La primera vez que le había visto la pija sin querer fue ésa noche de carnaval que volvió " del baile" bien borracho y me pidió ayuda para entrar en el baño...
Mirando sin querer mirar comprobé el tamaño formidable de la verga de mi padrino.
- Es grande? Te gusta? -... Me dijo mientras sacudía la chota meando en chorros entrecortados... Sonriendo sin pudor retiraba el prepúcio negro y curtido pelando la cabeza de ésa herramienta.
Era un semental gringo de 32 años, un hombre en toda su plenitud, de físico grueso, buena altura y una verga tremenda que hacía juego con el porte del tipo de macho latino de esos años. Su sexo era hermoso en tamaño y proporción.
Lo acerque al baño y lo ayude a aflojar el cinturón y le bajé el cierre... Me quedé en suspenso mientras hacía esfuerzos con su mano tratando de retirar la pija de su boxer.
El Payo saco la pija más enorme y rosada que había visto después de la verga de mi viejo, la única diferencia entre esos dos pijones era el color de la piel y los pendejos, pero iban a la par en largo grueso.
Ésa misma noche, haciendo el tonto lo saqué del baño y lo lleve a la cama mientras "todo le daba vueltas ", así que aprovechando su "mareo" lo tumbé en la cama boca arriba mientras le iba quitando la ropa y el calzado. Cuando quedó en calzoncillos estaba tan ebrio que no se dió cuenta de que se le escurrían la garcha y los huevos peludos por un lado del boxer.
Sin pensarlo y sin permiso, estiré mi mano y me agarré de su sexo tratando de medir y sopesar ésa tranca de carne y nervios inflamados.
El tipo no tenía reacción, solo se reía inconciente y disfrutaba de esas caricias íntimas como perdido, tratando a la vez de sacarme de su entrepierna con pocas ganas hasta rendirse cuando sentían la succión poderosa de mi boca apretando el borde del glande que se iba inflamando con mi lengua frotando el cuello de la verga.
Mirando sin querer mirar comprobé el tamaño formidable de la verga de mi padrino.
- Es grande? Te gusta? -... Me dijo mientras sacudía la chota meando en chorros entrecortados... Sonriendo sin pudor retiraba el prepúcio negro y curtido pelando la cabeza de ésa herramienta.
Era un semental gringo de 32 años, un hombre en toda su plenitud, de físico grueso, buena altura y una verga tremenda que hacía juego con el porte del tipo de macho latino de esos años. Su sexo era hermoso en tamaño y proporción.
Lo acerque al baño y lo ayude a aflojar el cinturón y le bajé el cierre... Me quedé en suspenso mientras hacía esfuerzos con su mano tratando de retirar la pija de su boxer.
El Payo saco la pija más enorme y rosada que había visto después de la verga de mi viejo, la única diferencia entre esos dos pijones era el color de la piel y los pendejos, pero iban a la par en largo grueso.
Ésa misma noche, haciendo el tonto lo saqué del baño y lo lleve a la cama mientras "todo le daba vueltas ", así que aprovechando su "mareo" lo tumbé en la cama boca arriba mientras le iba quitando la ropa y el calzado. Cuando quedó en calzoncillos estaba tan ebrio que no se dió cuenta de que se le escurrían la garcha y los huevos peludos por un lado del boxer.
Sin pensarlo y sin permiso, estiré mi mano y me agarré de su sexo tratando de medir y sopesar ésa tranca de carne y nervios inflamados.
El tipo no tenía reacción, solo se reía inconciente y disfrutaba de esas caricias íntimas como perdido, tratando a la vez de sacarme de su entrepierna con pocas ganas hasta rendirse cuando sentían la succión poderosa de mi boca apretando el borde del glande que se iba inflamando con mi lengua frotando el cuello de la verga.
1 comentarios - " Arma o Herramienta"... El Payo