Las cosas con Juliana iban viento en popa, día tras día la tensión aumentaba, ella me miraba con ojos que me arrancaban la ropa por si solos y se acercaba a mi en cada oportunidad que tenía. Cada vez que me abrazaba yo la agarraba de su cintura y ella, sutilmente, se ponía en puntita de pie para que queden rozando sus firmes nalgas, hasta por momentos me miraba en clase y con una lapicera en la boca me hacía gestos con su lengua que me hacían quemarme por dentro. Era solo cuestión de tener un rato a solas para poder activar mi segunda bala.
Una tarde de recreo, Celeste había faltado, por lo que me había tocado sentarme solo, Jazmín y Juliana no paraban de mirarme y de sonreír mientras cuchilleaban entre ellas y se reían, yo no quise meterme mucho en tema y me dedicaba simplemente a dibujar idioteces en mi carpeta y a hablar por mensaje con Celeste quien se encontraba algo enferma. Las dos amigas se acercaron a mi y se sentaron, una de cada lado, apoyando las dos sus cabezas en mis hombros, bloquee el celular y me dispuse a acariciar sus suaves y sedosas cabelleras con cada una de mis manos.
-Hoy es jueves, no? -pregunto Jazmín mientras miraba al cielo
-Si, por? -respondi sin cesar las caricias
-Hacemos algo el fin de semana? Tengo ganas de salir a bailar! -agrego Jazmín, Juliana se levantó y sonriente asintio con la cabeza
-Si, estoy para eso, después organicemos bien por el grupo -sonrei, me parecía una excelente idea, el hecho de pasar una noche de baile con aquellas tres diosas me parecía un plan infalible, sobre todo porque en la oscuridad típica de un boliche, Juliana tenía grandes chances de al fin ser mía.
Casi sobre el final del día, mi profesor me había pedido si podía llevar unas planillas a la preceptora que se encontraba en el piso de abajo, asentí desganado y salí del salón, bajando las escaleras y chocando con la preceptoria, dejé los papeles y tras soltar dos o tres chistes con los preceptores con los que ya tenía bastante confianza, salí dirigiéndome hacia la escalera, iba totalmente desprotegido, tranquilo, mirando hacia el piso pensando en mis cosas cuando una silueta apareció, me arrojó al baño de profesores y cerró la puerta
-Te pensaste que ibas a liberarte de mi tan fácil? -cuando me di vuelta para ver de quién se trataba, Juliana ya me había acorralado contra la pared y me miraba fijamente a los ojos con aquella sonrisa que me encendía casi al instante
-Me extrañaste acaso? -le sonreí, casi de inmediato ella me sonrió y me dio un suave beso en la mejilla, rozando la comisura de mis labios
-Que? Vos no? -volvio a sonreírme, se acercó más a mi y por su cuenta me agarró de mis muñecas y posó mis manos sobre su culo, acomodandolas en la misma posición en la que habíamos estado la última vez. Apreté un poco una de sus nalgas y podía ver en su cara como lo disfrutaba, su única reacción fue volver a acariciarme el abdomen con su mano izquierda y comenzar a bajar, pero esta vez no se detuvo y casi con una rapidez digna de un ninja me agarró suavemente la verga por arriba del jean y comenzó a darme besos en el cuello. Yo estaba que volaba, si hubiera sido por mi, yo me la hubiera garchado ahí nomas en el baño de profesores
-Te gusta lo que tocas? -le pregunté, sonriente y agitado, ella me miró y me regaló otra sonrisa
-Si, bastante... -agarro una de mis manos, se la acerco a la cara y mirándome fijamente a los ojos empezó a chuparme el dedo índice como una profesional, se lo metió en la boca repetidas veces hasta ensalivarmelo por completo y después de eso se separó de mi-...Pero ahora hay que volver a clase -sonrio y se fue dejándome solo en el baño. Me lavé la cara, y me quedé unos segundos procesando todo, tenía la verga hecha un tronco, me limité a respirar unos segundos y salí de ahí.
