Capítulos anteriores:
Capítulo 1,Capítulo 2
CAPÍTULO 3
Día 3. Por la mañana
Al día siguiente me levanté de muy buen humor. No era para menos, estaba rodeándome de un grupo curioso de gente. Y que me deseaban. Yo sentía en mi cierto renacer sexual, y muchas ideas preconcebidas que se estaban eliminando en aquel lugar tan especial. Decidí que pasaría el día en el agua, así que me puse el bañador y una camiseta de tirantes. Salí de mi habitación, y en aquel momento coincidí con Luna, que también salía de su habitación.
"Hola, guapa", saludé.
"Buenos días, bribón", dijo ella. "Qué entretenido se te veía anoche"
"¿Anoche?", dije mientras íbamos al ascensor.
"Estabas tan entretenido con Francesca que ni me viste", rió Luna. Entramos.
"A lo mejor estuve con ella porque otra belleza no quiso quedar conmigo"
Luna tragó saliva. Yo le eché valor y la arrimé a mi. Ella no se apartó, sino que se pegó a mi pecho.
"¿Qué me dices? ¿Nos vemos esta noche… y te enseño lo bien que te lo puedes pasar conmigo?"
"No sé si aún estoy preparada… perdóname”, dijo, a pesar de lo cual me besó. Yo me lancé a por ella, pegando su cuerpecito a la pared del ascensor. Mi lengua era poderosa en su boca.
"Puedo pulsar el botón de la planta y volver a subir", le dije cuando llegamos al vestíbulo.
Pero ella me hizo apartar y yo obedecí. Mierda. Que no había manera.
"Hay algo que tienes que saber antes. Quizá te lo cuente está noche…"
"¿Quieres que nos veamos entonces?", pregunté confuso.
"No lo sé. No voy a ser tu segunda opción"
Y se marchó de allí. ¿Segunda opción? ¿Estoy intentando follarte desde que llegué y crees que eres segunda opción?, pensaba yo sin entender. Bah. Mujeres
Salí de allí y fui a por un café, antes de adentrarme en el gran parque que había en el resort. Los árboles y la hierba estaban muy bien cuidados. Eran frondosos y casi daba la impresión de meterte en un bosque. Además se estaba fresquito, aunque al sol podías sentir el calor.
"Vaya. Hola, guapetón", escuché a alguien a mi espalda.
Me di la vuelta. Y le reconocí enseguida por su pelo moreno de punta. Era Leo, el chico que se había corrido en el culo de Matt el día anterior en las duchas. Me fijé en su atuendo, una camiseta de tirantes gris y un pantalón corto de chándal. Muy corto, por encima de las rodillas.
"Buenos días", le respondí. "¿Hoy no vas al gym?"
"Me voy turnando. Hoy toca correr por el parque", me dijo. "Aquí hay que estar bien entrenado para luego aguantar follando", se rió.
"No es mala idea. Lo que pasa es que a mí el deporte me da alergia", bromeé.
"Me lo imaginaba. Cuando te vi ayer con tu novio me quedó muy claro"
"¿Novio?"
"¿El castaño ese no es tu novio?", me preguntó, y yo negué. "Hostias… pues parecíais muy unidos. Os vi cuando os dabais el lote mientras intentabas hacer ejercicio, y te juro que pensé que estabais juntos."
"Sería raro venir a un sitio como este con mi novio, ¿no?", pregunté, y dejé a la vista deliberadamente mi pulsera. Por supuesto, Leo se fijó.
"Así que hetero. Bueno. Eso aquí se cura", bromeó. "Pero te aseguro que no es tan raro venir aquí en pareja. Yo estoy de vacaciones con mi novio"
"¿De verdad?", dije sorprendido.
"Totalmente. En casa éramos los típicos inseparables, y nos dimos cuenta de que eso nos estaba consumiendo la relación. Así que aceptamos venir aquí para liberarnos un poco"
"¿Y cómo os lo montáis?"
Yo me había sentado en un banco para continuar la conversación, pero Leo se mantuvo de pie. Con su paquete a la altura de mi cabeza. Era bastante notable bajo la tela de aquel chándal. Él también se había dado cuenta.
"Pues quedamos en que por el día podíamos follar libremente, y por la noche entre nosotros", respondió como si nada. "Sólo si alguno encontramos para hacer un trío nos animamos a buscarnos"
"¿Y estáis bien con eso?"
"De maravilla. A mí se me pone durísima cuando me cuenta cómo le han follando"
Y como si fuera una señal, noté que su polla se endurecía un poco.
"¿No llevas calzoncillo debajo?"
"Aquí dejas de llevar la ropa interior a los cuatro días", me respondió. Y puso un pie en el banco, dejando aún más cerca su falo de mi cara. "Pierdes el tiempo quitándotelo. Y al final la gente disfruta haciendo notar sus pollas, sus pezones duros y sus rajitas mojadas. Tardas menos en saber si alguien está dispuesto a follar contigo".
"Bonita filosofía"
"¿De verdad eres hetero?", me preguntó.
"Hasta ayer sí. Pero admito que me lo pasé muy bien experimentando con Matt", le dije. Y en ese momento sentí a Leo tirando de mí hacia arriba. Me aprisionó con sus brazos y me dió un beso dominante. De pronto me hizo girar. Sentí su falo erecto contra mi culo. Era especialmente notorio con solo su chándal y mi bañador de por medio, ambas telas eran super finas.
"Me encantaría follarte", me susurró al oído, y noté que me ponía colorado. Había gente pasando a nuestro alrededor y no parecían escandalizados.
"Leo…" me escuché gemir.
"Pero es un poco prematuro… ¿Podemos vernos mañana?" Preguntó mientras llevaba su mano a mi polla.
"Cla… claro…", dije. ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué aquello me ponía cachondo? Le sentí frotando un poco más su erección en mi culo al tiempo que seguía manoseando me antes de soltarme.
"Es un trato", me dijo con una sonrisa. "Si realmente vienes mañana, vamos a pasarlo genial"
"Más te vale", le advertí. Se alejó de mí al trote, siguiendo su carrera y dejándome con el calentón.
Día 3. A mediodía
Como yo necesitaba enfriarme y llevaba puesto el bañador pensé que la mejor opción sería ir a la piscina. Quizá incluso me encontraba con Irina o con Luna. Pero no, allí no había nadie conocido para mí. Lo cual tampoco era algo malo. Me animé bastante viendo a las tías tomar el sol sin sujetador e incluso dándose un baño en top-less.
Yo me metí al agua. Había un total de tres piscinas. En la primera hacía pie. En la segunda, lo hacía pero se iba inclinando, pero hacía cuesta abajo hasta que ya no me daban los pies. Y en la tercera en ningún punto podía respirar si tocaba el fondo con los pies. Yo me metí en la que hacía pendiente y disfruté de lo fresquita que estaba. Me di unos cuantos largos, que fueron aún más largos porque tenía que esquivar gente que solo flotaba. Y más peligroso, que se metían mano en la parte que cubría. Los socorristas no cesaban de pitar para que lo dejasen. Pero era demasiado obvio que disfrutaban con el espectáculo como para negarse.
