Cuando la farmacia queda vacía, Jimena deja de hacerse la interesada en las cremas y delineadores que se exhiben en el sector perfumería y se dirige al mostrador donde una mujer atiende a los clientes.
- Perdona- empieza- te quiero preguntar, por saber, si tienen preservativos… chicos…-
- Para chicos??- pregunta la empleada sin terminar de entender
- Nooo – se pone colorada- algún tamaño más chico que los normales…- dice pero la empleada la interrumpe.
-Mira yo no estoy en el sector farmacia…, te llamo a una de las chicas- dice y sin alejarse grita el nombre de otra chica que paso el tiempo con otra mientras no entran clientes.
- Hola- en que te ayudo- saluda según la formula ritual de la cadena de farmacias una chica con un plástico el pecho que dice Valeria-
- Quiere preservativos chicos- la interrumpe la otra.
-Más chico de lo normal- pregunta y Jimena siente que la entienden. Valeria también le sonríe y la señora del sector perfumería las mira sin apartarse pero toda la situación es cómoda aunque todavía le da vergüenza.
- Si, más chicos de lo normal- hace un pequeño gesto con el índice y el pulgar- para algo así…-
- Te busco-.
Valeria regresa con una caja de plástico donde guardan los diferentes modelo y marcas de preservativos. En el camino cruzo dos o tres palabras con la otra empleada que ahora, desde lejos, las mira interesada.
Revuelve y busca, saca algunas cajas y trata de leer la letra pequeña buscando alguno que aclare ser de tamaño menor.
- Me parece que no hay nada- dice y pregunta- me queres contar cual es el problema… así veo como ayudarte-
–Se le sale - suelta Jimena y la voz se le angustia- pensé que capaz hacían unos más chicos o que apretaran mas
- como se sale- pregunta la vendedora de perfumería- se le baja??-
- No, la tiene muy chica, como un nene sin desarrollar- dice Jimena y detrás del último sonido aspira el aire con fuerza como si estuviera por llorar.
Valeria le pone una mano en el hombro y le ofrece agua, sentarse, y hace señas a la otra chica para que se lo traiga. MI novia siente vergüenza pero a su vez se siente contenida. Es un tema que no lo puede hablar con nadie. Las chicas de la oficina compiten por quien tiene el novio más atrevido, el más pijudo, el que se gasta todo en ella, las de la facultad, tienen novios que parecen impresiones de la página de la felicidad. Con estas desconocidas la simpatía es inmediata. No se rompe con la llegada de la otra, la silla y el vaso lleno de agua.
- Habla si te hace bien- dice la señora de perfumería y Jimena, a pesar de sentir vergüenza y ganas de llorar, les cuenta que su novio tiene la pija muy chica. Aclara que es hermoso. Eso lo hace peor dice riéndose y las demás se ríen como si fueran amigas. Cuenta que lo conoció en un grupo de pibes que se juntaban para salir a correr. Un cuerpo hermoso, atlético, divertido además y atento. Muy atento les dice como si estuviera cansada de tanta bondad
- Los pito chico son los más amables- interrumpe la recién llegada.
- Perdona a Natalia, la desubicada- dice Valeria pero Jimena le da la razón.
- Lo entendí tarde- dice- se ve que quería compensar.
- Los pijudos se portan como turros maltratadores- insiste Natalia y todas se ríen como si fuera una experiencia común.
Entra un cliente y compra un analgésico. Al irse la vendedora regresa y Jimena sigue contando: - Me empecé a enamorar y cuando lo hicimos la primera vez dije la típica…-. Valeria la interrumpe: - Si la sabe usar es lo que importa-.
Todas se ríen, un poco del pito corto un poco de todos los hombres.
- Hace cuánto están??- pregunta la señora
-Dos años-.
-Nunca un permitido- pregunta Natalia y Jimena baja la vista. La aplauden, la abrazan para felicitarla.
- Conta guacha conta- Jimena mueve la mano como restándole importancia - Fue con mi ex, una vez cuando volvimos de las vacaciones y yo estaba…- La señora finge abanicarse de un calor imaginario, Valeria se ríe y Natalia dice – Caliente- lo que provoca más risas entre todas.
- Me lo cruce y el muy hdp me miro a los ojos y me dijo vos estas mal atendida-
-Ven, un pijudo- Natalia continua con su teoría
- Gorda más bien- dice Jimena y tosas se ríen.
-Salgamos el viernes- propone Valeria.
-Yo no las acompaño- dice la señora y todas, incluida Jimena, le insisten y le dan ánimos para demostrarle que igual sigue siendo del grupo de las mujeres.
- Me encantaría- dice Jimena ya sin ganas de llorar y contenta.
- Te voy a presentar un chongo- dice Natalia- que cuando manda a la novia a comprar, tiene que pedir extra grande para que le cubra toda la pija.
