Era como un vampiro muy joven e insaciable, a la vez que "inocente y discreto". No daba para nada la imagen del "putito tragón y chupapija" que era en realidad.
Tragar la leche caliente de mis tíos y vecinos era como agregar"trofeos de caza " a la culata de mi"artillería ".
Una sensación febril bien intensa se apoderaba de mi cuerpo; la "nuez" entre el agujero del orto y los huevos se me inflamaba pulsando, como unas ganas terribles de orinar, pero mucho más placenteras; la punta de las tetillas ardiendo entre dolor y cosquillas... El pito duro a reventar y un calor en el agujero de mi cola que me hacía olvidar el dolor de ser penetrado, al contrario...
Mientras lamía, saboreaba y me deleitaba besando de lengua ésas pijotas endurecidas mi boca se hacía agua, ensalivando y mojando esos terribles órganos sexuales como preparándolos para que se deslizaran en mi culo que los deseaba tanto que se dilataba con la sóla idea de gozar "como perra", una sensación quemante y lujuriosa
El placer intenso y profundo de saber que esos tipos cojudos eran mis tíos...
Y qué ésas trancas hermosas eran mías; que las poseía. Qué me adueñaba de esos hombres.
Les chupaba la verga de una manera tan intencionada y golosa que los tipos no dudaban en "repetir" la experiencia...
Me sentía poseído por un espíritu lujurioso que me provocaba un placer extremo, el placer de poseer ésas pijas poderosas y rústicas.
Tragar la leche caliente de mis tíos y vecinos era como agregar"trofeos de caza " a la culata de mi"artillería ".
Una sensación febril bien intensa se apoderaba de mi cuerpo; la "nuez" entre el agujero del orto y los huevos se me inflamaba pulsando, como unas ganas terribles de orinar, pero mucho más placenteras; la punta de las tetillas ardiendo entre dolor y cosquillas... El pito duro a reventar y un calor en el agujero de mi cola que me hacía olvidar el dolor de ser penetrado, al contrario...
Mientras lamía, saboreaba y me deleitaba besando de lengua ésas pijotas endurecidas mi boca se hacía agua, ensalivando y mojando esos terribles órganos sexuales como preparándolos para que se deslizaran en mi culo que los deseaba tanto que se dilataba con la sóla idea de gozar "como perra", una sensación quemante y lujuriosa
El placer intenso y profundo de saber que esos tipos cojudos eran mis tíos...
Y qué ésas trancas hermosas eran mías; que las poseía. Qué me adueñaba de esos hombres.
Les chupaba la verga de una manera tan intencionada y golosa que los tipos no dudaban en "repetir" la experiencia...
Me sentía poseído por un espíritu lujurioso que me provocaba un placer extremo, el placer de poseer ésas pijas poderosas y rústicas.
0 comentarios - Aquí no pasó nada... 70's Taboo y silencio