Cuando me harté pensé me dirigí a los vestuarios para darme una ducha que me limpiase del cloro. Fui directo a la ducha, dejando atrás la camiseta (que no me había puesto al salir del agua) y el bañador. Estaba en completa soledad. Y pensé en hacerme una buena paja para compensar que el capullo de Leo me había dejado con las ganas. Un hombre te ha dejado con las ganas. ¿Sigues siendo hetero?, pensé. Bueno. Quizá esa línea la había cruzado muy rápidamente. Pero las tías me seguían gustando. Pensé en las tetas de Irina y en las de Luna. Oh, si pudiera convencerlas de hacer un trío…
Y en ese momento escuché algo. Había alguien más en el vestuario. Salí de la ducha en completo silencio. Me quedé sorprendido. Allí estaba Matt, él solo. Completamente desnudo, mientras se hacía una paja muy rápida.
"JP… ¿Dónde estás?", preguntaba con los ojos cerrados. "Necesito tenerte…"
"Deseo concedido", le dije mientras me acercaba a él. Se quedó paralizado, con la mano aún en su polla erecta.
"¡JP! ¡Perdona!", exclamó, muerto de la vergüenza.
"No tengo nada que perdonarte", le dije, con una sonrisa de superioridad. "Vamos, sigue. Tócate para mí"
Sin tener que repetírselo, Matt volvió a darse placer mientras me miraba. Yo me apoyé en una taquilla, desnudo para él. Me di la vuelta por si me quería ver el culo, pero no.
"Tu polla… yo quiero tu polla…" gimió. Su mano iba cada vez más deprisa, y se corrió manchando el suelo. "Dios mío, JP… cómo me pones" suspiró mientras miraba su mano manchada de su lefa.
"Espero que ahora estés dispuesto a hacer algo por mi"
Yo la tenía aún durísima y la paja que se había hecho viéndome en directo me había encantado.
"¿Qué quieres hacer?”, preguntó Matt. Su tono de voz era ansioso. Yo sabía que podía hacer con él lo que quisiera.
"¿No deseas tanto mi polla? Pues quiero que me hagas una mamada”, le respondí.
"Eso suena divertido”, dijo con una sonrisa pervertida.”Me preguntaba cómo sería tener esa gruesa polla tuya en mi boca”
Y sin que me lo esperase, me hizo sentar en uno de los bancos del vestuario. Me dejé caer en el asiento, con mi polla endurecida entre las piernas. Matt se puso de rodillas delante de mí, mirando mi falo con hambre. Seguíamos a solas, aunque en ese momento tampoco me preocupaba si alguien nos veía.
"Es tan grande…”
Me la envolvió con sus labios, moviendo su lengua alrededor de mi glande como si fuera una piruleta. Echó sus ojos hacia atrás, estaba disfrutando de chupármela. Y lo hacía muy natural.
"Parece que lo gozas”, le dije con una risita.
Matt se retiró un momento. ¿A que le había ofendido?
"Hoy necesitaba esto”
Y recorrió mi falo con la lengua desde la base hasta la punta, usando su lengua sin cesar. Estaba embelesado mientras me lo hacía, repitiendo el proceso una y otra vez y respirando agitadamente. Volvió a metérsela en la boca, intentando que le cupiera un poco más. Su cabeza se movía arriba y abajo de mi regazo, mamándomela. Gemía mientras me la chupaba, disfrutando tanto como lo hacía yo. Me dejé caer en el respaldo, perdido en las maravillosas sensaciones del chico chupando mi rabo.
"Me gusta mucho, Matt… Se te da de maravilla”
Matt hacía ruiditos, deleitándose en mis halagos, y la vibración en su boca aumentó mi placer. Continuó chupándomela y acercándome a correrme. No sé cuánta experiencia tenía pero parecía entusiasmado por hacerme correr.
"¡Matt, estoy muy cerca!”
Se la sacó de mi boca.
"¡Estoy listo para que te corras! ¿Dónde quieres acabarme?”
"¡En esa cara tan bonita que tienes!”
"¡Me gusta como suena!”
Me puse de pie en ese momento y me empecé a pajear delante de la cara de Matt que me miraba expectante. Sacó ligeramente su lengua, dándome un sitio donde apuntar. Estaba muy ansioso por que eyaculara.
"¡Matt!”
Y gemí cuando soltaba mi semen sobre la cara de Matt.
"¡Aaaah! ¡Ahí está!”, dijo, y se guardó la lengua, probando el sabor de la lefa que había caído ahí. "¡Nada mal!”
Con su dedo se limpió un poco más de mi semen y se lo llevó a la boca.
"Me ha encantado. ¿Y a ti?”, me preguntó.
"Ha sido fantástico. Eres genial”
"Gracias. Siempre que te apetezca hacer algo… soy todo tuyo”, me dijo con un poco de vergüenza. "Espero que no te disguste que un hombre te la haya…”
"Claro que no. He venido aquí a experimentar, ¿no?”, le dije. "De hecho, si quieres…”
Pero negó con la cabeza.
"Por experiencia… no sería la mejor idea. Disfruta de la post-mamada”, bromeó. "Y cuando estés preparado… claro que me gustaría sentir mi polla en tu boca”
"Eres un buen amigo", le dije mientras volvíamos a ponernos un poco de ropa.
"Gracias, JP. Me gustas mucho", me dijo, y nos dimos un beso antes de salir de allí. Yo empezaba a tener hambre, y tenía que recuperar energías.
Día 3. Por la tarde
Aún no había llegado a pisar la playa, de modo que fui hacia allí. Me sorprendió ver que era la parte más deshabitada del resort, por alguna razón. Apenas había como diez personas en la arena, la mayoría chicas tomando el sol bocarriba y en top-less. Y bañándose había como cinco disfrutando del agua. Yo me adueñé de una toalla cercana al agua y tras pisar la arena descalzo me metí al agua. Estaba a una temperatura buena y agradable.
Aún con el agua por las rodillas me dejé caer hacia adelante y empecé a nadar poco a poco. Me alejé y me alejé, hasta llegar donde calculé que ya debía cubrir más. Sumergí la cabeza para refrescarme, y cuando me puse en vertical el agua no me llegaba aún ni a la altura de las axilas.
En ese momento sentí algo sobre la cabeza y antes de darme cuenta me la habían sumergido. Evité respirar hasta que pude volver a subir, furioso. Allí estaba Irina, riéndose de mí.
"¿Te parece bonito?”, le pregunté.
"¿Te ha molestado?”
"Una vez casi me ahogo”, le conté, "y desde entonces el agua me infunde mucho respeto.”
"Joder, no lo sabía. Perdona”, dijo. Reconocí la sinceridad en su voz. "¿Puedo compensarte? ¿Una… pajilla submarina?”, preguntó mientras me metía la mano por debajo del bañador.
"No es necesario. ¿Qué tal?”
"Bien. Ya te vi con Francesca anoche disfrutando de mi baile. Aunque no aguantásteis hasta el final”, bromeó.
"Espero que no te importe que me la follara.”
"¿Importarme? Me encanta. La pobre no encuentra muchos compañeros sexuales aquí. Y te puso por las nubes, así que… espero poder disfrutar de lo mismo que le hicieras pronto.”
"Esta noche, si quieres”, le dije con una sonrisa pícara.
"Por querer… me encantaría”, pasó las piernas alrededor de mi cintura y juntó su chochito contra mi paquete, que se había despertado un poco con el manoseo y ahora se puso completamente duro. "Pero hoy he coincidido con tu amiga. Luna”, aclaró. "Hemos comido juntas, y está deseando hacerlo también contigo.”
"Eso es mentira. Me rehuye” le dije.
