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Trío con mi novia y una pendeja cheta (real)

Esta historia sucedió hace varios años, con una novia que tenía en esa época. Estábamos en la flor de la relación, hacía casi un año que salíamos, y cogíamos en todos lados y todo el tiempo. Vamos a decir que se llamaba Caro. Era una morocha y morena petisa, con una cara hermosa de ojos marrones y boca grande, cuerpo carnoso con dos tetas del tamaño de mis manos abiertas, pezones medianos rosa oscuros, bien grandes y duros que se le traslucían con cualquier remera que se pusiera (Ya que nunca, NUNCA usaba corpiño), una cadera para agarrarla con ganas, culo y piernas hermosas. Algunos piercings y tatuajes la hacían tener una onda más punky, además de los pelos de colores que solía usar. Le gustaba usar remeras que no cubrieran sus hombros porque amaba esa parte de su cuerpo, cortas por encima de su ombligo; solía usar shorts por encima del culo que me mataba del morbo y a la vez de los celos cuando salía a la calle. Una pendeja hermosa, como le solía decir. Teníamos una química para coger que nunca había tenido con nadie. Cada vez que lo hacíamos era muy pasional, haciendo fuerza con los cuerpos, enredando piernas y brazos, con besos calientes y muchas posiciones, siempre ibamos innovando y encontrando nuevas formas de darnos placer. Le encantaba chupar, y se dejaba hacer de todo, con las manos y con la lengua. Tenía los labios de la boca bien grandes y carnosos, que te daban para besarlos y morderlos por horas. Además solía salivar mucho. Lo mismo con los labios de la concha, bien grandes y carnosos, con mucha lubricación siempre, y pelos al natural (como me gusta y me calienta a mí). No estoy exagerando, es la concha más rica que me comí en mi vida. Me encantaba comerle la concha y el culo a la vez, y a ella le encantaba también. En cuatro, sentada sobre mi cara, o en misionero con las piernas bien abiertas. Era mi desayuno y cena frecuente. Lo mejor era cuando ella acababa. Tenía siempre 4 o 5 orgamos antes de saciarse. Y terminaba siempre muy mojada, toda su entrepierna, panza y muslos, así como los míos también. Con el tiempo nos dimos cuenta que también le gustaba que la ahorque, que le ponga dos o tres dedos en la boca como si fuera otra pija o en la forma de una concha que chupaba con ganas. Claro, porque a todo esto, es bisexual. De hecho le gustan más las pibas que los chabones. Lo cual me lleva a esta historia.

Un día estabamos en su departamento en la Capital, como solíamos hacer, ya que yo vivía en la Provincia pero laburaba y estudiaba en Capital, por lo que solía pasar mucho tiempo allá. Esa vez se nos dió por dar un paso hacia una fantasía que habíamos conversado muchas veces: Hacer un trío con otra chica. Se nos ocurrió sacarnos algunas fotos y videos, para usar a modo de "propuesta" en las redes. Hicimos algunos gifs estando completamente desnudos en la cama, siempre cuidados para que no nos lo bajaran de internet. Todavía tengo dando vueltas por ahí algunas de esas fotos. Armamos una lista de mejores amigos desde mi Instagram, con las mujeres con las que nos gustaría estar (fue una conversación difícil de tener ya que de alguna manera nos estabamos confesando quíénes de nuestros cercanos nos calentaban). Creo que habíamos hecho una lista de seis chicas, aproximadamente. Elegimos una foto que nos gustó, le pusimos un sticker tres personitas juntas con un signo de pregunta al lado para que se entienda la idea, y un botón de interacción para que reaccionen quienes les gustara lo que vieran... Creo que habían reaccionado dos personas, una conocida mía vieja del barrio con la que ya se habían tirado unos palos con Caro por redes también. Y otra chica, una compañera de la facultad (cursabamos juntos). Cuando vimos eso nos sorprendimos mucho, dado que era la típica pibita callada y tímida con cara de culo. Lo loco de esta piba es que sabíamos que hacía varios años mantenía una trieja abierta, con otra chica y un chico. Pensamos que algo de experiencia en esto debía tener. Vamos a decir que se llamaba Laura. Era una petisa cheta, de contextura más bien flaquita, piel blanca y morocha de pelo largo, con lentes. Boca lisa y rosa, ojos negros y profundos, con los rasgos faciales bien marcados. Su cuerpo de proporciones muy armoniosas, al menos lo que se veía con la ropa puesta, en la universidad. No recuerdo bien cómo fue la conversación que tuvimos posteriormente ni el plazo de tiempo que pasó hasta que nos encontramos para concretar, así que voy a pasar a los hechos.

