Falta para que Néstor vuelva del trabajo y Ely boludea con mi hermana en la pelopincho que armamos en el patio. Cruzo la calle y se vino con el short que usa para dormir y una remera, al rato que se fue mi vieja. Tomaron mate en la cocina y al mediodía se fueron a la pileta, a tomar sol y seguir la charla.
- No está tu hermano??- escucho preguntara Ely cuando Paula se saca la calza.
- Durmiendo o estudiando- dice- además es mi hermano boluda, me vio mil veces-.
- Por lo menos estudia…, el mío anda siempre en la calle-. Sentada contra una esquina de la pileta de lona azul, el agua que se agita golpea en la musculosa de Ely, dibujando el borde de sus tetas. Pequeñas olas que se producen porque mi hna sigue parada de cara al sol, vestida con el top de Nike que usó todo el embarazo y la bombacha negra que sele mete en la cola.
- En la universidad de la paja estudia-dice con la atención puesta en la diferencia de color que le dejó la marca de la biquini en comparación con la tirita de la tanga.
Los tres vamos a escuchar la moto del Néstor. Paula se va a despedir de la amiga con los ojos, ellos se van a cruzar en el pasillo y va a mirar la cola de Ely, que parece más gorda, apretada en el short mojado que se le pega a las nalgas. Si los viera, mi hermana diría: -Puta le mostras el orto a mi marido- pero ellos se cuidan mucho de no hacer nada frente a ella.
Él va a entrar y va a saludar con un gruñido, un ruido que hace con la boca y significa llegue. Ella va poner a calentar una pava mientras el, se pega un duchazo.
Él va a ir a la pieza, la toalla enrollada a la cintura ocultándole la pija a la mirada pero no la forma de elefante bebe.
Ella lo va a seguir, llevando algún budín y el mate para recibir a su marido.
- Le andas, mostrando el culo a tu hermano vos??-. Sin la toalla, con el tatuaje en la cintura, parte del pecho, la espalda y la pija colgado dormida sigue teniendo ese aspecto de turro tan seductor.
- Amor es mi hno.- Ella lo dice como si pudiera tener celos de mi - además… le gustas más vos me parece…- dice coqueta y le da un beso suave, en los labios, y con la mano derecha acaricia la pija desde donde empieza hasta la punta., usando los dedos para la caricia. El ríe, orgulloso como un tonto de su pija, un pedazo de carne repleta de venas y temblores que cuelga como al burrito ese que vieron en Córdoba la primera vacación que hicieron con la nena.
Cuando Paula corra la tela del tanga y con la mano de uñas pintadas acomode la cabeza de la pija entre los labios de su concha, va a pedirle a Néstor que no seas bruto, -la tenes muy grande amor- y el, riéndose: - más grande que el cornudo de tu ex??,- pregunta que hace desde que Paula se lo contara, emocionada en el momento del orgasmo.
Lo pregunta, lo repite y lo transformo en el argumento principal de porque es mejor que su ex, su relación es mejor y así, trasladado a toda la familia, mejor. Es su comodín aunque a veces además, parece ser el ancho de bastos.
Como mi vieja no está la casa se llena de gemidos. Tratan de no hacer ruido pero la casa es pequeña y las paredes finas, vuelven inútil cualquier intento de esconder que están cogiendo. Desde que nació la nena, las cosas se pusieron difíciles para los dos y al final tuvieron que venirse de mi vieja, que rompe las pelotas por todo pero quela ayuda con la nena y se ahorran el alquiler aunque vivamos un poco apretados. El tiempo para estar de novios y pasarla bien con Néstor parece lejano, como un pasado remoto, abrumados por los problemas y su mal humor, pero ella intenta que las cosas no se rompan del todo. Por eso valora estos momentos pequeños.
Néstor se recuesta en la silla, levanta la pelvis y con ello, hunde más la pija en mi hermana, que se sacó el top y lo está cogiendo, sentada encima con la tanga corrida. Las tetas confunden, parecía no tener pero ahora rebotan llenas, las venas azules y los pezones alargados como quedaron después del embarazo.
