Cuerneando a mi marido 3
Y por casi tres días seguidos el vecino salía con la esposa todas las mañanas y no volvía en el resto del día, no se en que había cambiado su situación, encima la noche del tercer día mi marido se despertó a la madrugada y me montó de una, como siempre me dio dos viajecitos y se vació enseguida, quede caliente, recién me daba cuenta de lo insuficiente que era el sexo con él. Me costó dormirme, a los vecinos tampoco los escuche hacerlo en esos días. A la mañana siguiente otra vez los vecinos salieron juntos, me puse una camisa sin corpiño, una falda corta y me fui hacia el baño, Miguel estaba en la puerta. Cuando salí del baño le hice un gesto de llevarme el pulgar a la boca, y un gesto con la cabeza si quería venir a tomar unos mates, me sentía excitada, tenía los pezones duros, dos botones de la camisa desabrochada, no sabía si Miguel vendría o no, igual calenté el agua en el anafe que tenemos en el cuarto, preparé el mate, sentí que golpeaban la puerta y abrí, se había puesto un jogging en lugar del pijama. Lo invité a sentarse y me senté en la cama enfrente de él, le di el primer mate, estuvimos un rato en silencio. Yo hablé.
-Siempre lo veo a la mañana en la pensión… no trabaja usted…
-No me trates de usted que me haces sentir más viejo todavía, trabajo de mozo, voy a la tardecita, termino siempre cerca de las dos de la mañana, por eso suelo estar…
-Ah… pensé que no trabajaba…
-Y vos… no trabajas… no estudias…?
-Estoy buscando trabajo… pero está difícil…
-Y te gustaría trabajar de moza… digo… se está por jubilar un compañero… en un par de meses van a necesitar un reemplazo… puedo hablar… pero sería en el mismo horario que yo… y como tu marido trabaja temprano se verían poco…
-Igual viene, come, toma vino y se queda dormido… -sentía mis pezones duros, me calentaba empezar a hablar de mis intimidades con Miguel, se notaban en la blusa. Me levanté a calentar un poco más el agua, traté de darle la espalda, me daba un poco de vergüenza que mis pezones estuvieran tan duros, y a la vez me sentía caliente. Cuando le dí el siguiente mate, me tomó suavemente de la muñeca y me sentó en su regazo, me encantó como fue la situación, mi camisa abierta le dejaba ver de costado mi pezón lo que todavía me calentó más.
-Cuando tu marido llega del trabajo, debería tomar unos mates y agarrarte así y sentarte en su regazo, así pueden hablar más tranquilos… y con esta vista hermosa que vos regalas…
-Le gusta lo que ve…?
-Me encanta… pero no me trates más de usted… y porque no te desabrochas la camisa del todo…
Lentamente lo fui haciendo, hasta que la camisa quedó abierta del todo
-Le gusta así..
-Hermosa… y ese vientre bien planito… -llevó su mano a mi pancita y me empezó a acariciar suavemente, sentí un poco de vergüenza y escondí mi cara al lado de su cuello.
-Tu marido es joven… que edad tienen…
-Yo 24 y el 27…
-Me encantaría acariciarte los pechos… son hermosos… y tus pezones más… pero si te da tanta vergüenza no te quiero incomodar…
Me salí del costado de su cuello y lo miré, su mano derecha fue a acariciar mi pecho izquierdo suavemente, era muy suave en sus caricias, pasaba de uno a otro, en un momento lo bese y me encantó, el seguía acariciándome suavemente y después empezó a chupármelos alternadamente, su mano derecha fue a mis muslos que acarició también suavemente, sentía su miembro duro debajo de mi. Recorría la cara interna de mis muslos y en algunos momentos solo rosaba mi cosita por encima de la tanga. Volví a besarlo, sentía como subía cada vez más mi temperatura, le agarré su mano y la lleve sobre mi cosita, el empezó a jugar primero sobre la tanga, después la corrió a un costado y con dedos hábiles empezó a pajearme suavemente mientras alternaba sus besos con chupadas en mis pezones. Me sentía muy cerca de llegar y finalmente el juego de sus dedos me hizo llegar a un hermoso orgasmo, otra vez escondí mi cabeza pero gemí bien fuerte en su oído, dejó de acariciarme, otra vez volví a besarlo. Me puse de pie y volví al mate, le di uno sentándome en la cama, le miraba el bulto. Me arrodillé delante de el y le bajé un poco el jogging, su pija era también gruesa y más grande que la de mi marido, no había visto muchas aparte de la de mi marido con lo que me daba cuenta que la de mi marido era más bien chica, se la acaricié un rato mirándolo a los ojos.