"Tiene miedo.”
"¿Miedo de qué?", pregunté. "¿Qué se piensa, que la voy a violar o algo?"
"No… creo que no tengo derecho a contártelo", dijo Irina. "Ve a hablar esta noche con ella y que te lo cuente. Y yo mañana por la mañana te prometo que voy a follar contigo en el desayuno".
Ya había cumplido su promesa una vez. No tenía por qué engañarme. Acepté aquel trato, preguntándome qué coño le ocurría a Luna. Bueno, tal vez tuviera trauma con el sexo. Yo no quería hacerla daño pero quizá alguien ya lo había hecho en el pasado. Pero eso tampoco tenía sentido. Si tenía pánico al sexo, ¿qué hacía veraneando en un lugar donde todo estaba dispuesto para follar hasta quedarte seco?
"Pues yo anoche conocí a otra amiga tuya", le dije a Irina mientras salíamos del agua. Se sentó a mi lado y se desnudó. Dejó su bikini secándose. Pues yo hice lo mismo con el bañador.
"Hola, grandullón", bromeó acariciando mi falo. "Supongo que te refieres a Andrea"
"Sí. No parecía muy contenta de verte en un sitio así"
"No le gusta", dijo llanamente Irina. "No lo del baile, que también. No le gusta este Resort".
"¿En serio?"
"A Andrea le gusta follar con la luz apagada y sin hacer ruido. Lo que se ve por aquí… ir en tetas, meterse mano en público, que me desnude delante de un puñado de desconocidos… no lo soporta."
"Y entonces, ¿qué hace aquí?"
"Ha venido a cuidar que no se nos vaya mucho de las manos esto", me contó Irina. "Ya te dije lo de mi ex y lo de mi hermana. A todas nos parecía buena idea. Menos a ella"
"¿Y ha venido en plan hermana mayor para cuidar de todas?"
"Se podría decir así, si", reconoció Irina. "Pero no te creas que eso le ha impedido echar algún polvo. Cree que no nos enteramos, pero… después de follar se vuelve más relajada y menos estricta. Por eso sabemos cuándo lo hace"
"Increíble".
"También me habló de ti"
"¿De mi?", dije sin entender.
"Que por qué pierdo el tiempo con alguien que va a ver bailes eróticos. Y…"
"¿Y?"
"Bueno. Francesca aún no me ha permitido contártelo. Dice que primero le debes una cosa"
¿Así que aún había secretos? Aquel sitio no dejaba de sorprenderme.
"Yo no pienso como Andrea", dijo Irina. "Creo que eres un tío majo que ha venido a pasárselo bien. Y que come muy bien el coño"
"Me lo voy a poner en la tarjeta de visita. Majo y come muy bien el coño"
Nos echamos a reír.
"¿Te puedo decir algo, Irina?", ella asintió. "Me siento más cercano a ti con estas confidencias. Es decir… lo de ayer estuvo genial pero conocerte hace que me gustes más"
Sentí su cabeza sobre mi hombro, mientras mirábamos los dos el horizonte.
"Si empieza a gustarte alguien aquí, por lo general estás jodido", comentó al cabo de unos minutos. "Aquí nadie busca compromiso. Pero admito que tú también me gustas. Y me gusta más hacerlo con alguien que conozco más… Que se ha interesado por mi… que con cualquiera que solo quiere correrse dentro"
"¿Alguien te lo ha dicho así?", pregunté sorprendido.
"No exactamente. Pero aquí lo que más se oye es "¿Follamos? Pues venga". Tú eres diferente"
"Gracias"
"Tienes que hacer dos cosas por mi. La primera… hazlo con Luna esta noche. No sé cuánto tiempo vais a estar de vacaciones aquí, pero no os podéis ir sin follar"
"Qué favor más raro. Quieres que me tire a otra"
"Pues también quiero que folles con Andrea"
"Eso es imposible"
"¿No te pone?"
"No es eso. Le caigo mal"
"Yo puedo ayudarte con eso. Hablaré con ella. Hazlo tú también"
"¿Y por qué quieres que me la folle?"
"Me gusta compartir lo bueno de la vida con mis amigas", respondió y me dio un beso en la boca. "¿Cenamos?" El sol ya se ocultaba.
"Vamos. Yo invito", bromeé, y fuimos a la zona de restauración.
Día 3. Por la noche
Después de cenar me despedí de Irina. Ella se iba a deleitar al público con su baile y yo tenía que ver a una jovencita tímida.
Llamé a la puerta de Luna, y aguardé. Me abrió la puerta, vestida únicamente con una faldita y el sujetador puesto. Le puse una mano en la mejilla, y se la acaricié antes de darle un beso. Ella simplemente consintió. Entré despacio en la habitación y Luna cerró la puerta detrás de mí.
"¿Has venido porque lo ha pedido Irina?", preguntó en un susurro. Sus labios seguían cerca de los míos?
"Ella solo me ha dicho que querías hacerlo. Yo he venido porque quiero hacerlo", le respondí.
"Ella es más guapa que yo. Y está más buena que yo"
"¿Y eso quién lo ha decidido?", dije. "Me gusta Irina y me gustas tú y no quiero que intentes competir… me habéis dicho que aquí se pasa mal si te pillas por alguien. Pero tampoco creo que sea bueno menospreciarse"
"Tienes razón. Perdóname. Ya te dije que aquí solo me he visto con chicas porque… he tenido problemas con vosotros. Pero tú me gustas mucho"
"Entonces, ¿vamos a follar?"
La noté intranquila.
"Me gustaría hacerte algo primero", me dijo, recuperando la sonrisa. " Ponte en mi cama… y desnúdate"
"A sus órdenes", bromeé. Me quité la ropa y la dejé doblada. Ella la dejó apartada, y me pude subir a la cama, sentado y con la espalda apoyada en el cabecero. Luna levantó el mando de la tele y puso una porno. Una de esas en las que un tipo con suerte folla con cinco a la vez porque son las amigas de su hermana y una es virgen pero al final todas quieren su ración de polla.
"Y ahora disfruta", me dijo mientras se quitaba el sujetador. Sus tetas no eran muy grandes pero me gustaban. Se tumbó de costado sin quitarse la faldita, mirando hacia la tele y se metió mi falo en la boca. Empezó a chuparmela mientras veíamos la película.
Empecé a acariciarle las tetas. Tenía los pezones super sensibles. Eran blanditas y me gustaba lo suaves que eran. Le toqué la otra durante un rato. Ella dejaba escapar gemidos cuando le apretaba un poco los pezones, y hacía unos ruidos muy lascivos mientras chupaba mi polla, sonidos muy húmedos y jadeos mientras lo hacía.
Yo me preguntaba si no le molestaba la faldita. Intenté jugar un poco y bajé mis manos para ir a sus piernas, pero ella me cazó y volvió a ponerme la mano en su teta, masajeando aún con más ímpetu que el que yo ponía.
"Luna… me encanta tu boca pero… quiero follarte"
Ella se detuvo en ese momento. Saltó de la cama a su mesa, donde tenía el bote de lubricante, y volvió hacia mí. Dejó caer un chorro generoso sobre mi pene y empezó a pajearme para dejarlo bien mojado. Al tiempo, me fijé en que se estaba metiendo un dedo en el culo, por debajo de las bragas, también con lubricante. ¿Nuestra primera vez iba a ser anal? Nunca me había ocurrido. ¿Y por qué no se quitaba la falda?
