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Capitulo 2
A la mañana siguiente, Tommy vio a su madre sentada en la cocina bebiendo una taza de café. Hubo un silencio muy incómodo cuando se sirvió una taza de café y se sentó. La luz de un nuevo día hacía que todo pareciera diferente. Cada uno se culpaba a sí mismo por lo que había sucedido.
"Mamá..."
"Tommy…" ambos hablaron al mismo tiempo, luego se rieron nerviosamente.
"Lo siento", dijo Tommy.
"Tommy... uh... nosotros uh... lo que... pasó anoche fue...", dijo Sue, luchando con sus palabras.
"Yo... yo... conozco a mamá", interrumpió Tommy. "Lo siento, lo arruiné todo", dijo, casi llorando, esperando su enojo.
Sue lo miró sorprendida. "No fue tu culpa cariño. Fue mía. Olvidémoslo. Probablemente fue solo el vino", mintió Sue. "No debí haber bebido tanto".
"¿Podemos... podemos eh... salir de nuevo?" preguntó Tommy esperanzado.
"No creo que sea una buena idea".
"Lo sabía", dijo Tommy en un tono enojado. Sin embargo, estaba enojado consigo mismo. Se levantó de la mesa con lágrimas en los ojos y salió corriendo de la habitación.
"¡Tommy!" Sue lo llamó. Sin embargo, él ya estaba fuera de la casa. Ahora Sue estaba desconsolada. Ella fue la que lo arruinó todo, pensó mientras sus lágrimas comenzaban a fluir.
Más tarde esa noche, Sue llamó a la puerta de Tommy. Abrió la puerta suavemente cuando escuchó a Tommy decirle que entrara. Estaba acostado en la cama mirando una revista de deportes. "Tommy, ¿podemos hablar?" preguntó ella, sentándose en la cama, su rostro tenso con emociones apenas veladas.
"Claro", respondió, dándose la vuelta y mirando hacia el techo con las manos detrás de la cabeza.
"Lo siento, Tommy... lo siento por... por todo", dijo Sue luchando con sus palabras. "Dios, Tommy, fui yo quien sugirió la cita. Lo he pensado todo el día y sé que es completamente mi culpa. Los dos estamos solos y extrañamos mucho a papá". De repente, Sue dejó de hablar cuando su voz se ahogó. Entonces ella comenzó a sollozar.
Tommy se incorporó rápidamente y se acercó a su madre. Puso cuidadosamente sus brazos alrededor de ella y la atrajo hacia su pecho, las lágrimas corrían por sus propias mejillas.
Aunque Sue sintió consuelo en sus brazos, sollozó aún más fuerte. Todas sus emociones reprimidas parecieron salir de ella a la vez. Dos años de soledad, un nuevo trabajo, luchando para hacer las cuentas y ahora esto. Todo era demasiado.
Tommy la abrazó durante mucho tiempo hasta que sus sollozos se convirtieron en resfriados. "Mamá, te quiero mucho", dijo Tommy con sinceridad.
Sue se recostó y se secó los ojos. "Dios, Tommy, siento lo mismo por ti. Nos necesitamos, tal vez más ahora que nunca".
"¿Podemos ser honestos el uno con el otro por un minuto?" preguntó Tommy, actuando más adulto de lo que se sentía.
"¡Absolutamente! Tenemos que ser honestos el uno con el otro", dijo Sue, preguntándose a qué se refería.
"Tú... eres una mujer hermosa y muy sexy", dijo Tommy, tratando de no tartamudear. "Yo... tú... eh... Oh demonios, solo soy un adolescente cachondo, y lamento haberme pasado de la raya", soltó y luego se rió tímidamente.
Sue lo miró con las cejas levantadas y luego una sonrisa apareció en sus labios. De repente, ambos se echaron a reír. Se rieron tanto que casi se caen de la cama. La situación ahora parecía tan ridícula. Estaban haciendo un gran problema de la nada.
Cuando se calmaron, Sue se volvió hacia Tommy y le dijo: "Puedes llevarme a una cita cuando quieras". Luego besó sus labios brevemente.
"Bien porque hay un picnic del equipo de fútbol el próximo domingo y necesito una cita", dijo Tommy esperanzado.
"Es un trato."
Tommy suspiró aliviado. Todo iba a estar bien.
El equipo de fútbol de la escuela secundaria de Tommy estaba organizando un picnic de despedida para los graduados, sus padres y novias. Tommy no planeaba asistir porque no tenía una cita. Sabía que todos los chicos traerían una cita. No esperaba que ninguno de ellos viniera con sus padres. De repente, eso ya no le importaba. Su mamá sería su cita.
Continuará...
