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Angy Colegiala Culona (Parte III)

Mmmmm ¡aaah aah sí sí que rico me ummm no aguanto más, me voy a venir, me voy a venir, ¡aaah aah sí sí quiero vergaaaa, deme verga don Felino, deme vergaa aaaah ooooh mmmm sí sí sí.

Fue así como Angie explotó en el primer orgasmo de vida, experimentando un placer colosal que la hizo moverse lascivamente con sensuales movimientos de cadera, meneaba el culo de manera endemoniada sin cesar los apretones de sus descomunales nalgotas, mientras su inmaculada conchita se estremecía entre fuertes palpitaciones que expulsaban abundantes líquidos, por 15 segundos estuvo corriéndose en un prolongado orgasmo.

Don felino sonrió complacido de felicidad por el tremendo orgasmo que le había arrancando a la voluptuosa chiquilla, dejó de masturbarla y siguió deslizando su verga lentamente entre los descomunales glúteos de la nena, así embarró sus viejos dedos entre los viscosos labios vaginales para llevarlos a su boca y chuparlos como degenerado, degustando los virginales e intensos líquidos, que denotaban cuan necesitada de verga estaba.

La colegiala se encontraba recargada sobre el pecho del vejete, con los ojos cerrados y la boca entreabierta respiraba de manera entrecortada, aturdida de tanto placer, rendida a los vestigios que aún recorrían su espléndida figura, y si bien algo de cordura había recuperado, la perdió inmediatamente al sentir el duro y caliente miembro del vejete moviéndose entre sus nalgas, como si estuviera culiandosela, haciéndole sentir toda la dureza y calentura que emanaba de la poderosa barra de carne.

¡Mmmmm que rica te sabe la zorra pendeja caliente, te viniste a mares putita, se nota que te falta macho! bajando nuevamente para extraer más de los viscosos líquidos, solo que esta vez los llevó a la boca de la joven.

La nena dudando algunos segundos que le parecieron eternos, sintió como su conchita se volvía a estremecer de excitación por las cosas que le decía el pervertido conserje, a pesar de su reciente orgasmo, su instinto de hembra en celo estaba más latente que nunca al sentir el inmenso órgano reproductor moviéndose de tal manera entre sus ancas, dejando su raja mojada de líquidos seminales que se escapaban del glande.

No pudo contenerse y separó tímidamente los labios impulsada por las placenteras sensaciones que dominaban su cuerpo, envolviendo así los viejos y toscos dedos dentro de su boquita, los cuales comenzó a chupar suavemente, sintiendo la consistencia y el intenso sabor de sus propios líquidos, lo cuál antes le hubiese parecido asqueroso, pero en ese momento no hizo que embriagarla más en lujuria.

Mmmm así que la bebita culona ¿quiere que le de verga?

La joven volteó su rostro mirándolo a los ojos y asintió con su cabeza tímidamente mientras chupaba los gruesos y callosos dedos como si de un pene se tratase, si bien nunca lo había hecho, estaba sintiendo un deseo carnal incontrolable por hacerlo, ya no le importaba que su primera vez fuese con un viejo así de feo y barrigón, la Angie puta quería chupársela, estaba ansiosa por mamar verga, y que fuese la de ese viejo vergón solo acrecentaba los impulsos que sentía.

El viejo sintió que se corría ahí mismo expulsando varios líquidos que dejaron su cabeza cubierta de pre semen. Su corazón también se aceleró por la emoción de estar viviendo algo tan intenso, la muchacha con esa inocencia y provocación lo había calentado demasiado con las cosas que hacía y le decía, parecía una diosa de la sexualidad realizándole una invitación a la perversión.


El viejo conserje creyó enloquecer y que se corría ahí mismo expulsando varios líquidos que dejaron su cabeza cubierta de pre semen por el gesto que realizó la musa adolescente, que le estaba declarando su entrega absoluta, mientras giraba a la voluptuosa muchachita para dejarla frente a él, así le clavó toda su hombría encima del pubis, contemplando los tremendos melones que se mostraban desnudos en toda su plenitud, con varias gotas de sudor, que la hacían ver más deseable.