Habíamos arreglado para encontrarnos en un bar que quedaba en una esquina cerca del departamento de Laura, por una zona cheta de la Capital. La idea era charlar un poco, tomar unas cervezas y ver ahí cómo nos sentíamos. De ese encuentro no recuerdo demasiado tampoco, sé que la charla fue muy amena, un ambiente muy tranquilo en que todos nos sentimos muy cómodos. Hablamos de todo un poco, era la primera vez que yo tenía una conversación más directa con ella ya que solía ser más amiga de Caro. En un momento que Laura se fue al baño, nos miramos con Caro para preguntarnos cómo nos sentíamos, acordamos en que nos sentíamos bien y que queríamos avanzar con ello. Al volver, Laura preguntó qué queríamos hacer, respondimos si le parecía seguir la noche en su departamento. Dijo que sí.

Cuando llegamos, abrimos algo para tomar, no recuerdo bien qué, y propusimos ver una película juntos. Tenía un departamento muy lindo, de espacios relativamente amplios, muy ordenado e implecable. Nos sentamos en un sillón donde cabíamos los tres y un poco más, frente a un televisor, y elegimos alguna película famosa del momento. Estuvimos viendo atentamente, yo sentado a la izquierda, mi novia Caro en el medio, y Laura a la derecha. Mientras fumabamos algo para relajar, empecé a ver la mano de mi novia acariciando de a poquito el muslo izquierdo de Laura, que tenía puesto un jean largo. Esto duró un rato así, sin mucha reacción de Laura. Yo estaba quieto, miraba la peli con un ojo y la mano de mi novia con el otro. Al ratito, veo que Caro se acerca a mi novia y le da un beso en la boca con labios cerrados que duró un segundo, y volvió a su posición normal. Luego se rió, y nos dijo que quería probar algo: "Besense ustedes dos". Si bien teníamos una relación abierta, era la primera vez que veíamos cómo nuestra pareja besaba a otra persona. El beso que nos dimos con Laura fue muy rico, se sintió suave y podía notar las ganas que tenía de besarme ella también. Luego de un pequeño beso, nos reimos, y volvimos a besarnos un poco más a pedido de mi novia, ya abriendo la boca y empezando a tocarnos las lenguas tímidamente. Pasé unos segundos probando el sabor de los labios, la lengua y la saliva de esa petisa hermosa, sintiendo el olor de su piel que empezaba a tocar suavemente con la yema de mis dedos. Enseguida se sumó mi novia al beso, quedando nuestras tres caras enfrentadas, los labios y lenguas en contacto jugando entre sí, mientras las manos empezaban a tocarse y agarrse la carne de manera un poco más descarada. Los seis brazos acariciándose por encima y por debajo de la ropa. Sentía cómo me tocaban mientras tenía una mano en la espalda de Caro y una en la de Laura, buscando su piel y la sensación de sus huesos por debajo de las remeras. Estuvimos un buen rato así mientras nos calentabamos cada vez más, con risas y miradas calientes de por medio. Alternabamos entre besos de a tres y besos de a dos, yo con Caro, yo con Laura, Caro con Laura. Cuando nos saciamos y calentamos lo suficiente, acordamos quitarnos la ropa. En unos segundos estabamos nuevamente los tres sentados uno al lado del otro, todos desnudos. Nunca la había imaginado a Laura desnuda, y quedé sorprendido .Era flaquita como se veía, con pechos chicos y unos pezones rosados claros hermosos, cinturita y abdomen plano, concha hermos y bien depilada, se veía suave y dulce. Lo que nunca hubiera imaginado ciertamente era el pedazo de culo que tenía esa piba. Si bien era chiquito, le sobresalía con una armonía bellísima, redondo, suave, un culito hermoso que ya estaba ansiando comer con todas las ganas.