El viernes no tuvimos clases, por lo que aproveché a irme a una plaza cercana a nuestro colegio y sentarme a leer, era una actividad que solía hacer bastante, me despejaba la cabeza y me aclaraba los pensamientos, cosa que por todo lo que estaba pasando, necesitaba un poco de aire fresco y renovado. Saque mi celular y le tome una página del libro donde de fondo se veía la plaza, la subí a mis stories de Instagram y segui inmerso en mi lectura. A eso de unos diez minutos, más o menos, agarre mi celular para ver la hora y note que tenía una respuesta de Jazmín por mensaje privado
'Estás en la plaza? Pasate a tomar unos mates que estoy aburrida'
Jazmín vivía a dos cuadras de aquella plaza, por lo que respondí que si y me dirigí hacia allí, la realidad era que yo también estaba algo aburrido y el libro no me había logrado persuadir lo suficiente. Toque el timbre y me quede esperando mirando las casas aledañas y las grietas en el pavimento de la vereda, Jazmín me abrió, tenia puesta una calza, súper ajustada, que le marcaba un orto espectacular, acompañado de un top bastante apacible a la vista, pero la observación que más me llamó la atención fue que no llevaba corpiño
-Hola querido, pasa -me sonrio y me dejo entrar, era una casa bastante común, espaciosa, muy bonita y bastante familiar, Jaz me llevo hasta la cocina y nos sentamos en una mesa circular que tenían ahí, el silencio inundaba toda la casa, no se escuchaba más que nuestras voces, yo intentaba hablar con un tono bajo por las dudas de que alguien se encontrase durmiendo la siesta
-Tranquilo, no hay nadie, podes hablar normalmente-sonrio, me tranquilice un poco más y estuve un extenso rato charlando con mi amiga, no recuerdo de que hablamos, pero la conversación tomo un rumbo inesperado cuando note que Jazmín se reía de todos mis chistes, por más malos que fuesen, jugueteaba mucho con su cabellera y cada vez acercaba más su silla hasta el sector de la mesa en donde yo estaba ubicado, al notar esto, se me vino inmediatamente a la cabeza el momento en donde la vi cuchilleando con Juliana en el recreo. ¿Que le había dicho? ¿De qué hablaban? Eran las únicas dos preguntas que en mi cabeza tomaban lugar, cuando me quise dar cuenta y volví a tierra firme, Jazmín estaba tan cerca mío que hasta podía sentir su respiracion. Ella parecía interesada sobre cualquier cosa que yo le contase, por más absurda que sea, me miraba atenta, sonriente, mientras jugueteaba con uno de sus mechones. Como si de un regalo divino se tratase, Jazmín, en un acto de impulso, se abalanzo sobre mi y me dio un suave pico, se me quedo mirando a los ojos con cara de arrepentimiento, como si hubiese acabado de matar a alguien
-Perdón, no pensé en lo que hice, de verdad... -no la dejé terminar de siquiera formular la disculpa cuando la agarré por detrás del cuello y le empecé a comer la boca de una forma desenfrenada, ya no respondía por mi, mi corazón latía a mil y se me había presentado una oportunidad única. Jazmín dejo su asiento y se sentó encima de mis piernas, siguiendome el beso apasionadamente, mientras nuestras lenguas se enredaban, sus brazos me rodeaban desde el cuello. Baje mis manos y la agarre fuertemente del culo, ella soltó un gemido pero nunca cortó la intensidad del beso, y en acto reflejo, comenzó a mover sus caderas encima de mi entrepierna, los dos estábamos desaforados, fuera de control, y ninguno tenía la intención de parar, en un momento ella se separó de mi, se mordió el labio y me miró fijamente a los ojos
-Vamos a mi pieza?...
Una tarde de recreo, Celeste había faltado, por lo que me había tocado sentarme solo, Jazmín y Juliana no paraban de mirarme y de sonreír mientras cuchilleaban entre ellas y se reían, yo no quise meterme mucho en tema y me dedicaba simplemente a dibujar idioteces en mi carpeta y a hablar por mensaje con Celeste quien se encontraba algo enferma. Las dos amigas se acercaron a mi y se sentaron, una de cada lado, apoyando las dos sus cabezas en mis hombros, bloquee el celular y me dispuse a acariciar sus suaves y sedosas cabelleras con cada una de mis manos.
-Hoy es jueves, no? -pregunto Jazmín mientras miraba al cielo
-Si, por? -respondi sin cesar las caricias
-Hacemos algo el fin de semana? Tengo ganas de salir a bailar! -agrego Jazmín, Juliana se levantó y sonriente asintio con la cabeza
-Si, estoy para eso, después organicemos bien por el grupo -sonrei, me parecía una excelente idea, el hecho de pasar una noche de baile con aquellas tres diosas me parecía un plan infalible, sobre todo porque en la oscuridad típica de un boliche, Juliana tenía grandes chances de al fin ser mía.
