Capítulo 10 Mi prima, Mara 3

SPOILER

SPOILER

SPOILER

hiphop911ok

Si no leíste "Mi prima, Mara: El camino de la tentación" no sigas adelante...

Dejo el décimo capítulo completo de la tercera parte de la historia. Siempre estará sujeto a alguna revisión final, por lo que puede que tenga algún agregado posteriormente y correcciones.

Aunque la idea principal del capítulo está ahí.

Saludos!!

PD: Este es el último que voy a subir. Luego sacaré el libro completo



CAPÍTULO X


Ese jueves triste había quedado atrás.
Solo y oyendo la música de la fiesta de al lado, me quedé en la reposera del fondo, hasta casi dormirme.
Tres, fueron las latas de cerveza que tomé mientras me lamentaba lo vivido en los últimos meses de mi vida.
Parecía increíble repasar las secuencias que alteraron para siempre mi existencia.
Posta que era de no creer. Y por momentos, así me parecía, de hecho. Muchas veces, cuando me despertaba, veía esa luz blanca, previo a abrir los ojos, y rogaba porque todo fuera una absurda pesadilla.
Casi que lo imploraba.
Aunque claro, no lo era…
Sin embargo, hoy comenzaba un día nuevo.
Más precisamente, Sábado.
Me había mudado, de a poco me iba poniendo fuerte con mi lesión y tenía ganas de seguir adelante.
Tenía que hacerlo.
Un ex compañero del colegio, me propuso ir a la noche a una joda.
Iban a ir varios del mismo curso y otros del turno mañana, de aquella época de escuela.
Lo primero que me salió, fue decir que sí, pero después me acordé que no me daba con muchos antiguos compañeros.
Y no tenía demasiadas ganas de socializar.
Pero demasiadas opciones no tenía para ocupar el tiempo y algo tenía que hacer.
Así que le tiré la onda a dos amigos para ir. A Maty y a Maxy.
Si de joda se trataba, eran los primeros en anotarse.
Así las cosas, ya tenía algo para hacer a la noche.
Miré mi ropero y pensé “Tengo que comprarme ropa”. Hacía bastante que no iba de shopping, digamos.
Y la última vez había sido…
En fin, con lo que tenía ahí me iba a arreglar…
Recuerdo que ese día me miré en el espejo. Pero me miré bien, con atención.
Me resultó extraño ver mi cara, algo pálida y con la zona que bordeaba los ojos, más oscuro. Como ojeroso.
Pequeños cambios, ja…
Aunque de físico venía muy bien. Parecía mentira lo que me había pasado.
Porque si tuviera que dar mi opinión, diría que me recuperaba más rápido de lo pensado…
Por la tarde fui un rato para la casa de mi vieja. No podía quedarme quieto.
Fue ahí donde me encontré a mi hermano Mike y tomamos unos mates. Como no podía ser de otra manera, el tema de Mara, salió.
MIK: Che… ¿Qué onda con Mar?
Me resultó extraña su pregunta.
YO: Todo bien ¿por?.- Contesté esquivo
MIK: No, de chusma… Ayer me la crucé y me preguntó por vos…
YO: ¿Ah sí? ¿Qué te dijo?
Me parecía raro.
MIK: Me preguntó cómo andabas, si te estabas cuidando porque no habló mucho con vos…
YO: Ahhh… Sí, hace unos cuantos días que no hablamos.
No quería contarle lo ocurrido.
Ni mucho menos todo lo anterior.
MIK: Igual, le dije que no sabía mucho porque ya te habías mudado jaja
YO: Ta bien…
Noté como que quería saber más, pero no dijo nada.
No me gusta ocultarle cosas o mentirle, pero un tema así no dependía solo de mí contarlo.
Era heavy…
Conversamos un rato hasta que se fue a juntar con sus amigos.
Me pregunto qué me diría si supiera lo del último año…
Probablemente se decepcionaría. Y no lo culpo…
Mi otro hermano, estaba internado en su computadora así que me disponía a irme, cuando mi vieja me enganchó para que le hiciera unas compras en el hipermercado de la zona.
Eran muchas cosas y, dado que se mataba laburando, no daba que la dejara en banda.
Así que me llevé la lista y arranqué para ir a comprarle las provisiones.
No me llevó demasiado tiempo. Ni esfuerzo.
El autoservicio fue uno de los mejores inventos del siglo xxi, sin dudas, je.
Se gana mucho tiempo.
No sé a que viene esto, simplemente es un dato de color. Lo importante vino en el momento posterior a la compra.
Cuando estaba camino de regreso, pasé por una pequeña y conocida plaza del barrio.
Una figura femenina que se encontraba sentada se me hizo muy familiar.
Reduje la velocidad para indagar sobre su identidad, ya que me llamó la atención a la primera, generando curiosidad en mí.
Sí, se trataba de Mara…
No podía ver con claridad por los vehículos estacionados y los árboles, pero parecía estar sentada, sola, apoyada con los codos en sus piernas y sosteniendo algo entre sus manos.
Tenía la cabeza gacha.
Algo no me gustó de esa imagen.
Puse balizas más adelante y bajé del auto, dejándolo en doble fila estacionado.
Ella no se movía de esa posición.
El canto de los pájaros se oía como en una filarmónica.
Al subir a la vereda y aproximarme al banco donde ella estaba, dije:
