Voy a contar de Elizabeth, solo derecordarla vienen a mi momentos lujuriosos y peligrosos queviví con ella.
La conocí a mediados del 2006, cuando entré a trabajar en una empresa de seguridad privada, una morena de 1,60 cm, nalgas paradas, tetas tamaño grandes y un amor de mujer. Ella era mucho mayor que yo en ese entonces y se ofreció a enseñarme lo que ella sabía.
Yo tenía 30 años y comenzaba en la actividad de la seguridad, ella tenía 45 años y desde que la conocí me encantó, siempre con sus pantalones entallados, siempre se veía bien.
Comenzamos una amistad y poco a poco nos llevábamos mejor, aunque ella me platicaba de su esposo, a mí no se me quitaban las ganas de hacerla mía. Creo que ella lo sabía y me daba entrada e incluso ella me insinuaba que estaba dispuesta a que pasara algo.
Llegó una fiesta de fin de año de la empresa en la que prestábamos servicio, la organizaron en un hotel que está en la capital de esta provincia. Ese día todos estábamos bailando y tomando, ella se veía muy bien. Llevaba una falda de color negra que le llegaba a la mitad de sus muslos, unas medias negras y un escote a la mitad de la espalda.
La verdad que yo no me le separaba de ella, bailábamos, cantábamos y tomábamos, estábamos bien alegres, ya entrando más la noche le dije que si no quería ir a otro lado a seguirla pasando bien a lo que me dijo que si, que ahí ya se aburría.
Nos fuimos a un pub y después de estar bailando y tomando un rato comencé a demostrarle mas cariño, mas apego, cuando bailábamos abrazados le daba de besos en el cuello y le acariciaba su espalda, ella me decía que no sea loco, pero tampoco me impedía lo que hacía y sus manos me acariciaban el cuello y como descuidada bajaba por mi pecho a mi cintura mirándome a los ojos y dejando su boca centímetros de la mía, como buscando un beso que ella no lo iniciaría.
– Que quieres hacer ahora atorrante?
– Más bien que no quiero hacer jeje… con vos.
– Jajaja nunca he estado con alguien menor, además tengo esposo
– Y eso que, no lo vamos a invitar ni le voy a decir
– Jaja ok, te voy a cumplir tu fantasía…
Nos fuimos al motel más cercano, le pedí que me hiciera un striptease. Ella bailaba y comenzaba a desnudarse, yo le tomaba fotos desnudándose y también me desnudaba, ella con poses sensuales se acercó a mí y me acostó en la cama, me quitó los bóxer y se fue directo a mi verga…
– MMM, que rica verga se te ve, la tienes grande corazón…
– ¿La vas a chupar?
– Te voy a dejar seco nene lindo.
Ella comenzó a mamármelo como una paleta, pasaba su lengua por mis testículos subiendo por el tronco hasta la cabeza de mi pene. Eso se sentía genial, sentía como mi verga se iba poniendo más y más dura, entonces comenzó a metérsela poco a poco a su boca.
El roce de sus carnosos labios y su lengua húmeda endurecían más mi chota, yo la tomé de la cabeza y no dejaba que la sacara de su boca. A ella no le disgustaba eso, entonces pasó a chupármela más rápido mientras al mismo tiempo con su mano me acariciaba todo mi cuerpo.
– ¡Papito ya estás bien duro, métemela!
– Si nena, ya quiero estar adentro.
Ella se subió para empezar con un misionero, su vagina húmeda con sus labios superiores como pequeñas alas se comía lentamente mi dura verga. Acompañada de música comenzó a moverse lentamente mientras yo le chupaba sus tetas, sus pezones duros y grandes, riquísimos.
Subimos la velocidad de nuestros movimientos, así mismo le pedí que se volteara para hacerlo invertidamente, me excitaba ver el movimiento de sus nalgas sobre mi pelvis. Yo se la apretaba y le daba de nalgadas mientras ella se movía bien rico. Metí un dedo pulgar en ese culo hermoso y ella seguía moviéndose, gimiendo…
– AHHH Mau que rico lo haces aaaahhh
– Te mueves increíble pero todavía quiero darte más.
La acosté sobre la cama y le empecé a dar en posición de piernas al hombro, mientras la embestía suavemente, le lamia los muslos y sus pies, le levantaba las piernas por momentos formábamos una L con nuestros cuerpos, su vagina soltaba fluidos y sus gemidos llenaban el cuarto.
La puse en cuatro pies y comencé a darle un poco duro, ella me acompañaba con movimientos de cadera, yo la tomaba de la cintura y con más fuerza se la metía.
Llegó el momento que el placer estaba a tope que la tomé del cabello y comencé a darle nalgadas y meterle otra vez el dedo en el orto
– AHHH Mauri, no pares aahh no pares.
. Yo creo que si le estaba entrando mis 20 cm completos, unos instantes después cual si fuera orina se vino mojando mis piernas y mi pelvis
Sus gritos de satisfacción me excitaban mas pero a mí me faltaba para llegar. Ella se recostó sobre la cama boca abajo, dejando parado el orto, separando las nalgas con sus manos, y se la empecé a meter por el culo.
– mau, que vas hacer?
– No preguntes y disfruta
– … aahhhh!!
Se la empecé a meter poco a poco por el culo, ella gritaba y me decía que lo hiciera despacio, estaba bien cerradita pero estaba claro que esta no sería la primera vez.
Obviamente le entró toda mi verga, yo sentía un gran placer. Apretaba muy rico mi verga, sentía como rozaba con algo e incluso pensé que no aguantaría mucho y defecaría, pero no fue así.
En cambio ella también se comenzó a mover, dios!, eso se sentía genial, los ruidos que provocábamos se oían seguro por todo el motel.
– AAHH Que rico se siente, métemela toda papiiiii
– Que culo más rico, me vas a deslecharEli…aaaaaah
– ¡Dame tu leche bebe, damelaaa!
Ya no resistí más y me vine dentro de ese culo hermoso, las vibraciones eran deliciosas, ambos gritábamos y escurríamosde satisfacción.
Terminamos acostados en la cama reposando, mientras la acariciaba y nos besábamos, prometiéndonos repetir estos encuentros.
1 comentarios - Mi compañera de trabajo