Después de esa noche nos bañamos juntos y todo siguió como de costumbre. Hicimos vida de pareja típica, cenando, mirando televisión, organizando nuestras actividades, etc. Algo implícito comenzaba a suceder, se había vuelto moneda corriente que luego de nuestros juegos morbosos se tejiese un manto de supina seriedad entre nosotros. En cierta forma ese silencio era porque a mí me avergonzaba un poco la situación de ratonearme pensando en que mi novia se cogía otros tipos, o quizás aún no había madurado lo suficiente como para darle cierta naturalidad que requería el caso de tener gustos tan peculiares u "open mind". Y ella simplemente desprejuiciada como era (e infinitamente más experimentada que yo en las relaciones y el sexo) entendía que quizás su novio necesitaba tiempo para no sentir culpa y abrirse completamente.
Como ya era tarde nos recostamos aprontados para dormir, ya que al otro día teníamos que levantarnos temprano. Yo para ir al trabajo y ella para ir a la facultad y hacer algunas compras en el supermercado.
Entonces Paula interrumpe el silencio y pregunta
─ ¿Amor, dormís?
─No Lo, todavía no. ¿No tenés sueño?
─Es que me quedé pensando en mi amiga Luciana. ¿Viste que está cogiéndose al instructor del gimnasio?
─No, no me contáste. ¿Pero ella no es casada?
─Si, pero dice que el marido la tiene chica y que no la satisface, pero a mí no me va eso. Le dije que para engañar al marido, primero lo deje, que no sea mala mina. Yo si no me sintiera a gusto con nuestra vida sexual nunca te metería los cuernos. A lo sumo lo hablaríamos y abriríamos la relación. O haríamos "cuckolding". Tengo una amiga que practica eso con el novio y la pasan rebien. Y si no, cada uno sigue por su lado. ¿Para qué engañarse pudiendo hablarlo todo? Seré puta pero no soy una forra.
─¿Que es el cuckold? Nunca había escuchado esa palabra ─ dije inocentemente.
La verdad es que nunca había escuchado la palabra, a pesar de que con mi pareja hubiésemos jugado un poco en consonancia la realidad es que nunca fui un tipo de ver porno o buscar en internet nada relacionado a prácticas sexuales, parafilias o morbos. Había “debutado” a los 20 con mi novia de ese entonces, y nunca había hecho nada que se saliese de lo típico. De hecho era bastante conservador hasta que conocí a Paula.
─Amor, awwww sos re bebito inocentón, es eso de los tipos que se calientan viendo como otros tipos se cogen a la mujer y le dan vía libre a la pareja para que coja con quien quiera. Pueden estar presentes o no. Pero siempre es de mutuo acuerdo entre el cornudo, la hotwife y el corneador. Es como cuando jugábamos a que me cogía un negro y vos mirabas. ¿Te acordás?
─Si. ─dije tragando saliva─. ¿Y a vos te calienta eso?
─Mucho, un tiempo lo practicamos con mi ex, Camilo, pero no me gusta hablar de mis exs salvo que vos quieras. Otro día te cuento si querés.
─Ok, dale, si no te pone incómoda.
─No baby, para eso somos novios, hay confianza entre nosotros. Volviendo al tema de Luciana, me da un poco de pena por el cornudito del marido, pero aunque no lo comparta la re entiendo, es horrible eso de que no te sepan coger. Además dice que el tipo del gimnasio es un degenerado, tiene una pija gigante, la maltrata y a ella le encanta que la garchen como a una trola barata. El tema es que me invitó a salir con ellos y un amigo, pero obvio que le dije que no, que se ubique, que vivo con mi novio y lo amo. Así que en lugar de cancelar el tipo la convenció para que se los garche a los dos al mismo tiempo. Uff le van a pegar alta enfiestada a la hija de puta, me muero de envidia.
─ ¿Vos alguna vez estuviste con dos tipos al mismo tiempo? ─le pregunté con un poco de miedo a su respuesta pero mucha calentura.
─Obvio, cuando estaba de novia con Camilo, mi ex. El me trajo dos chicos.
─ ¿Y te gustó?
─Si, es riquísimo. Ser la puta de dos machos. Que te obliguen a arrodillarte y te hagan chuparles la pija mirándolos a los ojos. Además dos pijas entrando al mismo tiempo por el culo y la concha uffffff.
Entonces como la tormenta de un día húmedo, sucedió lo más predecible del mundo: acabé abundantemente manchando toda la cama.