“¿Mara?”.
Inmediatamente que me oyó, levantó la cabeza y me vió. Guardó lo que tenía en la mano, que finalmente no pude llegar a ver. De todas formas, me pareció que era un pequeño paquete o caja.
Cuando vi su cara supe qué hacía.
Había estado llorando al parecer, ya que tenía los ojos rojos y la cara muy colorada.
Me incomodó verla así…
Fue impactante.
Llegué hasta donde estaba ella, preocupado.
YO: ¿Qué pasó? ¿Estás bien?
Enseguida quiso desconocer mi pensamiento.
MAR: ¡Ei! Sí, sí… Estoy un poco alérgica jeje…- Y puso cara de que estaba todo bien.
Obvio que no le creí, pero tampoco quise insistirle.
YO: ¿Qué haces acá en la plaza, sola?
MAR: Me vine a comprar un perfume y pasé un rato, a tomar aire.- Dijo aún con los ojos bien claros, producto de las lágrimas que tuvo. El contorno rosado de sus ojos, no era producto de su rubor…
Me quedé mirándola, sabiendo que algo andaba mal.
MAR: ¿Vos, qué hacías?
YO: Volvía del mercado y te ví… ¿Estas a pata?
MAR: Sí, vine caminando…- Expresó con algo de tristeza en la mirada.
Odiaba verla así. Tan vulnerable.
Siempre ocurría algo que nos terminaba acercando.
¿Increíble, no?
Me ofrecí a llevarla.
YO: Vení… Yo te llevo…
MAR: No, está bien… No te molestes…
YO: No me molesta, tonta jaja… Vamos antes de que me multen.- Le contesté con gracia.
Tal vez la convenció mi mueca sincera.
Pero accedió.
MAR: Bueno, dale…- Dijo tímidamente.
La notaba con cierta fragilidad. Hasta en sus movimientos. Lentos y pausados.
Era la imagen totalmente opuesta a la que acostumbraba tener.
Subimos al auto.
En silencio, hicimos las primeras cuadras.
Ella iba quieta, mirando por la ventana.
Tenía esa mirada extraña, de desgano. Jamás la había visto tan apagada.
Estaba seguro de que era por nosotros. No porque me creyera importante, pero ¿qué otra cosa podría ponerla así?
Decidí romper el hielo.
YO: Hoy hay una fiesta en lo de Mauro, el del cole…- Le dije
MAR: Sí, Lara me dijo…
Lara era otra ex compa de la secu.
Ninguno de los dos tenía trato con ella. En realidad, Mara solo se hablaba cada tanto, pero no tenía demasiada relación.
YO: ¿Lara Mayer?.... Hace mil años que no hablo…
MAR: Sí… Siempre me dice de juntarnos, pobre…
YO: ¿Y vas a ir?
Me miró.
MAR: No ¿Vos?
YO: Sí, pero me llevo dos amigos… Re embole si no…
MAR: Ah, bien jaja.- Exclamó tenuemente.
YO: ¿Por qué no vas? Te despejas un rato, ves a alguno de los chicos de la secu…
MAR: Tendría que llevar amigas también…- Expresó sincera.
La miré.
Me causó gracia, ya que estábamos en la misma situación. Por lo que me reí y a ella se le dibujó una pequeña mueca en la cara al verme.
YO: ¡Dale, anda!
MAR: No sé, ni ganas… Ya veo que me decís a mí y vos tampoco vas después jajaja
YO: Jaja no, ya me comprometí a ir… Además, necesito un poco de joda.-
MAR: Vos cuidate… No seas tonto… ¡Y no chupes!
Llegamos a su casa.
No estábamos muy lejos.
YO: Bueno jaja Y vos empezá a comer que estás muy flaca…
Se rió levemente, como si la hubiera pescado infraganti.
Probablemente estaba comiendo poco.
MAR: ¡Bueno, vos cuidate y yo como! ¿Dale?.- Expresó sonriendo.
YO: ¡Dale!
Nos miramos dos segundos.
Enseguida, me dio un beso.
MAR: ¡Gracias por alcanzarme!
YO: ¡No, de nada!
Su aroma había invadido el auto.
Se iba mejor que cuando la encontré pero aún así, sabía que estaba todo mal.
No sé por qué el destino me la seguía poniendo en el camino.
No había más nada por hacer. Y allá iba otra vez…
Es increíble pensar que a veces la vida se ensaña con uno y no la corta.
Antes, cada vez que veía a Mara a los ojos, era ver a un ángel, a una diosa, a todo lo bueno que pudiera tener, resumido en el cuerpo divino de una mujer.
Lo era todo para mí.
Ahora, cada vez que la miraba, tenía esa sensación de bronca, ira. No solo con ella.
Conmigo mismo, también.
Me odié mucho por lo que pasó. Me sentí un imbécil.
¿Cómo pude poner el placer por sobre el amor?
Sé que es fácil hablar en frío, pero teniendo en cuenta la soledad que me regocijaba en su seno, sin Mara, sin Sabrina, no encontraba explicación a tamaña actitud promiscua.
Y lo peor de todo, es que no podía estar con ninguna de esas dos personas que me querían.
¿Es posible que dos personas que se aman tengan esas conductas extremas?
¿O que de un momento a otro corte los lazos con vos y no vuelva a hablarte?
Por supuesto que nada tenía respuesta para mí.
Estuve como 10 minutos parado en la puerta de la casa de Mara, pensando en todo.
Y por último, algo que no me cerraba.
¿Qué hacía sola en esa plaza? ¿En qué pensaba?
Me había dejado no mal, pero sorprendido.
En fin, necesitaba salir y esa noche parecía ser un remedio inmediato para seguir ocupando la cabeza con otras cosas.
Entre lamentos, terminé los mandados y me volví a casa.

