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Mi novia se confiesa ll (En el boliche)

     Es el primer sábado de primavera. Hace calor y el pronóstico dice que la temperatura va a subir más, cómo si fuera la noche la que estuviera caliente.
     Durante toda La semana hizo planes con su amigo Sebastián para que fuera a casa, a joder un rato. Jimena, su novia, tiene  nuevas amigas, que hizo en una farmacia.
Insólito si, como suena. La historia igual no es muy interesante. Entro a comprar una crema y se mareo, la presión baja por no haber almorzado,  las empleadas la atendieron y pegaron onda, algo así le  conto, y al final arreglaron para salir juntas. Las mujeres son así.
     Cruza el espacio que hay entre el baño y la habitación y esta desnuda. Es tan hermosa que se tienta y deja de hacer todo para ir a mirar cómo se cambia. Ella está parada frente al espejo desnuda, con la toalla envolviéndole el pelo como si fuera un peinado exótico.
Lo descubre reflejado en el espejo.
     -Todo bien amor??-
     -Quería ver la hermosa novia que tengo- dice sonriente y ella, con un gesto de maldad nuevo y que él no termina de notar, pregunta agarrándoselas nalgas y separándolas apenas: – De verdad te parezco linda??-.
     -Sos un sueño Jimena-.
  Devora la imagen que el espejo devuelve, las tetas pequeñas, dos pompones blancos con un pezón muy clarito, la panza redondeada, la cadera que se ensancha y  la cola, grande, sobresaliendo  del circulo de las caderas, como si fuera el verdadero centro del cuerpo.
     -Hoy quiero ser una perra- dice y  se arrepiente, lo nota en sus ojos y provoca tanta inseguridad en el que se acerca, la abraza por los hombros y pregunta con voz infantil: -una perra para quien amor-
     -Para vos tonto-dice y se gira para abrazarlo. Siente el perfume del jabón pero también, mezclado, el olor de su piel y el pelo. Siente también la mano fría levantando la remera y acariciándole la panza, bajando hasta el elástico del short y después, las uñas raspando suave y los dedos, agarrando la pija.
     Apenas lo toca acaba.
Peor todavía piensa Jimena, trata de soltarse para evitarlo y temblando, se cae a la cama, gimiendo y dejando a la vista la mancha húmeda del short que se extiende. Como casi no tiene bulto pareciera que se hizo pis. Eso piensa Jimena. Tiene el pitito de un nene que se hace encima.
     - anda a limpiarte amor- dice cariñosamente, girando de nuevo al espejo y el aprovecha para irse, un poco humillado aunque invadido también por el orgasmo y la emoción de saber que jugara con su amigo toda la noche.
     Elige ducharse y cuando sale del baño Jimena está de pie, en la cocina, comiendo unas galletitas con queso crema. Esta vestida con un conjunto que compro el primer verano que pasaron juntos. Una pollera corta, negra, en combinación arriba con un top, como de lencería, y encima una chaqueta sin botones, también negra, que se usa abierta. El pelo levantado en un rodete la hace parecer más alta. Tiene perfume además. A su alrededor se mueve una fragancia que huele a cuerpo de mujer con estrellas de perfumería.
     -Estas hermosa-.
     Se acerca pero ella lo detiene con un dedo.
     -Solo opiniones acepto, estoy maquillada amor no vez-  justificando que le impida besarla.
     Suena el timbre, abre y es su amigo Sebastián, que llega con un nuevo juego de consola y emocionado intenta contárselo todo apenas entra al departamento.  Al ver a Jimena queda en silencio y ella, sonríe divertida.
     -Mucho pan par este salame- dice y ella ríe pero con un tono cargado de maldad contesta: – para varios salames- y se pierde al cuarto para buscar su cartera.
     -Vos la dejas salir así??-.
     Se conocen desde el secundario y siempre están molestándose y jodiendose como si fueran los mismos que en esa época.  Nunca toman a mal las cosas que se dicen pero esta vez algo lo molesta.
     -Cogimos antes de que llegaras- dice- dos polvos le eche, ahora que vaya a bailar y no me rompa las pelotas-.
     -Ahh Varón-festeja Sebastián las palabras de su amigo y ahí si empieza a contarle del juego.
    