-Usted ya no lo hace con su esposa Miguel…?
-Otra vez me tratas de usted… hay mujeres que después de la menopausia se ponen más fogosas… y otras como mi mujer… no quieren saber más nada del tema… - Se la chupe un rato y volví a preguntar.
-Pero usted se ve muy activo… que cosa… le chupo la pija… pero me sale llamarlo de usted…
-llamame como quieras pero segui que vas muy bien… -sonreí le di un par de chupadas y pregunté.
-Digo… como se arregla…?
-Mi mujer no tiene problema en que salga por mi cuenta… ella no quiere más nada… quiere que sea discreto…
-Y que edad tiene usted Miguel…
-Tengo 54… hoy no me puedo quedar mucho más… por eso de ser discreto… que haces mañana a la tarde…
-Tengo que acompañar a mamá al médico…
-Bueno… pasado entonces…?
-Que hacemos…
-Nos encontramos acá a dos cuadras y vamos a un albergue… así lo hacemos tranquilos con tiempo… tipo dos de la tarde, te parece…
-Y ahora se va a quedar así durito…?
-Porque no seguís un poco más con esa boca preciosa que tenés…
Me acomodé el pelo al costado, quería que viera la cara de viciosa que pongo al chupar, aunque no lo hago demasiado porque mi marido no aguanta nada si se lo hago, lo estuve chupando hasta que lo sentí llegar, no fue muy abundante, pero la escupí al suelo, no estoy acostumbrada a que me la den en la boca
-Parece que hubieras tragado veneno…
-Perdón Miguel… no me suelen acabar en la boca…
Me llevó hacia él y me beso, todavía tenía restos de su corrida.
-Que bueno que te empieces a animar conmigo…
Me apretó fuerte contra él, acariciándome bien el culo, su pija estaba morcillona. El día que íbamos a ir al hotel pasó por mi cuarto a la mañana y me dio un conjunto de ropa interior que había comprado para mi, le agradecí con un beso, y le apreté el bulto sobre su jogging, nos vemos a la tarde le dije.
Y por casi tres días seguidos el vecino salía con la esposa todas las mañanas y no volvía en el resto del día, no se en que había cambiado su situación, encima la noche del tercer día mi marido se despertó a la madrugada y me montó de una, como siempre me dio dos viajecitos y se vació enseguida, quede caliente, recién me daba cuenta de lo insuficiente que era el sexo con él. Me costó dormirme, a los vecinos tampoco los escuche hacerlo en esos días. A la mañana siguiente otra vez los vecinos salieron juntos, me puse una camisa sin corpiño, una falda corta y me fui hacia el baño, Miguel estaba en la puerta. Cuando salí del baño le hice un gesto de llevarme el pulgar a la boca, y un gesto con la cabeza si quería venir a tomar unos mates, me sentía excitada, tenía los pezones duros, dos botones de la camisa desabrochada, no sabía si Miguel vendría o no, igual calenté el agua en el anafe que tenemos en el cuarto, preparé el mate, sentí que golpeaban la puerta y abrí, se había puesto un jogging en lugar del pijama. Lo invité a sentarse y me senté en la cama enfrente de él, le di el primer mate, estuvimos un rato en silencio. Yo hablé.
-Siempre lo veo a la mañana en la pensión… no trabaja usted…
-No me trates de usted que me haces sentir más viejo todavía, trabajo de mozo, voy a la tardecita, termino siempre cerca de las dos de la mañana, por eso suelo estar…
-Ah… pensé que no trabajaba…
-Y vos… no trabajas… no estudias…?
-Estoy buscando trabajo… pero está difícil…
-Y te gustaría trabajar de moza… digo… se está por jubilar un compañero… en un par de meses van a necesitar un reemplazo… puedo hablar… pero sería en el mismo horario que yo… y como tu marido trabaja temprano se verían poco…
-Igual viene, come, toma vino y se queda dormido… -sentía mis pezones duros, me calentaba empezar a hablar de mis intimidades con Miguel, se notaban en la blusa. Me levanté a calentar un poco más el agua, traté de darle la espalda, me daba un poco de vergüenza que mis pezones estuvieran tan duros, y a la vez me sentía caliente. Cuando le dí el siguiente mate, me tomó suavemente de la muñeca y me sentó en su regazo, me encantó como fue la situación, mi camisa abierta le dejaba ver de costado mi pezón lo que todavía me calentó más.
