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La hija de mi mujer parte 2

Sigo con la pedida parte 2 de la hija de mi mujer. Recuerdo que no soy escritor y que el relato es real.

Incluso con toda la calentura del momento no salía de mi asombro. Bren era todo lo puta que imaginaba y más. Acercaba lentamente sus labios con esa malicia propia de pendeja que se sabe irresistible. La espera hasta sentirlos se me había hecho eterna con todo lo que había oído y la ansiedad me pudo. La agarré con fuerza del pelo y se la hice tragar hasta el fondo. Mi sorpresa no fue tanto por la poca resistencia que puso para recibirla sino que tras el primer gemido cuando pude hacer foco para mirarla me la encontré mirándome a los ojos como toda una petera experimentada. Una imagen que me eriza la piel al recordarla.


Le apretaba el pelo por inercia pero no necesitaba ninguna ayuda hacer el característico movimiento del pete, con cada subida y bajada de cabeza sabía que me alejaba más y más de la tierna imagen de la Brendita que conocí. Ya me iba a ser imposible volver a verla como la hija del corazón, que alguna vez fue. Sorbía con una sonrisa mi glande mientras me pajeaba con fuerza desde la base la pija. Su basta saliva lubricaba todo el trabajo de sus manos. La comisura de sus labios húmeda iba formando una sonrisa a medida que la sacaba levente de su boca. Chupando entre mis piernas fue bajando del todo mi pantalón y sus uñas recorrían mis piernas. Su boca sola hacía un excelente trabajo. 


Las babas que caían por mi pija las volvía a llevar a su boca con la lengua. Los rumores de su talento para chupar se confirmaban a cada segundo. En años con su madre jamás me la había chupado con tantas ganas. Mi hijastra es una verdadera maestra con su corta edad. Por si fuera poco su cola sobresalía por detrás y esa calza marcaba obscenamente el tremendo culo de Bren en forma de corazón. Con una mano se la volví a meter de lleno en la boca y enviciado de placer me incliné para manosear ese impactante culo con la otra mano. Apretaba esos cachetes con la delgada tela azul de la calza de por medio. 


Brenda agradeció de inmediato el manoseo chupando más rápido. Y yo le devolví el gesto apretando ese culo con fuerza. Su voz acompañada por los sorbos de la saliva que resbalaba de la mamada me penetraban los oídos y la mente. La sensación de esos hermosos labios juveniles subiendo y bajando por mi pija me recorría todo el cuerpo. No sabía si iba a aguantar mucho más con esa velocidad de chupada cuando algo me sobresaltó y me hizo sacó de ese trance sexual en el que mi hijastra me había metido. 


El violento sonido del timbre sacudió el cuerpo. Estaba seguro de que era Patricia. Entre el juego previo y el dedicado pete de su hija, el tiempo desde su salida se me había pasado volando. Me paralicé. Pero Branda con una frialdad absoluta se sacó mi pija de la boca, se aclaró un segundo la garganta y gritó.


- Ya va, espere - y volvió a meterse mi pija como si no pasara nada. 
- Dale nena que vengo con bolsas y me olvidé la llave - la apuró su madre desde la puerta, confirmando mi temor casi obvio de que fuera ella de vuelta. Me iba a subir los pantalones pero con su rodilla los sostuvo en el piso. La sacó nuevamente de sus mojados labios, esta vez pajeandome fuerte 
- No encuentro las llaves, ahí va! - Gritó aparentemente disgustada por la interrupción. 


Era algo surrealista su reacción. Con una mezcla de sensaciones por la cercanía de de mi mujer pero con la terrible paja que me hacía apreté esa nuca por última vez y le llené la boca de leche. Cerré los ojos y sentía como tomaba la leche la muy puta. Su madre protestaba desde la puerta por la demora mientras ella se tragaba hasta la última gota. Se limpió la boca con la mano y sacó un chicle de la cintura de la calza. Tomó mi llave del bolsillo de mi pantalón y la empezó a agitar para que escuche Pato. Con ese sonido pude subirme los pantalones y me escondí en el baño mientras ella iba a abrir la puerta. El corazón me latía como un caballo de carrera a esa altura. 