Quieren retrasar el placer al igual que yo, que me froto encima del pantalón espiando. Creo escuchar el ruido mojado que hace la pija cuando sale y los hilos de baba de concha que ella arrastra por los muslos brillar. La veo bajarse la tanga, sacarla y después volver asentarse encima, metiéndose la pija enorme de su marido. Veo también la pija de Néstor cuando se levanta de la silla. Si dormida parecía gorda oscura y poderosa, parada es la pija de un rey antiguo de eso que se elegían por el tamaño de la pija, desnudo por los pasillos de su reino asombrando a todos. La cabeza roja es lo único que brilla, como si fuera un bastón oscuro con una joya en la empuñadura.
Paula se toca el ombligo y siente que la pija de su marido llega hasta ahí, se inclina y levanta la cola. Un poco de pija sale y siente un alivio pero también, se sienta metiéndosela de nuevo, le gusta estar llena por esa carne caliente y gorda. Le gusta bailar encima de la pija, moviendo la cadera y sacudiendo apenas la cola como si le hiciera la paja con los labios de la concha. Le gusta como la estira toda cuando entra. Le gusta.
-Dale dale- lo anima cuando empieza a gruñir, dejándose penetrar con fuerza esa carne esponjosa, rosada, húmeda y sigue moviéndose después de que acabe, acompañando cada espasmo de la pija que se sacude adentro para sacarle las últimas gotas de leche.
Me pongo de pie y camino a mi habitación. Cierro sin hacer ruido la puerta abierta y me saco el short. Mi pija pequeña, apenas una vena azulada recorriendo la pequeña superficie blanca, esta dura. La agarro con dos dedos y cerrando los ojos acabo, en segundos. Voy hasta la cama y me recuesto para hacerme una segunda paja. Al principio cuesta pararla, es como estirar un pequeño pedacito de carne que parece un chicle. Tardo algo menos de dos minutos en acabar y la mitad de ese tiempo sin tenerla parada. Me comparo con el clítoris de mi hna y eso me hace acabar. Es asqueroso lo sé.
Hay un tiempo tranquilo y después, mi vieja y los sonidos de vida cotidiana regresan todo un poco a la normalidad.
Esa noche cenamos los cuatro.
- No está tu hermano??- escucho preguntara Ely cuando Paula se saca la calza.
- Durmiendo o estudiando- dice- además es mi hermano boluda, me vio mil veces-.
- Por lo menos estudia…, el mío anda siempre en la calle-. Sentada contra una esquina de la pileta de lona azul, el agua que se agita golpea en la musculosa de Ely, dibujando el borde de sus tetas. Pequeñas olas que se producen porque mi hna sigue parada de cara al sol, vestida con el top de Nike que usó todo el embarazo y la bombacha negra que sele mete en la cola.
- En la universidad de la paja estudia-dice con la atención puesta en la diferencia de color que le dejó la marca de la biquini en comparación con la tirita de la tanga.
Los tres vamos a escuchar la moto del Néstor. Paula se va a despedir de la amiga con los ojos, ellos se van a cruzar en el pasillo y va a mirar la cola de Ely, que parece más gorda, apretada en el short mojado que se le pega a las nalgas. Si los viera, mi hermana diría: -Puta le mostras el orto a mi marido- pero ellos se cuidan mucho de no hacer nada frente a ella.
Él va a entrar y va a saludar con un gruñido, un ruido que hace con la boca y significa llegue. Ella va poner a calentar una pava mientras el, se pega un duchazo.
Él va a ir a la pieza, la toalla enrollada a la cintura ocultándole la pija a la mirada pero no la forma de elefante bebe.
Ella lo va a seguir, llevando algún budín y el mate para recibir a su marido.
- Le andas, mostrando el culo a tu hermano vos??-. Sin la toalla, con el tatuaje en la cintura, parte del pecho, la espalda y la pija colgado dormida sigue teniendo ese aspecto de turro tan seductor.