Se dio la vuelta, enseñándome el culo sin llegar a quitarse las bragas, y lo admiré por un momento antes de que se sentase encima de mi polla. Su ano tragó mi falo con facilidad, de un movimiento. Yo gemí pero no tan alto como ella.
"Oh, dios… la tienes muy grande…"
"¿Te duele?", pregunté. Ella negó con la cabeza.
" No… me gusta mucho el anal…"
Y en ese momento tiré un poco de ella, acomodándome debajo de sus piernas y empecé a mover las caderas para follarla. Su culito estaba apretado pero el lubricante cumplía bien con su función y me facilitaba metérsela. Volví a sobar sus tetas, que rebotaban con mis embestidas. Ella solo gemía.
"¡Sigue! ¡Mi culo es tuyo!", exclamaba. " ¡Hazme tuya!"
"¿Te gusta por el culo, zorrita?"
"Si… soy una zorrita… sigue…"
Otra vez estuve a punto de ir a masturbarla pero ella volvió a usar mis manos para masajearse las tetas. Tenía los pezones durísimos en ese momento. Su cuerpo se dejaba llevar por mis embestidas y se movía al ritmo.
"Me corro, Luna… voy a correrme dentro de ti…"
"Si… por favor, hazlo… ¡córrete en mi!"
Y sentí que mi polla se vaciaba dentro de ella. Su cuerpo temblaba mientras mi lefa llenaba su culito. Se detuvo finalmente, con mi polla aún ensartada. Le aparté el cabello y le di varios besos por el cuello, que ella aceptó con gusto.
Levantó sus caderas, y en ese momento la empujé contra el colchón.
"Y ahora vas a correrte tú", le dije, mientras la hacía girar
" No… no hace falta "
"Claro que sí", le dije. Puse las manos en su cintura, y ella me las sujetó. "¿Qué pasa? ¿Crees que ningún tío sabemos cómo comer un coño?"
"No es eso… hay algo que…"
Mientras hablaba tiraba de mis manos. Pero en lugar de forcejear con ella, mordí su falda y tiré de ella hacia arriba.
Y en ese momento entendí por qué ella intentaba impedirme llegar a entre sus piernas. Bajo su falda, tapado con unas braguitas, había algo grande y duro que asomaba por fuera de la tela.
"JP… perdona…"
Casi sin escucharla, sin poder creerme lo que veía, le quité la falda. Ya me había soltado las manos. Y le quité también las bragas. Efectivamente. Luna no tenía el chochito húmedo que yo había esperado encontrarme ahí. Su pene temblaba, con la punta húmeda, goteaba presemen. Era un poco más pequeño que el mío. Debían ser unos 17 cms. Sus huevos estaban rasurados.
"Por favor… no me pegues…"
Miré a Luna, confuso. Estaba llorando. ¿Pegarla? ¿Los tíos que habían descubierto que Luna era trans la habían maltratado? Tragué saliva. Ella era tan bonita. Miré de nuevo su pene. Y sin pensármelo me lo llevé a la boca.
Creo que Luna empezó a decir algo pero yo no la escuchaba. La sentía temblar debajo de mi. Yo… era extraño. Era la primera vez que chupaba un pene. Lo sentía duro y sensible. Y grande, la verdad. Me pregunté si a Matt le había costado también chupar el mío así. Empecé a acariciar sus huevos mientras seguía mamando. Mantenía mis ojos cerrados. Aquello era raro, y no sabía en ese momento si me gustaba o no… solo se que no llevaba ni cinco minutos cuando los jados de Luna pasaron a ser una alarma.
"¡Me corro, JP, me corro!"
Aquello me dio miedo y me aparté. Demasiado tarde. Su primer chorro me alcanzó la lengua. Y el segundo, la cara. El resto se derramó sobre mi mano, aún apoyada en sus testículos. Miré a Luna, que parecía horrorizada.
"Lo siento… lo siento de veras…"
Negué con la cabeza y fui al baño a limpiarme. Me miré al espejo, asumiendo lo que acababa de ocurrir. Regresé luego con Luna, y me tumbé en su cama. Abrí los brazos para recibirla.
"Si me lo hubieras contado antes... no sé si te la hubiera chupado", le confesé. "Pero jamás te haría daño"
"Lo sé... Pero ya me ha pasado y me daba miedo", dijo. Su manita me acariciaba el cuerpo.
"Me gustas mucho, Luna. Y quiero seguir follando contigo"
"Por favor, sí... tú también me gustas un montón... por eso me daba miedo que me rechazaras por tener polla..."
"Casi se te adelantan hoy, pero la tuya es la primera que chupo", le dije
"¿Y te ha gustado?"
"Bueno. Te has corrido muy rápido. No me ha dado tiempo a probarla bien", dije con mi tono más falso posible. Ella sonrió y pasó una pierna por encima de mi. La veía sonreír más que nunca.
"Vamos a tener que volver a hacerlo para saber si te gusta"
"Qué remedio", dije mientras ella empezaba a frotar su culo contra mi polla, que se puso dura rápidamente. Esa noche no íbamos a parar.
CONTINUARÁ
Si te ha gustado, déjame saberlo con unos puntos o un comentario. O las dos cosas, y me animaré a escribir las continuaciones 🙂
MIS OTROS RELATOS
Mi hermana Leire (continuando)
Tarde prohibida con la hermanita || (Otra) tarde prohibida con la hermanita || Mi madre salió el fin de semana... || Playita con la hermana || Después de un susto nocturno || Cómo desestresarnos en la pandemia
Vacaciones con mis primos (terminado)
Capitulo 1 || Capitulo 2 || Capitulo 3 || Capitulo 4 || Capitulo 5 || Capitulo 6 || Capítulo 7 || Capítulo 8 || Capítulo 9 || Capítulo 10 || Capítulo 11 || Capítulo 12 || Capítulo 13 || Capítulo 14 || Capítulo 15 || Capítulo 16 || Capítulo 17 || Capítulo 18 || Decimonoveno cumpleaños con mis primas
Sara, novia trans ](finalizado)
Autoexperimentando || Fantasía: cambio de rol con mi novia || Recibí ayuda de mi amiga especial || Trío con pareja amiga || Masaje con final más que feliz || A las órdenes de mi amiga trans || Polvo con mi ex… y mi novia || Vestido para mi novia (trans) || Adicto a la polla trans || Cuarteto bixsexual (o parecido) || Fin de semana con amigos (I) || Fin de semana con amigos (II) || Ayudando a una amiga || No me lo esperaba, pero lo gocé
La amiga de mi hija (finalizado)
Se me declaró la amiga de mi hija || La elección de la amiga de mi hija || Trío prohibido ||Reconciliación tabú || La novia de mi hija || Reconciliación || Fiesta de cumpleaños (¡nuevo!)
Confesiones de mis amigos(terminado)
Confesiones de ella || Confesiones de él || Noche desmadrada || Todo confesado
Dos nuevas vecinas (terminado)
Parte 1 || Parte 2 || Parte 3 || Parte 4 || Parte 5 || Parte 6
Colección de relatos cortos
La chica del tren || Por un error || Me pidieron un favor || Fantasía de ella, fantasía de los dos || Dos generaciones || Vacaciones en el hotel || Tres no son multitud, cuatro es placer || La chica de prácticas || La camarera de debajo de mi casa || La invitada || Amiga casada
Capítulo 1,Capítulo 2
CAPÍTULO 3
Día 3. Por la mañana
Al día siguiente me levanté de muy buen humor. No era para menos, estaba rodeándome de un grupo curioso de gente. Y que me deseaban. Yo sentía en mi cierto renacer sexual, y muchas ideas preconcebidas que se estaban eliminando en aquel lugar tan especial. Decidí que pasaría el día en el agua, así que me puse el bañador y una camiseta de tirantes. Salí de mi habitación, y en aquel momento coincidí con Luna, que también salía de su habitación.
