En el bar donde trabajo, estaba Carol K con unas amigas. Bailaban y lo pasaban muy bien, zorreando con hombres. Carol llevaba un vestido fino y ancho, rojo con pequeñas flores blancas, hasta medio muslo y con un escotazo redondo tremendo, por donde se veía el gran canalillo que la hacia el sujetador.
Carol y yo acabamos en el almacén, pues una de las veces que se me acerco, me dijo que aparte de zorrear le encantaba follar conmigo, así que la tuve que invitar al almacén y ella acepto de buen gusto. Nos besábamos y mis manos acariciaban sus buenísimas tetas. En cuanto metí mi cabeza en el escote, mis manos bajaron, subiendo su vestido, para acariciar su culo. Mi lengua pasaba por su canalillo de arriba abajo y no paraba de besarlo y restregar mi cara.
Carol se arrodillo y me quito el pantalón. Me comió los huevos, mientras me masturbaba y me miraba con cara de querer hacer de todo. Me la empezó a comer, metiéndosela entera varias veces, aguantándola y jugando con su lengua. Cuando la tuve como una piedra, la agarre y comencé a golpearla la cara con ella.
Me puso un condón y la levante. Tras volvernos a besar, Carol se subió el vestido y se quitó el tanga blanco que llevaba. La cogí en vilo y la apoyé contra la pared. Metí mi polla en su coño y comenzamos a follar. Nos besábamos y volvía a pasar mi cabeza por su escotazo. Carol apretaba mi cabeza contra ella.
Nos sentamos en unas cajas y seguimos follando. Carol se quitó el vestido, quedándose solo con el sujetador blanco, de aro, con encaje, que ajustaba tan bien sus tetas. Cada vez que esta se movía para sentir bien mi polla, sus tetas se movían y me ponían más cachondo. Comencé a mordérselas con el sujetador puesto. Se las agarre fuerte y las aprete, pasando mi lengua por su tremendo canalillo. Baje mis manos a sus muslos y no paramos de follar y besarnos.
Volví a bajar mi cabeza a sus tetas y mordí la tela de uno de los lados del sujetador. Tire de ella para abajo, hasta sacar sus pecho, y comenzar a lamerla el pezón. Agarre esa teta y se la comí, como si llevara varios días sin probar bocado. Realice la misma operación con el otro pecho, tirando también de la tela del sujetador con la boca. sus dos pechos estaban bien agarrados por mis manos y las tetas muy bien comidas. Sus duros pezones, estaban empapadísimo de mi saliva y bien mordidos. Carol se cambió la polla y la metió en su culo. Siguió moviéndose en círculos y yo seguía gozando de sus tetas juguetonas.
Carol se levantó y se colocó mirando la pared, con su culo muy bien ofrecido. Me levanté y volví a follárselo, mientras se lo azotaba a petición suya. Con la otra mano, agarraba una de sus tetas. Volví a metérsela en su coño húmedo y la di una dura follada, hasta que Carol soltó un intenso gemido al correrse.
Esta se arrodillo, me quito el condón y me hizo una mamada nuevamente. No tardo en colocarla entre sus tetas, masturbándome con ellas. Antes de correrme, se la metió nuevamente en la boca y volvió a mamármela, tragándose toda mi leche cuando me corrí.
Nos vestimos y salimos del almacén a continuar la noche, mucho más relajados.
Carol y yo acabamos en el almacén, pues una de las veces que se me acerco, me dijo que aparte de zorrear le encantaba follar conmigo, así que la tuve que invitar al almacén y ella acepto de buen gusto. Nos besábamos y mis manos acariciaban sus buenísimas tetas. En cuanto metí mi cabeza en el escote, mis manos bajaron, subiendo su vestido, para acariciar su culo. Mi lengua pasaba por su canalillo de arriba abajo y no paraba de besarlo y restregar mi cara.
Carol se arrodillo y me quito el pantalón. Me comió los huevos, mientras me masturbaba y me miraba con cara de querer hacer de todo. Me la empezó a comer, metiéndosela entera varias veces, aguantándola y jugando con su lengua. Cuando la tuve como una piedra, la agarre y comencé a golpearla la cara con ella.
Me puso un condón y la levante. Tras volvernos a besar, Carol se subió el vestido y se quitó el tanga blanco que llevaba. La cogí en vilo y la apoyé contra la pared. Metí mi polla en su coño y comenzamos a follar. Nos besábamos y volvía a pasar mi cabeza por su escotazo. Carol apretaba mi cabeza contra ella.
Nos sentamos en unas cajas y seguimos follando. Carol se quitó el vestido, quedándose solo con el sujetador blanco, de aro, con encaje, que ajustaba tan bien sus tetas. Cada vez que esta se movía para sentir bien mi polla, sus tetas se movían y me ponían más cachondo. Comencé a mordérselas con el sujetador puesto. Se las agarre fuerte y las aprete, pasando mi lengua por su tremendo canalillo. Baje mis manos a sus muslos y no paramos de follar y besarnos.
Volví a bajar mi cabeza a sus tetas y mordí la tela de uno de los lados del sujetador. Tire de ella para abajo, hasta sacar sus pecho, y comenzar a lamerla el pezón. Agarre esa teta y se la comí, como si llevara varios días sin probar bocado. Realice la misma operación con el otro pecho, tirando también de la tela del sujetador con la boca. sus dos pechos estaban bien agarrados por mis manos y las tetas muy bien comidas. Sus duros pezones, estaban empapadísimo de mi saliva y bien mordidos. Carol se cambió la polla y la metió en su culo. Siguió moviéndose en círculos y yo seguía gozando de sus tetas juguetonas.
Carol se levantó y se colocó mirando la pared, con su culo muy bien ofrecido. Me levanté y volví a follárselo, mientras se lo azotaba a petición suya. Con la otra mano, agarraba una de sus tetas. Volví a metérsela en su coño húmedo y la di una dura follada, hasta que Carol soltó un intenso gemido al correrse.
Esta se arrodillo, me quito el condón y me hizo una mamada nuevamente. No tardo en colocarla entre sus tetas, masturbándome con ellas. Antes de correrme, se la metió nuevamente en la boca y volvió a mamármela, tragándose toda mi leche cuando me corrí.
Nos vestimos y salimos del almacén a continuar la noche, mucho más relajados.
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