla que tuve” dijo Dylan
“pues yo no creo que lo que hayastenido haya sido una pesadilla, yo lo veo como un hermoso sueño… el cualdeberíamos hacer realidad” dice Meg, quien se acerca a Dylan y le da un beso enla boca
“¿pe… pero?” preguntó eladolecente, sorprendido
“¿Qué? El sueño que tuviste nosolo te puso cachondo a ti, sino también a mi” dice Meg, mientras agarra lamano de su hijo, y la coloca en su entrepierna
En cuanto la mano de Dylan entroen contacto con el coño de Meg, este pudo darse cuenta de que su madre estabatoda mojada
“aunque no lo parezca, tú tienesde madre a una mujer muy pervertida, Dylan, y tu relato acerca del sueño quetuviste conmigo me puso muy caliente ¡hacía años que no me sentía así!” confesoMeg, con una sonrisa “pero aun no has respondido mi pregunta: ¿quieres que recreemostu sueño en mi cama?”
“yo… no lo se… esto es muyextraño” dijo el adolecente, con muchas dudas “además, no quiero que hagas algode lo que te puedas arrepentir, mama”
“¿Qué tiene de raro? Prefiero milveces entregarle mi cuerpo a mi amado hijo antes que a cualquier otra persona,porque confió en ti más que nadie. Además, yo sé que también deseas que yo tedomine y haga todo lo que te hice en tu fantasía” dijo Meg y, nuevamente, volvióa besar a su hijo pero, esta vez, fue un beso de lengua tan intenso que lo dejosin aire “como dice el dicho: el que calla, otorga”
Meg, con mucha facilidad, cargo aDylan en sus brazos y lo llevo hasta su habitación (parecían una pareja derecién casados). Una vez allí, la milf arrojo a su hijo sobre la cama y se arrancótoda su ropa de un solo tirón.
“¡eres más sexy de lo que creí!” exclamoDylan, quien quedo completamente cautivado al ver el cuerpo musculoso,voluptuoso y desnudo de su madre
“¿y te vas a quedar allímirándome o vas a comenzar a usar tu boca?” pregunto Meg, mientras apoyaba supierna sobre la cama “¡disfruta!”
Dylan, completamente segado porla lujuria, comenzó a besar, lamer, y a acariciar la musculosa pierna de Meg,la cual parecía una columna de carne por lo grande que era. Luego, eladolecente centro su atención en los abdominales, contra los cuales refregó sucara. Finalmente, Dylan llego hasta los enormes pechos de su madre, los cualeschupo y manoseo con gran pasión. Por su parte, Meg no hizo otra cosa más que gemir y disfrutar los besos ycaricias de su hijo.
“¡que rico, Dylan!” exclamo ella,mientras el adolecente le chupaba los bíceps “¡vamos, dame un beso!”
“lo haría, pero ni parándome depuntitas llego” dijo Dylan, entre risas
“¡no hay problema, yo meencargo!” exclamo la milf, quien agarro al adolecente de la cintura paralevantarlo y poder besarlo más cómodamente
Luego, Meg puso de cabeza a suhijo mientras lo seguía sosteniendo, e hicieron el 69 de parado. La milf, de unsolo movimiento, engullo todo el miembro viril de Dylan, y este hizo lo mismocon el coño de su madre. Ambos comenzaron a darse placer oral en sus partes intestinasmientras gemían en el proceso.
“¡esto es mucho mejor que misueño!” pensó Dylan quien, mientras le daba sexo oral a su madre, se agarrababien firme de las nalgas de esta para no resbalarse
“¡siempre quise hacer esto con unhombre!” pensó Meg, mientras chupaba el pene de Dylan con fuerza “¡ser ladominante se siente increíble!”
Tras un buen rato de sexo oral,Dylan soltó su primer carga de semen, la cual lleno toda la boca de su madre, yesta se lo trago sin dificultad.
“¡perdóname, mama, debí haberteavisado!” exclamo Dylan
“no te preocupes, estuvo muybueno” responde Meg, mientras se pasaba la lengua por los labios “¡está másespeso que mis licuados de proteína!”
Después, Meg arrojo a Dylan sobrela cama, y le hizo un candado al cuello con sus piernas.
“dijiste que, en tus sueños yocasi dejaba sin aire utilizando mis muslos” dijo Meg, mientras hacía más presión“me pregunto cuanto tiempo podrás aguantar la fuerza de mis piernas”
“¡esto me encanta, hazlo másfuerte!” exclamo Dylan quien, pese a estar quedándose sin aire, estaba muyemocionado y feliz
“¡se ve que tu saliste igual depervertido que yo!” exclamo Meg, la cual también estaba muy excitada por lo quele estaba haciendo a su propio hijo
Tras un buen rato de asfixiaerótica, Meg se puso encima de Dylan y se preparó para tener sexo con su hijoen posición amazónica.
