Sometiendo a mis hermanas
Capítulo V. De ritenutos y accelerandos.
Jueves 11:00PM
Finalmente estamos entrando a la ciudad donde trabaja mi papá. Ya está bastante oscuro el cielo, lo contemplo a través de la ventana del auto. Ausencia de estrellas, las únicas luces visibles son las de la ciudad. Dejo de ver el vacío cielo y regreso mi vista al interior del auto. Sila duerme. Se mira tan tierna, como si aún conservase sus braguitas.
Suena una notificación en mi teléfono. Sí, ya lo cargué. Tomo mi teléfono, lo desbloqueo y descubro el mensaje.
«¡Hola! ¿Cómo van con el viaje? Lamento no poder acompañarles, pero mamá tiene que seguir pensando que estoy trabajando en la oficina. Habíamos quedado en realizar una sesión de fotos hoy en un hotel, ¿Lo pospondremos hasta que regresen?».
Parece que Lina se puede comenzar a deprimir en soledad y sin gran cantidad de cosas qué hacer. A pesar de ser la mayor no suele frecuentarse con tantas personas puesto que se centró toda su adolescencia y juventud en sus estudios, rechazando invitaciones a salir o a convivir con otras personas.
Le contesto:
«¡Hola, Lina! Pues ha estado algo cansado el viaje. Sila ya se durmió, pero ya vamos llegando ¿Estás aburrida? ¿Sabes? Podrías aprovechar el tiempo sola en la casa para dedicarte un poco a tu nuevo trabajo… De esa forma igual y podrías conseguir algo de dinero tanto para ahorrar como para disfrutar la semana que pasarás sola por allá».
Esperaré a que vea mi mensaje. ¿Será que se va a atrever a tomarse fotos ella sola? Sí, de todas formas, ya bailaba en un club, no tiene por qué avergonzarse ¿Cierto?
El auto en que viajamos se ha detenido
.
—Ya llegamos a la casa que está rentando tu papá, despierta a Sila y vayan a tocarle la puerta mientras yo estaciono el auto.
—Está bien.
Procedo a despertar a Sila, bajamos del auto y llegamos a la puerta. Tenemos semanas sin ver a papá. De cualquier forma, no es como si fuera a mostrarnos mucho afecto, él detesta eso, siempre fue una persona muy seria a quien le cuesta demostrar sus sentimientos. Convivir unos días con él no será la cosa más linda ni la cosa más difícil del mundo, afortunadamente.
Toco la puerta de la casa.
…
La puerta se abre y ahí está, papá.
Nos mira a Sila y a mí. Me da la mano y yo le respondo el saludo con la mía frialdad que él a mí. En seguida le da un abrazo a Sila y comienza a hablar.
—Bienvenidos. Ya es tarde. Solamente hay dos cuartos aquí, tendrán que compartir. Mañana desayunaremos y les llevaré a la playa. Espero que puedan descansar bien.
—Gracias, papá.
Eso último lo dijimos Sila y yo al mismo tiempo, como robots. Eso es lo que nos inspira nuestro señor padre. No entiendo por qué es tan raro.
Sila y yo nos dirigimos a la habitación que nuestro padre nos explicó y entramos. No es una habitación muy grande, sólo hay una cama con sábanas, almohadas y colchas blancas. La habitación parece una habitación de hotel, bastante estética, pero sin ningún lujo.
—¿Ya estás lista para recibir tu premio por lo de la tarde?
Mientras digo eso tomo a Sila por la cintura y nos miramos a los ojos.
—Tú sabes que sí.
Un instante después ya nos estamos besando. Me encanta el sabor de los labios de mi hermana, pero ella se ha ganado un premio hoy así que estos no serán los únicos labios cuyo sabor voy a probar hoy.
Mi mano comienza a meterse en el pantalón de mi hermana, la ausencia de bragas hace todo más fácil, pero sigue sin convencerme la presencia del pantalón. Desabrocho el pantalón de Sila, la hago sentarse en la cama y se lo quito de una vez. Ahí está frente a mí, completamente depilada, la vagina de Sila, mi hermana, mi perrita. No lo pienso más y comienzo a acariciarle con mis dedos mientras nuestras respiraciones comienzan a subir. Por ahora sólo estoy acariciando superficialmente pero ya comienzo a meter mis dedos. Sila está tan mojada. Acaricio con mis dedos su interior mientras comienzo a incrementar la velocidad en la que introduzco y saco mis dedos, siempre asegurándome de no olvidar estimular su clítoris internamente por ahora.
