Después de aquella noche tan morbosa, la actitud de mi novia Julieta cambio por completo, se notaba feliz y se preocupaba más por cómo se veía, la ropa que usaba y siempre trataba de verse como si tuviera una cita con alguien. El sexo entre ella y yo era algo que ya casi había olvidado, siempre llegaba cansada o teníamos bastante tarea de la escuela, apenas si teníamos tiempo para besarnos o algo por el estilo.
Yo no podía dejar de visualizar una y otra vez en mi cabeza la escena de sexo entre mi novia y Don Arturo, y debo confesar que a veces me masturbaba en el baño a escondidas, Imaginaba la verga de Don Arturo en la boca de mi novia o me gustaba crear escenarios donde ellos se veían cuando Julieta tardaba en volver a casa.
Cierto fin de semana Julieta tuvo que salir de viaje con sus papás a una fiesta familiar a otra ciudad y Don Arturo y yo la fuimos a dejar al paradero de los autobuses, ella se despedía con más frenesí de Don Arturo que de mi, le decía que lo extrañaría y que volvería pronto, parecía más novia de él que de mi, finalizó con encargarme con Don Arturo que me cuidara hasta que ella volviera, como si fuera un niño inocente que no sabría cuidarse un fin de semana, ella partió.
Ese día era viernes y no acepté la invitación de Don Arturo de ir a su casa a ver películas, y le prometí que el sábado quizá podría pasar llevando algo de comer y el compraría cervezas para una tarde de varones. Esa misma noche pude dar rienda suelta a mis instintos pajeros, tenia casa sola y pude ver porno a todo volumen, vi de todo pero lo que más me llamo la atención fueron los videos de cornudos que hasta entonces yo no tenia ni idea de esa categoría, pude observar que había de todo tipo de humillaciones, era tan morboso y grotesco que me sentía humillado por sentirme excitado, y más por qué yo sabía que mi novia cogia con otro hombre, con un macho como decían en algunos videos, yo no podía creer que incluso hay hombres que ayudan y participan activamente con el macho para ayudarles a cogerse a sus esposas.
Llego el sábado y todo desvelado y débil después de un maratón de pajas, pase por pizza y me dirigí a casa de Don Arturo, al llegar a la puerta escuche voces, pero no era una platica normal era una discusión entre dos hombres, le reclamaban Don Arturo que por su culpa había perdido su matrimonio, que era un entrometido en todo, Don Arturo se limitaba a decir que el no sabía nada y que mejor se retirara, salió de golpe aquel hombre de unos 35 años, Don Arturo se disculpó conmigo y dijo que era su hijo de nombre Saul, que no le hiciera caso, me invitó a pasar y no se hablo más del tema.
Comimos y bebimos, también estuvimos viendo películas de sus tiempos que me parecían muy aburridas, pero igual quise convivir, la verdad Don Arturo era una persona muy amable, te hacía sentir en confianza, por momentos olvidaba que se estaba comiendo a mi novia, de algún modo lo estimaba. Comenzó a hacerse noche y Don Arturo fue cambiarse para estar mas cómodo, alcabo estábamos en su casa, se sentó de nuevo para ver la parte final de Indiana Jones, cuando me percato al voltear a verlo que se podía ver parte de sus testiculos por el short corto que se había puesto, me puse algo nervioso pero volteaba de vez en vez para ver si se veía algo más, nunca me sentí atraído por los hombres pero esa situación de morbo me ponía curioso, finalizó la película y Don Arturo preguntó si podía poner algo más para adultos, que con la cerveza le gusta aveces ver porno, yo dije que si con los nervios que ya tenia por verle sus testiculos.