Ya por la noche, cuando estaba cerca de irme a la fiesta, me volvió a escribir Sofía.
¡Que colgada! pensé. Te contesta cada 7 días…
“Uhh… Re colgué, perdón
Casi ni entro a face hehe
¿¿Qué contas??”
Al parecer, no era muy de las redes…
YO: Jajaja todo bien, vos?
YO: Qué es de tu vida tanto tiempo??
Le respondí y me dije “bueno, la semana que viene me contesta”, pero sorpresivamente, me contestó al toque.
SOF: ¡Laburando a full! Haha
SOF: Soy arquitecta 😁
SOF: ¿Vos?
¿Arquitecta?
Bien ahí, pensé.
YO: Bien!!! Qué copado!
YO: Yo, abogado jaja
SOF: Ladri…
SOF: Naa chiste hahaha
What?
Me hizo reír.
YO: Ahhh tantos años y ya me gastas….
YO: Jajaja
SOF: Naaa hehe
SOF: ¿Y Mara? ¿cómo anda? Hace mil que no hablo
SOF: ¡Supe que empezaron a salir!
Ufff
No quería ponerme a explicar todo.
YO: Bien, bien… No hablas vos con ella?
YO: No estamos juntos ahora…
SOF: Uhh... Metí la pata, ¡perdón!
YO: Pero está todo bien, de hecho hoy la vi...
SOF: Creí que estaban juntos…
YO: No, todo bien…
YO: Y vos? Por qué desapareciste del mapa?? Jaja.
Le dije para cambiar el tema.
SOF: Todos me preguntan lo mismo haha
SOF: No sé… Tampoco es que era muy compinche…
YO: Jajaja
En ese momento, llegaron los pibes.
Ya tenía que irme.
Les abrí y le escribí a Sofía.
Estaba interesante la charla, seguramente, la seguiría otro día.
YO: Me tengo que ir ahora Sofi, nos juntamos de Mauro, no se si te acordas de él, pero después hablamos!!
YO: Arquitecta… Excelente, eh!!
SOF: Haha ¡dale, vaya!
SOF: ¡¡Como olvidarlo!! Haha
YO: Ah sí? Por?
SOF: Otro día te cuento 😁
YO: Jaja dale… Yo hace años no lo veo!!
SOF: Debe seguir siendo el mismo Maurito hehe…
¿A qué se refería?
YO: Hablo con él y te informo jaja
YO: Nos vemos!
SOF: Dale
SOF: Si la ves a Mar, ¡mandale mis saludos!
YO: Bueno!
YO: Un beso!!
SOF: 😘
Bueno, bien.
Pude intercambiar más de una palabra seguida.
¡Qué loco!
Me llamó poderosamente la atención el hecho de que fuera arquitecta.
No por una cuestión de capacidad, claro que no, pero sí por carácter.
Debería de tener una personalidad muy fuerte como para destacar en una profesión que está plagada de hombres.
No me extrañaría que tuviera a más de uno comiendo de su mano.
MAX: ¿Nos vamos de joda o no nos vamos?.- Me dijo porque yo estaba meta a mandar mensajes.
YO: ¡Arranquemos!
Los dos sabandijas vinieron con los ojos rojos. Me pregunto por qué…
No estábamos muy lejos de la casa de Mauro.
Tenía una casa importante, según recuerdo, ahí por Larroque.
Siempre lo jodían por considerar que su familia estaba “llena de guita”.
Me acuerdo que venía todo peinadito y prolijito al colegio. Muy “nene de bien”.
MAT: ¿Y qué onda tus amigos?.- Me preguntó.
YO: Qué sé yo, a muchos no los conozco… Y a otros hace mil que no veo…
MAX: ¿Y pa qué mierda vas? Hubiéramos ido a un pool.- Expresó entre risas.
YO: No seas plaga… Me invitó Mauro… Es copado, les va a caer bien…
MAT: Nosotros vinimos para ver un par de culos nomás…
Maxy se murió a carcajadas.
YO: ¿Sabes que lo imaginé?
Qué hijos de puta…
Los dos…
Pero bueno, de seguro tendría un rato de risas garantizadas… Por el choque de culturas de los grupos de pibes y por lo… Bueno, no hace falta que lo diga…
Llegamos y me di cuenta que su casa era igual a la que recordaba. ¡Enorme!
Se oía música y había gente deambulando por ahí, en el parque del frente.
Algunas, eran caras conocidas.
Mis dos amigos se miraron como diciendo “flor de rancho”, je.
