No sé si lo que me pasó hace un par de meses es algo habitual o no, pero lo cierto es que todavía ahora lo sigo pensando y excitándome cuando me viene a la cabeza. Era otoño pero ya hacía mucho frío y fui como de costumbre a la clases de baile.
La clase era a las siete de la tarde y me había ido a beber unas cañas con una antigua amiga del colegio con la que quedaba de vez en cuando. Cuando me di cuenta era tarde y fui corriendo a casa, me puse la ropa de baile (unas mallas negras y un top holgado). Me quite la otra ropa tan deprisa que sin querer me baje las bragas y con las prisas no me las volví a poner. Para cuando me di tiempo no me apeteció quitarme los leggins otra vez y no me pareció para tanto ir sin bragas. Me puse un abrigo por encima y salí pitando.
Entré en la clase saludé a algunas de mis compañeras y compañeros y empezamos a hacer estiramientos. Entonces, vi entrar al chico que me gustaba de mi clase. Llevaba desde el inicio de curso embobada con él pero nunca me atrevía a decirle nada. Sólo habiamos hablado un poco en un botellón de clase.
Justo después la profesora entró y dio comienzo la clase. Íbamos a aprendernos una coreo de la canción Toxic de Britney Spears y la profesora nos explicó que serian bailes de dúos o tríos aunque fuera una coreo grupal. Pues como ya habréis adivinado me tocó con él y otra chica hacer las partes que iban con tríos.
- Venga – dijo la profesora- poneros juntos que vamos a empezar con la primera parte.
La profesora comenzó a colocarnos y a explicarnos la postura inicial de cada uno. Yo tenía que estar en medio, rodeando con mis piernas la cintura del chico, curvando la espalda hacia atrás, mientras la otra chica abrazaba al chico por detrás. Cuando nos lo explicó creo que me puse como un tomate, el chico que se llamaba Héctor se dio cuenta y me dijo:
- Va, tranquila. Hay que ser profesionales
Yo me puse aún más roja y me limité a sonreír. Él se puso de rodillas, me acerqué a él y cuando estaba muy cerca me agaché para sentarme encima. Por desgracia, no calculé muy bien y le pasé las tetas por la cara. Yo tengo los pechos bastante grandes y siempre llevo sujetadores de tela fina por lo que al rozar mis tetas con su cara noté como si hubiera abierto la boca. No le di importancia e intenté fingir que ni me había dado cuenta de aquello. Cuando terminé de colocarme recordé que no llevaba bragas y cuando me arqueé hacia abajo me rocé con su pantalón y me dio mucho gusto así que volví a moverme un poco. Entonces él, que se dio cuenta, bajo una de sus manos, pasando por mi culo y agarrándome la pierna muy cerca de mi coño. Algo que me excitó muchísimo.
Así continúo la clase. Cada vez nos restregábamos más descaradamente. En una de esas ocasiones yo tenía que girar hasta ponerme frente a él con las piernas un poco abiertas, lo que él aprovechó para recorrer con su mano desde el inicio de mi coño hasta el final de mi culo. También me tocaba las tetas cada vez que podía y en una de las partes él se colocaba encima de mí mientras yo estaba tumbada bocabajo, y todas las veces que ensayamos ese trozo apoyaba su polla en mi culo y hacía un movimiento de abajo arriba. Me ponía muy cachonda hacer todo aquello rodeados de gente que no se estaba dando cuenta de nada, aunque me gustaba pensar que alguno se daba cuenta y se estaba poniendo igual de cachondo que nosotros.
Al final, teníamos que quedarnos abrazandonos y él me susurro “qué mojado tienes el legging”. Me puse rojisima y él metió la mano que yo tapaba con mi cuerpo por debajo de mi top y me empezó a sobar las tetas hasta que terminó la música, que fueron al menos 20 segundos, ya que teníamos que ir terminando en escala y éramos los primeros en quedarnos quietos.
