Eran las últimas semanas de universidad y este semestre no había sido el mejor para mi, tenía una materia en la que mis notas no daban para pasar y me tenían demasiado preocupada. Debía presentar un último examen para pasar o debía quedarme un semestre más.
- "Sophie, necesito hablar sobre tu examen." - dijo mi profesor con una mirada algo malvada.
- "Pasa algo malo, Profesor Domine?" - dije algo angustiada.
- "Te das cuenta que vas a perder el semestre?"
- "No profesor, por favor!! Usted sabe que si pierdo la materia, perderé mi beca!" - le suplicaba con los ojos llenos de lágrimas.
Me miró de arriba a abajo con una mirada de pervertido y esa típica sonrisa que hacen los hombres cuando traman algo. Todas las alumnas sabíamos que tenía un historial en la Universidad.
- "De ti depende que te suba la nota o no." - me dijo, acercándose a mi oído.
Lo mire asustada, aunque ya sabía que estaba a punto de proponerme algo poco agradable.
- "Que puedo hacer para subir mi nota Profesor?"
"Te espero en mi despacho al final de la tarde, si no vas daré por entendido que no te interesa tu futuro.
Asentí con la cabeza y sentí como me cogía el culo mientras salía del aula de clase.
Eran las 5pm, era casi hora de reunirme con el profesor y no sabía qué hacer, me temblaba el cuerpo y mi mente daba vueltas, sentí que me desmayaría en cualquier momento. 5:30 pm, allí me encontraba yo frente al despacho del Profesor Domine. Temblorosa llamé a la puerta, oigo desde adentro su voz que dice: "Pase!!"
- "Sophie, que bueno que viniste, la verdad no quería tener que ponerte un 2,0 en tu nota final." - dijo entre risas, recostado en su silla frente al escritorio, mientras observaba mi cuerpo detalladamente.
Debo decir que para mi desgracia y fortuna suya que aquel día había elegido de mi armario una minifalda de jean, unas medias a la rodilla, zapatillas deportivas y un top blanco de tiritas, que marcaba bien mis pezones, de manera que podía ver como se deleitaba tratando de atravesar el top con su mirada.
- "Buenas tardes Profesor Domine" - dije con voz entrecortada, mientras me acercaba a su escritorio.
Se levantó de su silla y se acercó muy lentamente a mí. Mi respiración se aceleraba intensamente, estaba muy asustada pero ya no podía salirme de esto y mucho menos perder mis beneficios académicos.
- "Creo que no tengo que explicarte cuál será tu trabajo por ser una mala alumna este semestre, verdad Sophie?" - decía mientras me iba quitando la chaqueta muy despacio y acariciaba mis muslos.
- "No Profesor, sé que he sido una mala alumna y debo pagar por ello."
- "Si cooperas disfrutaremos los dos, así que relájate!"
Me fue quitando el top muy lentamente, luego bajó el cierre de mi falda y a dejó caer al piso, me tenía casi desnuda frente a él solo tenía puesta una tanga rosa.
- "Eres una chica muy linda Sophie, creo que voy a tener que bajarte las notas los semestres que te faltan para verte más seguido." - me dijo riéndose en mi oído.
Yo ya no decía palabra solo esperaba que ese momento pasara rápido.
Me ordenó que me sentara en su escritorio y así lo hice sin mirarlo a los ojos, su mano derecha empezó a acariciar mis senos y sentía como su lengua recorría mi cuello hasta llegar a mis pezones. Puso su boca en mi seno izquierdo y su mano pellizcaba de mi derecho.
- "Mmmm, aunque no digas nada, sé que lo estas disfrutando chica mala!"
Bajó su mano a mi tanga y la corrió un poco, sentí como sus dedos presionaban mi clítoris, mi cuerpo reaccionaba a sus juegos y cada vez me sentía más excitada. Metió uno de sus dedos en mi vagina, un suspiro profundo salió de mi boca.
- "Ves como sí lo disfrutas!!! Suspiras y estas mojada, nena. No te preocupes esto no lo vas a olvidar."
Yo me decía en mi cabeza: "Como olvidarlo si estoy siendo abusada por un profesor y todo por una nota!!"
Sus dedos entraban y salían cada vez más rápido de mi vagina mientras mordía mis senos una y otra vez. Una especie de corriente recorría mi cuerpo y sentía que me iba a correr en ese instante. Saco sus dedos y sentí como era su lengua la que entraba y salía, mordiendo en ocasiones.
- "No te corras aun, quiero disfrutar un poco más de esta tortura." - Me bajó de la mesa y hizo arrodillarme.
- "Quiero ver que tan buen trabajo haces comiéndote mi polla y tal vez piense en ponerte más de un 3,0 como calificación." - Dijo en voz fuerte y me ordenó que le quitara el pantalón, dejando su polla grande y gruesa al descubierto.
Tomé aquel miembro con mis manos y empecé a masturbarlo de forma lenta al principio y luego más rápido, pasándole la lengua a la punta y bajando hasta sus huevos, succionando uno y luego el otro sin dejar de masajear su pene con mis manos.
- "Estas haciendo un buen trabajo pero creo que debo jugar un poco más contigo pues no creo que merezcas una buena nota aún." - Decía mientras me ponía de espaldas contra su escritorio.
Inmediatamente sentí como me penetraba a la fuerza y sin delicadeza, fueron varias embestidas sin piedad, me salían lágrimas y gritaba suplicando que se detuviera, que me hacía daño, pero solo conseguía que fuera más y más fuerte.
De repente se detuvo un instante y pensé que iba a terminar pero solo fue una pausa para acomodarse en la silla y haciendo que me pusiera encima. Mientras me penetraba, me mordía los pezones, en algún momento sentí que me los iba a arrancar y sin aviso sentí como uno de sus dedos entraba en mi culo.
- "Ese huequito se siente muy rico y ya lo disfrutare!!" - No podía evitar ver su sonrisa pervertida que me asqueaba.
A esa altura, yo estaba entrando en el punto donde mis gritos pasaban a ser gemidos y estaba comenzando a disfrutar de esta tortura. Entonces me volvió a poner en cuatro frente al escritorio y empezó a lamer mi culito dilatándolo para lo que estaba por venir.
Un par de minutos más tarde tenía su polla en mi culo, entrando y saliendo con muchísima fuerza, yo no dejaba de gemir y llorar. Era la primera vez que alguien me penetraba ese huequito y sentía que me iba a morir del dolor, que a la vez comenzó a gustarme.
De pronto sentí como se corría dentro de mí y sentí su semen caliente escurriendo por mis piernas.
- "Hoy has sido una buena alumna y mereces una buena calificación pero..." - hizo una pausa mientras salí de mi y me observaba detenidamente.
Grite en mi cabeza: "Pero qué? Acaso no le bastaba con lo que me había hecho?"
- "Pero... creo que antes de publicar mi nota deberás venir toda la semana y hacer el mismo trabajo de hoy asegurando que sacaras una buena nota." - Me dijo riendo pero a la vez amenazándome, pues estaba segura de que si no le cumplía no podría pasar la materia.
- "Vístete y te espero acá todos los días o ya sabes que puede pasar!!"
Me vestí rápidamente y salí de allí sin mirar a atrás, enfadada, pero extrañamente atraída por la situación. Lo que había comenzado siendo una tortura acabó gustándome, y así fue como aquel semestre me convertí en la mascota del profesor Domine. Cada día, antes de marchar a casa, pasaba por su despacho para que me follara como a una perra. Como a su perra.
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