"Hola, guapa", saludé.
"Buenos días, bribón", dijo ella. "Qué entretenido se te veía anoche"
"¿Anoche?", dije mientras íbamos al ascensor.
"Estabas tan entretenido con Francesca que ni me viste", rió Luna. Entramos.
"A lo mejor estuve con ella porque otra belleza no quiso quedar conmigo"
Luna tragó saliva. Yo le eché valor y la arrimé a mi. Ella no se apartó, sino que se pegó a mi pecho.
"¿Qué me dices? ¿Nos vemos esta noche… y te enseño lo bien que te lo puedes pasar conmigo?"
"No sé si aún estoy preparada… perdóname”, dijo, a pesar de lo cual me besó. Yo me lancé a por ella, pegando su cuerpecito a la pared del ascensor. Mi lengua era poderosa en su boca.
"Puedo pulsar el botón de la planta y volver a subir", le dije cuando llegamos al vestíbulo.
Pero ella me hizo apartar y yo obedecí. Mierda. Que no había manera.
"Hay algo que tienes que saber antes. Quizá te lo cuente está noche…"
"¿Quieres que nos veamos entonces?", pregunté confuso.
"No lo sé. No voy a ser tu segunda opción"
Y se marchó de allí. ¿Segunda opción? ¿Estoy intentando follarte desde que llegué y crees que eres segunda opción?, pensaba yo sin entender. Bah. Mujeres
Salí de allí y fui a por un café, antes de adentrarme en el gran parque que había en el resort. Los árboles y la hierba estaban muy bien cuidados. Eran frondosos y casi daba la impresión de meterte en un bosque. Además se estaba fresquito, aunque al sol podías sentir el calor.
"Vaya. Hola, guapetón", escuché a alguien a mi espalda.
Me di la vuelta. Y le reconocí enseguida por su pelo moreno de punta. Era Leo, el chico que se había corrido en el culo de Matt el día anterior en las duchas. Me fijé en su atuendo, una camiseta de tirantes gris y un pantalón corto de chándal. Muy corto, por encima de las rodillas.
"Buenos días", le respondí. "¿Hoy no vas al gym?"
"Me voy turnando. Hoy toca correr por el parque", me dijo. "Aquí hay que estar bien entrenado para luego aguantar follando", se rió.
"No es mala idea. Lo que pasa es que a mí el deporte me da alergia", bromeé.
"Me lo imaginaba. Cuando te vi ayer con tu novio me quedó muy claro"
"¿Novio?"
"¿El castaño ese no es tu novio?", me preguntó, y yo negué. "Hostias… pues parecíais muy unidos. Os vi cuando os dabais el lote mientras intentabas hacer ejercicio, y te juro que pensé que estabais juntos."
"Sería raro venir a un sitio como este con mi novio, ¿no?", pregunté, y dejé a la vista deliberadamente mi pulsera. Por supuesto, Leo se fijó.
"Así que hetero. Bueno. Eso aquí se cura", bromeó. "Pero te aseguro que no es tan raro venir aquí en pareja. Yo estoy de vacaciones con mi novio"
"¿De verdad?", dije sorprendido.
"Totalmente. En casa éramos los típicos inseparables, y nos dimos cuenta de que eso nos estaba consumiendo la relación. Así que aceptamos venir aquí para liberarnos un poco"
"¿Y cómo os lo montáis?"
Yo me había sentado en un banco para continuar la conversación, pero Leo se mantuvo de pie. Con su paquete a la altura de mi cabeza. Era bastante notable bajo la tela de aquel chándal. Él también se había dado cuenta.
"Pues quedamos en que por el día podíamos follar libremente, y por la noche entre nosotros", respondió como si nada. "Sólo si alguno encontramos para hacer un trío nos animamos a buscarnos"
"¿Y estáis bien con eso?"
"De maravilla. A mí se me pone durísima cuando me cuenta cómo le han follando"
Y como si fuera una señal, noté que su polla se endurecía un poco.
"¿No llevas calzoncillo debajo?"
"Aquí dejas de llevar la ropa interior a los cuatro días", me respondió. Y puso un pie en el banco, dejando aún más cerca su falo de mi cara. "Pierdes el tiempo quitándotelo. Y al final la gente disfruta haciendo notar sus pollas, sus pezones duros y sus rajitas mojadas. Tardas menos en saber si alguien está dispuesto a follar contigo".
"Bonita filosofía"
"¿De verdad eres hetero?", me preguntó.
"Hasta ayer sí. Pero admito que me lo pasé muy bien experimentando con Matt", le dije. Y en ese momento sentí a Leo tirando de mí hacia arriba. Me aprisionó con sus brazos y me dió un beso dominante. De pronto me hizo girar. Sentí su falo erecto contra mi culo. Era especialmente notorio con solo su chándal y mi bañador de por medio, ambas telas eran super finas.
"Me encantaría follarte", me susurró al oído, y noté que me ponía colorado. Había gente pasando a nuestro alrededor y no parecían escandalizados.
"Leo…" me escuché gemir.
"Pero es un poco prematuro… ¿Podemos vernos mañana?" Preguntó mientras llevaba su mano a mi polla.
"Cla… claro…", dije. ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué aquello me ponía cachondo? Le sentí frotando un poco más su erección en mi culo al tiempo que seguía manoseando me antes de soltarme.
"Es un trato", me dijo con una sonrisa. "Si realmente vienes mañana, vamos a pasarlo genial"
"Más te vale", le advertí. Se alejó de mí al trote, siguiendo su carrera y dejándome con el calentón.
Día 3. A mediodía
Como yo necesitaba enfriarme y llevaba puesto el bañador pensé que la mejor opción sería ir a la piscina. Quizá incluso me encontraba con Irina o con Luna. Pero no, allí no había nadie conocido para mí. Lo cual tampoco era algo malo. Me animé bastante viendo a las tías tomar el sol sin sujetador e incluso dándose un baño en top-less.
Yo me metí al agua. Había un total de tres piscinas. En la primera hacía pie. En la segunda, lo hacía pero se iba inclinando, pero hacía cuesta abajo hasta que ya no me daban los pies. Y en la tercera en ningún punto podía respirar si tocaba el fondo con los pies. Yo me metí en la que hacía pendiente y disfruté de lo fresquita que estaba. Me di unos cuantos largos, que fueron aún más largos porque tenía que esquivar gente que solo flotaba. Y más peligroso, que se metían mano en la parte que cubría. Los socorristas no cesaban de pitar para que lo dejasen. Pero era demasiado obvio que disfrutaban con el espectáculo como para negarse.
