Un viejo se Coge a mi novia por andar de acomedido.

Somos una pareja joven, aunque no estamos casados tomamos la decisión de vivir juntos, ella apenas 22 y yo 23, ambos estudiábamos la carrera y al ser de fuera de la ciudad tomamos esa sabia decisión a los 2 años de novios, así compartíamos gastos y al cabo siempre estábamos juntos, yo me considero un hombre con bastante suerte ya que conseguir una novia así de buena familia, tez blanca, delgada pero no tanto, con pechos firmes y buenas caderas era de preguntarse por qué estaba conmigo, y eso se preguntaban sus papás que no les agradaba la relación pero al final la aceptaban, siempre fue la niña mimada de su familia.
Todo comenzó un día que salimos a realizar las compras como de costumbre al supermercado, y al salir para el auto que mi papá me prestaba para moverme en la ciudad, nos percatamos que un señor de unos 60 años estaba batallando para guardar cosas en su auto y corrí para ayudarle, y así fue como conocimos a Don Arturo, un señor algo alto y tosco, canuzco y de piel dura, me agradeció la ayuda y nos presentamos; me llamo Raúl y ella es mi novia Julieta le dije; yo soy Arturo y me agrada que aún existan jóvenes con valores como ustedes, al rato de platicar Julieta me convenció de seguirlo y ayudarle a descargar las cosas en su casa, y así fue, lo cierto es que fue muy amable desde el inicio y tuvimos una conexión al instante, más Julieta con quien rápidamente se soltó en charla, bromas y risas.
Una vez en su casa nos contó un poco de su vida, viudo con un hijo con el que apenas hablaba, por qué habían tenido una diferencia según él cuando vivía con él y su nuera, nos invitó unas cervezas y aunque éramos universitarios la verdad casi no salíamos ni tomábamos mucho, pero el ambiente era muy relajado que se nos fue el tiempo en charla, risas y botes de cerveza, no sé si fue tanta nuestra inocencia ante la situación ya que Don Arturo llenaba de halagos y piropos a Julieta que vestía con falda presumiendo sus buenas piernas y una camiseta que parecía que le explotaría por sus tremendas chichotas, estaba llevando la situación a cómo él quería y sin darnos cuenta ya hablábamos de cosas íntimas y subidas de tono, de las cosas que poco recuerdo nos preguntaba qué posición nos gustaba hacer, si Julieta me bailaba con ropa provocativa, a qué edad cogimos por primera vez, hasta que no se en que momento me venció el sueño de lo borracho que estaba que todo me pareció borroso y confuso, todo lo recuerdo por partes, recuerdo que como pude abrí un ojo mientras estaba yo recostado en el sofá y pude ver cómo Julieta bailaba de forma muy sensual en el centro de la sala y Don Arturo sorbía cerveza y miraba a Julieta de arriba abajo y la animaba a acercarse, yo no podía moverme de lo borracho que estaba, pero Julieta se acercaba a él lentamente provocándolo, Don Arturo acercaba su mano hasta mi novia pero ella le decía no de forma muy pícara y lo apartaba, en eso mi novia se quitó la camiseta y se la aventó a Don Arturo, quedando expuestos sus enormes senos en un top que dejaba ver parte de los pezones por los bordes de aquella prenda diminuta y dormite de nuevo.
Mientras permanecía inconsciente alcance a escuchar que Julieta le dijo a Don Arturo, voy a hacer algo pero debe prometerme que tendrá sus manos quietas; y volví a perder la noción del tiempo y espacio.
Me despertaron las palabras de Julieta, “ay don Arturo se le siente bien dura” parece que ya se le animó otra cosa” tsss NO toque mejor disfrute”
Como pude abrí un ojo y allí estaba mi novia sentada entre las piernas de ese viejo con las chichis al aire, repegandole sus nalgas, aún traía la falda pero parecía que no de lo levantada que estaba y aunque era por encima del pantalón parecía que se la estaba follando. El maldito de Don Arturo todavía tenía en su mano una cerveza y le daba sorbos mientras mi novia le seguía restregando las nalgas y dándole sentones en su verga.
Julieta de verdad estaba muy caliente lo sabía por cómo se movía y las palabras que decía; “ ay Don Arturo se le siente una vergota” sígame lamiendo la espalda” beseme el cuello” si no tuviera novio y no tuviera usted la edad de mi papá ya se la estaría mamando” chupándole los huevos” ay ya présteme sus manos apriéteme los pechos” ay que rico” sus manos me raspan” chúpeme la oreja”
Y de pronto se acercaron tanto que fue cuando los dos se comenzaron a besar y ya no pude soportar ver una carita blanquita, inocente y juvenil besando a un señor con bigote canuzco culero y arrugado. Como pude balbucee que es lo único que mi cuerpo permitía y rápidamente los dos se separaron y voltearon a verme, Don Arturo se dirigió a mí y alcancé a ver la “vergota” de la que tanto hablaba mi novia marcada en el pantalón, además de un pantalón manchado supongo de los fluidos de mi novia, me acomodo, me puso una manta y volví a perderme.
Al siguiente instante que desperté ya me encontraba totalmente solo, con luz apagada, me di cuenta que ya podía más o menos pararme y fui directo a buscar a Julieta, en el primer piso no estaba, y comencé a subir las escaleras aún aturdido por la borrachera para la segunda planta y conforme iba subiendo me parecía escuchar gemidos y se iban atenuando conforme subía y el azotar y rechinido como de una cama, y justo en el último escalón perdí el equilibrio y caí por las escaleras.
Desperté en una cama de hospital, Julieta estaba a mi lado ya era el otro día, tenía un gran dolor de cabeza y Julieta me comento que Don Arturo me trajo rápido al hospital después de que caí por las escaleras buscando el baño. Que pude haber muerto pero qué la oportuna ayuda de Don Arturo y el doctor me pudieron salvar.
Continuara…