En ese momento les propuse, que empezaran ellas mientras yo las observaba, y luego me sumaría.

Dicho esto, Caro tomó la iniciativa, y empezó a orientarse e inclinarse hacia Laura, mientras ella se tiraba hacia atrás y abría brazos y piernas para recibir a mi amada. De esta forma empezaron a besarse, aún con cierta distancia en los cuerpos que empezaban a acomodarse entre sí. Los brazos de Caro a cada lado de la cabeza de Laura, mientras las piernas se movían, y las rodillas se flexionaban para encontrar la mejor forma de encastrarse entre sí. Enseguida encontraron una posición cómoda que dejaba a mi novia completamente dominante sobre el cuerpo de Laura, que había enredado sus piernas a las de Caro, mientra sus panzas y pechos se tocaban y rozaban en cada movimiento y arqueo de espalda. Besos y caricias, en la boca y la cara, en la cara y el cuello, en los hombros y los pechos de Laura que gemía muy suave y despacito con la vocesita que tenía. Las manos de minovia recorrían todo el cuerpo de Laura, el pecho, el torso, los brazos, la cintura y la espalda, dirigiendose siempre hacia abajo, acariciando despacio y agarrando fuerte, hasta que llegó a su abdomen. En ese momento empezó a bajar la velocidad de sus movimientos y la presión que ejercía, disponiendo la mano de manera que dirigía su control hacia sus dos dedos del medio, más específicamente hacia la yema de los dedos. De esta manera bajó lentamente, a medida que la respiración de Laura empezaba a agitarse mientras seguían besandose con lenguas afuera, hasta que llegó a su entre pierna. Laura empezó a acariciar muy lentamente toda la zona exterior de la concha, la ingle y los muslos internos de Caro. Sabía lo que hacía, porque lo había hecho muchas veces, y le encantaba ser la dominante. Le encantaba jugar con las expectativas y el deseo del otro, porque te hacía querer rogarle que te haga acabar. En esos momentos iniciales, antes de empezar a masturbarla, lo que suele hacer Caro es alejar su cara y mirarte fijamente a los ojos mientras va haciendo distintos trucos con tus genitales para ir observando tus reacciones y gestos faciales. Disfrutaba de verte disfrutar. Y eso mismo estaba haciendo con Laura. La miraba fijamente a los ojos, mientras escuchaba sus gemidos y respiración, la observaba entrecerrar los ojos y abrir la boca mientras tiraba la cabeza para atrás, frunciendo el ceño. Para concentrarse en el placer que mi novia le estaba dando. Así es que empezó a masturbar, frotando y acariciando esa concha hermosa, completamente depilada y jugosa, 
 como sólo las mujeres saben hacer. Las piernas de Laura ya estaban en el aire completamente, y hacía movimientos con su cadera y pelvis para sentir mejor la mano de mi novia, que ya empezaba a introducir uno, dos y hasta tres dedos en las cavidades de la otra piba. La calentura que yo tenía nunca la había sentido, tenía la pija llena de sangre, bien hinchada y dura. Quería tocarme pero quería reservarme todo lo que pudiera para ellas. Tenía a estas dos pendejas hermosas, una arriba de la otra, frotándose y disfrutandose. La espalda, las piernas y el culo de mi novia, directo para que lo haga mío. Mientras se seguían besando, Laura giró un poco su cabeza para buscar por detrás de Caro. Me estaba buscando a mi, posó su mirada sobre la mía, liberó una de sus manos del cuerpo de mi novia, para levantarla e indicarme con los dedos que me acerque. Y eso hice. 