Cuando me harté pensé me dirigí a los vestuarios para darme una ducha que me limpiase del cloro. Fui directo a la ducha, dejando atrás la camiseta (que no me había puesto al salir del agua) y el bañador. Estaba en completa soledad. Y pensé en hacerme una buena paja para compensar que el capullo de Leo me había dejado con las ganas. Un hombre te ha dejado con las ganas. ¿Sigues siendo hetero?, pensé. Bueno. Quizá esa línea la había cruzado muy rápidamente. Pero las tías me seguían gustando. Pensé en las tetas de Irina y en las de Luna. Oh, si pudiera convencerlas de hacer un trío…
Y en ese momento escuché algo. Había alguien más en el vestuario. Salí de la ducha en completo silencio. Me quedé sorprendido. Allí estaba Matt, él solo. Completamente desnudo, mientras se hacía una paja muy rápida.
"JP… ¿Dónde estás?", preguntaba con los ojos cerrados. "Necesito tenerte…"
"Deseo concedido", le dije mientras me acercaba a él. Se quedó paralizado, con la mano aún en su polla erecta.
"¡JP! ¡Perdona!", exclamó, muerto de la vergüenza.
"No tengo nada que perdonarte", le dije, con una sonrisa de superioridad. "Vamos, sigue. Tócate para mí"
Sin tener que repetírselo, Matt volvió a darse placer mientras me miraba. Yo me apoyé en una taquilla, desnudo para él. Me di la vuelta por si me quería ver el culo, pero no.
"Tu polla… yo quiero tu polla…" gimió. Su mano iba cada vez más deprisa, y se corrió manchando el suelo. "Dios mío, JP… cómo me pones" suspiró mientras miraba su mano manchada de su lefa.
"Espero que ahora estés dispuesto a hacer algo por mi"
Yo la tenía aún durísima y la paja que se había hecho viéndome en directo me había encantado.
"¿Qué quieres hacer?”, preguntó Matt. Su tono de voz era ansioso. Yo sabía que podía hacer con él lo que quisiera.
"¿No deseas tanto mi polla? Pues quiero que me hagas una mamada”, le respondí.
"Eso suena divertido”, dijo con una sonrisa pervertida.”Me preguntaba cómo sería tener esa gruesa polla tuya en mi boca”
Y sin que me lo esperase, me hizo sentar en uno de los bancos del vestuario. Me dejé caer en el asiento, con mi polla endurecida entre las piernas. Matt se puso de rodillas delante de mí, mirando mi falo con hambre. Seguíamos a solas, aunque en ese momento tampoco me preocupaba si alguien nos veía.
"Es tan grande…”
Me la envolvió con sus labios, moviendo su lengua alrededor de mi glande como si fuera una piruleta. Echó sus ojos hacia atrás, estaba disfrutando de chupármela. Y lo hacía muy natural.
"Parece que lo gozas”, le dije con una risita.
Matt se retiró un momento. ¿A que le había ofendido?
"Hoy necesitaba esto”
Y recorrió mi falo con la lengua desde la base hasta la punta, usando su lengua sin cesar. Estaba embelesado mientras me lo hacía, repitiendo el proceso una y otra vez y respirando agitadamente. Volvió a metérsela en la boca, intentando que le cupiera un poco más. Su cabeza se movía arriba y abajo de mi regazo, mamándomela. Gemía mientras me la chupaba, disfrutando tanto como lo hacía yo. Me dejé caer en el respaldo, perdido en las maravillosas sensaciones del chico chupando mi rabo.
"Me gusta mucho, Matt… Se te da de maravilla”
Matt hacía ruiditos, deleitándose en mis halagos, y la vibración en su boca aumentó mi placer. Continuó chupándomela y acercándome a correrme. No sé cuánta experiencia tenía pero parecía entusiasmado por hacerme correr.
"¡Matt, estoy muy cerca!”
Se la sacó de mi boca.
"¡Estoy listo para que te corras! ¿Dónde quieres acabarme?”
"¡En esa cara tan bonita que tienes!”
"¡Me gusta como suena!”
Me puse de pie en ese momento y me empecé a pajear delante de la cara de Matt que me miraba expectante. Sacó ligeramente su lengua, dándome un sitio donde apuntar. Estaba muy ansioso por que eyaculara.
"¡Matt!”
Y gemí cuando soltaba mi semen sobre la cara de Matt.
"¡Aaaah! ¡Ahí está!”, dijo, y se guardó la lengua, probando el sabor de la lefa que había caído ahí. "¡Nada mal!”
Con su dedo se limpió un poco más de mi semen y se lo llevó a la boca.
"Me ha encantado. ¿Y a ti?”, me preguntó.
"Ha sido fantástico. Eres genial”
"Gracias. Siempre que te apetezca hacer algo… soy todo tuyo”, me dijo con un poco de vergüenza. "Espero que no te disguste que un hombre te la haya…”
"Claro que no. He venido aquí a experimentar, ¿no?”, le dije. "De hecho, si quieres…”
Pero negó con la cabeza.
"Por experiencia… no sería la mejor idea. Disfruta de la post-mamada”, bromeó. "Y cuando estés preparado… claro que me gustaría sentir mi polla en tu boca”
"Eres un buen amigo", le dije mientras volvíamos a ponernos un poco de ropa.
"Gracias, JP. Me gustas mucho", me dijo, y nos dimos un beso antes de salir de allí. Yo empezaba a tener hambre, y tenía que recuperar energías.
Día 3. Por la tarde
Aún no había llegado a pisar la playa, de modo que fui hacia allí. Me sorprendió ver que era la parte más deshabitada del resort, por alguna razón. Apenas había como diez personas en la arena, la mayoría chicas tomando el sol bocarriba y en top-less. Y bañándose había como cinco disfrutando del agua. Yo me adueñé de una toalla cercana al agua y tras pisar la arena descalzo me metí al agua. Estaba a una temperatura buena y agradable.
Aún con el agua por las rodillas me dejé caer hacia adelante y empecé a nadar poco a poco. Me alejé y me alejé, hasta llegar donde calculé que ya debía cubrir más. Sumergí la cabeza para refrescarme, y cuando me puse en vertical el agua no me llegaba aún ni a la altura de las axilas.
En ese momento sentí algo sobre la cabeza y antes de darme cuenta me la habían sumergido. Evité respirar hasta que pude volver a subir, furioso. Allí estaba Irina, riéndose de mí.
"¿Te parece bonito?”, le pregunté.
"¿Te ha molestado?”
"Una vez casi me ahogo”, le conté, "y desde entonces el agua me infunde mucho respeto.”
"Joder, no lo sabía. Perdona”, dijo. Reconocí la sinceridad en su voz. "¿Puedo compensarte? ¿Una… pajilla submarina?”, preguntó mientras me metía la mano por debajo del bañador.
"No es necesario. ¿Qué tal?”
"Bien. Ya te vi con Francesca anoche disfrutando de mi baile. Aunque no aguantásteis hasta el final”, bromeó.
"Espero que no te importe que me la follara.”
"¿Importarme? Me encanta. La pobre no encuentra muchos compañeros sexuales aquí. Y te puso por las nubes, así que… espero poder disfrutar de lo mismo que le hicieras pronto.”
"Esta noche, si quieres”, le dije con una sonrisa pícara.
"Por querer… me encantaría”, pasó las piernas alrededor de mi cintura y juntó su chochito contra mi paquete, que se había despertado un poco con el manoseo y ahora se puso completamente duro. "Pero hoy he coincidido con tu amiga. Luna”, aclaró. "Hemos comido juntas, y está deseando hacerlo también contigo.”
"Eso es mentira. Me rehuye” le dije.
"Tiene miedo.”
