Hola, saludos cordiales a todos los lectores, a continuación les quiero relatar un poco de mis experiencias vividas, el estilo de vida que llevo y un poco de mi filosofía y manera de ver las cosas, este relato es solo el comienzo de mis experiencias espero les guste.
Comenzare por decir que mi nombre podremos decir que me llamo Erik (nombre para la historia) desde muy chico eh tenido afición por siempre ser el mejor en cada cosa que hago soy una persona super competitiva, dominante y de un carácter demandante, se podría decir que soy un amante de los retos.
Aparte amante nato de las mujeres desde muy chico siempre busque tener mi noviesilla y siempre buscaba la forma de llamar la atención de mis compañeras de clases, me encantaba ver cómo el brindarles la atención correcta y tratarlas como princesas les encantaba y eso me llenaba, ver cómo les brillaban los ojitos cada vez que me veían.
Mi primera experiencia fue en mi adolescencia con una compañera de clases. Paola una chica de piel canela, ojos negros y una cabellera negra hondulada, unos labios no muy gruesos pero muy coquetos... Sus piernas y pechos eran simplemente lo que más hacia voltear la vista al resto de compañeros. Yo era un total inexperto pero no dejaría que el nerviosismo me dominará ya que quería tener el control de la situación.
Ella también inexperta pero con deseos de satisfacer simplemente se dejó llevar y comenzó arrodillada ante mi, en ese momento mi vida cambio y todo lo que creí satisfactorio paso a un segundo plano. El placer era ver cómo tenía el poder controlar la situación, esa sensación de superioridad sobre aquella chica que arrodillada ante mi, que me mira con aquellos ojos negros brillosos llenos de lujuria, pidiendo ser dominada y disciplinada.
La tome de su cabello ella por instinto solo abrió su boca dejándome en claro que estaba a mi total disposición, torpemente pero sutil le coloque mi pene erecto
Fue una experiencia única el deseo de poseer el cuerpo de aquella chica se volvió entonces una obsesión.
Desde aquella tarde nuestros encuentros se volvieron más y más frecuentes, ella de inmediato entendió su rol y cada vez que teníamos la oportunidad desaparecimos de la vista del resto y era ella de rodillas mientras yo le follaba la boca a mi placer. Al principio no le gustaba saborear el semen y solo me complacía con dejarle toda la cara embarrada de espesa carga.
Llego el día en el que decidió entregar todo su cuerpo yo estaba feliz al fin sería mía totalmente, me prepare para que nuestro encuentro fuera lo más placentero posible quería que le encantará tanto que terminara suplicándome por mas.
Yo: estás nerviosa?
Paola: si, la verdad un poco
Yo: no te preocupes yo me encargo que la pases bien solo relájate y disfruta
En ese momento me acerque le di un beso largo y apasionado mientras le pasaba mis manos por todo su ardiente cuerpo, sus jadeos se escuchaban cada vez más eróticos y su corazón latía cada vez más rápido se notaba lo exitada que estaba, al principio dudo en abrir sus piernas por su timidez y nerviosismo pero rápidamente se entregó. Al pasar mi mano por sus piernas note cómo se le erizaba la piel y al llegar a su coño uffff estaba empapado pidiéndome a gritos que la usará.
Entre besos fuy bajando poco a poco por su cuello, sus tetas, mordisqueaba por acá y por allá mientras ella solo se retorcía de placer, al llegar a su coño y pasar mi lengua note cómo arqueaba su espalda en señal de placer intenso yo besaba sus labios y jugaba con el tiempo me encantaba verla como disfrutaba al punto de casi gritar del placer y así tuvo su primer orgasmo ya estaba lista para entregarme lo que era mío, me prepare y la fuy penetrando poco a poco si cara notaba dolor , placer , inocencia y lujuria, una mezcla de cosas nuevas para los dos. Fueron pasando los minutos y entre el mete y saca acelere el empuje poco a poco hasta que sus gemidos se escuchaban en toda la casa llegamos al punto del climax total, yo la saqué antes de llegar y la llene con contundentes chorros en su vientre tetas y coño. Fue un total espectáculo verla tirada en la cama con sus piernas abiertas cubierta de mi semen y con una cara de felicidad total.
A partir de ese día cada vez que la llamaba ella estaba preparada para cualquier pedido de mi parte ya fuera una mamada o que me entregara su coño.
Este fue el comienzo de mi vida como un entrenador de putas.
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