Desde que me casé con mi esposa he tenido esta fantasía en la que la veo a ella teniendo sexo con otros hombres. Yo amo a mi esposa, no la cambiaría por nadie, ni haría nada que me pusiera en la posibilidad de perderla. Pero el deseo de verla en brazos de otros hombres es muy grande. Es por eso que mi fantasía con los años ha cobrado tanta fuerza en mi mente. Quiero estar presente cuando ella se lo esté mamando a un hombre de color. Imagino la excitación que voy a sentir cuando observe esa verga enorme entrando en la boca de mi esposa. Quiero ver como se le marcan las mejillas a mi mujer cada vez que ese hombre le empuje su verga hasta su garganta. Y quiero estar al lado de ella cuando él se venga dentro de su boca y su semen se derrame por sus labios. Quiero abrazarla cuando él haya terminado de venirse, y besarla en esos labios llenos de semen, decirle cuanto la amo y lo feliz que me he sentido verla mamandoselo a ese hombre. En mi fantasía mi esposa se acuesta con las piernas abiertas y le pide a ese hombre que se la meta. Yo entonces veo como él la monta y le empuja su verga completa dejando solo sus bolas fuera de su vagina. Escucho a mi esposa gimiendo y como una puta pidiéndole al hombre que no se la saque de allá adentro. Con cada embestida la cama brinca y yo siento un gusto enorme al ver la cara de extasis de mi mujer. Mi pensamiento es que ya él está por venirse otra vez en cualquier momento. Pero de pronto él se la saca de la vagina, la vira boca abajo y le abre las nalgas a mi mujer. Ella le grita que no la coja por el culo, pero el no la escucha. Entonces mi mujer me súplica que no lo permita, porque por el culo le duele. Pero yo en mi excitación si deseo que él se la meta por el culo y para lograr mi deseo sin que ella sufriera mucho, le escupí mucha saliva a mi esposa en el culo y agarrando con mis manos la verga del hombre lo ayude a penetrarla. Los gritos de dolor de mi mujer me dolían en el alma. Pero no hice nada para evitar la penetracion, mi esposa me insultaba, me decía hijo de puta, te dije que lo detuvieras. Eres un cabrón me está rompiendo el culo y no haces nada para defender a tu mujer. Yo no sabia que hacer, me dolía verla gritar así pero mi excitación seguía en aumento y gracias a dios mi mujer comenzó a gemir de nuevo como una puta. El dolor en su culo dió paso al placer y al rato ya le pedía que la ensartara más duro. El hombre se vino dentro de su culo y mi esposa disfrutó de un bestial orgazmo enterrando sus uñas en mis brazos que con amor la sujetaban en ese momento tan rico.
Esa solo es una de muchas fantasias que tengo con mi mujer, espero que les haya gustado leerla.
3 comentarios - Mi fantasía de cornudo