Angie instintivamente se tapó con las manos sus tremendos melones y bajó la mirada avergonzada de exponer su calentura y excitación, sus pezones estaban duros como roca delatando su evidente entrega, fue ahí cuando se encontró con el enorme miembro del vejete completamente erecto, que apuntaba al techo de forma erguida y desafiante, con marcadas venas que denotaban la fuerte erección del falo, y que lo hacían lucir aún más imponente, quedando boquiabierta contemplando atonita semejante pedazo de vergota, ese pene era gordísimo y tenía unas venas muy marcadas, con una cabezota bien grande.

Jamás hubiese imaginado que un hombre como don Felino, es decir, un viejo panzón sin ningún atractivo, pudiese tener algo tan grande escondido debajo de sus pantalones, ya que aparte de ser largo, era muy grueso, tanto así, que no pudo evitar inquietarse y ponerse muy nerviosa, fue muy extraño para ella, por un lado sintió un profundo miedo de que fuese tan grande y gordo, junto con una calentura sin precedentes, le excitaba demasiado sentir las dimensiones del enorme aparato rozándose contra su entrepierna.



Uhmmm no se preocupe mi niña, porque le voy a dar tanta verga que va a terminar enamorándose de mí, pero antes voy hacer algo que deseo hace mucho, chuparte estas tremendas tetotas…

Don Felino le quitó las manos y se lanzó hacia los enormes melones de la jovencita para chuparlos como si fuese un goloso desquiciado, se las comenzó a devorar con gula, incluso intentaba metérselas por completo dentro de la boca, pero no le cabían debido a las exuberantes dimensiones de los juveniles tetones, de manera ansiosa las succionaba con fuerza como si fuese un bebe hambriento, pasando su apestosa lengua por toda la piel de los inflamados pechos, llenándola de su hedionda saliva, en un arrebato de lujuria se las escupió.


¡Aaah aah aah mmm don Felino, aaah ah uuy mmm sea más suave por favor... ooh aah aah mmm no sea tan salvaje que me duele mmmm! haciendo que la joven se quejara de tan violenta y placentera succión que sufrían sus inflamados pechos, así se comenzó a estremecer por las placenteras sensaciones que brindaba la asquerosa boca del viejo, que chupaba sus senos con desesperación.

Don Felino estaba embelesado chupándole las tetas y ella lo estaba gozando nunca antes, y como no, si era la primera vez que le mamaban los pechos, estaba derritiéndose de placer por las intensas sensaciones que brindaba la boca y lengua del vejete, junto con su cara y los pelos de ella que le pinchan.


Era un espectáculo ver como el viejo se estaba dando el festín de su vida con los grandiosos pechos de la adolescente, succionando y mordiendo los tiernos pezones con desenfreno, chupando ese par de ubres como becerro hambriento.

No podía creer las tremendas tetas que se gastaba la jovencita, aparte de estar grandes, las tenía bien puestas y duras, lo que más lo alentaba a mamar con locura, disfrutando la suavidad y el sabor de tan sabrosas mamas, así bajo sus grandes y viejas manos hacía las enormes posaderas de la jovencita para manosear con toda la calentura que sentía los prominentes glúteos, se estaba dando hasta el gusto de abrirle los suculentos cachetes, llenándolos de lujuriosos apretones.


Umm me vuelven loco tus tetas, todo su cuerpo, no puedo creer que estés tan tetona y culona, te voy a meter la verga pendeja tetona, te voy hacer mi puta!


Mmmm mmm sí ¡aah aah que rico don Felino, mmm rico, umm sí mm sí que rico, siga, siga umm siga!!..

Abrazándose al cuello del vejete paró las nalgas para seguir disfrutando de la increíble comida de tetas que le estaba poniendo el viejo conserje, que estrujaba sus descomunales pompis de manera lujuriosa y apasionada.

Generando una fuerte sensación de sentirse a merced del placer que le daba don Felino, mientras podía sentir las dimensiones del enorme instrumento de carne palpitante sobre su virginal pubis, emanando un calor que le produjo una intensa excitación que la llevó a pegar con desenfreno su entrepierna contra la dura barra de carne, donde se comenzaba a rozar.