Para ese momento ya estaba parado al costado del sillón. Cuando vi sus dedos gesticulando para que me acerque, no lo dudé un segundo. Volví a subirme de rodillas sobre el sillón, acercándome a ellas. Parecía que estaba rogando, caminando con los rodillas con la mirada fija en los dedos de Laura que se movían a medida que me acercaba. Y se seguían moviendo, hasta que acerqué mi cara a ellos. Laura tomó mi cara con su mano y empezó a acariciarla. La mejilla, la oreja, el cuello, el mentón, la boca, mientras me seguía mirando a los ojos. Caro ya sabía lo que estaba pasando, ya que nuestras piernas se tocaron en ese momento. No se había molestado en darse vuelta un segundo, más bien siguió propiciando placer a Laura que miraba con la boca entre abierta y ojos serios. Me seguía acariciando, ahora los labios, por lo que abrí mi boca un centímetro. Empezó a acariciarme los labios por dentro, me tocó las encías, los dientes. La punta de mi lengua rozó la punta de sus deseos, me encantó cómo se sintió. A ella también, al parecer, porque ingresó dos y luego tres dedos en mi boca para que yo los chupara, los salivara y los mordiera despacio. Acariciaba mi lengua con mis dedos mientras yo los chupaba y besaba, sacaba su mano de mi boca y le chupaba la palma, el reverso, los dedos, las uñas, las yemas. Me seguía acercando hacia ellas, ya gateando, y mis manos empezaban a encontrarse con trozos de la piel y la carne de ambas. Me acerqué más, tomando el suavemente el pelo de mi novia y moviendo su cabeza a un lado despacito, para encontrarme nuevamente con la boca de Laura y besarla. Me había calentado demasiado ver toda la escena, me había calentado demasiado que me llamara y que me hiciera chuparle los dedos de la mano. La besé fuerte, con saliva y lengua, luego se unió Caro y terminamos nuevamente en un beso de a tres. Esta vez completamente desnudos, completamente calientes, con todo mi pecho y abdomen apoyado sobre la espalda de mi novia, y mi cintura cerca de su culo. Al ratito dejé de besarlas, me recompuse y empecé a besar la espalda de mi novia, bajando de a poco por sus tatuajes y huesos, hacía llegar a su cintura y el inicio de su culo. Besé el comienzo de la raya de su culo, y empece a chupar y morder despacio sus nalgas. Sabía que le encantaba, supe enseguida que iba a acomodarse para ponerse en cuatro y abrirme bien el culo. Para mi sorpresa, desocupó una de sus dos manos, para abrirse el culo y dejarme comerla entera. 