Cuando nos separamos estuve a punto de lanzarme y morrearle allí mismo. La profesora debió de darse cuenta porque nos dijo:
- Muy bien chicos así me gusta dadle rollo, que sea creíble que estáis seduciéndoos
Cuando se acabó la clase no podía más. Héctor se acercó a mi y me dijo que si quería seguir practicando en su casa, que no estaban sus padres. Yo le dije que vale con una sonrisa pícara y le dije que me esperara que iba a ir a los vestuarios a por mis cosas. Cuando entré miré el móvil y vi que mi madre me había llamado cuatro o cinco veces. Le devolví la llamada:
- Hola, mamá, ¿qué pasa? Estaba en baile – “dejandome sobar por un tío bueno” pensé para mis adentros
- Hola, cariño. Nada, voy a salir tarde del trabajo y no puedo ir a recoger tu ordenador.
- Pero mamá… tengo que entregar pasado mañana un trabajo y no he podido hacer casi nada aún. Lo necesito.
- Lo sé, lo siento. ¿Por qué no vas tú? Te dejo que cojas el coche- me acababa de sacar el carnet y me costaba mucho que me lo dejaran
- Vale… - “adiós al polvazo que iba a echar” pensé- ahora iré.
Salí del vestuario y Héctor estaba esperándome fuera apoyado en su moto. Cuando me vio sonrió, estoy segura de que me estaba imaginando desnuda. Le dije a Héctor que no podía ir con él, que tenía que ir a hacer unos recados. Se acercó a mi boca sin llegar a besarme, me sujeto muy fuerte con una mano en la cintura y la subió para agarrarme descaradamente una teta.
- Una pena… - me susurró
Y se fue.
Una hora más tarde estaba esperando en la tienda. Todos habían decidido ir media hora antes de que cerraran y el tipo de la tienda estaba agobiadísimo con una señora que no entendía ni papa de lo que le estaba explicando. Mientras tanto, Héctor había conseguido mi móvil y no paraba de ponerme aún más cachonda, justo en ese momento estaba diciéndome que me hubiera follado ahí mismo, con todos mirando, que me hubiera roto el legging cuando estaba tumbada boca abajo y me la hubiera metido. La verdad que me hubiera encantado montarme una orgía en la clase de baile.
La conversación se siguió calentando hasta que sin darme cuenta era mi turno. Me había quedado sola en la tienda y estaba tan cachonda que solo quería irme para salir pitando a casa de Héctor, porque ya no podía más.
- Hola – me dijo él molesto, hacía veinte minutos que tenía que haber cerrado
- Hola, sí, perdona… Vengo por el Asus negro – el tío me miró fatal
- ¿Tienes el resguardo?
- Eh..no… es que lo trajo mi madre e iba a venir ella pero no podía… Si no te fías puedo darte detalles del ordenador o algo..
- Mira… da igual. De todas formas no te lo puedes llevar hoy, porque aún estoy haciéndole cosas
- Ah, mi madre dijo que le avisaste ayer de que podía pasarse.
- Ah sí, bueno ven mira.
El tío señaló a la trastienda como para que fuera. Dudé un segundo pero al final me decidí, yo también tenía prisa, en ese momento recibí una foto de la polla de Héctor durísima. Cerré rápidamente el whatsapp y esperé que no la hubiera visto.
Cuando entré vi mesas desordenadas llenas de cables y herramientas. Al fondo de la habitación vi mi portátil con la pantalla azul y letras. Me acerqué hasta allí y de cerca me siguió el informático que se puso justo detrás y noté su aliento en mi nuca y el roce de su paquete contra mi culo. Después se puso a un lado, pero me hablaba muy cerca.
- Mira, tenías el virus Genius Box que es un virus bastante jodido. Entonces, si lo intentó eliminar directamente del disco duro me va a bloquear el equipo… - el tío siguió hablando de cosas que no recuerdo muy bien
Mientras me lo explicaba su mano, fue subiendo por mi tripa hasta mis tetas. Yo me limité a moverme para intentar evitarlo pero él enseguida supo moverse para que no pudiera salir de allí.