Don Felino mientras chupaba los increíbles melones de la jovencita, llevó las manos hacia los bordes de la sexy tanguita para comenzar a bajarlas sin protestas para su asombro por parte de la chiquilla, quién sumisa se dejó hacer e incluso le ayudó levantando sus pies para que pudiera completar su misión, dejarla completamente desnuda.

Fue así que siguió deleitándose con los apetecibles senos, solo que esta vez, apuntó su verga, la cual se encontraba llena de líquidos seminales, hacia la empapada concha de la nena, posicionando su enorme cabezota que sobre los finos y estrechos labios, así llevó nuevamente las manos hacía los exuberantes cachetes la colegiala y comenzó a deslizar toda su carne con suma facilidad por los abundantes líquidos que ambos producían, los cuales se mezclaban morbosamente producto del caliente roce .



¡Uhmmmm que calentita tienes la conchita bebita culona, no sabes las ganas que tenía de chuparte las tetas pendeja maraca!, ¿te gusta como se siente mi pichula? preguntó con una sonrisa perversa y malévola, mientras meneaba la verga con morbo por entremedio de los viscosos labios, como una brocha que pintaba el estrecho lienzo de la adolescente.

¡Ummmmm me fascina don Felino, se la siento tan grande! reconoció con absoluta sinceridad, sin embargo le daba mucha vergüenza reconocer que estaba impresionada con la dotación del grueso cilindro, era la primera verga que sentía en vivo y en directo, sintiendo como su conchita se volvía a estremecer de excitación con los roces que le estaba dando el vejete con su enorme pollón, que poco a poco la estaban elevando nuevamente al clímax.

¿Te gusta sentirla así de grande, tú la pusiste así, apuesto que te mueres de ganas por chuparla?- Orgulloso ante el reconocimiento de la joven, se agarro el pene para seguir llamando la atención de la chiquilla, y lentamente desfundo la cabeza, dejando al descubierto un glande muy baboso y cabezón, de color mora oscuro, que parecía un gran hongo cubierto de líquidos en la punta.

Uhmmm sí don Felino, me gusta, me gusta sentirlo así de grande, se la quiero chupar don Felino, se la quiero mamar, mmmm don Felino que rico, me voy a venir, me vengo de nuevo…

La excitada colegiala se mordió el labio inferior de solo sentir ese enorme pene que presionaba la ajustada entrada de su conchita, que no cedió ningún centímetro ante el enorme glande del viejo, pero a pesar del tremendo placer que sentía, una parte de ella le decía que no podía entregarle su virginidad a un hombre así.

Pensaba que si se la chupaba, iba a poder evitar que don Felino la desvirgara, aquello le causó un descontrol en su interior de solo imaginar el tremendo vergón del viejo entrando por algunos de sus orificios, aquello fue el detonante para estallar en un segundo orgasmo, aún más poderoso que el anterior producto de sentir el tacto del grueso glande intentando meterse en su vagina, mientras le chupaba las tetas lujuriosamente y le abría las nalgas como quería.


¡Ummm te viniste de nuevo pendeja caliente, agárrame la pichula y llévame a tu pieza!

Angie sin decir nada llevo su mano a la entrepierna del vejete sintiendo el calor que emanaba de la imponente barra de carne, así palpo tímidamente el descomunal miembro del vejete y de los puros nervios se lo apretó al sentir que estaba duro como roca, percibiendo así las fuertes palpitaciones que generaban las venas irrigando sangre con potencia,

Aquello la enloqueció, mordiéndose los labios con sus finos y delicados dedos intentó envolver aquella barra, sin embargo no pudo abarcar las proporciones del grueso contorno de aquel tronco, impulsada por la calentura lo apretó con todas sus fuerzas, era la primera verga que tocaba y se notaba por sus ansiosos y desesperados apretones, mientras empezaba a caminar hacía su pieza meneando ese par de inmensas nalgas como la mejor de las putas, con un caminar muy sexy, sabía que ya no podía hacer nada más que entregarse a don Felino.

El excitado vejete le iba manoseando las nalgotas mientras le preguntaba si alguna vez había besado la verga antes que la boca de un chico, a lo que ella respondió que no muy avergonzada hasta que llegaron a la pieza, donde el conserje pudo comprobar que había un espejo al lado de la cama, fue ahí hasta donde guio a la jovencita y le habló.