─¿Otra vez manchaste todo? Vamos a tener que poner reglas por que se te está haciendo costumbre ensuciar las sabanas que vos nunca lavás. Voy a ser buena y te voy a perdonar pero la próxima las vas a tener que fregar vos a mano, sucio de mierda. ─dijo en un tonó burlón pero ameno─. Ahora me hiciste dar ganas, traé sabanas limpias, y pasáme el juguete que compramos, me voy a aliviar. De paso te cuento bien que es el cuckolding por si un día nos cansamos de lo tradicional y pinta, que se yo, nunca se sabe.
Como ya era tarde nos recostamos aprontados para dormir, ya que al otro día teníamos que levantarnos temprano. Yo para ir al trabajo y ella para ir a la facultad y hacer algunas compras en el supermercado.
Entonces Paula interrumpe el silencio y pregunta
─ ¿Amor, dormís?
─No Lo, todavía no. ¿No tenés sueño?
─Es que me quedé pensando en mi amiga Luciana. ¿Viste que está cogiéndose al instructor del gimnasio?
─No, no me contáste. ¿Pero ella no es casada?
─Si, pero dice que el marido la tiene chica y que no la satisface, pero a mí no me va eso. Le dije que para engañar al marido, primero lo deje, que no sea mala mina. Yo si no me sintiera a gusto con nuestra vida sexual nunca te metería los cuernos. A lo sumo lo hablaríamos y abriríamos la relación. O haríamos "cuckolding". Tengo una amiga que practica eso con el novio y la pasan rebien. Y si no, cada uno sigue por su lado. ¿Para qué engañarse pudiendo hablarlo todo? Seré puta pero no soy una forra.
─¿Que es el cuckold? Nunca había escuchado esa palabra ─ dije inocentemente.
La verdad es que nunca había escuchado la palabra, a pesar de que con mi pareja hubiésemos jugado un poco en consonancia la realidad es que nunca fui un tipo de ver porno o buscar en internet nada relacionado a prácticas sexuales, parafilias o morbos. Había “debutado” a los 20 con mi novia de ese entonces, y nunca había hecho nada que se saliese de lo típico. De hecho era bastante conservador hasta que conocí a Paula.
─Amor, awwww sos re bebito inocentón, es eso de los tipos que se calientan viendo como otros tipos se cogen a la mujer y le dan vía libre a la pareja para que coja con quien quiera. Pueden estar presentes o no. Pero siempre es de mutuo acuerdo entre el cornudo, la hotwife y el corneador. Es como cuando jugábamos a que me cogía un negro y vos mirabas. ¿Te acordás?
─Si. ─dije tragando saliva─. ¿Y a vos te calienta eso?
─Mucho, un tiempo lo practicamos con mi ex, Camilo, pero no me gusta hablar de mis exs salvo que vos quieras. Otro día te cuento si querés.
─Ok, dale, si no te pone incómoda.
─No baby, para eso somos novios, hay confianza entre nosotros. Volviendo al tema de Luciana, me da un poco de pena por el cornudito del marido, pero aunque no lo comparta la re entiendo, es horrible eso de que no te sepan coger. Además dice que el tipo del gimnasio es un degenerado, tiene una pija gigante, la maltrata y a ella le encanta que la garchen como a una trola barata. El tema es que me invitó a salir con ellos y un amigo, pero obvio que le dije que no, que se ubique, que vivo con mi novio y lo amo. Así que en lugar de cancelar el tipo la convenció para que se los garche a los dos al mismo tiempo. Uff le van a pegar alta enfiestada a la hija de puta, me muero de envidia.
─ ¿Vos alguna vez estuviste con dos tipos al mismo tiempo? ─le pregunté con un poco de miedo a su respuesta pero mucha calentura.
─Obvio, cuando estaba de novia con Camilo, mi ex. El me trajo dos chicos.
─ ¿Y te gustó?
─Si, es riquísimo. Ser la puta de dos machos. Que te obliguen a arrodillarte y te hagan chuparles la pija mirándolos a los ojos. Además dos pijas entrando al mismo tiempo por el culo y la concha uffffff.
Entonces como la tormenta de un día húmedo, sucedió lo más predecible del mundo: acabé abundantemente manchando toda la cama.
─¿Otra vez manchaste todo? Vamos a tener que poner reglas por que se te está haciendo costumbre ensuciar las sabanas que vos nunca lavás. Voy a ser buena y te voy a perdonar pero la próxima las vas a tener que fregar vos a mano, sucio de mierda. ─dijo en un tonó burlón pero ameno─. Ahora me hiciste dar ganas, traé sabanas limpias, y pasáme el juguete que compramos, me voy a aliviar. De paso te cuento bien que es el cuckolding por si un día nos cansamos de lo tradicional y pinta, que se yo, nunca se sabe.
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