“¿estás listo para hacer realidadla última parte de tu sueño?” pregunto la milf musculosa “lo único malo es que,como no tengo condones, tendremos que tener sexo anal”
“¡por mi esta genial y es inclusomejor!” exclamo Dylan, quien estaba muy feliz “¡dame con toda, mama, no tengaspiedad de mí!”
“¿estás seguro? No creo que tudelgado y frágil cuerpo pueda aguantar toda mi fuerza”
“¡si muero quiero morir feliz!”exclamo el adolecente, mientras se ponía cómodo “¡dale nomas!”
De un solo movimiento, Meg se metióla verga de su hijo en el culo, y empezó a tener sexo anal descarado con Dylan.Los movimientos de la cadera de la milf eran muy crudos, fuertes, precisospero, sobre todas las cosas, placenteros.
“¡mas, mas… HAZME TUYO MAMA!”gimió Dylan, desesperado, se retorcía de placer y de dolor
“¡PUES TEN TODA MI FUERZA, HIJOMIO!” exclamo Meg, quien también se estaba dejando llevar por el placer “¡PEROQUE EXELENTE PIJA QUE TIENEEEEEES!”
Finalmente, y después de muchoesfuerzo, madre e hijo tuvieron un gran orgasmo, y el trasero de Meg quedoblanco a causa de todo el semen que su hijo libero dentro de él.
Al día siguiente, Dylan asistió ala escuela en una silla de ruedas, lo que llamo la atención de todos suscompañeros.
“Dylan ¿te encuentras bien?”pregunto uno de sus amigos “¿Qué fue lo que te paso?”
“yo… me caí” respondió Dylan,mientras sonría al recordar lo que realmente le había pasado
Durante su adolescencia, Meg habíasido una chica gorda y, por esa razón, se había convertido en el blanco deburlas y de bromas de todos sus compañeros de clase. Un día, cansada de ser elhazme reír de su curso, Meg fue hasta un gimnasio local, en donde se dispuso aentrenar con el fin de tener un cuerpo ideal. Con el tiempo, y a medida que sugordura iba desapareciendo, la joven Meg se fue despertando una gran pasión porel deporte y por el ejercicio, hasta el punto de que ya no entrenaba para versedelgada, sino porque realmente le apasionaba.
Tras graduarse, Meg compitió envarios concursos de Señorita Musculosa, el cual era, básicamente, un concursode belleza mesclado con uno de fisicoculturismo, en el cual los jueces no soloevaluarían el cuerpo de las participantes en base al desarrollo de los músculos,sino también en que tan bellas y atractivas era. Increíblemente, aquellamuchacha que fue la burla en su adolescencia a causa de su peso y pocoatractivo físico terminaría siendo nombrada, durante varios años consecutivos,la mujer más musculosa pero sexy de todo su país de origen. Con el dinero quegano en los concursos en los que participo, Mec consiguió abrir un muy exitoso gimnasiofemenino, en donde entrenaba a chicas para que pudieran desarrollar su cuerpoideal.
Sin embargo, aunque a Meg le ibabien tanto en lo económico como en su carrera profesional, no se podía decir lomismo de su vida sentimental pues, debido a una serie de problemas, su esposola terminaría abandonando, dejándola sola con Dylan, su hijo de 16 años, alcual intentaba criar sola de la mejor manera posible.
Pese al mal momento que le habíahecho pasar su divorcio, Meg siguió entrenando, administrando su gimnasio,cumpliendo sus obligaciones como madre, y preparándose para el próximo certamende Señorita Musculosa, el cual estaba próximo a celebrarse.
De entre todos los admiradoresque Meg tenía, el más grande de ellos era, sin duda alguna, su propio hijo,quien veía en ella a una figura para tomar de ejemplo debido a todas lasadversidades que ella tuvo que sortear en su juventud para alcanzar el éxito.Dylan era todo lo opuesto a su madre, tanto en gustos como en aspecto físico,pues él era un joven delgado con una estatura relativamente baja (1,60 mtsaproximadamente), y cuyo interés radicaba en las matemáticas y no en eldeporte. Aun así, y a pesar de las diferencias que había entre ellos dos, madree hijo tenían una muy buena relación, pero todo estaba a punto de cambiar.