Arrodíllate y bajarme los pantalones puta de mierda, mira que tengo las bolas llenas de lo gordas que están, llevó casi dos meses sin descargar, así que imagínese cuánta leche le tengo en los cocos.

Angie sin decir nada obedeció manera dócil por la sumisión que experimentaba cuando ese viejo la trataba con esa manera tan dominante, como si fuese una puta adicta al placer, mientras se acomodaba para arrodillarse a los pies de ese viejo panzón y pichulon, con el corazón latiendo a mil llevó sus manos hacia los costados de los desgastados pantalones, y comenzó a jalarlos hacia abajo, haciendo que estos cayeran a través de sus piernas, junto a sus calzoncillos que se deslizaron al interior de su pantalón.

La excitada y caliente colegiala observó los peludos y gruesos muslos, para luego subir su mirada hacia los enormes testículos que se notaban muy gordos dentro del hinchado escroto, seguramente por la cantidad de semen que debían albergar dentro, el corazón de Angie se aceleró, era la primera vez que iba a chupar un pene, estaba muy nerviosa y ansiosa a la misma vez, intentó calmarse recordando las pláticas y consejos de sus amigas a la hora de mamar.

Uhmmm si quieres chuparme la pichula tienes que pedirlo con educación, y sacame los zapatos también... dándole fuertes vergazos al tierno rostro de la jovencita, procurando apretar bien fuerte su pene para llenarle la carita de sus babosos mocos, fue en ahí cuando sintió el repugnante olor que emanaba del órgano reproductor, que olía a restos de orina y líquidos seminales, esencia de macho acumulado, era muy hediondo, sin embargo a la nena no le importo.

La colegiala se estremeció internamente por el lenguaje obsceno y lujurioso que empleaba don Felino, que la seguía tratando como si fuese una puta, con esa actitud tan morbosa y dominante que la llevó a entregarse como una cualquiera a los deseos carnales que su cuerpo exigía, después de tantos años de abstinencia, después de tantas miradas libidinosas y comentarios morbosos a su desarrollado cuerpo, sus revolucionadas hormonas terminarían gatillando su instinto de hembra insatisfecha, deseosa por aparearse y gozar los placeres de la carne.

Esa Angie puta, que estaba gozando como nunca de sentirse sumisa ante el enorme placer que ese hombre le brindaba, esa Angie que estaba deseosa por comerse la enorme pichula de ese viejo, sin embargo jamás le iba a decir que estaba siendo el primer hombre de su vida en todo aspecto, ese triunfo nunca se lo iba a revelar, a pesar de que así era.

Aunque fuese con ese viejo, ese que supuestamente jamás tendría oportunidad con ella, ese viejo ahora la tenia de rodillas ante su descomunal miembro, mientras le soltaba y le sacaba los zapatos con algo de trabajo debido al nerviosismo que la invadía por lo que iba a suceder, así terminó sacando los pantalones y los calzoncillos.

Angie sintió como sus pechos se volvían a inflamar producto de la excitación, haciendo que se vieran aún más grandes e imponentes, al igual que sus pezones que no perdían su erección, de pronto, un calor interno comenzaba a recorrerla internamente.

Ummm don Felino por favor, déjeme chupársela, déjeme chuparle el pene por favor, le prometo que no lo defraudaré... mirándolo a los ojos con su inocente mirada le pidió de manera sumisa, mientras le acariciaba los muslos, le estaba encantando sentirse tan puta y complaciente con el viejo, quería chupársela, no podía resistirse a la gran excitación que le generaba ese viejo con su tremenda pichula y se lo intentaba decir con su mirada.

Mmmm ¿me vas a sacar toda la leche puta de mierda? - el descontrolado vejete comenzó a desabrocharse los botones de la camisa para quitársela, quedando también desnudo a excepción de sus calcetines.

Mientras le preguntaba de manera dominante y autoritaria producto de la calentura y excitación que sentía a esas alturas por tener a la pendeja de sus sueños pidiéndole mamar su vergota, por ende quería sacar el máximo provecho de la situación, aunque eso significase aguantarse las ganas de sentir esos jóvenes labios chupando su pene, con tal de seguir pervirtiendo y emputeciendo a la voluptuosa jovencita.