Con los pies y piernas de Laura rozándome a veces la panza, a veces la pierna, a veces el pecho, inicié la hermosa hazaña de comerle el culo a mi novia, una vez más. Sin muchas vueltas, expandí y deslicé toda mi lengua por todo su culo, desde abajo hacia arriba y desde arriba hacia abajo. Su ano sabroso me calentaba de una manera que nunca había podido entender. Ella empezaba a hacer movimientos hacia arriba y abajo con la cadera, despacio y de a poco más fuerte. Esos movimientos hacían que me fuera más fácil ir de su concha a su culo, y de su culo a su concha, haciendo una mezcla de fluidos y sabores impresionante, mientras empezaba a escucharla gemir. Una de las cosas que mas le calentaba a mi novia era gemir y escuchar gemidos de una mujer. Se me ocurrió en ese momento empezar a tocarla yo también a Laura, para que sintiera dos manos y hacerla calentar más. Acerqué mi mano y enseguida me encontré con los dedos húmedos y calientas de mi novia. Empezamos con un juego de rozar, meter, acariciar con los dedos la concha y los labios de Laura, que cada vez se mojaba, se retorcía y gemía más. A la par, seguía chupandole el culo a mi novia cada vez con más fuerza. Era un coro de gemidos, calor y humedad por todos lados. Seguimos un rato así hasta que escuchamos el agudo grito de Laura acabando sobre el sillón. Nos quedamos en silencio unos segundos, alguno se rió un poco, descansamos. Enseguida, yo me recompuse hacia a tras, mientras ellas dos empezaron a besarse nuevamente, muy despacio mirandose a los ojos, diciendo algunas palabras que no recuerdo. No tardó mucho mi novia en empezar a bajar con la boca nuevamente por el cuerpo de Laura, detiendose un ratito en sus tetas, que succionó y chupó para volver a bajar, esta vez directo a su concha. Le encantaba chupar concha. Y lo hizo con todo el amor y deseo del mundo, mientras Laura con sus ojos cerrados agarraba fuerte algún almohadón que había quedado por ahí. Estuvieron un rato así mientras yo miraba. Las veía a las dos, acostadas a lo largo, disfrutando, me calentaba, quería tocarme, pensaba que no podía creer lo que estaba viviendo. Le dije a mi novia si no me compartía un poco, acercando mi cara a la concha de Laura. Caro se detuvo, me miró un segundo a los ojos, me dijo "no, es mía", y siguió chupando. Me quedé un poco molesto por un segundo y me levanté. En seguida se me pasó la molestia. Empecé a mirar a Laura, me detuve a mirarla completamente desnuda, en un momento tan hermoso como es cuando te están chupando los genitales. La veía retorcerse, moverse, flexionar las rodillas, morder sus labios, apretar sus párpados, fruncir el ceño. Sonreir, con los labios cerrados, con los labios abiertos. Apretar la mandibula, apretar los labios. Volver a relajar. Relamerse los labios. Respirar fuerte por la nariz o por la boca. Exhalar o aspirar fuertemente. Escucharla gemir. Era muy hermosa, nunca lo había notado.

En un momento en que la estaba mirando, mientras mi novia seguía comiendole cada vez más fuerte la concha, chupando sus labios y aspirando su clitoris, así como acariciándola y empezando a meter algunos dedos, Laura abrió los ojos. Y me miró fijamente, mientras yo la miraba. Me sentí un poco avergonzado, y creo que ella también. Pero enseguida abrió los labios y los brazos, y me sonrió. Tomé eso como una señal, y me acerqué, arrodillándome en el piso, a su lado, a la altura de su pecho. Nos seguiamos mirando a los ojos, tomé su cara con mis manos y la besé. Un beso mojado de labios cerrados, para luego encontrarse nuestras lenguas calientes y juguetonas. Ya con los ojos cerrados, mis manos siguieron acariciando su cara mientras ella me agarraba de los hombros y la espalda. Me seguía acercando hacia ella, cruzando el brazo derecho por encima de su hombro para estar mas derecho y besarla mejor. Nos besamos muy calientes, ella hacía fuerza con su cuello para levantarse un poco y llegar más profundo en mi boca con su lengua. Nuestras manos ya se movían para todos lados mientras ella se empezó a correr de a poco hacia un costado para hacerme lugar, mientras Caro