"¿Miedo de qué?", pregunté. "¿Qué se piensa, que la voy a violar o algo?"
"No… creo que no tengo derecho a contártelo", dijo Irina. "Ve a hablar esta noche con ella y que te lo cuente. Y yo mañana por la mañana te prometo que voy a follar contigo en el desayuno".
Ya había cumplido su promesa una vez. No tenía por qué engañarme. Acepté aquel trato, preguntándome qué coño le ocurría a Luna. Bueno, tal vez tuviera trauma con el sexo. Yo no quería hacerla daño pero quizá alguien ya lo había hecho en el pasado. Pero eso tampoco tenía sentido. Si tenía pánico al sexo, ¿qué hacía veraneando en un lugar donde todo estaba dispuesto para follar hasta quedarte seco?
"Pues yo anoche conocí a otra amiga tuya", le dije a Irina mientras salíamos del agua. Se sentó a mi lado y se desnudó. Dejó su bikini secándose. Pues yo hice lo mismo con el bañador.
"Hola, grandullón", bromeó acariciando mi falo. "Supongo que te refieres a Andrea"
"Sí. No parecía muy contenta de verte en un sitio así"
"No le gusta", dijo llanamente Irina. "No lo del baile, que también. No le gusta este Resort".
"¿En serio?"
"A Andrea le gusta follar con la luz apagada y sin hacer ruido. Lo que se ve por aquí… ir en tetas, meterse mano en público, que me desnude delante de un puñado de desconocidos… no lo soporta."
"Y entonces, ¿qué hace aquí?"
"Ha venido a cuidar que no se nos vaya mucho de las manos esto", me contó Irina. "Ya te dije lo de mi ex y lo de mi hermana. A todas nos parecía buena idea. Menos a ella"
"¿Y ha venido en plan hermana mayor para cuidar de todas?"
"Se podría decir así, si", reconoció Irina. "Pero no te creas que eso le ha impedido echar algún polvo. Cree que no nos enteramos, pero… después de follar se vuelve más relajada y menos estricta. Por eso sabemos cuándo lo hace"
"Increíble".
"También me habló de ti"
"¿De mi?", dije sin entender.
"Que por qué pierdo el tiempo con alguien que va a ver bailes eróticos. Y…"
"¿Y?"
"Bueno. Francesca aún no me ha permitido contártelo. Dice que primero le debes una cosa"
¿Así que aún había secretos? Aquel sitio no dejaba de sorprenderme.
"Yo no pienso como Andrea", dijo Irina. "Creo que eres un tío majo que ha venido a pasárselo bien. Y que come muy bien el coño"
"Me lo voy a poner en la tarjeta de visita. Majo y come muy bien el coño"
Nos echamos a reír.
"¿Te puedo decir algo, Irina?", ella asintió. "Me siento más cercano a ti con estas confidencias. Es decir… lo de ayer estuvo genial pero conocerte hace que me gustes más"
Sentí su cabeza sobre mi hombro, mientras mirábamos los dos el horizonte.
"Si empieza a gustarte alguien aquí, por lo general estás jodido", comentó al cabo de unos minutos. "Aquí nadie busca compromiso. Pero admito que tú también me gustas. Y me gusta más hacerlo con alguien que conozco más… Que se ha interesado por mi… que con cualquiera que solo quiere correrse dentro"
"¿Alguien te lo ha dicho así?", pregunté sorprendido.
"No exactamente. Pero aquí lo que más se oye es "¿Follamos? Pues venga". Tú eres diferente"
"Gracias"
"Tienes que hacer dos cosas por mi. La primera… hazlo con Luna esta noche. No sé cuánto tiempo vais a estar de vacaciones aquí, pero no os podéis ir sin follar"
"Qué favor más raro. Quieres que me tire a otra"
"Pues también quiero que folles con Andrea"
"Eso es imposible"
"¿No te pone?"
"No es eso. Le caigo mal"
"Yo puedo ayudarte con eso. Hablaré con ella. Hazlo tú también"
"¿Y por qué quieres que me la folle?"
"Me gusta compartir lo bueno de la vida con mis amigas", respondió y me dio un beso en la boca. "¿Cenamos?" El sol ya se ocultaba.
"Vamos. Yo invito", bromeé, y fuimos a la zona de restauración.
Día 3. Por la noche
Después de cenar me despedí de Irina. Ella se iba a deleitar al público con su baile y yo tenía que ver a una jovencita tímida.
Llamé a la puerta de Luna, y aguardé. Me abrió la puerta, vestida únicamente con una faldita y el sujetador puesto. Le puse una mano en la mejilla, y se la acaricié antes de darle un beso. Ella simplemente consintió. Entré despacio en la habitación y Luna cerró la puerta detrás de mí.
"¿Has venido porque lo ha pedido Irina?", preguntó en un susurro. Sus labios seguían cerca de los míos?
"Ella solo me ha dicho que querías hacerlo. Yo he venido porque quiero hacerlo", le respondí.
"Ella es más guapa que yo. Y está más buena que yo"
"¿Y eso quién lo ha decidido?", dije. "Me gusta Irina y me gustas tú y no quiero que intentes competir… me habéis dicho que aquí se pasa mal si te pillas por alguien. Pero tampoco creo que sea bueno menospreciarse"
"Tienes razón. Perdóname. Ya te dije que aquí solo me he visto con chicas porque… he tenido problemas con vosotros. Pero tú me gustas mucho"
"Entonces, ¿vamos a follar?"
La noté intranquila.
"Me gustaría hacerte algo primero", me dijo, recuperando la sonrisa. " Ponte en mi cama… y desnúdate"
"A sus órdenes", bromeé. Me quité la ropa y la dejé doblada. Ella la dejó apartada, y me pude subir a la cama, sentado y con la espalda apoyada en el cabecero. Luna levantó el mando de la tele y puso una porno. Una de esas en las que un tipo con suerte folla con cinco a la vez porque son las amigas de su hermana y una es virgen pero al final todas quieren su ración de polla.
"Y ahora disfruta", me dijo mientras se quitaba el sujetador. Sus tetas no eran muy grandes pero me gustaban. Se tumbó de costado sin quitarse la faldita, mirando hacia la tele y se metió mi falo en la boca. Empezó a chuparmela mientras veíamos la película.
Empecé a acariciarle las tetas. Tenía los pezones super sensibles. Eran blanditas y me gustaba lo suaves que eran. Le toqué la otra durante un rato. Ella dejaba escapar gemidos cuando le apretaba un poco los pezones, y hacía unos ruidos muy lascivos mientras chupaba mi polla, sonidos muy húmedos y jadeos mientras lo hacía.
Yo me preguntaba si no le molestaba la faldita. Intenté jugar un poco y bajé mis manos para ir a sus piernas, pero ella me cazó y volvió a ponerme la mano en su teta, masajeando aún con más ímpetu que el que yo ponía.
"Luna… me encanta tu boca pero… quiero follarte"
Ella se detuvo en ese momento. Saltó de la cama a su mesa, donde tenía el bote de lubricante, y volvió hacia mí. Dejó caer un chorro generoso sobre mi pene y empezó a pajearme para dejarlo bien mojado. Al tiempo, me fijé en que se estaba metiendo un dedo en el culo, por debajo de las bragas, también con lubricante. ¿Nuestra primera vez iba a ser anal? Nunca me había ocurrido. ¿Y por qué no se quitaba la falda?