- Pero bueno -siguió- es posible que para hacerlo pierda los datos de tu ordenador – su mano estaba ya masajeando mis tetas con descaro pero seguía hablandome en el mismo tono
- Vale, no importa, tengo copia de lo más importante en un disco duro
- ¿Sí? – me dijo y agarró mi cuello y lo echó hacia atrás hasta apoyarme en su hombro
- Sí, tranquilo – dije asustada
- ¿Hasta las fotos porno esas que tienes?
Cuando me lo dijo me quedé en blanco y no sabía que decir. Se refería a las fotos que me habían hecho en el autobús y que llegaron a mis manos (contaré la historia de cómo) un tiempo después. Como no contestaba el hombre siguió.
- Porque yo sí las he guardado, porque una guarra como tú no se encuentra todos los días. La mayoría de las veces lo más interesante que encuentro son tías con una foto bastante sosa de ellas desnudas en el espejo, no tías ahogándose con una polla mientras le follan por el culo. –el tío se acercó del todo y empezo a rozarse con mi culo – uff.. es que encima tienes unas tetas impresionantes
Según empezó a estirarme de los pezones con las dos manos y a subirme las tetas hasta arriba y luego soltarlas. La verdad era que estaba tan cachonda que me planteé tener sexo con aquel pervertido, pero después pensé que era un viejo verde y que tenía a un tío bueno esperándome así que le quité la mano de un golpe.
- Si veo esas fotos en algún lado te pienso denunciar porque ahora ya me has dicho que has sido tú – le dije dándole un codazo y consiguiéndome liberar.
El tío se río.
- Primero, para cuando se procese todo ya miles de pervertidos peores que yo habrán visto y se habrán pajeado con ellas y peor, toda la gente que conoces sabrá lo que hacer y segundo que te he dicho que tienes un virus que ha visto todo lo que tienes en el ordenador, así que igual están ya en alguna página.
Mientras hablaba el tío se sacó la polla que era de un tamaño normal y se la empezó a sacudir.
- Di o haz lo que quieras, porque pienso darte lo que más te gusta.
Me empecé a asustar así que decidí salir corriendo. Cuando estaba apunto de llegar a la puerta noté como estiraban de mi abrigo, que como estaba desabrochado se me salió con el forcejeo. Antes de que me diera tiempo a seguir andando, el informático me agarró del pelo y me empujó la cabeza contra una de las mesas que había allí. Estaba doblada algo más de 90 grados, porque la mesa era algo baja, con el culo en pompa porque el hombre me agarraba con la otra mano la pelvis para que no me fuera hacia abajo y no conseguía levantarme.
Entonces sentí cómo un dedo pasaba muy despacio por el medio de mi coño.
- Ummm… sin bragas y depiladita, como una buena guarra
El tío me pasaba muy suave el dedo por el coño y me estaba poniendo otra vez cachonda y dejé de intentar soltarme. Cuando vio que ya no intentaba liberarme, me soltó el pelo y comenzó a meterme la mano por debajo del top, acariciándome las tetas, hasta agarrarme uno de los pezones y empezar a darle pellizcos suaves. Me estaba volviendo loca y empecé a flexionar las piernas de puro placer.
- Vaya, la que me iba a denunciar está ahora deseando que le meta la polla en la boca
Después de decirlo me bajo los leggins de golpe y justo después me metió dos dedos de una vez. Mientras se acercó a mi cara y me puso la polla encima.
- ¿No es cierto?
Yo no contesté, así que me dio un pollazo en la cara y volvió a preguntármelo.