Angie no paraba de excitarse por cómo le hablaba don Felino, así levantó su vista y observó el seboso y sudado cuerpo del vejete, apreciando la tremenda barriga que se gastaba, para cualquiera hubiese sido algo desagradable, pero fue muy excitante y morboso sentirse dominada por un viejo lujurioso y vergón.

Uhmm si don Felino, ¡se la voy a sacar toda! respondió totalmente fuera de sí la desesperada colegiala que abrió su boca y se tragó la enorme verga lo más que pudo, sintiendo como su mandíbula se tensaba para adaptarse a la gruesa barra de carne, así fue bajando mientras pasaba su lengua de manera ansiosa por todo el contorno de la gorda herramienta, donde pudo degustar el intenso sabor de los salados y amargos líquidos que producía ese enorme biberón, enervando aún más deseos por chupar esa verga como si se le fuese la vida en ella.
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Don Felino suspiro del gigantesco placer, no lo podía creer, desde su posición veía el hermoso rostro de la nena que lo miraba a los ojos con su boca llena de su enorme verga, estaba cumpliendo un sueño en realidad mientras podía ver el voluptuoso cuerpo de la joven a través del espejo, arrodillada y mamándole la verga con su enorme trasero aún más exuberante por la vergonzosa posición que ofrecía con sus piernas levemente abiertas.


¡Oooooh no sabe cómo deseaba tenerla así mi bebita!!.. mmm arrodillada y chupándome la verga, ¿sabes cuantos allá afuera desearían tenerte así culona puta?...

La nena siguió subiendo y bajando lentamente con sus labios apretados para sentir las fuertes palpitaciones del miembro dentro de su boca, cuando llegaba al glande pasaba su lengua varias veces por su alrededor para tragarse los mocos del viejo, subía y bajaba disfrutando cada centímetro de esa enorme verga que tanto le calentaba por sus dimensiones, primero suave y poco a poco empezó a subir la velocidad.

En ese momento recordó una conversación de sus amigas y le agarró el pene desde la base y lo levantó para pasar su lengua desde los gordos testículos hasta la punta, recorriendo y saboreando toda la dureza y longitud del inmenso pene, como si fuese una paleta de helado, repitió el sensual procedimiento un par de veces, para luego comenzar a masturbarlo con fuerza, mientras se intentaba meter lo máximo posible de la tremenda verga dentro de la boca, que fueron casi tres cuartas partes, por ende podía sentir la boca llena de la inmensa vergota del viejo, así lo comenzó a mamar lo que mejor podía, sincronizando los movimientos con su mano, que apretaba con pasión, buscando exprimir su contenido.

Uhmmm uhmm ¡así puta de mierda!, ¡demuéstrame que te encanta mi verga!!.

La nena chupaba cada vez más engolosinada, mamando con todas su ganas contenidas, desesperada subía y bajaba cada vez más rápido, le mamaba la cabeza pasando su lengua por todo el glande, para luego volver a meterla dentro su boquita llenándola de saliva, apretando con ansiedad sus labios, le comía la verga con auténtica pasión, con una gula incontrolable donde solo deseaba chupar y chupar, que la incitó a mamarlo como si se me fuese la vida en ello, no quería defraudarlo, quería complacer a ese hombre, quería darle placer, mucho placer.

Mmmm que bien lo chupas putita, se nota que te fascina el pico, pareces una becerra sedienta de leche...cerrando los ojos y bufando del placer mientras le acariciaba el cabello con ternura y paternidad, estaba fascinado con la pasión y lujuria que desbordaba la jovencita chupándole el miembro, era como si la chiquilla hubiese nacido para mamar, ya que aparte de hacerlo muy bien, su actitud era digna de una actriz porno, demostraba espontáneamente que le gustaba mucho lo que hacía.

La inexperta colegiala sin dejar de chupar la vergota, llevó su otra mano disponible a los gordos genitales del viejo, los cuales acarició de manera tierna, pasando los dedos con mucha suavidad por encima del rugoso saco, donde pudo comprobar que estaban muy cargados, al sopesar con su manito el peso de la bolsa, haciendo que don Felino se estremeciera y bufara del placer.