Entramos, saludamos a la mayoría y anduvimos por ahí un rato hasta que apareció el anfitrión.
“¿Qué haces, papá?”, le dije al verlo.
Enseguida me vino a saludar.
MAU: ¡Uhh, loco! ¡Tantos años!
Me saludó afectuosamente con un abrazo.
YO: Jeje, bien ¿y vos? Vine con dos amigos…
Él los saludó con muy buena onda.
MAU: Bien, joya ¿Sabes hace cuánto quería organizar una reunión como ésta? jaja
Me encantó el término. “Reunión” je.
YO: Jajaja muchos andaban perdidos…
MAU: Che ¿Y Mara, tu prima-novia?.- Exclamó con onda. No fue con mala intención.
YO: Hay un tema…- Le dije mirándolo sugestivamente.
Entendió perfectamente lo que quería decir.
MAU: ¡Uhh… No sabía! Siempre cagandola
YO: No pasa nada… ¿Vos, estás de novio?
MAU: No, no… ¡Pasen y sírvanse lo que quieran!
YO: ¡Dale! Trajimos bebidas así que enseñame la cocina
MAU: Con todo gusto jaja
Me gustó la onda del pibe después de tantos años.
Mientras caminábamos adentro le conté que me había hablado Sofía.
MAU: ¿Me jodes?.- Expresó girando la cabeza de golpe.
¿Qué onda? Me pregunté.
Me quedé extrañado.
Se rió de costadito.
YO: ¿Qué onda vos con ella?
MAU: No, nada, nada jaja
YO: No seas guacho… ¡Contame!
MAU: No, es muy vergonzoso… Otro día te cuento.
¿Vos también? pensé.
En definitiva, algo había pasado entre ellos.
Me causaba mucha intriga qué podría ser.
Yo miraba alrededor y estaba lleno de minas. Mal…
Los que estaban estupidizados eran Maty y Maxy.
Se les iban los ojos para todos lados. Muy chistoso.
Si Eddie estuviera acá, me dije.
Después de mucho tiempo, me estaba riendo bastante.
¡Y cuánto lo necesitaba!
Pasó un rato en el que hablábamos con los chicos, sentados en una mesa ratona y unos sillones.
Ya habían encontrado ese lugar y nos los iba a mover nadie de ahí…
La música estaba al punto justo en ese sitio y tenían un palco perfecto, que apuntaba a un grupo de chicas que allí bailaban.
¡No cambian más! pensé.
Yo me había preparado un fernet, hacía un buen tiempo y lo tomaba tranquilo.
Más cola que fernet, obvio.
Agarré el celu y entré a ver los mensajes de whatsapp que tenía.
Eran del grupo de los chicos, en el que me tiraban la bronca por no haber llevado a todos.
Pero cuando respondí, me aparecía “cargando”y quedaba el relojito en los textos enviados.
Se había colgado la aplicación, quién sabe hace cuanto.
Bueno, vine a divertirme, me dije a mí mismo. ¿Qué más dá?
Mauro, contra todo pronóstico, había pegado muy buena onda con Maty y Maxy y se había sentado con nosotros.
Me causaba gracia, porque son dos personajes mis amigos, pero no siempre se daba que tuvieran onda con otros grupos de personas. Sobre todo, si estos eran bastante diferentes a ellos.
Y ahí estaba yo, después de mucho tiempo, en una joda con ex compañeros del colegio y rodeado de chicas que no conocía.
Todo iba bien, hasta que la silueta de una mujer se acercó caminando.
Me acuerdo que en ese momento sonaba la canción “Love me again” de John Newman.
Fue como algo escénico, artístico.
Venía caminando entre la gente y destacaba frente a todos. Como si se hicieran paso ante su presencia.
Esa mujer era Mara.
Me quedé mirándola.
¡Finalmente había venido!
Mis ojos la scanearon desde la punta de los pies, hasta el último trecho de su pelo.
Tenía un vestido negro, corto.
Una camperita de cuero cortita y una botas.
Admito que me impresionó lo linda que estaba.
Más que nada por la terrible presencia que marcaba.