Una noche, Dylan se fue a dormiry, a eso de la madrugada, comenzó a soñar. Dentro de su sueño, Dylan se estabatomando una ducha muy tranquilamente cuando, de repente, Meg derribo la puertadel baño de una patada, y se metió con él en la ducha completamente desnuda.
“¡mama! ¿Qué estás haciendo?”pregunto Dylan, sobresaltado, mientras se tapaba su cuerpo desnudo
“¡vine porque quiero hacertehombre aquí mismo!” exclamo ella, y luego beso apasionadamente a su hijo
Gracias a sus grandes músculos ya la gran diferencia de altura, fuerza, peso y tamaño, la milf dominofácilmente al jovencito, y comenzó ahacer todo tipo de actos lascivos y sexuales con él, siendo ella la dominante ysu hijo el sumiso, cosa que Dylan disfruto mucho). Tras su largo e intensosueño, Dylan despertó sobresaltado, con el cuerpo todo transpirado, y con lassabanas manchadas con su propio semen, era como si realmente hubiera cometidoincesto en esa misma cama.
“¡por Dios, no lo puedo creer!”pensó Dylan, con un gran sentimiento de culpa “¡soñé que tuvo sexo con mipropia madre… y lo disfrute!”
Una vez superado el shockinicial, Dylan fue al baño para lavarse la cara.
“no puedo creer que haya tenidoun sueño así y, encima, lo haya disfrutado tanto” pensó el joven, quien aúntenida el cuerpo tembloroso debido a la gran eyaculación que había tenido “nomerezco tener a la madre que tengo ¡no voy a poder ni siquiera mirarla a losojos!”
Luego de un rato intentandocalmar sus pensamientos, Dylan limpio todo el semen que había entre sussabanas, se acostó en su cama e intento conciliar el sueño, aunque le fue muydifícil hacerlo.
Al amanecer, y como eracostumbre, Meg salió de su casa y se fue corriendo hasta un que estaba cerca desu casa para comenzar con sus ejercicios matutinos. La ropa que la milfmusculosa utilizaba eran un equipo de gimnasio compuesto por un Short diminutode color negro, el cual parecía una tanga muy ajustada que ayudaba a resaltarsu enorme trasero, y un corpiño deportivo del mismo color que apenas podíaretener sus enormes tetas. Una vez en el parque, Meg en recibida por una legiónde admiradores de ambos sexos, quienes la estaban esperando para sacarse fotoscon ella y para verla entrenar.
“¡que cuerpazo que tienes, Meg!”grito un hombre joven “¿me dejas sacarme una foto contigo?”
“¡Por supuesto!” exclamo la milf,mientras mostraba sus muy marcados bíceps
“dime, Meg ¿no te molesta quetodos se la pasen viendo tu cuerpo?” pregunto una chica
“para nada, el cuerpo se hizopara mostrarse, y yo adoro que admiren todo el fruto de mi trabajo” dijo ella,mientras se daba vuelta y les daba a sus admiradores una mejor vista de susnalgas grandes y firmes “siempre y cuando no toquen nada pueden ver todo lo quequieran”
Meg continuo haciendo susejercicios matutinos, a la vez que disfrutaba las miradas lujuriosas de susadmiradores y fans, quienes no perdían de vista sus enormes brazos, susabdominales perfectamente marcados, sus muslos carnosos, firmes, y gruesos comotroncos, y sus gigantescos atributos femeninos, que eran lo que más llamaba laatención de todos los presentes.
Terminada su rutina decalentamiento, Meg se despidió de todo su sequito de fans y volvió trotando asu casa. Una vez en su hogar, Meg fue hasta la cocina, en donde se encontró consu hijo, quien estaba desayunando para ir a la escuela.
“¡buenos días, Dylan!” exclamo lamilf, mientras le daba un beso en la mejilla a su hijo
“ho… hola mama” respondió Dylan,quien aun seguía pensando en el sueño que había tenido por la noche
“suenas nervioso” dijo Meg,mientras sacaba un licuado de proteínas del refrigerador “¿paso algo? ¿Dormistebien?”
“la verdad tuve un poco deinsomnio” respondió, mientras evitaba entablar contacto visual con su madre“bueno, yo ya me debo ir a la escuela ¡suerte en el gimnasio!”
“¡espera! Te estas olvidando dedarme un abrazo de despedida”
“si… si… el abrazo de despedida”dijo Dylan y, con muchos nervios, abrazo a Meg
Al sentir los músculos firmes ysudorosos de su madre, Dylan n pudo evitar tener una erección, razón por lacual se sobresaltó.
“¿realmente estas bien?” preguntoMeg, preocupada “¡pareces asustado!”