Casi sobre el final del día, mi profesor me había pedido si podía llevar unas planillas a la preceptora que se encontraba en el piso de abajo, asentí desganado y salí del salón, bajando las escaleras y chocando con la preceptoria, dejé los papeles y tras soltar dos o tres chistes con los preceptores con los que ya tenía bastante confianza, salí dirigiéndome hacia la escalera, iba totalmente desprotegido, tranquilo, mirando hacia el piso pensando en mis cosas cuando una silueta apareció, me arrojó al baño de profesores y cerró la puerta
-Te pensaste que ibas a liberarte de mi tan fácil? -cuando me di vuelta para ver de quién se trataba, Juliana ya me había acorralado contra la pared y me miraba fijamente a los ojos con aquella sonrisa que me encendía casi al instante
-Me extrañaste acaso? -le sonreí, casi de inmediato ella me sonrió y me dio un suave beso en la mejilla, rozando la comisura de mis labios
-Que? Vos no? -volvio a sonreírme, se acercó más a mi y por su cuenta me agarró de mis muñecas y posó mis manos sobre su culo, acomodandolas en la misma posición en la que habíamos estado la última vez. Apreté un poco una de sus nalgas y podía ver en su cara como lo disfrutaba, su única reacción fue volver a acariciarme el abdomen con su mano izquierda y comenzar a bajar, pero esta vez no se detuvo y casi con una rapidez digna de un ninja me agarró suavemente la verga por arriba del jean y comenzó a darme besos en el cuello. Yo estaba que volaba, si hubiera sido por mi, yo me la hubiera garchado ahí nomas en el baño de profesores
-Te gusta lo que tocas? -le pregunté, sonriente y agitado, ella me miró y me regaló otra sonrisa
-Si, bastante... -agarro una de mis manos, se la acerco a la cara y mirándome fijamente a los ojos empezó a chuparme el dedo índice como una profesional, se lo metió en la boca repetidas veces hasta ensalivarmelo por completo y después de eso se separó de mi-...Pero ahora hay que volver a clase -sonrio y se fue dejándome solo en el baño. Me lavé la cara, y me quedé unos segundos procesando todo, tenía la verga hecha un tronco, me limité a respirar unos segundos y salí de ahí.
El viernes no tuvimos clases, por lo que aproveché a irme a una plaza cercana a nuestro colegio y sentarme a leer, era una actividad que solía hacer bastante, me despejaba la cabeza y me aclaraba los pensamientos, cosa que por todo lo que estaba pasando, necesitaba un poco de aire fresco y renovado. Saque mi celular y le tome una página del libro donde de fondo se veía la plaza, la subí a mis stories de Instagram y segui inmerso en mi lectura. A eso de unos diez minutos, más o menos, agarre mi celular para ver la hora y note que tenía una respuesta de Jazmín por mensaje privado
'Estás en la plaza? Pasate a tomar unos mates que estoy aburrida'
Jazmín vivía a dos cuadras de aquella plaza, por lo que respondí que si y me dirigí hacia allí, la realidad era que yo también estaba algo aburrido y el libro no me había logrado persuadir lo suficiente. Toque el timbre y me quede esperando mirando las casas aledañas y las grietas en el pavimento de la vereda, Jazmín me abrió, tenia puesta una calza, súper ajustada, que le marcaba un orto espectacular, acompañado de un top bastante apacible a la vista, pero la observación que más me llamó la atención fue que no llevaba corpiño
-Hola querido, pasa -me sonrio y me dejo entrar, era una casa bastante común, espaciosa, muy bonita y bastante familiar, Jaz me llevo hasta la cocina y nos sentamos en una mesa circular que tenían ahí, el silencio inundaba toda la casa, no se escuchaba más que nuestras voces, yo intentaba hablar con un tono bajo por las dudas de que alguien se encontrase durmiendo la siesta
-Tranquilo, no hay nadie, podes hablar normalmente-sonrio, me tranquilice un poco más y estuve un extenso rato charlando con mi amiga, no recuerdo de que hablamos, pero la conversación tomo un rumbo inesperado cuando note que Jazmín se reía de todos mis chistes, por más malos que fuesen, jugueteaba mucho con su cabellera y cada vez acercaba más su silla hasta el sector de la mesa en donde yo estaba ubicado, al notar esto, se me vino inmediatamente a la cabeza el momento en donde la vi cuchilleando con Juliana en el recreo. ¿Que le había dicho? ¿De qué hablaban? Eran las únicas dos preguntas que en mi cabeza tomaban lugar, cuando me quise dar cuenta y volví a tierra firme, Jazmín estaba tan cerca mío que hasta podía sentir su respiracion. Ella parecía interesada sobre cualquier cosa que yo le contase, por más absurda que sea, me miraba atenta, sonriente, mientras jugueteaba con uno de sus mechones. Como si de un regalo divino se tratase, Jazmín, en un acto de impulso, se abalanzo sobre mi y me dio un suave pico, se me quedo mirando a los ojos con cara de arrepentimiento, como si hubiese acabado de matar a alguien
-Perdón, no pensé en lo que hice, de verdad... -no la dejé terminar de siquiera formular la disculpa cuando la agarré por detrás del cuello y le empecé a comer la boca de una forma desenfrenada, ya no respondía por mi, mi corazón latía a mil y se me había presentado una oportunidad única. Jazmín dejo su asiento y se sentó encima de mis piernas, siguiendome el beso apasionadamente, mientras nuestras lenguas se enredaban, sus brazos me rodeaban desde el cuello. Baje mis manos y la agarre fuertemente del culo, ella soltó un gemido pero nunca cortó la intensidad del beso, y en acto reflejo, comenzó a mover sus caderas encima de mi entrepierna, los dos estábamos desaforados, fuera de control, y ninguno tenía la intención de parar, en un momento ella se separó de mi, se mordió el labio y me miró fijamente a los ojos
-Vamos a mi pieza?...
4 comentarios - Las Tres Joyitas de 4to | Capítulo 4