“I need to know now, know now
Can you love me again?”

Maty me vio que estaba estático.
Se percató de que ella había llegado.
“Y eso que está lleno, eh…”, oí que expresó.
Mara me vio.
Al notar que yo la miraba, hizo una sonrisita de costado, mirando hacia abajo.
Vino directo a saludarme.
No sé qué me pasó, pero quedé impactado al verla.
Nada que ver a cómo estaba más temprano.
Posta que estaba hermosa.
MAR: ¡Hola!.- Me dijo sonriendo.
Volví a la tierra luego de unos instantes.
YO: ¡Hola, viniste!.- Le dije
MAR: Sí… Me convenciste jeje
Cuando me saludó, su perfume me golpeó como un gancho de De la Hoya.
Me dio un beso en el cachete.
Vio que tenía un vaso de fernet.
MAR: Fíjense que no tome, eh… Voy a saludar a las chicas.- Expresó.
Se fue caminando hacia un grupito de chicas que estaban allí.
Me quedé observándola como en piloto automático.
“¡Ei!” me dijo Maty.
Vi sus piernas, imponentes mientras daba cada paso. Lisas, torneadas, perfectas…
Algo me había pasado.
Quedé idiotizado por un momento. Hasta que volví a mí.
Creo que nadie podría evitar quedarse mirando así a alguien como ella. Imposible.
Maty se reía.
La tenía de frente y no sé por qué, pero se me iban los ojos hacia ella.
Luego, me daba cuenta de lo que hacía y seguía hablando con los chicos.
Mauro la captó, también.
MAU: Igual, quedate tranquilo que ninguno de los pibes que está acá se le va a acercar… Menos estando vos jaja
YO: ¿Eh? No, nada que ver…- Me hice el boludo.
Maxy también me hacía gestos como diciendo “andá”.
La verdad es que no lo iba a hacer. No iba a confundir las cosas. ¿Para qué?
Pero lo cierto es que Mara también miraba hacia donde yo estaba.
Se daba cuenta que a veces yo ponía mi visión en ella.
Sonreía.
Pero no… No podía hacerlo.
No tenía por qué ir. Si estaba bien así… Después, iba a ser todo un lío, al pedo.
Pasó un rato.
Mientras intentaba sacarle a Mauro eso que no me quería contar, observé que un flaco que yo no conocía se le acercó a Mara para hablarle.
Mauro miró y luego me preguntó:
MAU: ¿Lo conoces?
YO: No, ni idea… ¿vos?
MAU: No tengo ni la más mínima…
Mara parecía contestarle lo que le decía.
Era un pibe alto, como yo, delgado, morocho de pelo corto.
Me quedé ahí…
¿Qué podría hacer? ¿Ir a sacarselo de encima?
Ya no tenía nada que ver con ella… Podría hacer lo que quisiera.
Comenzó a sonar “One more night” de Maroon 5.
Ella me miró mientras el flaco le hablaba.
¿Por qué?
¿Me estaba llamando?
Volví mi vista hacia los pibes.
MAT: Guacho… No te tengo que decir lo que tenes que hacer…- Me dijo poniendo cara de “ya”.
YO: Ya no estamos juntos, chabón…- Le contesté
MAT: No sé… Yo te digo…
YO: Nunca te pregunté, pero ¿por qué carajos la llamaste a ella cuando me descompuse en la cancha?
MAT: ¿Cuando te agarró eso?
YO: See
MAT: ¿Me estás cargando?.- Expresó riendo.
YO: No… ¿Por qué?.- Le contesté extrañado.
MAT: Vos me dijiste que la llame a ella…
Sentí como un escalofrío que me recorrió el cuerpo.
YO: ¿Qué?
MAT: Sí, salame… Estabas tirado, con los ojos blancos y no parabas de decir “¡llamá a Mara!”.
No podía creerlo.
Mi corazón se aceleró de golpe. Unos pálpitos fuertes comenzaron a hacerse sentir en mi pecho.
Giré mi cabeza hacia ella. Me estaba mirando.