Capitulo 2
A la mañana siguiente, Tommy vio a su madre sentada en la cocina bebiendo una taza de café. Hubo un silencio muy incómodo cuando se sirvió una taza de café y se sentó. La luz de un nuevo día hacía que todo pareciera diferente. Cada uno se culpaba a sí mismo por lo que había sucedido.
"Mamá..."
"Tommy…" ambos hablaron al mismo tiempo, luego se rieron nerviosamente.
"Lo siento", dijo Tommy.
"Tommy... uh... nosotros uh... lo que... pasó anoche fue...", dijo Sue, luchando con sus palabras.
"Yo... yo... conozco a mamá", interrumpió Tommy. "Lo siento, lo arruiné todo", dijo, casi llorando, esperando su enojo.
Sue lo miró sorprendida. "No fue tu culpa cariño. Fue mía. Olvidémoslo. Probablemente fue solo el vino", mintió Sue. "No debí haber bebido tanto".
"¿Podemos... podemos eh... salir de nuevo?" preguntó Tommy esperanzado.
"No creo que sea una buena idea".
"Lo sabía", dijo Tommy en un tono enojado. Sin embargo, estaba enojado consigo mismo. Se levantó de la mesa con lágrimas en los ojos y salió corriendo de la habitación.
"¡Tommy!" Sue lo llamó. Sin embargo, él ya estaba fuera de la casa. Ahora Sue estaba desconsolada. Ella fue la que lo arruinó todo, pensó mientras sus lágrimas comenzaban a fluir.
Más tarde esa noche, Sue llamó a la puerta de Tommy. Abrió la puerta suavemente cuando escuchó a Tommy decirle que entrara. Estaba acostado en la cama mirando una revista de deportes. "Tommy, ¿podemos hablar?" preguntó ella, sentándose en la cama, su rostro tenso con emociones apenas veladas.
"Claro", respondió, dándose la vuelta y mirando hacia el techo con las manos detrás de la cabeza.
"Lo siento, Tommy... lo siento por... por todo", dijo Sue luchando con sus palabras. "Dios, Tommy, fui yo quien sugirió la cita. Lo he pensado todo el día y sé que es completamente mi culpa. Los dos estamos solos y extrañamos mucho a papá". De repente, Sue dejó de hablar cuando su voz se ahogó. Entonces ella comenzó a sollozar.
Tommy se incorporó rápidamente y se acercó a su madre. Puso cuidadosamente sus brazos alrededor de ella y la atrajo hacia su pecho, las lágrimas corrían por sus propias mejillas.
Aunque Sue sintió consuelo en sus brazos, sollozó aún más fuerte. Todas sus emociones reprimidas parecieron salir de ella a la vez. Dos años de soledad, un nuevo trabajo, luchando para hacer las cuentas y ahora esto. Todo era demasiado.
Tommy la abrazó durante mucho tiempo hasta que sus sollozos se convirtieron en resfriados. "Mamá, te quiero mucho", dijo Tommy con sinceridad.
Sue se recostó y se secó los ojos. "Dios, Tommy, siento lo mismo por ti. Nos necesitamos, tal vez más ahora que nunca".
"¿Podemos ser honestos el uno con el otro por un minuto?" preguntó Tommy, actuando más adulto de lo que se sentía.
"¡Absolutamente! Tenemos que ser honestos el uno con el otro", dijo Sue, preguntándose a qué se refería.
"Tú... eres una mujer hermosa y muy sexy", dijo Tommy, tratando de no tartamudear. "Yo... tú... eh... Oh demonios, solo soy un adolescente cachondo, y lamento haberme pasado de la raya", soltó y luego se rió tímidamente.
Sue lo miró con las cejas levantadas y luego una sonrisa apareció en sus labios. De repente, ambos se echaron a reír. Se rieron tanto que casi se caen de la cama. La situación ahora parecía tan ridícula. Estaban haciendo un gran problema de la nada.
Cuando se calmaron, Sue se volvió hacia Tommy y le dijo: "Puedes llevarme a una cita cuando quieras". Luego besó sus labios brevemente.
"Bien porque hay un picnic del equipo de fútbol el próximo domingo y necesito una cita", dijo Tommy esperanzado.
"Es un trato."
Tommy suspiró aliviado. Todo iba a estar bien.
El equipo de fútbol de la escuela secundaria de Tommy estaba organizando un picnic de despedida para los graduados, sus padres y novias. Tommy no planeaba asistir porque no tenía una cita. Sabía que todos los chicos traerían una cita. No esperaba que ninguno de ellos viniera con sus padres. De repente, eso ya no le importaba. Su mamá sería su cita.
Continuará...
2 comentarios - Una Madre y su hijo #2