Cada vez se escuchan más los gemidos de Sila así que ella opta por poner una de esas almohadas en su boca. Las paredes de la habitación son gruesas, pero siempre existe la posibilidad de que papá nos termine oyendo, no me quiero ni imaginar lo que sucedería entonces.
Después de un rato de usar los dedos, he decidido que ha llegado el momento de besar por primera vez los labios de mi hermana. Así es, esos labios que aún no beso.
Coloco mi cabeza entre las piernas de mi hermana y comienzo a lanzar besos suaves y húmedos a sus muslos, me voy acercando lentamente al destino trazado, con muy poca velocidad empiezo a lamer de abajo hacia arriba su vulva. Ahora me concentro en sus labios menores estimulándolos con movimientos circulares. Poco a poco comienzo a estimular los alrededores de su clítoris externamente con mi lengua mientras que, con mis manos, continúo estimulándola por dentro. Los gemidos de Sila atraviesan en gran cantidad a la almohada que trata de contenerlos.
Joder, me encanta esta perrita.
Continúo aumentando la intensidad con la que mis dedos hacen su trabajo y comienzo estimular ya de manera directa el clítoris, succionando, lamiendo y chupando.
¡Pero no puede ser que ella se lleve todo el placer, joder!
Me retiro de ahí y le vuelvo a plantar un beso en la boca en el que mi lengua, de manera descarada, juega con la suya.
Me comienzo a quitar la ropa y ella utiliza el tiempo en que hago esto para masturbarse y no perder la inercia del placer con que la dejé. Finalmente termino de desvestirme y acerco mi verga a ella, le doy un poco de presión simulando estar a punto de penetrarla y me retiro, dejándola con las ganas, realizo el mismo acto una y otra vez hasta que, finalmente, comienzo a introducir mi miembro en ella. La miro a los ojos, ella me mira a los ojos con esa expresión seria que tiene cuando está excitada. Me sigo introduciendo en ella, está increíblemente bien lubricada.
Finalmente, ha entrado completa. Mi rostro ya está frente a ella. Nos fundimos en un beso bastante intenso mientras comienzo a moverme para satisfacerme y satisfacerla. Sila me muerde el labio inferior, es doloroso pero el dolor se convierte en placer en estas circunstancias.
Voy aumentando cada vez más el ritmo y la intensidad con que penetro a Sila.
—¿Quién es mi perrita?
—Yo soy tu perrita.
—¿Quién es mi putita?
—No sé ¿Lina? Yo soy tu perrita.
Todavía no se traga el orgullo ni en esta situación la perra.
—Si eres una perrita entonces ponte en la posición de una.
Tras decir esto, me separo de Sila y ella se coloca como le indiqué. Una vez más comienzo a penetrarla, ahora en esta nueva posición la cual me permita tener un poco más de control, y aprovecho a darle una nalgada bastante intensa.
Mierda, el golpe sonó durísimo, y el gemido de Sila al sentir el golpe también. Bien podría entrar ahora nuestro padre y descubrirnos así. Pero ya, equis, somos chavos. Le suelto otra nalgada, ella comenzó a ahogar sus gemidos con la almohada de nuevo.
Mierda estoy por venirme, saco mi verga de la vagina de Sila y termino por correrme en sus nalgas y ella cae rendida sobre la cama. Acto seguido, tomo mi teléfono y le saco una foto a Sila así, con el culo lleno de semen.
Aprovechando que tengo el teléfono en la mano, entro a WhatsApp y noto que tengo algunos mensajes de Lina.
«Traté de tomarme algunas fotos ¿Cómo quedaron?»
La putita de Lina me envió cerca de diez fotos de ella posando en lencería. Cómo se ve de buena la condenada, ¿Se habrá tocado después de tomarse esas fotos? De cualquier forma, esas fotos me parecen muy suaves si lo que queremos es conseguir buen dinero.
«Están re buenas las fotos, hermanita. Pero, creo que podríamos hacer algo mejor.»
Lina vio el mensaje ¿Estaba esperando atentamente mi respuesta?
Me respondió.
«¿A qué te refieres? ¿Fotos desnuda?»
Ja, ja. ¿Realmente es tan ingenua?
«Me refiero a algo más como esto.»
Tras mandar ese mensaje le envié la foto de Sila con el culo lleno de semen. Ja, ja, ja. A ver si esa putita comienza también a entender su posición.
Lina está escribiendo…
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Fin.
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¡Ya está disponible el capítulo VI desde mi blog!
Puedes acceder desde aquí.