- sí… -dije bajito
- ¿solo sí? – me volvió a azotar con su polla
- Sí, quiero que me metas la polla en la boca
- ¿por qué? – y me volvió a dar
- Porque soy una guarra
- Dilo todo – volvió a azotarme
- Quiero que me metas la polla en la boca porque soy una guarra
Nada más terminar de decirlo, me metió de golpe la polla en la boca y empezó a hacer fuerza para ahogarme. Notaba como intentaba pasar por mi garganta y yo intenté quitarme porque sentía de verdad que iba a ahogarme.
La sacó de golpe y empecé a toser. Con la mano recogió las baba que habían saludo de mi boca y me las pasó por la cara mientras me metía los dedos tan despacio que casi me desesperaba.
Volvió a meterme la polla en la boca y empezó a follarmela sin ningún cuidado. Me estaba ahogando, pero entonces empezó a mover los dedos dentro de mi coño e introdujo el pulgar por mi culo. Seguía sin poder respirar pero estaba tan cachonda que empecé a gemir como una loca y justo cuando me iba a correr sacó su polla para dejarme respirar y volvió a mover los dedos dentro de mí muy despacio.
- Cuando vi las fotos sabía que lo que más te gustaba era comerte una polla
No contesté y entonces me azotó muy fuerte el culo.
- Sí, me encanta comer pollas
- Dios, no sabes cómo me pone oírte decir esas cosas. Lo que más me gusta de una guarra es que admita que lo es. ¿Qué es lo siguiente que más te gusta?
Estaba ya tan cachonda que sin pensar le dije, “me gusta que me la metan por el culo”.
El tío volvió a meterme la polla en la boca y a follarmela sin piedad, siguió azotándome el culo cada vez más fuerte hasta que empezó a intentar volver a atravesarme la garganta con su polla. Entonces empezó a volver a meterme los dedos por el coño y el pulgar por el culo y no tarde ni diez segundos en correrme.
Estaba hasta mareada de la falta de oxígeno, pero al informático no pareció importarle. Me dio la vuelta, me levanto y me sentó abierta de piernas en la mesa y empezó a follarme mientras me comía las tetas y me las azotaba.
- Sí, me encanta como me comes las tetas – dije sin pensar, no podía más y estaba empezando a encontrar excitante decirle las cosas que me hacían sentir más guarra
- Mírate, como abres las piernas pidiendo más polla
La verdad es que sin darme cuenta me había abierto totalmente de piernas para que no le costara metermela hasta el fondo. Me volví a correr otras dos veces casi seguidas estando así. Entonces él volvió a ponerme a cuatro patas, esta vez apoyando todo mi cuerpo en la mesa y empezó a metermela por el culo.
Al principio me hacía mucho daño, así que le dije que tuviera por favor tuviera cuidado, y fue entonces cuando me la metió de golpe.
- A las guarras no se las trata con cuidado –me dijo
Y empezó a follarme el culo muy fuerte. Lo hacía mientras me daba azotes en el culo o me pellizcaba los pezones muy fuerte. Me ponía cada vez más cachonda y empecé a disfrutar muchísimo y a gemir sin importarme si me oían o no. Entonces cogió uno de los cables que estaban en la mesa, lo puso alrededor de mi cuello y estiró para ahogarme. Tiró tanto de mí, que me giró hasta que mi cabeza miraba hacia arriba donde estaba la suya y me escupió en la cara.
- Me voy a correr dentro, guarra – me dijo mirándome a los ojos mientras me embestía cada vez más rápido.
- No, por favor, aunque sea córrete en mi cara
- Jaja, mira que eres guarra, el próximo día igual cumplo tu deseo.
Empecé a notar un liquido caliente por dentro mientras el informático me estiraba de los pezones con una mano y me ahogaba con la otra y empecé a notar contracciones en mi culo y después sentí un placer increíble.. Entonces el tío me puso algo en el culo.
- Cuando llegues a casa, quiero que le des un beso a tu mamá sabiendo que llevas el semén de un desconocido guardado en el culo. Y ni se te ocurra ducharte, mañana al instituto tienes que ir oliendo a guarra.