Uhmmm ¡me encanta su pene don Felino!, exclamó la calenturienta colegiala que acercó su lengua a los viejos y enormes testículos para comenzar a besarlos con devoción, mientras acariciaba los gruesos y peludos muslos del vejete con sus manos, así estuvo cerca de un minuto besando von lengua las bolas del vejete.

¡Aaaah aah mmm como te gusta la pichula putita!, se nota que has mamado harta verga.. incorporándose levemente para propinarle un par de buenas nalgadas a los portentosos glúteos, los cuáles vibraban con ferocidad frente al espejo para su regocijo.

Angie no pudo evitar sentirse orgullosa porque don Felino creyese que tenía experiencia, eso significaba que lo estaba haciendo muy bien para ser su primera vez, aunque eso jamás se lo revelaría, no quería que ese viejo supiese que su enorme y hedionda verga era la primera en su vida.

No quería darle más poder sobre ella, aún así aquello la alentó a seguir con más avidez devorándose esa magnifica verga casi hasta atragantarse mientras le pegaban en el culo, el cual comenzaba a mover libidinosamente al ritmo de sus chupadas.

Don Felino estaba haciendo todos los esfuerzos para contenerse y autocontrolarse, quería prolongar ese momento lo que más pudiese, pero era demasiado el placer que sentía al ver a la apasionada colegiala tan enajenada mamando y succionando su vergota, sintiendo así como potentes chorros semen comenzaban a subir de manera exponencial por el interior de su miembro, hasta el punto de sentir unas ganas incontenibles de correrse por las tremendas habilidades que estaba empeñando la nena para ordeñarlo.

Sabiendo que no aguantaría mucho más, le agarró la cabeza a la jovencita y comenzó a guiar los movimientos de la chupada, así comenzó a follarse la boca de Angie con desesperación por casi 30 segundos, mientras sentía como su leche buscaba salir de manera vertiginosa, por lo cual soltó a la jovencita para que fuese ella con sus chupadas y succiones quién se encargará de exprimirlo.

¡Aaaah aah mmm mmm pídeme leche culona puta que ya viene!!, ¡mmm viene tu leche bien espesa y caliente bebita! sintiendo el placer más descomunal de su vida, comenzó a llenarla de furiosas palmadas que hacían retumbar las inmensas nalgotas, así contrajo el perineo con fuerza por algunos segundos, con la intención de que su eyaculación fuera con suma potencia.

Mmmm ¡sí don Felino deme leche por favor, quiero leche!!, ¡quiero leche papi! la colegiala por su parte siguió ordeñando con todas sus ganas la enorme pichula del viejo, cuando de pronto sintió como el inmenso pedazo de carne comenzaba a contraerse bestialmente en poderosas contracciones, al mismo tiempo que su conchita clamaba por más atención.


Uhmmm que placer más grande puta de mierda ¡oooooh sí me vengo bebe!! ¡aaah sí sí! ¡mmm viene tu leche de macho bebita culona, abre la boca, que viene leche de papi, mmm toma, toma, toma!!

Angie fijamente lo miró a los ojos demostrando la sumisión que la dominaba y abrió la boca de manera complaciente para sentir como el vejete comenzaba a eyacular contundentes y densas ráfagas de esencia caliente que fueron llenando cada parte de su angelical rostro junto a su boca con abundante semen, era tanta y no paraban de llegar más que no pudo evitar que se le escapara un poco por la comisura de los labios, haciendo que se derramara sobre sus desnudos pechos.

Fue así como la nena nena quedó completamente bañada con el acumulado semen del viejo, con los ojos cerrados fue saboreando y degustando el líquido que albergaba dentro de su boquita, el cual poseía un sabor entre ácido y amargo con una consistencia muy espesa, con el corazón latiendo a mil se la fue tragando cómo si fuese el néctar más preciado del mundo, si bien el sabor no era muy agradable, estaba orgullosa de haber logrado complacer al experimentado vejete con su primera felación.

Uhmmm cuanta leche me sacaste becerra hambrienta, quedaste bien bañadita jeje, mírate al espejo, ¿esto querías?, esto andabas buscando?

La voluptuosa adolescente se observó entre insultos y asintió mirándolo a través del espejo con una cara de puta totalmente inédita, viendo como ese viejo la había bañado literalmente con su leche, mientras recibía extasiada los vergazos que empezaba a darle don Felino en las mejillas.