Las chicas se juntan en casa de Valeria para la previa. Se abrazan apenas se encuentran, gritan, se ríen y cantan las canciones que aparecen en la playlist. Brindan y se enseñan a perrear, se felicitan por la ropa y brindan. Natalia agarra el saco de Jimena y grita esto se queda acá, animándola a mostrar las tetas que se transparentan un poco a través el top de encaje. Todo porque dijo que las tenía chicas Con más alcohol es Jimena la que felicita a Valeria por las tetas y ella confiesa que son operadas. Asombro de Jimena y risas de Natalia que ya lo sabía. Propuestas para verlas y tocarlas, primero un dedo tímido y sosteniéndolas después. Brindan. Alguna va al baño y cuando regresa propone mostrarse todas las tetas. Carcajada general y brindis. Natalia tiene puesto un elastizado que apenas llega a la cintura. Es tan flaca que debajo del ombligo todo parece pubis depilado. Se lo sube a cada rato pero se olvida y el borde rosado de su ropa interior asoma de a ratos. Suena el timbre y llegan otras chicas, desconocidas para Jimena pero pronto, en la hermandad de lo femenino y el alcohol, se unen y festejan.
     Más tarde llaman dos autos de aplicaciones, se dividen y parten al boliche.
      La música ensordece .La oscuridad y las pequeñas luces de olores confunden las formas. Hace calor y hay poco espacio. Las chicas bailan entre ellas y cuidan entre todas los sacos y carteras. Los hombres les convidan de beber y alguna siempre consigue más tragos. Van de a dos o tres al baño. Para hacerlo hay que atravesar un pasillo al costado de la pista explotado de gente. Varios desubicados les tocan el culo. Lo comentan entre ellas y todas coinciden en que son despreciables, los peores pajeros.
     -Seguro la tienen como un bebito la pija- dice una de las chicas que no conocía y se ríen todas las pibas que están en el baño con ellas.
    