Al cabo de unos 15 minutos ya se sentía calor en el ambiente, y Don Arturo se tocaba la verga por encima del short, no mediábamos palabras, solo mirábamos las escenas de sexo de la película, a mi la curiosidad me ganaba y volteaba a mirarle la verga, se apreciaba cada vez más en ese ajustado short, y sus característicos huevotes por debajo del mismo, en eso Don Arturo no aguanto más y se la saco completa por debajo subiéndose el short para que saliera por una de sus piernas, me dijo —- deberías hacer lo mismo, no me molesta si es que te la jalas—- dude un instante pero al final me baje el pantalón y comencé a tocarme, pero el maratón de pajas de una noche anterior hizo que no se me parara haciendo más evidente la diferencia en el tamaño de nuestros penes, sin encambio Don Arturo estaba casi en palmado, ver ese pedazo grueso de carne aún más cerca me hizo estremecer, se apreciaban más las venas y se veía más larga que como la vi aquella noche que se cogia a mi novia.
Don Arturo se percató que no le quitaba los ojos de encima, y con un “quieres tocarla?” tomo mi mano y la llevo a su vergota sin yo siquiera poder contestarle, la sentí, la apreté fuerte, subí y baje lentamente su pellejo quería ver hasta dónde podía salir su glande, no podía creer que todo eso se andaba comiendo mi novia, así fue como reaccione y abruptamente la solté; —- qué pasó?—- Dijo Don Arturo. Y yo proseguí queriendo hacer drama, “esto está mal, no puedo, no debería, creo ya estoy borracho” —— Mira , no está mal, y si puedes, estamos en confianza, estamos solos y nadie te va a juzgar, tú síguele y si no te gusta le paramos—— “pero es que a mi me gustan las mujeres” ——- si, si ya se, pero vamos inténtalo, prueba y vemos, por probar no te hace menos, a mi me estaba gustando, y no es que me gusten los hombres, anda ya ven—-
Me insistió y llevo nuevamente mi mano a su verga, la volví a apretar como si algo me hiciera no soltarla, realmente estaba masturbando a un hombre, al hombre que se cogia a mi novia, subió sus dos piernas acostándose y acomodándose en el sofá, acercando más su verga a mi, con la otra mano le comencé a acariciar los huevos, esos huevotes que golpeaban las nalgas de mi novia cuando lo hacían, mañosamente levantó el pelvis haciendo chocar su glande con mis labios, dejando un hilo del pre-semen que tenía ya en la punta, se le notaba la risa de descaro de ese viejo canuzco que por la edad podría ser mi papá, o hasta mi abuelo, —— anda, chúpala, pasa tu lengua por la punta—— “no, eso no,” —— ándale, solo un poco, nadie se va dar cuenta, nadie sabrá de esto—— “nooo cómo cree Don Arturo, ademas no sabría hacerlo, nunca pensé hacer esto” ——- vamos anímate, solo poquito, chúpala poquito, hazme ese favor ——
Al final pudo convencerme de tanta insistencia, comencé lentamente pasando mi lengua tímida por sus testiculos, como pude me abrí paso por sus pelos canos para poder rozarle la piel con mi lengua, comencé a lamerle la base, podía sentir sus venas mientras subía hacia la cima de esos 23 cm de verga, era gruesa y dura, parecía que lamía algo rígido como un pepino de cáscara dura y rugosa, por fin llegue al glande, esa cabezota que parecía estallar, hinchada y apenas menos gruesa que el resto de la verga que se cargaba este señor, le di besitos, mojaba mis labios con su pre-semen y al final me atreví a meterla en la boca, Don Arturo dio un gemido y yo comencé a mamarsela, se la mamaba y succionaba coma si fuera un biberón, se la mamaba igualito que la chica de la película porno se la mamaba al actor negro del video que estaba en la TV en ese momento, no me importaba nada más que complacer a Don Arturo.
Esa noche después de mamarle la vergota a Don Arturo y hacerlo venir en mi boca, quiso penetrarme pero no lo deje, se tuvo que conformar con otras dos mamadas monumentales que le di durante la madrugada en su cama, el domingo estuvo como loco, quería que se la mamara a cada rato, en la regadera, en mi casa, en el auto, saliendo del restaurante donde fuimos a comer, sin mencionar que insistía mucho en cogerme, la última mamada se la di en su coche mientras esperábamos a Julieta mi novia en la central de autobuses.