se movía con ella. Así logré acostarme al lado de Caro, para besarnos ahora más de frente, con mi novia bajando el ritmo a la par que toda la energía y atención empezaba a concentrarse en el tremendo beso que nos estabamos dando con Laura. Estabamos terriblemente caliente, y aún no habíamos tenido mucha interacción entre nosotros. Era la primera interacción directa que teníamos. Nos agarrabamos las caras y los cuerpos mientras seguíamos besandonos. Sentí las manos de mi novia haciendo fuerza tomandome la pierna, entendí que estaba queriendo acomodarme. Y así lo hizo, nos acomodó a Laura y a mí como quiso, uno al lado del otro, y empezó a chuparme la pija mientras le acariciaba la concha de Laura, y luego la comía a ella mientras me masturbaba a mí. Así estuvimos un ratito mientras Laura y yo seguíamos besándonos. Luego de un rato, Caro empezó a subir para quedar acostados los tres, con Laura en el medio de los dos, en dirección cara a cara con Caro. En ese momento yo tenía la nuca y el pelo largo de Laura, su cuello y sus hombros, su espalda y brazos, todo en contacto conmigo. Los cachetes de su culo apoyados contra mi pija, haciendo presión y empezando a frotarnos de a poco, con nuestras piernas enradas. Mientras ellas dos se besaban en los labios, yo le besaba la mejilla, el cuello y el hombro a Laura, Nuestras Seis manos, se acariciaban por todos lados, nuestras seis piernas se enredaban también. Mi pija y el culo de Laura, cada vez más evidente y fuertemente frotandose. El sudor y la calentura que teníamos era un montón. Podía sentir la respiración de lados, entre los tres podíamos sentir nuestros cuerpos, calor, gemidos y respiraciones. Estuvimos así un buen rato hasta que con una mano agarré la cintura de Laura, mientras que con la otra agarré mi pija y la empecé a apuntar hacia la entre pierna de Laura. Sentí cómo ella empezó a abrir sus piernas un poquito para que yo pudiera entrar mejor. Mi novia entendió todo, paró y me dijo "no, primero me vas a coger a mí".

En ese momento nos volvimos a recomponer, para reacomodarnos, de manera que quedó mi novia nuevamente arriba de Laura, comiendole la concha en cuatro mientras yo la empecé a coger por detrás. Mi pija dura, ardiente e hinchada empezó a penetrar de una y muy fuertemente la increiblemente mojada concha de mi novia. La agarré de la cintura y empecé a descargar todas las ganas que había acumulado hasta ese momento en la concha de mi novia. La cogí con toda mi fuerza, mientras ella le comía la concha a Laura. Estuvimos así un rato, hasta que Laura se puso de rodillas, a lo que la siguió Caro (mientras seguíamos cogiendo). Ahora estaban las dos arrodilladas en sillón y enfrentadas, agarrandose los cuerpos y besandose, mientras yo desde atrás la cogía a Caro pero agarrando el culo de Laura, y haciendo presión hacia la dirección de mi novia y yo. Es decir, para graficarlo mejor (ya que fue una de mis posiciones favoritas): Laura y Caro estaban arrodilladas y enfrentadas una a la otra, con sus abdomenes y pechos pegados,  sus caras bien cerca besandose, sus manos por todo el cuerpo de la otra. Yo estaba detrás de mi novia, cogiendola por la concha, con mi pecho apoyado en su espalda, mi cara sobre su cuello mientras la besaba, y mis manos cruzaban por el costado de Sabrina hasta llegar a la espalda, cuello, piernas y nalgas de Laura. Agarré su culo con fuerza mientras la cogía con fuerza a Caro. Sentir la suavidad de ese culo, me mataba. Tenía ganas de hacerlo mío. Tenía muchas ganas de hacerlo mío. Tantas, que le dije a las dos "Bueno, le toca a Laura ahora, quiero cogerme ese culo". Las dos pararon de besarse y me miraron, mi novia me besó de la calentura que le dio escuchar eso, y Laura dijo "Así no me lo cogés, vas a tener que comermelo primero". Se me partió la cabeza al escuchar esas palabras. A mi novia le calentó también, me besó mas fuerte, se separó de mi, me miró a los ojos, con las mejillas rojas y la cara transpirada, con ojos entre cerrados: "No sabes lo rica que está esta pendeja, comele la concha y el culo amor, te quiero ver comiendotela". 