(El capítulo VI será publicado aquí entre el jueves y el viernes)
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¡Muchas gracias por leer!
Capítulo V. De ritenutos y accelerandos.
Jueves 11:00PM
Finalmente estamos entrando a la ciudad donde trabaja mi papá. Ya está bastante oscuro el cielo, lo contemplo a través de la ventana del auto. Ausencia de estrellas, las únicas luces visibles son las de la ciudad. Dejo de ver el vacío cielo y regreso mi vista al interior del auto. Sila duerme. Se mira tan tierna, como si aún conservase sus braguitas.
Suena una notificación en mi teléfono. Sí, ya lo cargué. Tomo mi teléfono, lo desbloqueo y descubro el mensaje.
«¡Hola! ¿Cómo van con el viaje? Lamento no poder acompañarles, pero mamá tiene que seguir pensando que estoy trabajando en la oficina. Habíamos quedado en realizar una sesión de fotos hoy en un hotel, ¿Lo pospondremos hasta que regresen?».
Parece que Lina se puede comenzar a deprimir en soledad y sin gran cantidad de cosas qué hacer. A pesar de ser la mayor no suele frecuentarse con tantas personas puesto que se centró toda su adolescencia y juventud en sus estudios, rechazando invitaciones a salir o a convivir con otras personas.
Le contesto:
«¡Hola, Lina! Pues ha estado algo cansado el viaje. Sila ya se durmió, pero ya vamos llegando ¿Estás aburrida? ¿Sabes? Podrías aprovechar el tiempo sola en la casa para dedicarte un poco a tu nuevo trabajo… De esa forma igual y podrías conseguir algo de dinero tanto para ahorrar como para disfrutar la semana que pasarás sola por allá».
Esperaré a que vea mi mensaje. ¿Será que se va a atrever a tomarse fotos ella sola? Sí, de todas formas, ya bailaba en un club, no tiene por qué avergonzarse ¿Cierto?
El auto en que viajamos se ha detenido
.
—Ya llegamos a la casa que está rentando tu papá, despierta a Sila y vayan a tocarle la puerta mientras yo estaciono el auto.
—Está bien.
Procedo a despertar a Sila, bajamos del auto y llegamos a la puerta. Tenemos semanas sin ver a papá. De cualquier forma, no es como si fuera a mostrarnos mucho afecto, él detesta eso, siempre fue una persona muy seria a quien le cuesta demostrar sus sentimientos. Convivir unos días con él no será la cosa más linda ni la cosa más difícil del mundo, afortunadamente.
Toco la puerta de la casa.
…
La puerta se abre y ahí está, papá.
Nos mira a Sila y a mí. Me da la mano y yo le respondo el saludo con la mía frialdad que él a mí. En seguida le da un abrazo a Sila y comienza a hablar.
—Bienvenidos. Ya es tarde. Solamente hay dos cuartos aquí, tendrán que compartir. Mañana desayunaremos y les llevaré a la playa. Espero que puedan descansar bien.
—Gracias, papá.
Eso último lo dijimos Sila y yo al mismo tiempo, como robots. Eso es lo que nos inspira nuestro señor padre. No entiendo por qué es tan raro.
Sila y yo nos dirigimos a la habitación que nuestro padre nos explicó y entramos. No es una habitación muy grande, sólo hay una cama con sábanas, almohadas y colchas blancas. La habitación parece una habitación de hotel, bastante estética, pero sin ningún lujo.
—¿Ya estás lista para recibir tu premio por lo de la tarde?
Mientras digo eso tomo a Sila por la cintura y nos miramos a los ojos.
—Tú sabes que sí.
Un instante después ya nos estamos besando. Me encanta el sabor de los labios de mi hermana, pero ella se ha ganado un premio hoy así que estos no serán los únicos labios cuyo sabor voy a probar hoy.
Mi mano comienza a meterse en el pantalón de mi hermana, la ausencia de bragas hace todo más fácil, pero sigue sin convencerme la presencia del pantalón. Desabrocho el pantalón de Sila, la hago sentarse en la cama y se lo quito de una vez. Ahí está frente a mí, completamente depilada, la vagina de Sila, mi hermana, mi perrita. No lo pienso más y comienzo a acariciarle con mis dedos mientras nuestras respiraciones comienzan a subir. Por ahora sólo estoy acariciando superficialmente pero ya comienzo a meter mis dedos. Sila está tan mojada. Acaricio con mis dedos su interior mientras comienzo a incrementar la velocidad en la que introduzco y saco mis dedos, siempre asegurándome de no olvidar estimular su clítoris internamente por ahora.