Se dio la vuelta, enseñándome el culo sin llegar a quitarse las bragas, y lo admiré por un momento antes de que se sentase encima de mi polla. Su ano tragó mi falo con facilidad, de un movimiento. Yo gemí pero no tan alto como ella.
"Oh, dios… la tienes muy grande…"
"¿Te duele?", pregunté. Ella negó con la cabeza.
" No… me gusta mucho el anal…"
Y en ese momento tiré un poco de ella, acomodándome debajo de sus piernas y empecé a mover las caderas para follarla. Su culito estaba apretado pero el lubricante cumplía bien con su función y me facilitaba metérsela. Volví a sobar sus tetas, que rebotaban con mis embestidas. Ella solo gemía.
"¡Sigue! ¡Mi culo es tuyo!", exclamaba. " ¡Hazme tuya!"
"¿Te gusta por el culo, zorrita?"
"Si… soy una zorrita… sigue…"
Otra vez estuve a punto de ir a masturbarla pero ella volvió a usar mis manos para masajearse las tetas. Tenía los pezones durísimos en ese momento. Su cuerpo se dejaba llevar por mis embestidas y se movía al ritmo.
"Me corro, Luna… voy a correrme dentro de ti…"
"Si… por favor, hazlo… ¡córrete en mi!"
Y sentí que mi polla se vaciaba dentro de ella. Su cuerpo temblaba mientras mi lefa llenaba su culito. Se detuvo finalmente, con mi polla aún ensartada. Le aparté el cabello y le di varios besos por el cuello, que ella aceptó con gusto.
Levantó sus caderas, y en ese momento la empujé contra el colchón.
"Y ahora vas a correrte tú", le dije, mientras la hacía girar
" No… no hace falta "
"Claro que sí", le dije. Puse las manos en su cintura, y ella me las sujetó. "¿Qué pasa? ¿Crees que ningún tío sabemos cómo comer un coño?"
"No es eso… hay algo que…"
Mientras hablaba tiraba de mis manos. Pero en lugar de forcejear con ella, mordí su falda y tiré de ella hacia arriba.
Y en ese momento entendí por qué ella intentaba impedirme llegar a entre sus piernas. Bajo su falda, tapado con unas braguitas, había algo grande y duro que asomaba por fuera de la tela.
"JP… perdona…"
Casi sin escucharla, sin poder creerme lo que veía, le quité la falda. Ya me había soltado las manos. Y le quité también las bragas. Efectivamente. Luna no tenía el chochito húmedo que yo había esperado encontrarme ahí. Su pene temblaba, con la punta húmeda, goteaba presemen. Era un poco más pequeño que el mío. Debían ser unos 17 cms. Sus huevos estaban rasurados.
"Por favor… no me pegues…"
Miré a Luna, confuso. Estaba llorando. ¿Pegarla? ¿Los tíos que habían descubierto que Luna era trans la habían maltratado? Tragué saliva. Ella era tan bonita. Miré de nuevo su pene. Y sin pensármelo me lo llevé a la boca.
Creo que Luna empezó a decir algo pero yo no la escuchaba. La sentía temblar debajo de mi. Yo… era extraño. Era la primera vez que chupaba un pene. Lo sentía duro y sensible. Y grande, la verdad. Me pregunté si a Matt le había costado también chupar el mío así. Empecé a acariciar sus huevos mientras seguía mamando. Mantenía mis ojos cerrados. Aquello era raro, y no sabía en ese momento si me gustaba o no… solo se que no llevaba ni cinco minutos cuando los jados de Luna pasaron a ser una alarma.
"¡Me corro, JP, me corro!"
Aquello me dio miedo y me aparté. Demasiado tarde. Su primer chorro me alcanzó la lengua. Y el segundo, la cara. El resto se derramó sobre mi mano, aún apoyada en sus testículos. Miré a Luna, que parecía horrorizada.
"Lo siento… lo siento de veras…"
Negué con la cabeza y fui al baño a limpiarme. Me miré al espejo, asumiendo lo que acababa de ocurrir. Regresé luego con Luna, y me tumbé en su cama. Abrí los brazos para recibirla.
"Si me lo hubieras contado antes... no sé si te la hubiera chupado", le confesé. "Pero jamás te haría daño"
"Lo sé... Pero ya me ha pasado y me daba miedo", dijo. Su manita me acariciaba el cuerpo.
"Me gustas mucho, Luna. Y quiero seguir follando contigo"
"Por favor, sí... tú también me gustas un montón... por eso me daba miedo que me rechazaras por tener polla..."
"Casi se te adelantan hoy, pero la tuya es la primera que chupo", le dije
"¿Y te ha gustado?"
"Bueno. Te has corrido muy rápido. No me ha dado tiempo a probarla bien", dije con mi tono más falso posible. Ella sonrió y pasó una pierna por encima de mi. La veía sonreír más que nunca.
"Vamos a tener que volver a hacerlo para saber si te gusta"
"Qué remedio", dije mientras ella empezaba a frotar su culo contra mi polla, que se puso dura rápidamente. Esa noche no íbamos a parar.
CONTINUARÁ
Si te ha gustado, déjame saberlo con unos puntos o un comentario. O las dos cosas, y me animaré a escribir las continuaciones 🙂
MIS OTROS RELATOS
Mi hermana Leire (continuando)
Tarde prohibida con la hermanita || (Otra) tarde prohibida con la hermanita || Mi madre salió el fin de semana... || Playita con la hermana || Después de un susto nocturno || Cómo desestresarnos en la pandemia
Vacaciones con mis primos (terminado)
Capitulo 1 || Capitulo 2 || Capitulo 3 || Capitulo 4 || Capitulo 5 || Capitulo 6 || Capítulo 7 || Capítulo 8 || Capítulo 9 || Capítulo 10 || Capítulo 11 || Capítulo 12 || Capítulo 13 || Capítulo 14 || Capítulo 15 || Capítulo 16 || Capítulo 17 || Capítulo 18 || Decimonoveno cumpleaños con mis primas
Sara, novia trans ](finalizado)
Autoexperimentando || Fantasía: cambio de rol con mi novia || Recibí ayuda de mi amiga especial || Trío con pareja amiga || Masaje con final más que feliz || A las órdenes de mi amiga trans || Polvo con mi ex… y mi novia || Vestido para mi novia (trans) || Adicto a la polla trans || Cuarteto bixsexual (o parecido) || Fin de semana con amigos (I) || Fin de semana con amigos (II) || Ayudando a una amiga || No me lo esperaba, pero lo gocé
La amiga de mi hija (finalizado)
Se me declaró la amiga de mi hija || La elección de la amiga de mi hija || Trío prohibido ||Reconciliación tabú || La novia de mi hija || Reconciliación || Fiesta de cumpleaños (¡nuevo!)
Confesiones de mis amigos(terminado)
Confesiones de ella || Confesiones de él || Noche desmadrada || Todo confesado
Dos nuevas vecinas (terminado)
Parte 1 || Parte 2 || Parte 3 || Parte 4 || Parte 5 || Parte 6
Colección de relatos cortos
La chica del tren || Por un error || Me pidieron un favor || Fantasía de ella, fantasía de los dos || Dos generaciones || Vacaciones en el hotel || Tres no son multitud, cuatro es placer || La chica de prácticas || La camarera de debajo de mi casa || La invitada || Amiga casada
0 comentarios - Resort Sexual - Capítulo 3