Don Felino aprovechaba de embarrar su verga y se la llevaba a la boca con el semen que se encontraba repartido por toda su cara, así continuó chupando y comiéndose los densos mocos desde la pichula de don Felino.

Experimentando un placer que la tenía al borde nuevamente y no le permitía despegar su golosa boquita de aquel pene para extraerle todo, quería seguir ordeñando hasta que no quedará nada, pero lentamente la vergota perdía su erección, pero no le importó y siguió lo chupando hasta dejarla reluciente y pequeñita.

Don felino estaba en el paraíso, dentro de todas sus fantasías con la culona jovencita, jamás imaginó que la chiquilla podía ser tan puta a la hora de mamar verga.

Estaba dentro de todo muy emocionado y sorprendido, ya que esa nena le había regalado la mejor mamada de toda su vida, y eso que frecuentaba al menos una vez al mes aquellos lugares para recibir placer, es decir, era un hombre con harto kilometraje.

Sin embargo, nunca antes había conocido una mujer con una actitud tan apasionada por la verga, ahora que sabía cuánto le gustaba estaba dispuesto a todo por culiar el enorme trasero de la nena, aunque fuese lo último que hiciera.

Uhmmm naciste para chupar vergas culona calienta verga, si trabajaras como puta mamando verga no hay dudas que serías la mejor, serías millonaria, te lo digo porque varias prostitutas me lo han chupado, y ninguna lo ha hecho como tú…



Ay don Felino que cosas dice, yo jamás trabajaría en algo así, pero me halaga, ¿de verdad usted cree que la chupo mejor que ese tipo de mujeres?. Le respondió con inocencia y coquetería, mientras se pasaba los dedos por las partes de la cara donde aún sentía semen, para luego lamerlos como gatita.


La voluptuosa adolescente no pudo evitar sentirse orgullosa de saber que lo hacía mejor que ese tipo de mujeres que se dedicaban a eso, sin embargo también le daba mucha vergüenza haber demostrado cuánto le había gustado la verga tan solo con su primera vez, se había revelado el amor y la pasión que sentía por esa parte de los hombres.



Uhmmm nunca se sabe que nos depara el destino, pero si mi niña, ninguna puta me había hecho acabar tan rápido, ordeña muy rico la verga, usted es la más puta de todas, por eso me la voy a culiar bebita culona, te voy a reventar los cachetes por ser una pendeja puta, acuéstate en la cama boca abajo y mirando al espejo!!

Angie se paró y subió a la cama como si fuese al matadero, se puso como el viejo le ordenó, quién le puso una almohada debajo de la panza, apoyando su cara sobre el colchón alzó pecaminosamente esas inmensas montañas de carne que se expandieron en toda su magnitud, haciendo que se vieran aún más descomunales, sus enormes nalgas estaban totalmente expuestas y a completa disposición del vejete, las sentía muy expandidas por la vergonzosa posición, don Felino debía tener una visión inmejorable de su trasero y sus vergüenzas.

Don Felino se ubicó entre las piernas de la nena para oler sus intimidades, llenándose de los juveniles y calientes aromas que desprendía la necesitada y acaudalada zorra, llevando sus manos para agarrar los robustos muslos de la jovencita por la parte trasera.

Los cuales comenzó a apretar con lujuria, dándole fuertes apretones que derritieron a la chica en sensuales movimientos, cuando llegó a la parte más alta de ellos, los separó, dejando a su completa disposición la hermosa vagina de tiernos labios color rosa, junto a ese pequeño y ajustado nudo rectal, fue cuando el corazón del vejete se aceleró al darse cuenta que Angie parecía ser virgen de todas partes.

No aguantando más tanta locura se lanzó a chupar la estrecha hendidura de la voluptuosa chiquilla, lamiendo y sorbiendo los abundantes líquidos para tragárselos como un poseso, se la besaba con apasionados lengüetazos que circulaban por todo el tajito.

¡Aaaaah aaaah ummmmmm don Felino que está aaah aaah haciendo oooh mmm!l


Angie paró más el culo y lo meneo incitando al viejo para que siguiese comiéndole su almejita, era un placer descomunal, algo que nunca había vivido.