“no, no, es solo que se me hacetarde” dice el joven, mientras intentaba esconder lo mejor posible su peneerecto al tiempo que salía de la casa “¡nos vemos, suerte hoy!”
“¿Qué le pasara a ese muchacho?”pensó Meg, con cierta angustia “¿acaso… pensara que soy desagradable?”
Al anochecer, madre e hijo sereencuentran en la casa, y Dylan continuo sintiéndose incomodo estando junto aMeg.
“Dylan ¿podemos hablar unmomento?” pregunto Meg
“¡Por supuesto, mama!” exclamoDylan “¿de que querías hablar?”
“quería saber si crees que soybonita”
“¿pero qué dices? Claro que creoque eres hermosa, mama”
“¡no me mientas!” exclamo ella,entre lágrimas “yo sé cuando alguien me considera horrible, porque he vividocon ese estigma durante mucho tiempo, así que te pido que, si me considerascomo una mujer grotesca y fea, al menos tengas la decencia de decírmelo en vezde alejarte de mí”
“¡mama, te juro que no es poreso! Yo no te considero una mujer grotesca, al contrario, creo que tus músculosno solo son hermosos por tu silueta femenina, sino por que reflejan todo elesfuerzo que has hecho pasa salir adelante pese a todo lo que sufriste. Estasconfundiendo las cosas, yo jamás te consideraría como alguien fea”
“¿entonces porque me evitas? ¿Porqué evitas tener contacto conmigo?”
Sintiendo que no tenía más opción,Dylan opta por contarle a Meg que tuvo un sueño erótico muy intenso con ella ysobre su erección de la mañana.
“¡ah, era por eso!” exclamo lamilf, aliviada “¡tranquilo, no pasa nada, esas cosas son involuntarias!”
“es que no me sentí ni con elderecho de mirarte a los ojos después de eso” dijo Dylan, avergonzado “me sentíasucio e impuro por tener esas sensaciones hacia mi propia madre… ¿crees quepuedas perdonarme?”
“si, lo hare, pero solo con unacondición: quiero que me cuentes, con lujo de detalle, todo lo que hicimos entu sueño”
“¿Cómo? ¿y porque quieres sabereso?” pregunto Dylan, sorprendido
“es que me dio curiosidad” diceMeg, y se sienta en la mesa “¡vamos, quiere que me lo cuentes todo de principiohasta el final, y no omitas ni el más mínimo detalle!”
Dylan, con algo de incomodidad,comienza a contarle a su madre todo lo que esta le había hecho en su sueño y,cuando el relato termina, la milf solo se ríe mientras ve a su hijo colorado dela vergüenza.
“bueno… si eso fue todo, esperoque podamos hacer de cuenta que nada de esto paso y que yo me pueda olvidar deesa pesadilla que tuve” dijo Dylan
“pues yo no creo que lo que hayastenido haya sido una pesadilla, yo lo veo como un hermoso sueño… el cualdeberíamos hacer realidad” dice Meg, quien se acerca a Dylan y le da un beso enla boca
“¿pe… pero?” preguntó eladolecente, sorprendido
“¿Qué? El sueño que tuviste nosolo te puso cachondo a ti, sino también a mi” dice Meg, mientras agarra lamano de su hijo, y la coloca en su entrepierna
En cuanto la mano de Dylan entroen contacto con el coño de Meg, este pudo darse cuenta de que su madre estabatoda mojada
“aunque no lo parezca, tú tienesde madre a una mujer muy pervertida, Dylan, y tu relato acerca del sueño quetuviste conmigo me puso muy caliente ¡hacía años que no me sentía así!” confesoMeg, con una sonrisa “pero aun no has respondido mi pregunta: ¿quieres que recreemostu sueño en mi cama?”
“yo… no lo se… esto es muyextraño” dijo el adolecente, con muchas dudas “además, no quiero que hagas algode lo que te puedas arrepentir, mama”
“¿Qué tiene de raro? Prefiero milveces entregarle mi cuerpo a mi amado hijo antes que a cualquier otra persona,porque confió en ti más que nadie. Además, yo sé que también deseas que yo tedomine y haga todo lo que te hice en tu fantasía” dijo Meg y, nuevamente, volvióa besar a su hijo pero, esta vez, fue un beso de lengua tan intenso que lo dejosin aire “como dice el dicho: el que calla, otorga”
Meg, con mucha facilidad, cargo aDylan en sus brazos y lo llevo hasta su habitación (parecían una pareja derecién casados). Una vez allí, la milf arrojo a su hijo sobre la cama y se arrancótoda su ropa de un solo tirón.