Don Arturo el viejo canuzco al cual ayudamos por verlo indefenso se estaba convirtiendo en nuestro macho.
Yo no podía dejar de visualizar una y otra vez en mi cabeza la escena de sexo entre mi novia y Don Arturo, y debo confesar que a veces me masturbaba en el baño a escondidas, Imaginaba la verga de Don Arturo en la boca de mi novia o me gustaba crear escenarios donde ellos se veían cuando Julieta tardaba en volver a casa.
Cierto fin de semana Julieta tuvo que salir de viaje con sus papás a una fiesta familiar a otra ciudad y Don Arturo y yo la fuimos a dejar al paradero de los autobuses, ella se despedía con más frenesí de Don Arturo que de mi, le decía que lo extrañaría y que volvería pronto, parecía más novia de él que de mi, finalizó con encargarme con Don Arturo que me cuidara hasta que ella volviera, como si fuera un niño inocente que no sabría cuidarse un fin de semana, ella partió.
Ese día era viernes y no acepté la invitación de Don Arturo de ir a su casa a ver películas, y le prometí que el sábado quizá podría pasar llevando algo de comer y el compraría cervezas para una tarde de varones. Esa misma noche pude dar rienda suelta a mis instintos pajeros, tenia casa sola y pude ver porno a todo volumen, vi de todo pero lo que más me llamo la atención fueron los videos de cornudos que hasta entonces yo no tenia ni idea de esa categoría, pude observar que había de todo tipo de humillaciones, era tan morboso y grotesco que me sentía humillado por sentirme excitado, y más por qué yo sabía que mi novia cogia con otro hombre, con un macho como decían en algunos videos, yo no podía creer que incluso hay hombres que ayudan y participan activamente con el macho para ayudarles a cogerse a sus esposas.
Llego el sábado y todo desvelado y débil después de un maratón de pajas, pase por pizza y me dirigí a casa de Don Arturo, al llegar a la puerta escuche voces, pero no era una platica normal era una discusión entre dos hombres, le reclamaban Don Arturo que por su culpa había perdido su matrimonio, que era un entrometido en todo, Don Arturo se limitaba a decir que el no sabía nada y que mejor se retirara, salió de golpe aquel hombre de unos 35 años, Don Arturo se disculpó conmigo y dijo que era su hijo de nombre Saul, que no le hiciera caso, me invitó a pasar y no se hablo más del tema.
Comimos y bebimos, también estuvimos viendo películas de sus tiempos que me parecían muy aburridas, pero igual quise convivir, la verdad Don Arturo era una persona muy amable, te hacía sentir en confianza, por momentos olvidaba que se estaba comiendo a mi novia, de algún modo lo estimaba. Comenzó a hacerse noche y Don Arturo fue cambiarse para estar mas cómodo, alcabo estábamos en su casa, se sentó de nuevo para ver la parte final de Indiana Jones, cuando me percato al voltear a verlo que se podía ver parte de sus testiculos por el short corto que se había puesto, me puse algo nervioso pero volteaba de vez en vez para ver si se veía algo más, nunca me sentí atraído por los hombres pero esa situación de morbo me ponía curioso, finalizó la película y Don Arturo preguntó si podía poner algo más para adultos, que con la cerveza le gusta aveces ver porno, yo dije que si con los nervios que ya tenia por verle sus testiculos.
Al cabo de unos 15 minutos ya se sentía calor en el ambiente, y Don Arturo se tocaba la verga por encima del short, no mediábamos palabras, solo mirábamos las escenas de sexo de la película, a mi la curiosidad me ganaba y volteaba a mirarle la verga, se apreciaba cada vez más en ese ajustado short, y sus característicos huevotes por debajo del mismo, en eso Don Arturo no aguanto más y se la saco completa por debajo subiéndose el short para que saliera por una de sus piernas, me dijo —- deberías hacer lo mismo, no me molesta si es que te la jalas—- dude un instante pero al final me baje el pantalón y comencé a tocarme, pero el maratón de pajas de una noche anterior hizo que no se me parara haciendo más evidente la diferencia en el tamaño de nuestros penes, sin encambio Don Arturo estaba casi en palmado, ver ese pedazo grueso de carne aún más cerca me hizo estremecer, se apreciaban más las venas y se veía más larga que como la vi aquella noche que se cogia a mi novia.