Me vestí y fui todo el camino de vuelta pensando en si ir a casa de Héctor a por más.
La clase era a las siete de la tarde y me había ido a beber unas cañas con una antigua amiga del colegio con la que quedaba de vez en cuando. Cuando me di cuenta era tarde y fui corriendo a casa, me puse la ropa de baile (unas mallas negras y un top holgado). Me quite la otra ropa tan deprisa que sin querer me baje las bragas y con las prisas no me las volví a poner. Para cuando me di tiempo no me apeteció quitarme los leggins otra vez y no me pareció para tanto ir sin bragas. Me puse un abrigo por encima y salí pitando.
Entré en la clase saludé a algunas de mis compañeras y compañeros y empezamos a hacer estiramientos. Entonces, vi entrar al chico que me gustaba de mi clase. Llevaba desde el inicio de curso embobada con él pero nunca me atrevía a decirle nada. Sólo habiamos hablado un poco en un botellón de clase.
Justo después la profesora entró y dio comienzo la clase. Íbamos a aprendernos una coreo de la canción Toxic de Britney Spears y la profesora nos explicó que serian bailes de dúos o tríos aunque fuera una coreo grupal. Pues como ya habréis adivinado me tocó con él y otra chica hacer las partes que iban con tríos.
- Venga – dijo la profesora- poneros juntos que vamos a empezar con la primera parte.
La profesora comenzó a colocarnos y a explicarnos la postura inicial de cada uno. Yo tenía que estar en medio, rodeando con mis piernas la cintura del chico, curvando la espalda hacia atrás, mientras la otra chica abrazaba al chico por detrás. Cuando nos lo explicó creo que me puse como un tomate, el chico que se llamaba Héctor se dio cuenta y me dijo:
- Va, tranquila. Hay que ser profesionales
Yo me puse aún más roja y me limité a sonreír. Él se puso de rodillas, me acerqué a él y cuando estaba muy cerca me agaché para sentarme encima. Por desgracia, no calculé muy bien y le pasé las tetas por la cara. Yo tengo los pechos bastante grandes y siempre llevo sujetadores de tela fina por lo que al rozar mis tetas con su cara noté como si hubiera abierto la boca. No le di importancia e intenté fingir que ni me había dado cuenta de aquello. Cuando terminé de colocarme recordé que no llevaba bragas y cuando me arqueé hacia abajo me rocé con su pantalón y me dio mucho gusto así que volví a moverme un poco. Entonces él, que se dio cuenta, bajo una de sus manos, pasando por mi culo y agarrándome la pierna muy cerca de mi coño. Algo que me excitó muchísimo.
Así continúo la clase. Cada vez nos restregábamos más descaradamente. En una de esas ocasiones yo tenía que girar hasta ponerme frente a él con las piernas un poco abiertas, lo que él aprovechó para recorrer con su mano desde el inicio de mi coño hasta el final de mi culo. También me tocaba las tetas cada vez que podía y en una de las partes él se colocaba encima de mí mientras yo estaba tumbada bocabajo, y todas las veces que ensayamos ese trozo apoyaba su polla en mi culo y hacía un movimiento de abajo arriba. Me ponía muy cachonda hacer todo aquello rodeados de gente que no se estaba dando cuenta de nada, aunque me gustaba pensar que alguno se daba cuenta y se estaba poniendo igual de cachondo que nosotros.
Al final, teníamos que quedarnos abrazandonos y él me susurro “qué mojado tienes el legging”. Me puse rojisima y él metió la mano que yo tapaba con mi cuerpo por debajo de mi top y me empezó a sobar las tetas hasta que terminó la música, que fueron al menos 20 segundos, ya que teníamos que ir terminando en escala y éramos los primeros en quedarnos quietos.