“But baby there you go again, there you go again making me love you
Yeah, I stopped using my head, using my head
Let it all go…”

Algo se encendió dentro de mí.
Como un fuego que me quemaba.
No podía quitar mi vista de ella.
Ambos nos quedamos viendo.
Y por mi por primera vez en mucho tiempo, sentí que todo alrededor desaparecía, excepto ella.
¿Pedí por ella?
Ahí estaba mirándome, hermosa. Volviendo a atraer todos mis sentidos.
De forma automática me levanté de donde estaba sentado.
No sé la razón que me motivó a hacerlo.

“Try to tell you, "No"
But my body keeps on telling you, "Yes"
Try to tell you, "Stop"
But your lipstick got me so out of breath…”

Comencé a caminar hacia ella.
Mi mente sabía exactamente lo que iba a hacer.
Aunque no sé cómo salió de repente esa necesidad imperiosa de llegar a donde estaba parada, mirándome.
Mara abrió los ojos bien grandes al verme caminando.
Creo que comprendió a la primera lo que iba a pasar.
Me pregunto por qué iba a pasar...
¿Por qué iba hacia ella así, sin más?
Llegué a su lado.
El flaco que le hablaba, pareció percatarse de mi presencia y se enmudeció.
Mara me miró con intriga, suspenso y algo que no sé explicar, pero era como si esperara algo de mí.
Con la vista totalmente fijada en mis ojos.
Una vez más, me encandiló su belleza celestial.
A pesar del tenue ambiente, podría apreciar cada milímetro de su rostro tímido.
Alcé mi mano y la apoyé en su mejilla suavemente.
Ella se dejó y deslizó su cara sobre mi palma como si eso fuera reconfortante.
Me vino a la mente nuestro primer beso. Uno de los momentos más felices de mi vida.

“Got you stuck on my body, on my body like a tattoo,
yeah-yeah-yeah, yeah…”

No pude contener el deseo irrefrenable de besarla.
La tomé con el brazo derecho y fui hacia ella.
Cerró sus ojos y esperó lo inevitable.
Nuestros labios chocaron como dos meteoritos.

“So I cross my heart, and I hope to die (oh-oh, oh-oh)
That I'll only stay with you one more night (oh, oh-oh oh)
And I know I've said it a million times (oh, I've said it a million times)
But I'll only stay with you one more night
(Yeah, baby, give me one more night)...”