Enseguida nos volvimos a reacomodar, esta vez quedando mi novia acostada boca arriba, Laura arriba de ella y en el medio de Caro y yo, que quedé detrás de Laura. Laura empezó a acariciarle la concha y meterle algunos dedos a mi novia, mientras se besaban. Yo me puse a la altura del culo de Laura. Tenía ese culo hermoso que hacía horas estaba deseando en mi cara. Lo tenía frente a mí. Lo olí, lo acaricíe, lo besé despacito, le pasé un poco la lengua. Lo agarré con mis manos, sentí su suavidad, su calor. Era esponjoso y estaba calentito. Era muy suave y liso. Blanquito y hermoso. Acaricié sus nalgas mientras apoyaba mi nariz y boca en la raya de su culo. Subía y bajaba, acariciaba y apretaba. Estaba haciendo un ritual para comerme ese culo. Ellas dos seguían en lo suyo, y veía cómo Laura arqueaba su espalda para acercarme el culo. Y abría sus piernitas para que pudiera ver su conchita también. Acaricié su cola, le dí una nalgada despacito, luego una más fuerte. Noté que le gustó. Acaricié sus muslos, por debajode su culo, hacia el centro de sus piernas. Toqué de costado su concha. Estaba completamente, pero completamente mojada y dilatada, emanaba un calor tremendo. Abrí sus piernas con mis dos manos agarrándolas de los muslos internos. Me preparé, y apoyé mi lengua en los labios de su concha, que ya estaba bien abierta. Absorbí sus jugos, eran delicisiosos. Fuertes y riquísimos. Comencé a chuparle despacito pero cada vez más fuerte su concha. Abrí su culo con mis dos manos y ví un ano rosa hermoso. Chiquito y hermoso. Apoyé mi lengua y lo chupé, con poca calma. Enseguida estaba comiendo el culo y la concha con una devoción hermosa. Sentía el sabor y me enamoraba. Apretaba sus nalgas con fuerza, agarraba de su culo, la pellizcaba, le acariciaba todas las piernas hasta la cintura y espalda, mientras la seguía comiendo. Se me ocurrió empezar a jugar con mis dedos en su culo, porque sentí que podía ingresarlos fácilmente. Y así fue, en seguida estaba metiendole un dedo en el ano. Le encantó, me dí cuenta que era una de esas pibas que le encantaba por el culo. Creo que lo sospechaba desde un principio, y ahí me aseguré. Le empecé a colar un dedo por el culo, mientras le chupaba y mordía nalgas y piernas. Le metí el dedo índice hasta el final, sentía el interior de su culo bien caliente y apretado y me encantaba, la escuchaba gemir y respirar fuerte. Ella seguía colandole tres dedos a mi novia que gemía sin parar. Enseguida metí mi dedo pulgar en la concha de Laura, y empecé a masturbarla a la vez por la concha y el culo. Cada vez más fuerte y rápido. Nunca había hecho eso y me encantaba. A ella también .Incluí mi lengua también en el trabajo, le chupaba el culo y le metía un dedo en el ano y otro en la concha. Lo volvía a sacar y lo metía. La escuchaba gemir cada vez más fuerte, hasta que levantó su cabeza diciendome "¡Sacalos, sacalos!". Los saqué a la par que sentía cómo se tensionaban todos sus músculos internos, expulsando mis dedos y acabando nuevamente, esta vez sobre mi cara y sus muslos. No podía más. Con toda mi boca chorreando de sus flujos, tenía una calentura increible. No lo pensé un segundo más.