Mientras me acomodaba y me ponía más o menos decente para que Patricia no sospeche del perverso trato que había hecho con su hija, escuchaba a Brenda conversar mascando el chicle con ella con una calma que me asombraba. Me miré al espejo y salí a enfrentar a Pato con cara de piedra.
- Pobre Nico, ni ir al baño tranquilo puede - la chicaneó Bren a su madre
- Me olvidé las llaves - se disculpó Pato, y yo en ese momento me sentía una basura de solo pensar que ella sea la que se disculpara con lo que acababa de hacer con su propia hija. Pero por otro lado ver la serenidad de mi hijastra sentada sobre la mesada agitando los pies en el aire como una nena inocente me devolvía ese morbo y toda la calentura de unos minutos atrás.


- Un día se va a buscar otra Nico jiji - dijo mi hijastra con una carita traviesa. De un salto se bajó de ahí y encaminó para el pasillo. Pero cuando pasó al lado mío me dijo muy bajo
- No te olvides lo que te pedí pa - y aprovechando que su madre estaba de espaldas terminando de guardar las compras me dio una palmada en el brazo como para darme valor.  Dejé pasar un rato porque no sabía como decirle lo de la salida a mi mujer. En ese intervalo Bren se pegó una ducha para prepararse para salir. 


Ese cuerpo húmedo cubierto solo por una toalla que le marcaba la silueta con el pelo suelto mojado era toda una delicia para la vista y toda una tentación.
- A donde se supone que vas vos? - le preguntó su madre recordándole el castigo y sacandome de ese baboseo de ver a mi hijastra semidesnuda a pocos metros.
- Nico me dejó ir al final - dijo con una sonrisa la putita toda confiada y se metió a su cuarto a cambiarse. 
- Si gorda, por esta vez, para que haya paz. Me dolía la cabeza de los gritos y tuve un día horrible en el trabajo. Solamente quiero tener un viernes tranquilo - le dije un poco firme pero tampoco agresivo.


Me di cuenta que no la alegró exactamente que la contradiga y menos en algo que respecta a su hija pero mi argumento no era malo y se ve que eso pesó para que se lo tome un poco mejor. Con la tranquilidad de haber cumplido mi palabra y de tener el posible incendio apagado con la reacción de mi mujer. La noche siguió bastante tranquila, charlando mientras cocinábamos. Mi indulto con Brenda para mi sorpresa terminó relajando a mi mujer. Llegado el horario de la cena puse la mesa. La culpa me tenía muy servicial. 
- A comer! - gritó mi mujer con la asadera en la mano y vi una figura roja de reojo.


Bren ya estaba cambiada para salir. Se había puesto una remerita roja que le hacía un escote en sus jóvenes y delicadas tetas, se notaba que no había nada entre el fuerte rojo de la remera y su suave piel. El piercing de su ombligo estaba bien expuesto en medio de esa pancita y debajo uno de esos pantalones engomados que entre el brillo y lo ajustado le resaltaban la hermosa curva de la cadera. Se sentó frente a mi con los ojos pintados como una gata mirándome fijo y una sonrisa muy roja de nena mala. Desde que su madre se sentó a la mesa la cena transcurrió sin mayores coqueteos. El lunar en una de sus tetas me distrajo más de una vez como de costumbre. Pato no lo notó pero ella se sonreía al verme y yo desviaba la mirada al flojo partido de mitad de tabla que había en la tele.


El accidentado final del pete acompañado por esa pinta de putita hermosa me dejó tan caliente, que al poco tiempo que se fue me puse muy cariñoso con mi mujer. 
- No veía la hora de que se vaya esa piba y nos deje solos - le susurré al oído amasando las generosas tetas de mi esposa. A ella no le llamaba la atención mi calentura porque como conté antes, desde que empecé a descubrir los secretos de su hija, nuestra vida sexual estaba en un momento inmejorable. Me la llevé con cierto morbo al mismo sillón donde me la había chupado su hija unas horas antes. Nos besamos, le levanté la pollera y le corrió la ropa interior. Ella me abrió el pantalón y fue imposible no recordar las manos de Bren para aumentar la calentura. 