Cuando nos separamos estuve a punto de lanzarme y morrearle allí mismo. La profesora debió de darse cuenta porque nos dijo:
- Muy bien chicos así me gusta dadle rollo, que sea creíble que estáis seduciéndoos
Cuando se acabó la clase no podía más. Héctor se acercó a mi y me dijo que si quería seguir practicando en su casa, que no estaban sus padres. Yo le dije que vale con una sonrisa pícara y le dije que me esperara que iba a ir a los vestuarios a por mis cosas. Cuando entré miré el móvil y vi que mi madre me había llamado cuatro o cinco veces. Le devolví la llamada:
- Hola, mamá, ¿qué pasa? Estaba en baile – “dejandome sobar por un tío bueno” pensé para mis adentros
- Hola, cariño. Nada, voy a salir tarde del trabajo y no puedo ir a recoger tu ordenador.
- Pero mamá… tengo que entregar pasado mañana un trabajo y no he podido hacer casi nada aún. Lo necesito.
- Lo sé, lo siento. ¿Por qué no vas tú? Te dejo que cojas el coche- me acababa de sacar el carnet y me costaba mucho que me lo dejaran
- Vale… - “adiós al polvazo que iba a echar” pensé- ahora iré.
Salí del vestuario y Héctor estaba esperándome fuera apoyado en su moto. Cuando me vio sonrió, estoy segura de que me estaba imaginando desnuda. Le dije a Héctor que no podía ir con él, que tenía que ir a hacer unos recados. Se acercó a mi boca sin llegar a besarme, me sujeto muy fuerte con una mano en la cintura y la subió para agarrarme descaradamente una teta.
- Una pena… - me susurró
Y se fue.
Una hora más tarde estaba esperando en la tienda. Todos habían decidido ir media hora antes de que cerraran y el tipo de la tienda estaba agobiadísimo con una señora que no entendía ni papa de lo que le estaba explicando. Mientras tanto, Héctor había conseguido mi móvil y no paraba de ponerme aún más cachonda, justo en ese momento estaba diciéndome que me hubiera follado ahí mismo, con todos mirando, que me hubiera roto el legging cuando estaba tumbada boca abajo y me la hubiera metido. La verdad que me hubiera encantado montarme una orgía en la clase de baile.
La conversación se siguió calentando hasta que sin darme cuenta era mi turno. Me había quedado sola en la tienda y estaba tan cachonda que solo quería irme para salir pitando a casa de Héctor, porque ya no podía más.
- Hola – me dijo él molesto, hacía veinte minutos que tenía que haber cerrado
- Hola, sí, perdona… Vengo por el Asus negro – el tío me miró fatal
- ¿Tienes el resguardo?
- Eh..no… es que lo trajo mi madre e iba a venir ella pero no podía… Si no te fías puedo darte detalles del ordenador o algo..
- Mira… da igual. De todas formas no te lo puedes llevar hoy, porque aún estoy haciéndole cosas
- Ah, mi madre dijo que le avisaste ayer de que podía pasarse.
- Ah sí, bueno ven mira.
El tío señaló a la trastienda como para que fuera. Dudé un segundo pero al final me decidí, yo también tenía prisa, en ese momento recibí una foto de la polla de Héctor durísima. Cerré rápidamente el whatsapp y esperé que no la hubiera visto.
Cuando entré vi mesas desordenadas llenas de cables y herramientas. Al fondo de la habitación vi mi portátil con la pantalla azul y letras. Me acerqué hasta allí y de cerca me siguió el informático que se puso justo detrás y noté su aliento en mi nuca y el roce de su paquete contra mi culo. Después se puso a un lado, pero me hablaba muy cerca.
- Mira, tenías el virus Genius Box que es un virus bastante jodido. Entonces, si lo intentó eliminar directamente del disco duro me va a bloquear el equipo… - el tío siguió hablando de cosas que no recuerdo muy bien
Mientras me lo explicaba su mano, fue subiendo por mi tripa hasta mis tetas. Yo me limité a moverme para intentar evitarlo pero él enseguida supo moverse para que no pudiera salir de allí.