- Amor es mi hno.- Ella lo dice como si pudiera tener celos de mi - además… le gustas más vos me parece…- dice coqueta y le da un beso suave, en los labios, y con la mano derecha acaricia la pija desde donde empieza hasta la punta., usando los dedos para la caricia. El ríe, orgulloso como un tonto de su pija, un pedazo de carne repleta de venas y temblores que cuelga como al burrito ese que vieron en Córdoba la primera vacación que hicieron con la nena.
Cuando Paula corra la tela del tanga y con la mano de uñas pintadas acomode la cabeza de la pija entre los labios de su concha, va a pedirle a Néstor que no seas bruto, -la tenes muy grande amor- y el, riéndose: - más grande que el cornudo de tu ex??,- pregunta que hace desde que Paula se lo contara, emocionada en el momento del orgasmo.
Lo pregunta, lo repite y lo transformo en el argumento principal de porque es mejor que su ex, su relación es mejor y así, trasladado a toda la familia, mejor. Es su comodín aunque a veces además, parece ser el ancho de bastos.
Como mi vieja no está la casa se llena de gemidos. Tratan de no hacer ruido pero la casa es pequeña y las paredes finas, vuelven inútil cualquier intento de esconder que están cogiendo. Desde que nació la nena, las cosas se pusieron difíciles para los dos y al final tuvieron que venirse de mi vieja, que rompe las pelotas por todo pero quela ayuda con la nena y se ahorran el alquiler aunque vivamos un poco apretados. El tiempo para estar de novios y pasarla bien con Néstor parece lejano, como un pasado remoto, abrumados por los problemas y su mal humor, pero ella intenta que las cosas no se rompan del todo. Por eso valora estos momentos pequeños.
Néstor se recuesta en la silla, levanta la pelvis y con ello, hunde más la pija en mi hermana, que se sacó el top y lo está cogiendo, sentada encima con la tanga corrida. Las tetas confunden, parecía no tener pero ahora rebotan llenas, las venas azules y los pezones alargados como quedaron después del embarazo.
Quieren retrasar el placer al igual que yo, que me froto encima del pantalón espiando. Creo escuchar el ruido mojado que hace la pija cuando sale y los hilos de baba de concha que ella arrastra por los muslos brillar. La veo bajarse la tanga, sacarla y después volver asentarse encima, metiéndose la pija enorme de su marido. Veo también la pija de Néstor cuando se levanta de la silla. Si dormida parecía gorda oscura y poderosa, parada es la pija de un rey antiguo de eso que se elegían por el tamaño de la pija, desnudo por los pasillos de su reino asombrando a todos. La cabeza roja es lo único que brilla, como si fuera un bastón oscuro con una joya en la empuñadura.
Paula se toca el ombligo y siente que la pija de su marido llega hasta ahí, se inclina y levanta la cola. Un poco de pija sale y siente un alivio pero también, se sienta metiéndosela de nuevo, le gusta estar llena por esa carne caliente y gorda. Le gusta bailar encima de la pija, moviendo la cadera y sacudiendo apenas la cola como si le hiciera la paja con los labios de la concha. Le gusta como la estira toda cuando entra. Le gusta.
-Dale dale- lo anima cuando empieza a gruñir, dejándose penetrar con fuerza esa carne esponjosa, rosada, húmeda y sigue moviéndose después de que acabe, acompañando cada espasmo de la pija que se sacude adentro para sacarle las últimas gotas de leche.
Me pongo de pie y camino a mi habitación. Cierro sin hacer ruido la puerta abierta y me saco el short. Mi pija pequeña, apenas una vena azulada recorriendo la pequeña superficie blanca, esta dura. La agarro con dos dedos y cerrando los ojos acabo, en segundos. Voy hasta la cama y me recuesto para hacerme una segunda paja. Al principio cuesta pararla, es como estirar un pequeño pedacito de carne que parece un chicle. Tardo algo menos de dos minutos en acabar y la mitad de ese tiempo sin tenerla parada. Me comparo con el clítoris de mi hna y eso me hace acabar. Es asqueroso lo sé.
Hay un tiempo tranquilo y después, mi vieja y los sonidos de vida cotidiana regresan todo un poco a la normalidad.
Esa noche cenamos los cuatro.
2 comentarios - Antes que mi vieja vuelva.