Desde ese momento fue como cogerlas a las dos. Apenas se la metí sentía como si me estuviera cogiendo a su hija. La sensación no era nueva porque venía pensando en mi hijastra casi siempre que cogía pero ahora las imágenes que venían a mi mente eran más fieles porque había experimentado en carne propia lo puta que podía ser la nena. Imaginaba esa cara de trola gozando. La puse de espaldas contra el respaldo del sillón a Pato para que fuera más fácil pensar en su hija y le di más fuerte. Los gemidos y gritos de mi mujer me calentaban más porque imaginaba lo ricos que debían ser los gemidos con la voz de Brendita. 


Fue uno de los mejores polvos, improvisados que tuvimos en mucho tiempo. Mi aumentada calentura hizo acabar fuerte a mi mujer, como para equilibrar con mi maldad de haberle llenado de leche la boca a su hermosa hija y una vez que estuvo satisfecha me aflojé y acabé también. Era la primera vez que las dos me sacaban leche la misma noche y eso me tenía con una alegría inusitada. Me duché con una sonrisa de feliz cumpleaños y me fui a dormir. La repetida vibración del celular interrumpió mi sueño, cuando hice foco medio encandilado por la luz vi como 10 emojis que me había mandado mi hijastra y arriba del todo un mensaje corto "me venís a buscar?"


Me senté y me vestí lo más rápido que pude. Mi somnolienta mujer abrió los ojos apenas al verme 
- Voy a buscar a la nena, vos descansá - la calmé metido en rol de padrastro
Ella se dio vuelta y siguió durmiendo. Yo salí volando a buscar a esa hermosa y promiscua nena.
Cuando llegué buscarla había varios pibes y pibas saliendo, la mayoría con varios tragos de más. Un grupito de chicas con minifaldas y minishorts pasaron junto al auto y un par me sonreían. Tres golpes en la ventanilla me hicieron girar. Brenda estaba hecha una belleza. La vestimenta de antes con una camperita  abierta pero además sudada por el baile y con con el pelo más revuelto.
- Mira si se entera mi mamá como mirabas a esas minas - me dijo media enojada
- Tiene cosas peores que enterarse. No te habrás puesto celosa vos, no? - le dije y le saqué una sonrisa.
Me acarició la mano con la que tenía la palanca de cambios y me preguntó 
- Vos estas muy apurado por volver? - con la misma voz de beboteo previa al pete en casa...


Listo. Suficiente de nuevo. Entre más puntos tenga este, antes subiré la continuación

15 comentarios - La hija de mi mujer parte 2

SakmelaMilk +3
Ah no podés ser asiiiiii.....quiero la continuación pero no ya, ayer la quiero, por favor....y con foto de la nena si es posible.
daland03 +2
Excelente relato! Ya subiste la tercera parte!?!?!? jajajaja
bier324 +1
Excelente relato! Te dejo puntos
Elburrovergon +1
Uff tremenda historia van 10 ptos ... y manda una foto de la nena que la queremos ver
DIEGOTE19X5 +1
Excelente relato máquina faltó foto
pajasypajitas +1
excelente relato, y muy bien redactado !! +10 !
Elgatomontes +1
Qué hdp! cómo nos dejaste! Muy bueno!
Sergio801
Quien comparte fotos tengo de mi hijastra y sobrina prima
Jovenincesto +1
Ufffff por favor que hermosa puta la pendeja como me calienta, quiero leer la otra parte de como te la coges en el auto o donde sea
ShogunAR
Excelente redaccion, super morboso y caliente el relato. +10
Palestina1047
Uuuuuu muy buen relato yo también tengo una hijastra muy buena