- Pero bueno -siguió- es posible que para hacerlo pierda los datos de tu ordenador – su mano estaba ya masajeando mis tetas con descaro pero seguía hablandome en el mismo tono
- Vale, no importa, tengo copia de lo más importante en un disco duro
- ¿Sí? – me dijo y agarró mi cuello y lo echó hacia atrás hasta apoyarme en su hombro
- Sí, tranquilo – dije asustada
- ¿Hasta las fotos porno esas que tienes?
Cuando me lo dijo me quedé en blanco y no sabía que decir. Se refería a las fotos que me habían hecho en el autobús y que llegaron a mis manos (contaré la historia de cómo) un tiempo después. Como no contestaba el hombre siguió.
- Porque yo sí las he guardado, porque una guarra como tú no se encuentra todos los días. La mayoría de las veces lo más interesante que encuentro son tías con una foto bastante sosa de ellas desnudas en el espejo, no tías ahogándose con una polla mientras le follan por el culo. –el tío se acercó del todo y empezo a rozarse con mi culo – uff.. es que encima tienes unas tetas impresionantes
Según empezó a estirarme de los pezones con las dos manos y a subirme las tetas hasta arriba y luego soltarlas. La verdad era que estaba tan cachonda que me planteé tener sexo con aquel pervertido, pero después pensé que era un viejo verde y que tenía a un tío bueno esperándome así que le quité la mano de un golpe.
- Si veo esas fotos en algún lado te pienso denunciar porque ahora ya me has dicho que has sido tú – le dije dándole un codazo y consiguiéndome liberar.
El tío se río.
- Primero, para cuando se procese todo ya miles de pervertidos peores que yo habrán visto y se habrán pajeado con ellas y peor, toda la gente que conoces sabrá lo que hacer y segundo que te he dicho que tienes un virus que ha visto todo lo que tienes en el ordenador, así que igual están ya en alguna página.
Mientras hablaba el tío se sacó la polla que era de un tamaño normal y se la empezó a sacudir.
- Di o haz lo que quieras, porque pienso darte lo que más te gusta.
Me empecé a asustar así que decidí salir corriendo. Cuando estaba apunto de llegar a la puerta noté como estiraban de mi abrigo, que como estaba desabrochado se me salió con el forcejeo. Antes de que me diera tiempo a seguir andando, el informático me agarró del pelo y me empujó la cabeza contra una de las mesas que había allí. Estaba doblada algo más de 90 grados, porque la mesa era algo baja, con el culo en pompa porque el hombre me agarraba con la otra mano la pelvis para que no me fuera hacia abajo y no conseguía levantarme.
Entonces sentí cómo un dedo pasaba muy despacio por el medio de mi coño.
- Ummm… sin bragas y depiladita, como una buena guarra
El tío me pasaba muy suave el dedo por el coño y me estaba poniendo otra vez cachonda y dejé de intentar soltarme. Cuando vio que ya no intentaba liberarme, me soltó el pelo y comenzó a meterme la mano por debajo del top, acariciándome las tetas, hasta agarrarme uno de los pezones y empezar a darle pellizcos suaves. Me estaba volviendo loca y empecé a flexionar las piernas de puro placer.
- Vaya, la que me iba a denunciar está ahora deseando que le meta la polla en la boca
Después de decirlo me bajo los leggins de golpe y justo después me metió dos dedos de una vez. Mientras se acercó a mi cara y me puso la polla encima.
- ¿No es cierto?
Yo no contesté, así que me dio un pollazo en la cara y volvió a preguntármelo.
- sí… -dije bajito
- ¿solo sí? – me volvió a azotar con su polla
- Sí, quiero que me metas la polla en la boca
- ¿por qué? – y me volvió a dar
- Porque soy una guarra
- Dilo todo – volvió a azotarme
- Quiero que me metas la polla en la boca porque soy una guarra
Nada más terminar de decirlo, me metió de golpe la polla en la boca y empezó a hacer fuerza para ahogarme. Notaba como intentaba pasar por mi garganta y yo intenté quitarme porque sentía de verdad que iba a ahogarme.