     Bailan entre ellas y de a ratos bailan con pibes que se acercan a bailar alrededor. Un chico con acento colombiano le dice algo al oído. No llega a entenderlo. Es alto y esta vestido con una camisa de colores y un pantalón ajustado.  Cuantos platos de frijoles le cocino su mama- cree escuchar, y por lo absurdo de la frase y la dulzura del acento grita por encima de la música que a ella nunca le cocinaron frijoles.
     - Yo le voy a cocinar reinita- y ella se deja arrastrar de la mano fuera de la pista.
     - Tengo que hacer pis- dice para evitar un poco el sentirse regalada pero el, rápido, contesta que también y agarrándola de la cintura la lleva al baño.
      Para el baño de mujeres siempre hay fila pero la empuja al de los pibes, hasta dentro de un cubículo y cuando están adentro, le dice haga usted, yo no miro y se pone de espaldas. Jimena está muy excitada. No tenía ganas de hacer pis y ahora se baja la bombacha y hace, con ruido, excitada por  tener la concha y el culo desnudos a espaldas de este pibe. Quedan gotas colgando del flujo pegajoso pero igual se sube la ropa.
     -Ya termine- dice sin poder evitar cierto tono sumiso.
     El colombiano gira y anuncia que ahora tiene que hacer pis él. Ella no quiere darse vuelta y el no se lo pide.
      Desabrocha el cinto, el botón del jean y bajando el cierre mete la mano al boxer y saca una pija oscura, alargada, gorda, gomosa y con un chorro potente y fuerte golpea el pis clarito de ella. Se ríe como si fuera un juguete.
     - Sacúdala-.
La pija queda colgando y se balancea de arriba abajo. Una gota de pis no termina de caer y brilla cuando la pija sube contra la luz del techo. Ella la agarra y la sacude, varias veces, suave y un poco más rápido. La pija esta tan dura que al rato se trata de una paja
     El colombiano la agarra de las caderas y la gira contra la puerta cerrada, sube la pollera hasta las caderas como si la arrugara, baja las medias y mira la cola blanca y rellena con una tanga muy pequeña, apenas un triangulito de tela arriba de las nalgas, con un moñito rojo como un detalle.
     - Se puso tan putita para mí- dice a su oído bajándole la tanga y apoyando la cabeza de la pija entre los labios de la concha de Jimena. Ella no responde pero abre algo más los muslos, todo lo que las medias en las rodillas le permiten para darle lugar y el, empuja suave, dejando que ella sienta la cabeza ensancharla y empujar, raspándola por adentro de la concha, expandiendo el calor hasta llenarla.
      Jimena gime, boca abierta, lengua hinchada de alcohol y saliva afuera de la boca, tratando de recuperar el aire que el deseo le saca y su mente repitiendo ufff que pija uffff que pija, y no quiere pensar pero hace dos años que no sentía esto piensa y se abre sola la las nalgas, levantando la cola para recibir, de un hombre que tiene más pija para darle que su novio y que cuando la cadera  golpea sus nalgas y el roce de los huevos le indica que ya entro toda, es tanta la carne que siente que acaba. Y se moja y lo moja a él.
     -Cógeme más- pide y empiezan un hamacarse poderoso, como si él fuera un toro y ella su  mamífero hembra.
     Jimena pega la mejilla a la pared de metal y acaba de nuevo. Lo siente tanto que un poco perdió la sensibilidad y todo es un calor que la recorre  desde el ombligo hasta la nuca, pasando por toda la concha invadida de carne y la raja de su cola abierta y expuesta. En algún momento siente como le empuja las medias con el pie para separarle del todo las piernas pero no le importa que las destruya. Lo deja hacer. Cuando se agarra a sus tetas prefiere alzarse el top para no tener que explicar a su novio la rotura de dos de las prendas con las que salió de casa.
     Es difícil medir las veces que acaba una mujer. Jimena con su novio no acaba, aunque la pasa bien. Con esta pija  acaba un montón de veces, encadenadas una atrás de la otra.
     Jimena coge y se deja coger, por un colombiano desconocido, que cuando le avisa que va a acabar, ella se sale, se agacha y se mete toda la pija en la boca. La pija explota adentro de ella. Parte en la boca y otra que baja por la garganta. Lo limpia a con la lengua y va tragando saliva para empujar la leche y sacársela del paladar.
    

Se cruza a las chicas saliendo del baño.
     - Nos vamos- dice Valeria- Naty quebró y la tuve que sacar de dos que estaban por violarla más o menos,  las otras chicas se fueron, vamos??-Jimena trata de ocultar la cara de contenta fingiendo un bostezo y dice que si, que muere de sueño y juntas comparten un taxi.
     En el auto, Natalia duerme y Valeria, borracha, la abraza insistiendo en que tienen que repetir. Jimena siente la boca pegajosa como si recién le hubieran acabado. Es una sensación, lo sabe, pero por más saliva que traga no logra sacarse el sabor espeso.
     - Es por el escabio- dice Valeria - tenes que tomar mucha agua para hidratarte-.
     Cuando entra al departamento primero ve a Sebastián sentado al sillón, los ojos rojos y abiertos por los videojuegos y la marihuana.  Saluda con un gesto y se va a la pieza. Su novio duerme pero se despierta al escuchar los movimientos que hace para sacarse la ropa.
     - Estuvo bueno-pregunta y Jimena dice que sí, que comieron y tomaron unos tragos riquísimos y después fueron a bailar con las chicas.
     -Y no me trajiste nada- pregunta entre dormido.
     - Si mi amor te traje este beso - dice Jimena, desnuda y lista para meterse en la cama lo besa, mezclando sus lenguas, para que su novio duerma tranquilo y  se sienta seguro.

5 comentarios - Mi novia se confiesa ll (En el boliche)

lesus89 +2
Tremendo relato. Qué placer tener una novia así
pulgarcitopito
volvi a leerlo porque aun me exita como pocos este relato esta geniallll
Suruen +1
Muy buena continuación
checcheface
Esta es la Jimena q fue a la farmacia a pedir condón tamaño chico? Jajaja! Leí un relato y esta parte parece la continuidad...