La abracé con fuerza mientras no podía dejar de besarla.
No sé qué era lo que me impulsaba.
Solo sé que no podía parar.
Ella hizo lo mismo.
Oírla suspirar fue demencial…
Me sostuvo muy fuerte, como si fuera la última vez que me iba a ver.
El sabor de su boca me hizo regocijar.
¿Qué ocurría?
Otra vez estábamos devorándonos el uno al otro.
A pesar del barullo y la música, podía sentir sus suspiros, cada vez que podía tomar un poquito de aire.
No sé qué ocurría a nuestro alrededor. Tampoco me interesaba demasiado.
Necesitaba su boca, su aroma, su calor.
Y permanecimos así por un rato.
Fue algo inexplicable. Impensado.
Ella apoyó su cabeza en mi hombro.
Podía sentir cómo le latía el corazón. Muy acelerado.
Yo le daba pequeños besos a su cuello y me anestesiaba con su perfume.
¿Cuánto había pasado?
Mara pasaba su cabeza sobre mi pecho, sintiendolo como nunca.
Como cuando abrazas a alguien que extrañas mucho y no queres despegarte.
Yo traté de no pensar demasiado. Solo seguí mis impulsos.
Cuando por fin miré, el flaco que estaba ahí, había desaparecido y las chicas, también.
Mara y yo, de nuevo.
Ella me miró visiblemente conmovida y sin soltarme.
Yo le sonreí levemente y la acaricié en el pelo, de costado. Estaba sumergido en su aroma.
Me dio otro beso en la boca.
“Chuijj” se oyó.
MAR: Te extrañaba mucho…- Dijo de forma muy dulce.
Yo no estaba seguro de qué decirle. Solo le hice caso a lo que me salía desde el fondo del alma.
Le contesté con otro beso y acariciando su espalda.
Trataba de no pensar, porque sabía muy bien lo que pasaría si no…
Ahora ella fue quien besó mi cuello.
Aún tenía el ritmo cardíaco acelerado.
YO: Estás hermosa…- “Muack” le hice en el cuello.
Me apretó más fuerte.
Era cierto lo que le decía.
Luego me miró de nuevo.
MAR: ¿De verdad quisiste besarme?.- Expresó con los ojos un poco rojos.
YO: Sí…- Yo tampoco la soltaba.
Quizá no lo expresaba con palabras, pero quería hacerlo.
Quería estar ahí con ella.
Con cierta emoción en sus ojos, volvió a darme un beso.
MAR: Lo último que querría es que lo hicieras por lástima…
YO: ¿Estás loca?... Yo hago lo que siento… Y esto siento ahora…
La agarré de la cara con las dos manos. Hacía mucho, demasiado tiempo que no tomaba contacto con su piel.
Me hizo sentir como una sensación de vértigo en el estómago.
Le sonreí como solo ella podía saber lo que en verdad pensaba y mostraba.
MAR: No sabes cuánto esperé esto… No puedo creer que estés acá conmigo… Si no lo sentís, por favor, no lo hagas.- Exclamó casi al punto de llorar.
Me miraba muy tierna, con los ojos vidriosos.
Comprendí lo importante que era para ella.
YO: Lo único que sé… Es que ahora, acá, quiero estar con vos… O en cualquier lado…
Le salió una sonrisa de alegría, con algunas lágrimas.
Y otra vez me abrazó.
Ya no recordaba cuando habíamos tenido un momento así.
YO: ¿Nos vamos?.-
Me miró sorprendida.
MAR: ¿Sí?
Quizá no se esperaba esa propuesta.
No así.
YO: ¿Te gustaría irte conmigo, ahora?.- Le dije convencido, mirándola a los ojos.
Recién había llegado y yo le proponía irnos. ¿Por qué?
Me hizo gesto de “sí” moviendo la cabeza.
No me importaba lo que dijeran todos. Tampoco dejar a mis amigos ahí.
La tomé de la mano para salir.
Sin mirar a nuestro alrededor, caminamos hacia la puerta.
Hubo algunos rostros que miraron sonrientes. Como si esperaran vernos así. O al menos eso me pareció.
Me la llevé como si fuese un nene.
Increíble la cantidad de gente que había. Pero para mí era como si no existieran.
Para ella tampoco, que venía contenta a mi lado.
Recuerdo que llegamos al auto y ambos nos miramos con cierta timidez.
Pero su rostro ya no cargaba esa tristeza que venía siendo recurrente en su vida.
Lo puse en marcha y antes de arrancar volvimos a fundirnos en un beso.
Fue algo sorprendente. Yo no había planeado eso. Creía que nunca iba a pasar.
También sabía que era algo peligroso de hacer. Que podría terminar mal para ambos.
Pero en ese momento, lo único que quería era estar con ella.
Como por 3 minutos nos comimos la boca sin parar, como en la puerta de un boliche. La acaricié…
Me di cuenta de las ganas que tenía de hacerle el amor.
Así que sin más, emprendimos camino para mi casa.
Ninguno de los dos habló en esos 10 minutos que tardamos en llegar, pero se apoyó en mi hombro, agarrándose de mi brazo y no se despegó hasta que llegamos.
Me gustó que lo hiciera y en varias ocasiones la besé, de costado.
Al llegar, entramos rápidamente porque era bastante tarde.
Cerramos la puerta.
Otra vez, solos ella y yo.
Se asemejaba muchísimo a tiempos pasados.
Apoyó su chaqueta y me miró como tantas veces lo hizo en el pasado. Era como si en sus ojos hubieran dos océanos profundos y verdes.
Me dio un pico y se fue para el baño.
Yo aproveché para estirar un poco la cama porque ni armada estaba.
Increíble que tuviera esas ganas de usarla con ella… Después de tanto.
Puse la radio muy bajita, en Aspen.
No pensaba en nada más, solo en estar con Mara.
Estaba a gusto con eso.
Fue cuando ella entró a la habitación.
Yo estaba terminando de equilibrar el sonido.
Me miró muy tímida.
Se agarró el pelo y me clavó esos ojos de gato que me volaron la cabeza.
Tuvo que transcurrir mucho tiempo para que volviera a verla así. Para que me provocara esa necesidad de querer poseerla.
Estaba toda ruborizada, casi nerviosa en sus muecas. Podía percibirlo a una legua de distancia.
¿Por qué me ocurría esto? ¿Ahora?
Mi deseo de estar con ella era muy grande.
Recuerdo que le sonreí y se me puso frente a frente.
También sonrió, toda colorada y colocó sus brazos a los lados de mi cuello.
El corazón me empezó a latir fuerte.
Escuché un suspiro enorme antes de que me besara.
Creo que la canción de Soda Stereo que se estaba reproduciendo, hacía más íntimo ese sentimiento recíproco que estábamos teniendo luego de tanto tiempo.
“Corazón delator”...
¿Por qué no?
La sostuve firmemente de la cintura, acariciando su espalda.
La abracé con muchas ganas. Como si necesitara hacerlo…
Su imponente figura se estrelló sobre mí.
Nos besamos con fuerza. El roce que tenían nuestros labios era poderoso.
“Ummm ommm” se escuchaba.
Había vuelto a sentir cada beso de Mara, como una inyección de energía cinética.
MAR: Te extrañé mucho… haa…- Me dijo como si hubiera permitido que su alma hable por ella.
Le apreté fuerte el labio…
Involuntariamente le hacía caricias por el cuerpo. En la espalda, en la cola, en la cintura.
No podía dejar de hacerlo.
El sabor de su saliva era delicioso.
Me daba mucho placer tragarla. Y nuestras lenguas se fundían como si fueran una.
Siempre me mandaba lengua de forma zarpada y, esta vez, no era la excepción.
Me hacía suspirar…
Contra viento y marea, nos devoramos el uno al otro, una vez más.