“¡eres más sexy de lo que creí!” exclamoDylan, quien quedo completamente cautivado al ver el cuerpo musculoso,voluptuoso y desnudo de su madre
“¿y te vas a quedar allímirándome o vas a comenzar a usar tu boca?” pregunto Meg, mientras apoyaba supierna sobre la cama “¡disfruta!”
Dylan, completamente segado porla lujuria, comenzó a besar, lamer, y a acariciar la musculosa pierna de Meg,la cual parecía una columna de carne por lo grande que era. Luego, eladolecente centro su atención en los abdominales, contra los cuales refregó sucara. Finalmente, Dylan llego hasta los enormes pechos de su madre, los cualeschupo y manoseo con gran pasión. Por su parte, Meg no hizo otra cosa más que gemir y disfrutar los besos ycaricias de su hijo.
“¡que rico, Dylan!” exclamo ella,mientras el adolecente le chupaba los bíceps “¡vamos, dame un beso!”
“lo haría, pero ni parándome depuntitas llego” dijo Dylan, entre risas
“¡no hay problema, yo meencargo!” exclamo la milf, quien agarro al adolecente de la cintura paralevantarlo y poder besarlo más cómodamente
Luego, Meg puso de cabeza a suhijo mientras lo seguía sosteniendo, e hicieron el 69 de parado. La milf, de unsolo movimiento, engullo todo el miembro viril de Dylan, y este hizo lo mismocon el coño de su madre. Ambos comenzaron a darse placer oral en sus partes intestinasmientras gemían en el proceso.
“¡esto es mucho mejor que misueño!” pensó Dylan quien, mientras le daba sexo oral a su madre, se agarrababien firme de las nalgas de esta para no resbalarse
“¡siempre quise hacer esto con unhombre!” pensó Meg, mientras chupaba el pene de Dylan con fuerza “¡ser ladominante se siente increíble!”
Tras un buen rato de sexo oral,Dylan soltó su primer carga de semen, la cual lleno toda la boca de su madre, yesta se lo trago sin dificultad.
“¡perdóname, mama, debí haberteavisado!” exclamo Dylan
“no te preocupes, estuvo muybueno” responde Meg, mientras se pasaba la lengua por los labios “¡está másespeso que mis licuados de proteína!”
Después, Meg arrojo a Dylan sobrela cama, y le hizo un candado al cuello con sus piernas.
“dijiste que, en tus sueños yocasi dejaba sin aire utilizando mis muslos” dijo Meg, mientras hacía más presión“me pregunto cuanto tiempo podrás aguantar la fuerza de mis piernas”
“¡esto me encanta, hazlo másfuerte!” exclamo Dylan quien, pese a estar quedándose sin aire, estaba muyemocionado y feliz
“¡se ve que tu saliste igual depervertido que yo!” exclamo Meg, la cual también estaba muy excitada por lo quele estaba haciendo a su propio hijo
Tras un buen rato de asfixiaerótica, Meg se puso encima de Dylan y se preparó para tener sexo con su hijoen posición amazónica.
“¿estás listo para hacer realidadla última parte de tu sueño?” pregunto la milf musculosa “lo único malo es que,como no tengo condones, tendremos que tener sexo anal”
“¡por mi esta genial y es inclusomejor!” exclamo Dylan, quien estaba muy feliz “¡dame con toda, mama, no tengaspiedad de mí!”
“¿estás seguro? No creo que tudelgado y frágil cuerpo pueda aguantar toda mi fuerza”
“¡si muero quiero morir feliz!”exclamo el adolecente, mientras se ponía cómodo “¡dale nomas!”
De un solo movimiento, Meg se metióla verga de su hijo en el culo, y empezó a tener sexo anal descarado con Dylan.Los movimientos de la cadera de la milf eran muy crudos, fuertes, precisospero, sobre todas las cosas, placenteros.
“¡mas, mas… HAZME TUYO MAMA!”gimió Dylan, desesperado, se retorcía de placer y de dolor
“¡PUES TEN TODA MI FUERZA, HIJOMIO!” exclamo Meg, quien también se estaba dejando llevar por el placer “¡PEROQUE EXELENTE PIJA QUE TIENEEEEEES!”
Finalmente, y después de muchoesfuerzo, madre e hijo tuvieron un gran orgasmo, y el trasero de Meg quedoblanco a causa de todo el semen que su hijo libero dentro de él.
Al día siguiente, Dylan asistió ala escuela en una silla de ruedas, lo que llamo la atención de todos suscompañeros.
“Dylan ¿te encuentras bien?”pregunto uno de sus amigos “¿Qué fue lo que te paso?”
“yo… me caí” respondió Dylan,mientras sonría al recordar lo que realmente le había pasado
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