- Perdona- empieza- te quiero preguntar, por saber, si tienen preservativos… chicos…-
- Para chicos??- pregunta la empleada sin terminar de entender
- Nooo – se pone colorada- algún tamaño más chico que los normales…- dice pero la empleada la interrumpe.
-Mira yo no estoy en el sector farmacia…, te llamo a una de las chicas- dice y sin alejarse grita el nombre de otra chica que paso el tiempo con otra mientras no entran clientes.
- Hola- en que te ayudo- saluda según la formula ritual de la cadena de farmacias una chica con un plástico el pecho que dice Valeria-
- Quiere preservativos chicos- la interrumpe la otra.
-Más chico de lo normal- pregunta y Jimena siente que la entienden. Valeria también le sonríe y la señora del sector perfumería las mira sin apartarse pero toda la situación es cómoda aunque todavía le da vergüenza.
- Si, más chicos de lo normal- hace un pequeño gesto con el índice y el pulgar- para algo así…-
- Te busco-.
Valeria regresa con una caja de plástico donde guardan los diferentes modelo y marcas de preservativos. En el camino cruzo dos o tres palabras con la otra empleada que ahora, desde lejos, las mira interesada.
Revuelve y busca, saca algunas cajas y trata de leer la letra pequeña buscando alguno que aclare ser de tamaño menor.
- Me parece que no hay nada- dice y pregunta- me queres contar cual es el problema… así veo como ayudarte-
–Se le sale - suelta Jimena y la voz se le angustia- pensé que capaz hacían unos más chicos o que apretaran mas
- como se sale- pregunta la vendedora de perfumería- se le baja??-
- No, la tiene muy chica, como un nene sin desarrollar- dice Jimena y detrás del último sonido aspira el aire con fuerza como si estuviera por llorar.
Valeria le pone una mano en el hombro y le ofrece agua, sentarse, y hace señas a la otra chica para que se lo traiga. MI novia siente vergüenza pero a su vez se siente contenida. Es un tema que no lo puede hablar con nadie. Las chicas de la oficina compiten por quien tiene el novio más atrevido, el más pijudo, el que se gasta todo en ella, las de la facultad, tienen novios que parecen impresiones de la página de la felicidad. Con estas desconocidas la simpatía es inmediata. No se rompe con la llegada de la otra, la silla y el vaso lleno de agua.
- Habla si te hace bien- dice la señora de perfumería y Jimena, a pesar de sentir vergüenza y ganas de llorar, les cuenta que su novio tiene la pija muy chica. Aclara que es hermoso. Eso lo hace peor dice riéndose y las demás se ríen como si fueran amigas. Cuenta que lo conoció en un grupo de pibes que se juntaban para salir a correr. Un cuerpo hermoso, atlético, divertido además y atento. Muy atento les dice como si estuviera cansada de tanta bondad
- Los pito chico son los más amables- interrumpe la recién llegada.
- Perdona a Natalia, la desubicada- dice Valeria pero Jimena le da la razón.
- Lo entendí tarde- dice- se ve que quería compensar.
- Los pijudos se portan como turros maltratadores- insiste Natalia y todas se ríen como si fuera una experiencia común.
Entra un cliente y compra un analgésico. Al irse la vendedora regresa y Jimena sigue contando: - Me empecé a enamorar y cuando lo hicimos la primera vez dije la típica…-. Valeria la interrumpe: - Si la sabe usar es lo que importa-.
Todas se ríen, un poco del pito corto un poco de todos los hombres.
- Hace cuánto están??- pregunta la señora
-Dos años-.
-Nunca un permitido- pregunta Natalia y Jimena baja la vista. La aplauden, la abrazan para felicitarla.
- Conta guacha conta- Jimena mueve la mano como restándole importancia - Fue con mi ex, una vez cuando volvimos de las vacaciones y yo estaba…- La señora finge abanicarse de un calor imaginario, Valeria se ríe y Natalia dice – Caliente- lo que provoca más risas entre todas.
- Me lo cruce y el muy hdp me miro a los ojos y me dijo vos estas mal atendida-
-Ven, un pijudo- Natalia continua con su teoría
- Gorda más bien- dice Jimena y tosas se ríen.
-Salgamos el viernes- propone Valeria.
-Yo no las acompaño- dice la señora y todas, incluida Jimena, le insisten y le dan ánimos para demostrarle que igual sigue siendo del grupo de las mujeres.
- Me encantaría- dice Jimena ya sin ganas de llorar y contenta.
- Te voy a presentar un chongo- dice Natalia- que cuando manda a la novia a comprar, tiene que pedir extra grande para que le cubra toda la pija.
4 comentarios - Mi novia se confiesa con sus nuevas amigas l