Me recompuse una vez más, me puse de rodillas detrá de Laura, que estaba encima de mi novia Caro. La agarré de la cintura, la levanté y la posicioné a mi gusto. Le levanté la cintura, quedando su culo parado mirando hacia mi. La agarré de los muslos, y se los abrí. Mi novia se reacomodó por debajo de Laura para distribuir su peso. Cuando estuvo cómoda, me miró a los ojos y me guiñó uno de los suyos. Sonriendo, miro para abajo hacia donde se empezaba a unir el culo de Laura con mi pelvis. Le agarró las nalgas con ambas manos y abrió su culo para mi. Laura acomodó su cara en el cuello de Caro y paró aun más su culo. "Ahora sí pendeja, me tenés re caliente la puta que te parió" le dije, ensalivé mi mano para pasarla por toda la cabeza y el tronco de mi pija. Me acomodé bien encima de Laura, con mi cabeza en su nuca, y acomodé la cabeza pija ensalivada en el ano de Laura, ya dilatado y abierto esperando mi ingreso. No me costó absolutamente nada, de un tiró ya tenía toda mi pija enterrada en el culo de Laura. Me quedé unos segundos ahí y sentí cómo la pendeja cheta empezó a mover su cadera a los costados, para sentir en todo el interior de su culo la carne caliente y dura de mi pija. Y así como estaba, me reacomodé para quedar de frente a mi novia, nos miramos a los ojos y nos empezamos a besar y enredar nuestras lenguas a la par que empecé a moverme para cogerme toda a Laura. Sacaba la mitad de mi pija y la volvía a meter entera, con fuerza, embistiendo a Laura en cada movimiento, apretandola cada vez más contra mi novia. Lo empecé a hacer lentamente y de manera brusca, para que sienta el golpe de todo mi cuerpo sobre el de ella. Que sienta entera cómo se le enterraba mi pija en su culo y la abría por dentro. Sentía toda su carne interior apretandome fuerte la pija. Estuve así un rato. Luego la empecé a coger cada vez más profundo y despacito. Para que sintiera cada centímetro de mi carne ingresando en ella. Ya había parado de besar a mi novia. Se ve que le encantaba a Laura, porque se alzó nuevamente y se dio vuelta intentandome besar. Pero la detuve agarrandole de los pelos y enterrando su cara contra el sillón, mientras aumentaba la fuerza de mis embestidas. La agarré cada vez más fuerte, y le encantó. Porque empezó a mover su cadera también de arriba abajo haciendo que las embestidas sean cada vez más fuerte, haciendo ruido cuando mi cuerpo chocaba con sus nalgas. Mi novia alzó la cabeza sonriendo, en la señal que teníamos juntos cuando quería que la ahorcara. Y eso hice, posé mi mano sobre su cuello, agarrandola fuerte. Mientras agarraba más fuerte también el pelo y la nuca de Laura. La cogí con fuerza, ya me estaba cansando así que le dije "Che pendeja". Caro me miró con atención mientras Laura murmuró algo que no entendí. Le dije bien cerca del oído "Te voy a acabar todo el culo". Laura giró su cabeza a un lado y me dijo bien claro aunque entrecortado: "Acabame... todo... el culo". Terminó de decir eso y sentí cómo se entremecía mi pija mientras largaba fuertes chorros de semen en el interior del cuerpo de Laura, que tenía todo el cuerpo tensaba mientras, calculo, acababa ella también. Todo el semen que acabé hizo presión por lo que saqué mi pija de su culo, y sentí cómo todo el líquido brotaba de su ano. Me reacomodé arrodillado, mirando los cuerpos acostados y cansados de Caro y Laura. Miré el culo de la pendeja chorrenado semen a más no poder. Le pegué un nalgazo bien fuerte que la dejó roja un ratito, y me senté a un costado, con mis dos piernas sobre las de ellas. Nos quedamos descansando un rato hasta que Laura indicó que se iría a bañar. La miré irse desnuda, paseando ese culo abierto y rojo que todavía chorreaba mi semen. Me acosté al lado de mi novia y nos besamos apasionadamente una vez más, mientras ella acariciaba mi pija que ya no daba más, hasta que volvió Laura de su baño y se acostó con nosotros. Nos quedamos dormidos. Al otro día nos levantamos y nos fuimos, saludandonos coordialmente. Nunca más volvimos a juntarnos los tres, pero los recuerdos no me los olvido más. 

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