Cada vez se escuchan más los gemidos de Sila así que ella opta por poner una de esas almohadas en su boca. Las paredes de la habitación son gruesas, pero siempre existe la posibilidad de que papá nos termine oyendo, no me quiero ni imaginar lo que sucedería entonces.
Después de un rato de usar los dedos, he decidido que ha llegado el momento de besar por primera vez los labios de mi hermana. Así es, esos labios que aún no beso.
Coloco mi cabeza entre las piernas de mi hermana y comienzo a lanzar besos suaves y húmedos a sus muslos, me voy acercando lentamente al destino trazado, con muy poca velocidad empiezo a lamer de abajo hacia arriba su vulva. Ahora me concentro en sus labios menores estimulándolos con movimientos circulares. Poco a poco comienzo a estimular los alrededores de su clítoris externamente con mi lengua mientras que, con mis manos, continúo estimulándola por dentro. Los gemidos de Sila atraviesan en gran cantidad a la almohada que trata de contenerlos.
Joder, me encanta esta perrita.
Continúo aumentando la intensidad con la que mis dedos hacen su trabajo y comienzo estimular ya de manera directa el clítoris, succionando, lamiendo y chupando.
¡Pero no puede ser que ella se lleve todo el placer, joder!
Me retiro de ahí y le vuelvo a plantar un beso en la boca en el que mi lengua, de manera descarada, juega con la suya.
Me comienzo a quitar la ropa y ella utiliza el tiempo en que hago esto para masturbarse y no perder la inercia del placer con que la dejé. Finalmente termino de desvestirme y acerco mi verga a ella, le doy un poco de presión simulando estar a punto de penetrarla y me retiro, dejándola con las ganas, realizo el mismo acto una y otra vez hasta que, finalmente, comienzo a introducir mi miembro en ella. La miro a los ojos, ella me mira a los ojos con esa expresión seria que tiene cuando está excitada. Me sigo introduciendo en ella, está increíblemente bien lubricada.
Finalmente, ha entrado completa. Mi rostro ya está frente a ella. Nos fundimos en un beso bastante intenso mientras comienzo a moverme para satisfacerme y satisfacerla. Sila me muerde el labio inferior, es doloroso pero el dolor se convierte en placer en estas circunstancias.
Voy aumentando cada vez más el ritmo y la intensidad con que penetro a Sila.
—¿Quién es mi perrita?
—Yo soy tu perrita.
—¿Quién es mi putita?
—No sé ¿Lina? Yo soy tu perrita.
Todavía no se traga el orgullo ni en esta situación la perra.
—Si eres una perrita entonces ponte en la posición de una.
Tras decir esto, me separo de Sila y ella se coloca como le indiqué. Una vez más comienzo a penetrarla, ahora en esta nueva posición la cual me permita tener un poco más de control, y aprovecho a darle una nalgada bastante intensa.
Mierda, el golpe sonó durísimo, y el gemido de Sila al sentir el golpe también. Bien podría entrar ahora nuestro padre y descubrirnos así. Pero ya, equis, somos chavos. Le suelto otra nalgada, ella comenzó a ahogar sus gemidos con la almohada de nuevo.
Mierda estoy por venirme, saco mi verga de la vagina de Sila y termino por correrme en sus nalgas y ella cae rendida sobre la cama. Acto seguido, tomo mi teléfono y le saco una foto a Sila así, con el culo lleno de semen.
Aprovechando que tengo el teléfono en la mano, entro a WhatsApp y noto que tengo algunos mensajes de Lina.
«Traté de tomarme algunas fotos ¿Cómo quedaron?»
La putita de Lina me envió cerca de diez fotos de ella posando en lencería. Cómo se ve de buena la condenada, ¿Se habrá tocado después de tomarse esas fotos? De cualquier forma, esas fotos me parecen muy suaves si lo que queremos es conseguir buen dinero.
«Están re buenas las fotos, hermanita. Pero, creo que podríamos hacer algo mejor.»
Lina vio el mensaje ¿Estaba esperando atentamente mi respuesta?
Me respondió.
«¿A qué te refieres? ¿Fotos desnuda?»
Ja, ja. ¿Realmente es tan ingenua?
«Me refiero a algo más como esto.»
Tras mandar ese mensaje le envié la foto de Sila con el culo lleno de semen. Ja, ja, ja. A ver si esa putita comienza también a entender su posición.
Lina está escribiendo…
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Fin.
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(El capítulo VI será publicado aquí entre el jueves y el viernes)
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