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Mi tía, mi tío, mi primita y yo (1)

Desde muy chico me empecé a quedar a dormir en el departamento de mi tío Rodrigo y su novia, mi tía Celeste. Ellos eran jóvenes, cuando yo tenía diez ellos tenían 23 y 20. Mi tío ya vivía sólo (tenía un buen trabajo) y al poco tiempo ella se mudó con él. 


Para mi era re divertido quedarme con ellos, que eran más jóvenes y divertidos que mis papás, y además con nosotros se quedaba Mica, mi prima, hija de mi otra tía, que tenía un año menos que yo. Nos habían acondicionado una pieza en la cual nos quedábamos a dormir casi todos los fines de semana, con dos camas individuales y un armario compartido.


A esas diversiones más inocentes que hacían que me encantara quedarme en lo de mis tíos, cuando empecé a crecer se sumaron otras: me enamoré perdidamente de Mica, y de mi tía Cele no sé si decir que me enamoré (creo que sí) pero más quenada empecé a fantasear sexualmente con ella cada vez másEran dos cosas distintas. Mi tía Cele era el sexo salvaje para mí, un culo pulposo siempre con calzas o ropa apretada, unas tetas bastante tremendas, la boca carnosa, la veía como el pecado en persona, y tenía fantasías de cogérmela por el orto, de acabarle las tetas o la boca, de que me pajee con las tetas, que me enseñe todo. 


En cambio con Mica tenía fantasías también sexuales pero de amor, me imaginaba perder la virginidad juntos, coger despacito y enamorados, ella lanzando gemiditos, pudorosa. Ella era mi angelito. Cuanto más grande (y más pajero) me hice, más tiempo pasaba fantaseando y hasta, cuando podía, revolviendo los cajones de bombachas de las dos, mirándolastocándolasimaginándome como le quedarían puestas. Y se correspondían bastante con los estereotipos de mis fantasías: Las de mica más de nena, más inocentes, con ositos, mickeys y cositas así, y las de la tía Cele, con mucha tanga, encaje, y eso, incluso algunas muy muy de puta que debía usar solamente para coger. También alguna que otra vez encontré alguna bombachausadapor ellaen la ropa sucia o en el baño y las olí, siempre tenían un olor muy suave, lo cual me parecía muy apropiado para mica, porque para mi ella era un angelito que no podía tener olores de otro tipo, perolas de mi tía Cele también tenían olor suave.


La cosa es que con Mica fuimos creciendo y nuestros juegos y charlas fueron cambiando también. En un momento empezó a salir el tema del sexo. Al principio los dos íbamos tanteando el tema con pudor, pero después al ver que a los dos nos interesaba fuimos perdiendo ese cuidado y empezamos a hablar más libremente, hasta que se convirtió en casi el único tema de charla. A mi me calentaba muchísimo hablar de sexo con ella, y estoy seguro de que a ella también, porque no hacía ningún esfuerzo por cambiar de tema. Las charlas eran bastante inocentes, porque los dos éramos re vírgenes. 


Un tema recurrente era como cogerían mi tío y su tía, imaginábamos situaciones, hasta llegamos a imaginarlas haciendo las voces, yo decía cosas como “Cele, por donde te la meto” y Mica decía “Ay rodri, por la cola” entre risitas pero sin dejar de estar calientes, esas dramatizaciones me dejaban la pija y los huevitos a reventar, y me imagino que a ella le mojarían un poco la bombacha. Además de hablar, bueno, empezó a haber cositas, detalles, que fueron cambiando. Ella empezó a dormir en bombacha. Tapada, se sacaba el pantalón abajo de las sábanas, pero durante la noche por ahí se destapaba, y yo me quedaba un rato viéndola, y hasta pajeandome. Después ya empezó a pasar en bombacha delante mío, sin mucho problema (quizá disfrutándolo también). 


Yo empecé a dormir en boxer. Pero el cambio más grande vino cuando nuestros tíos mudaron su pieza al lado de la nuestra (antes dormían en otra habitación grande que convirtieron en estudio). Y el tema es que cogían bastante, y fuerte. Se escuchaba todo desde nuestra pieza. Con Micaela los escuchábamos y obviamente nos calentábamos. Se escuchaba re clarito encima. Al principio unos gemidos leves, después más fuerte, y ya más tarde directamente gritos y guarradas varias del tipo acabame toda la cola, tragate la lechita puta, y cosas así que nos hacían mirarnos y soltar unas risitas. 


Eso fue como un puntapié inicial para empezar a hablar de sexo ya de manera aún más explicita, suelta y recurrente, cada vez con más confianza y complicidad. Mica siempre tenía un poco más de soltura que yo, que era más tímido. Ella fue la primera en plantear que la situación la calentaba. Un día cuando empezamos a escuchar los ruidos me dijo “uh, yo me re caliento con esto. Vos?”. Yo le dije que sí. Y ahí nomás me preguntó si yo me hacía la paja. Le dije que sí, un poco avergonzado. No hacía mucho que me la hacía, y que acababa, no debía hacer ni un año, y me parecía re loco admitírselo a una chica. “Y vos?”. “Sí”, me dijo, “¿nos hacemos una escuchando?” 


Yo ya tenía la pija un poco parada, pero cuando me dijo eso se me puso como una roca, y más cuando al contestarle yo que sí la vi hacer el movimiento, debajo de las sábanas, de bajarse el pantalón del pijama y la bombachita. Yo me empecé a tocar también, abajo de las sábanas. Rodri y Cele estaban en llamas, cogiendo como animales. Y nosotros, cada uno en su cama, cada vez más calientes. Después de unos minutos Cele empezó a gemir más fuerte, se notaba que estaba por acabar. 


Miré a Mica y vi que ella también estaba acelerando y gimiendo. Yo agarré un pañuelito de la mesa de luz y descargué todo mi semen en el momento en el que sus gemiditos alcanzaban la cima. Nos quedamos en silencio unos minutos, respirando agitadamente. En un momento vi que Mica se subía la bombacha. Me miró, me dijo “hasta mañana”, apagó la luz del velador y se durmió. Yo me quedé pensando en que hermoso sería poder olerle la manito. 

5 comentarios - Mi tía, mi tío, mi primita y yo (1)

ManiPower +1
Uuuuf que caliente esta este relato espero no tardes mucho en subir segunda parte
koilet
muy bueno el relato
CatoyCata
Man no está la 2° parte. Está la 1° repetida dos veces. Saludos
miramesto
Excelente comienzo, duro y caliente, es poco 🤤