-Cuando tu marido llega del trabajo, debería tomar unos mates y agarrarte así y sentarte en su regazo, así pueden hablar más tranquilos… y con esta vista hermosa que vos regalas…
-Le gusta lo que ve…?
-Me encanta… pero no me trates más de usted… y porque no te desabrochas la camisa del todo…
Lentamente lo fui haciendo, hasta que la camisa quedó abierta del todo
-Le gusta así..
-Hermosa… y ese vientre bien planito… -llevó su mano a mi pancita y me empezó a acariciar suavemente, sentí un poco de vergüenza y escondí mi cara al lado de su cuello.
-Tu marido es joven… que edad tienen…
-Yo 24 y el 27…
-Me encantaría acariciarte los pechos… son hermosos… y tus pezones más… pero si te da tanta vergüenza no te quiero incomodar…
Me salí del costado de su cuello y lo miré, su mano derecha fue a acariciar mi pecho izquierdo suavemente, era muy suave en sus caricias, pasaba de uno a otro, en un momento lo bese y me encantó, el seguía acariciándome suavemente y después empezó a chupármelos alternadamente, su mano derecha fue a mis muslos que acarició también suavemente, sentía su miembro duro debajo de mi. Recorría la cara interna de mis muslos y en algunos momentos solo rosaba mi cosita por encima de la tanga. Volví a besarlo, sentía como subía cada vez más mi temperatura, le agarré su mano y la lleve sobre mi cosita, el empezó a jugar primero sobre la tanga, después la corrió a un costado y con dedos hábiles empezó a pajearme suavemente mientras alternaba sus besos con chupadas en mis pezones. Me sentía muy cerca de llegar y finalmente el juego de sus dedos me hizo llegar a un hermoso orgasmo, otra vez escondí mi cabeza pero gemí bien fuerte en su oído, dejó de acariciarme, otra vez volví a besarlo. Me puse de pie y volví al mate, le di uno sentándome en la cama, le miraba el bulto. Me arrodillé delante de el y le bajé un poco el jogging, su pija era también gruesa y más grande que la de mi marido, no había visto muchas aparte de la de mi marido con lo que me daba cuenta que la de mi marido era más bien chica, se la acaricié un rato mirándolo a los ojos.
-Usted ya no lo hace con su esposa Miguel…?
-Otra vez me tratas de usted… hay mujeres que después de la menopausia se ponen más fogosas… y otras como mi mujer… no quieren saber más nada del tema… - Se la chupe un rato y volví a preguntar.
-Pero usted se ve muy activo… que cosa… le chupo la pija… pero me sale llamarlo de usted…
-llamame como quieras pero segui que vas muy bien… -sonreí le di un par de chupadas y pregunté.
-Digo… como se arregla…?
-Mi mujer no tiene problema en que salga por mi cuenta… ella no quiere más nada… quiere que sea discreto…
-Y que edad tiene usted Miguel…
-Tengo 54… hoy no me puedo quedar mucho más… por eso de ser discreto… que haces mañana a la tarde…
-Tengo que acompañar a mamá al médico…
-Bueno… pasado entonces…?
-Que hacemos…
-Nos encontramos acá a dos cuadras y vamos a un albergue… así lo hacemos tranquilos con tiempo… tipo dos de la tarde, te parece…
-Y ahora se va a quedar así durito…?
-Porque no seguís un poco más con esa boca preciosa que tenés…
Me acomodé el pelo al costado, quería que viera la cara de viciosa que pongo al chupar, aunque no lo hago demasiado porque mi marido no aguanta nada si se lo hago, lo estuve chupando hasta que lo sentí llegar, no fue muy abundante, pero la escupí al suelo, no estoy acostumbrada a que me la den en la boca
-Parece que hubieras tragado veneno…
-Perdón Miguel… no me suelen acabar en la boca…
Me llevó hacia él y me beso, todavía tenía restos de su corrida.
-Que bueno que te empieces a animar conmigo…
Me apretó fuerte contra él, acariciándome bien el culo, su pija estaba morcillona. El día que íbamos a ir al hotel pasó por mi cuarto a la mañana y me dio un conjunto de ropa interior que había comprado para mi, le agradecí con un beso, y le apreté el bulto sobre su jogging, nos vemos a la tarde le dije.
3 comentarios - Cuerneando a mi marido 3
Waaaaaaaaaoooooooooooo que historia mas genial vas super bien espero con ansias la continuacion y mujer que alegra a los hombres mayores se merece el cielo y estoy seguro que el viejo lo valora mas que cualquier joven suertudo que cree que lo merece todo, aunque recalco no todos porque hay unos que si saben agradecer, espero la continuacion gracias