CAP. ANTERIOR
II
Llegué a tomar un par más, un trío más, un cuarteto más. Todos los tragos que pude. Pero ocurrieron dos cosas: no me trepaba el alcohol y el mundo en el bar empezaba a irse.
La mujer, quien luego supe que se llamaba Carla, seguía con sus chistes y de los que solo participaba con las risas. El lugar era cálido, pero no cargado de respiraciones, cigarros y trago. Solo era cálido. Estaba decorado con madera y lucía muy elegante. Por eso tuve mis dudas al entrar. Carajo, esto va a estar caro. Pero no.
Me paré, me fui al baño y en lo que me senté, me habré quedado dormido un cuarto de hora.
Me levanté porque escuché la puerta principal cerrándose. Me abroché el pantalón y en lo que me reanimaba, me mojé el pelo. Salí y empecé a oírlos.
-Uuhh…Ahhh…Sí… Mójala bien.
Carla estaba en cuatro, mostrando ese culo blanco en el centro del pequeño lugar. Chocando las nalgas muy duro contra su macho. Él ya estaba acomodado y cogía sus tetas. Ella tenía un lunar en la nalga derecha. Chiquito y lejos de la raya. Todo estaba dispuesto para verlos e “impresionarme”.
Lo noté porque ella me miraba y bajaba los ojos. Luego los subía y relamía su boca. Tranquilo di unos pasos y frente a ella, me la saqué. Verlos en acción, me activó todo. Estaba duro, sacando mi pene frente a unos desconocidos. Se la puse a centímetros de la boca pensando que a ella le gustará, pero a su marido no.
Ella hizo el ademán de tragármela y él estaba perdido en follar a su mujer. Carla se lanzó un poco hacia adelante, pero no la alcanzó. Hizo que la de él se saliera.
-L, muchacho. No seas malo y compárteme eso...
-Lo haría, pero antes debes hacer algo por mí y no sé si tu marido quiera.
-¿Qué quieres hacerle?
-Hoy me exprimieron los huevos y cuando ya no tuve leche, me tocaron el punto P (próstata). Así que tú, mi amor, si quieres de esta… Chúpame las bolas y más abajo.
-¿Y si mejor te la chupamos los dos?
-Quiero que lo hagas tu perra, también…
Estábamos ahí, en el primero de muchos tríos bi. Para ser sincero, ellos sabían que yo quería probar nuevas cosas y no solo los tenía ahí. Pero sí tienen claro que cuando quedo con ellos… Dejo todo. Fue un poco raro sentir a otro hombre. Si cerraba los ojos, sentía igual que dos hembras. Luego me acostumbré y me mantenían empalmadísimo. Ella le pasaba lengua a mis bolas, él saboreaba mi cabeza y su calor abrazaba mi palo. Con el tiempo, las veces que me los he tirado, me encantó hacerlos gemir. Ya se imaginan dónde está mi ego de macho.
Y como muchas otras veces, en los momentos más calientes. Llegó una videollamada que no podía postergar. Número chileno. Era la mujer que quiero convertir en mi cornuda.
-
Busco chicas (y en especial, peruanas) con quien sextear por aquí. Si conoces alguna, escríbeme o déjame un comentario. Me encantan.
Créditos: A quien corresponda.
II
Llegué a tomar un par más, un trío más, un cuarteto más. Todos los tragos que pude. Pero ocurrieron dos cosas: no me trepaba el alcohol y el mundo en el bar empezaba a irse.
La mujer, quien luego supe que se llamaba Carla, seguía con sus chistes y de los que solo participaba con las risas. El lugar era cálido, pero no cargado de respiraciones, cigarros y trago. Solo era cálido. Estaba decorado con madera y lucía muy elegante. Por eso tuve mis dudas al entrar. Carajo, esto va a estar caro. Pero no.
Me paré, me fui al baño y en lo que me senté, me habré quedado dormido un cuarto de hora.
Me levanté porque escuché la puerta principal cerrándose. Me abroché el pantalón y en lo que me reanimaba, me mojé el pelo. Salí y empecé a oírlos.
-Uuhh…Ahhh…Sí… Mójala bien.
Carla estaba en cuatro, mostrando ese culo blanco en el centro del pequeño lugar. Chocando las nalgas muy duro contra su macho. Él ya estaba acomodado y cogía sus tetas. Ella tenía un lunar en la nalga derecha. Chiquito y lejos de la raya. Todo estaba dispuesto para verlos e “impresionarme”.
Lo noté porque ella me miraba y bajaba los ojos. Luego los subía y relamía su boca. Tranquilo di unos pasos y frente a ella, me la saqué. Verlos en acción, me activó todo. Estaba duro, sacando mi pene frente a unos desconocidos. Se la puse a centímetros de la boca pensando que a ella le gustará, pero a su marido no.
Ella hizo el ademán de tragármela y él estaba perdido en follar a su mujer. Carla se lanzó un poco hacia adelante, pero no la alcanzó. Hizo que la de él se saliera.
-L, muchacho. No seas malo y compárteme eso...
-Lo haría, pero antes debes hacer algo por mí y no sé si tu marido quiera.
-¿Qué quieres hacerle?
-Hoy me exprimieron los huevos y cuando ya no tuve leche, me tocaron el punto P (próstata). Así que tú, mi amor, si quieres de esta… Chúpame las bolas y más abajo.
-¿Y si mejor te la chupamos los dos?
-Quiero que lo hagas tu perra, también…
Estábamos ahí, en el primero de muchos tríos bi. Para ser sincero, ellos sabían que yo quería probar nuevas cosas y no solo los tenía ahí. Pero sí tienen claro que cuando quedo con ellos… Dejo todo. Fue un poco raro sentir a otro hombre. Si cerraba los ojos, sentía igual que dos hembras. Luego me acostumbré y me mantenían empalmadísimo. Ella le pasaba lengua a mis bolas, él saboreaba mi cabeza y su calor abrazaba mi palo. Con el tiempo, las veces que me los he tirado, me encantó hacerlos gemir. Ya se imaginan dónde está mi ego de macho.
Y como muchas otras veces, en los momentos más calientes. Llegó una videollamada que no podía postergar. Número chileno. Era la mujer que quiero convertir en mi cornuda.
-
Busco chicas (y en especial, peruanas) con quien sextear por aquí. Si conoces alguna, escríbeme o déjame un comentario. Me encantan.
Créditos: A quien corresponda.
0 comentarios - ¿Probamos algo más? | 2 de 4 | Swingers