“Un suave látigo
Una premonición
Dibujan llagas en las manos
Un dulce pálpito
La clave íntima
Se van cayendo de mis labios…”

Mara no dejaba de apretarme con sus manos.
Y yo no dejaba de succionar su boca, su piel.
Ella respiraba agitada, casi sollozando.
Eso provocó una erupción de deseo en mi cuerpo.
Tenía la verga muy erecta, como antaño, esperando salir y liberarse.
Bajé mis brazos y la tomé de la cola, alzándola.
Me suspiró fuertemente en la boca, haciéndome gemir dentro de la suya.
Mi esencia ya sabía a ella, olía a ella.
Moría por hacerle el amor.
No entraba otra idea en mi cabeza. No otra que esa.
Como si fuera una inteligencia artificial, programada con una misión, con un solo algoritmo.

“Como un ancla
De mis labios
De mis labios…”

Caminé con ella hasta mi cama.
Lentamente.
Me complacía mucho tener su divino cuerpo encima del mío.
Sentía sus gomas contra mi pecho.
Quería que las liberara.
Aún no abría sus ojos, pero me tomaba dulcemente del rostro.
Su calorcito me resultaba reconfortante.
“Te quiero, te quiero…” me dijo con mucho sentimiento.
“Yo también te quiero” le contesté apoyándola sobre la fría cama.
Me sonrió como con alivio. Como si estuviera esperando que le dijera lo que sentía por ella.
Puse mis brazos a sus costados, y me apoyé sobre mis codos, quedando completamente sobre ella.
MAR: Aaa….- Suspiró cuando lo hice.
Seguí besando su boca una y otra vez, como si lo hiciera en forma retroactiva.
Me llamaba la atención la manera en que Mara me abrazaba. Muy fuerte, como si no quisiera dejar de tocarme.
Mientras la besaba con mucho calor, quedé apoyado sobre sus gomas.
Hacía mucho tiempo que no las sentía así.
Grandes, contra mí. Y que no la tenía tan cerca.
No pasó demasiado tiempo hasta que la tomé del vestido.
Quería ver toda la piel de esos globos hermosos que siempre tuvo.
Cuando se lo empecé a bajar, pegó un suspiro enorme.
“Haaaaaoo”.
Le bajé el vestido hasta el ombligo.
Sus bellas tetas, cubiertas por un corpiño de encaje negro y bastante transparente quedaron a mi merced.
Podía notar como respiraba agitada, ahí viéndome, toda colorada.
Tanto tiempo sin ver ese cuerpo de diosa.
Esa cintura única…
Quería cogerla toda…
Me saqué la remera ante su atenta mirada.
Otra vez, nosotros…
Trataba de no pensar en otra cosa.
MAR: ¿Podes…?.- Me preguntó, obviamente por lo que me había pasado.
Le contesté con una sonrisa, de costado.
MAR: De verdad te pregunto… No quiero que te pase nada…- Exclamó con dulzura.
YO: Puedo, hermosa…- Le contesté arrancándole un beso. Todo su labial estaba impregnado en mi cara.
En verdad pareció que el tiempo había retrocedido.
MAR: Quiero que me hagas el amor… Como antes…- Expresó cerca de mis labios, con algo de vergüenza y acariciando mi pecho, mirándome muy tímida.