Don Felino estaba vuelto loco chupando la acaudalada vagina, engolosinado con los jugos de la caliente colegiala, los cuales fue llevando hacia el recto, donde empezó a lamer con su pervertida lengua que buscaba introducirse por el estrecho orificio.

¡Aaaaah uy uy ummmmmm aaaah no sea cochino don Felino, mmm no haga eso ooh, mm no me chupe ahí mmmm aaah aaah no que haciendo oooh mmm noo mmmm!l

¿Cómo que no?, ¡si el culo es lo más rico que tienes pendeja cachetona!! Le dijo mientras subía para besar y lamer las tremendas nalgas de la culona jovencita, recorriendo con su lengua toda la extensión de sus grandes glúteos, besando apasionadamente cada rincón del inmenso trasero, en arrebatos de lujuria se los mordía de la desesperación.

¡Mmmmm aaaah aaah mmm don Felino mmmm sí que rico se siente, ahhh que rico.


El vejete volvió a chupar el chiquito de la culona y llevó sus manos hacía el enorme trasero, agarrando ese par nalgotas las abrió con fuerza, haciendo que se le dibujara una pequeña O en el ano, así logró enterrar su lengua en el estrecho canal que sabía a gloria, intentando penetrar bien profundo, para luego moverla en violentos círculos que buscaban dilatar el ajustadísimo conducto.


La jovencita suspiro por la forma en que el viejo abrió sus cachetes, momento que aprovechó don Felino para penetrarla con su lengua, que luego de varios segundos fue reemplazada por un agrietado dedo que empezaba a introducirse entre sus nalgas, produciendo un desquiciante placer, que le empezó a recorrer desde del ano hacia cada parte de cuerpo, mientras el vejete bajó nuevamente a comerle la concha.


Ummmm que estrecha estas culoncita, me imagino como deben morder estas nalgotas, ¿pareciera que fueras virgen?


¡Aaaaaaaaaah sí mmmm que rico, que placer don Felino, mmm lo soy, soy virgen don Felino, de todas partes mmm ah sí qué rico, siga comiéndome las pompis, ay sí que rico, ummm don Felino que rico!


Mmmmm no lo puedo creer, voy hacerte mujer, voy hacerte mi puta, ¿cómo es posible que sigas siendo virgen con semejante cuerpazo?, preguntó mientras lograba meter por completo el regordete dedo por el estrecho canal, que una vez rompió la resistencia inicial, se deslizó con suma facilidad por el culo, para sorpresa del viejo y de la misma nena, que no podía creer como sus traicioneras nalgas no habían ofrecido resistencia alguna.


!Ummmm aaah aaah sí que rico papi, ummm que rico, es que mmm no he encontrado al hombre correcto para entregarle mis tesoros, mmm que rico don Felino, usted es el primer hombre que me hace estas cosas!! dejando la cola parada sentía como el irrespetuoso dedo la penetraba con fuerza y determinación, produciendo sensaciones de molestia y dolor, pero por sobre todo placer, un placer que la iba hacer venir nuevamente, así comenzó a menear las nalgas de manera ansiosa buscando enterrarse ella misma.

Mmmmm ¿me vas a entregar las nalgas pendeja culona, quieres que te rompa los cachetes? preguntó mientras volvía a chuparle la concha, la cual se empezaba a precipitar anunciando lo que se avecinaba.


¡Aaaaah aaaah sí que rico mmmm sí que placer uhmm sí, mmm quiero que me haga eso, mmm sí quiero que usted sea el primero don Felino, quiero entregarle las nalgas ummm ahhh sí quiero verga, quiero que me la meta, méteme la verga la papi, mmm sí me vengo papito mío!!!


La nena sintió como la vista se le comenzó a nublar nuevamente, avecinando el bestial orgasmo que estallaba con brutalidad en todo su cuerpo, haciéndola sacudir y levantar el trasero para seguir culiandose ella misma las nalgas, hasta quedar completamente complacida.


Uhmmm ahora sí te voy a romper los cachetes, ponte en cuatro patas y para el culo pendeja puta!! - Le ordenó autoritariamente luego de sacarle el dedo para ponerse encima de la jovencita y apuntar la gruesa cabeza de su palpitante miembro al ansioso ano de la joven.

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