Don Arturo se percató que no le quitaba los ojos de encima, y con un “quieres tocarla?” tomo mi mano y la llevo a su vergota sin yo siquiera poder contestarle, la sentí, la apreté fuerte, subí y baje lentamente su pellejo quería ver hasta dónde podía salir su glande, no podía creer que todo eso se andaba comiendo mi novia, así fue como reaccione y abruptamente la solté; —- qué pasó?—- Dijo Don Arturo. Y yo proseguí queriendo hacer drama, “esto está mal, no puedo, no debería, creo ya estoy borracho” —— Mira , no está mal, y si puedes, estamos en confianza, estamos solos y nadie te va a juzgar, tú síguele y si no te gusta le paramos—— “pero es que a mi me gustan las mujeres” ——- si, si ya se, pero vamos inténtalo, prueba y vemos, por probar no te hace menos, a mi me estaba gustando, y no es que me gusten los hombres, anda ya ven—-
Me insistió y llevo nuevamente mi mano a su verga, la volví a apretar como si algo me hiciera no soltarla, realmente estaba masturbando a un hombre, al hombre que se cogia a mi novia, subió sus dos piernas acostándose y acomodándose en el sofá, acercando más su verga a mi, con la otra mano le comencé a acariciar los huevos, esos huevotes que golpeaban las nalgas de mi novia cuando lo hacían, mañosamente levantó el pelvis haciendo chocar su glande con mis labios, dejando un hilo del pre-semen que tenía ya en la punta, se le notaba la risa de descaro de ese viejo canuzco que por la edad podría ser mi papá, o hasta mi abuelo, —— anda, chúpala, pasa tu lengua por la punta—— “no, eso no,” —— ándale, solo un poco, nadie se va dar cuenta, nadie sabrá de esto—— “nooo cómo cree Don Arturo, ademas no sabría hacerlo, nunca pensé hacer esto” ——- vamos anímate, solo poquito, chúpala poquito, hazme ese favor ——
Al final pudo convencerme de tanta insistencia, comencé lentamente pasando mi lengua tímida por sus testiculos, como pude me abrí paso por sus pelos canos para poder rozarle la piel con mi lengua, comencé a lamerle la base, podía sentir sus venas mientras subía hacia la cima de esos 23 cm de verga, era gruesa y dura, parecía que lamía algo rígido como un pepino de cáscara dura y rugosa, por fin llegue al glande, esa cabezota que parecía estallar, hinchada y apenas menos gruesa que el resto de la verga que se cargaba este señor, le di besitos, mojaba mis labios con su pre-semen y al final me atreví a meterla en la boca, Don Arturo dio un gemido y yo comencé a mamarsela, se la mamaba y succionaba coma si fuera un biberón, se la mamaba igualito que la chica de la película porno se la mamaba al actor negro del video que estaba en la TV en ese momento, no me importaba nada más que complacer a Don Arturo.
Esa noche después de mamarle la vergota a Don Arturo y hacerlo venir en mi boca, quiso penetrarme pero no lo deje, se tuvo que conformar con otras dos mamadas monumentales que le di durante la madrugada en su cama, el domingo estuvo como loco, quería que se la mamara a cada rato, en la regadera, en mi casa, en el auto, saliendo del restaurante donde fuimos a comer, sin mencionar que insistía mucho en cogerme, la última mamada se la di en su coche mientras esperábamos a Julieta mi novia en la central de autobuses.
Don Arturo el viejo canuzco al cual ayudamos por verlo indefenso se estaba convirtiendo en nuestro macho.
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