La sacó de golpe y empecé a toser. Con la mano recogió las baba que habían saludo de mi boca y me las pasó por la cara mientras me metía los dedos tan despacio que casi me desesperaba.
Volvió a meterme la polla en la boca y empezó a follarmela sin ningún cuidado. Me estaba ahogando, pero entonces empezó a mover los dedos dentro de mi coño e introdujo el pulgar por mi culo. Seguía sin poder respirar pero estaba tan cachonda que empecé a gemir como una loca y justo cuando me iba a correr sacó su polla para dejarme respirar y volvió a mover los dedos dentro de mí muy despacio.
- Cuando vi las fotos sabía que lo que más te gustaba era comerte una polla
No contesté y entonces me azotó muy fuerte el culo.
- Sí, me encanta comer pollas
- Dios, no sabes cómo me pone oírte decir esas cosas. Lo que más me gusta de una guarra es que admita que lo es. ¿Qué es lo siguiente que más te gusta?
Estaba ya tan cachonda que sin pensar le dije, “me gusta que me la metan por el culo”.
El tío volvió a meterme la polla en la boca y a follarmela sin piedad, siguió azotándome el culo cada vez más fuerte hasta que empezó a intentar volver a atravesarme la garganta con su polla. Entonces empezó a volver a meterme los dedos por el coño y el pulgar por el culo y no tarde ni diez segundos en correrme.
Estaba hasta mareada de la falta de oxígeno, pero al informático no pareció importarle. Me dio la vuelta, me levanto y me sentó abierta de piernas en la mesa y empezó a follarme mientras me comía las tetas y me las azotaba.
- Sí, me encanta como me comes las tetas – dije sin pensar, no podía más y estaba empezando a encontrar excitante decirle las cosas que me hacían sentir más guarra
- Mírate, como abres las piernas pidiendo más polla
La verdad es que sin darme cuenta me había abierto totalmente de piernas para que no le costara metermela hasta el fondo. Me volví a correr otras dos veces casi seguidas estando así. Entonces él volvió a ponerme a cuatro patas, esta vez apoyando todo mi cuerpo en la mesa y empezó a metermela por el culo.
Al principio me hacía mucho daño, así que le dije que tuviera por favor tuviera cuidado, y fue entonces cuando me la metió de golpe.
- A las guarras no se las trata con cuidado –me dijo
Y empezó a follarme el culo muy fuerte. Lo hacía mientras me daba azotes en el culo o me pellizcaba los pezones muy fuerte. Me ponía cada vez más cachonda y empecé a disfrutar muchísimo y a gemir sin importarme si me oían o no. Entonces cogió uno de los cables que estaban en la mesa, lo puso alrededor de mi cuello y estiró para ahogarme. Tiró tanto de mí, que me giró hasta que mi cabeza miraba hacia arriba donde estaba la suya y me escupió en la cara.
- Me voy a correr dentro, guarra – me dijo mirándome a los ojos mientras me embestía cada vez más rápido.
- No, por favor, aunque sea córrete en mi cara
- Jaja, mira que eres guarra, el próximo día igual cumplo tu deseo.
Empecé a notar un liquido caliente por dentro mientras el informático me estiraba de los pezones con una mano y me ahogaba con la otra y empecé a notar contracciones en mi culo y después sentí un placer increíble.. Entonces el tío me puso algo en el culo.
- Cuando llegues a casa, quiero que le des un beso a tu mamá sabiendo que llevas el semén de un desconocido guardado en el culo. Y ni se te ocurra ducharte, mañana al instituto tienes que ir oliendo a guarra.
Me vestí y fui todo el camino de vuelta pensando en si ir a casa de Héctor a por más.
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