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Cómo cambió mi vida. Capítulo 8

Capítulo 8: Doña Montserrat
Pasadas las fiestas de fin deaño, o sea el primer día laboral de año para algunos, diría que fue de lo másnormal, claro que para mí no, pues amanecí con tía Dani, jejeje… Creo que nuncame cansaré de ver a tía Dani, incluso en su simple proceso de inicio del día, elsolo hecho de levantarse ya lo hace especial. Cada movimiento de ella esatrayente, para qué decir el verla salir de la ducha, o como se seca su cuerpo,y cuando se viste me deja loco… ¡todo en ella hace que mi verga cobre vida! TíaDani, claro que ella se da cuenta de los efectos que causa en mía, por lo quede vez en cuando me mira y me sonríe... simplemente eso me hace hervir lasangre. Hoy no es la excepción, por lo que me levanto de la cama y me acerco aella, aunque esta vez no sé por qué, rehuyó cualquier acercamiento amoroso,pese a que aún era temprano y no se sentía actividad en la casa.
En fin, este día se iniciabade lo más normal, pese a que mi tiita me evitó, claro que yo no me rindofácilmente… no sé qué me impulsó a seguirla hasta la cocina, tal vez fuese susinuoso caminar, o que al evitarme mi libido no bajó en nada la presión  de mis hormonas, por lo que entré tras ella ala cocina donde desayunamos juntos con varios integrantes de la familia, quepara mi sorpresa estaban en pie.
Dada su presencia, fue el momentoen que continuamos con los últimos comentarios de las festividades reciénpasadas, en el intertanto, Juan y Francisco se apuraron pues preparaban su equipajepara el viaje a sus actividades vacacionales, en cambio, Ani, Isabel y yo, nosquedamos discutiendo que haríamos, decidiendo que después de despedirnos deellos, nos prepararíamos para ir al club a nadar.
Nos despedimos de losMilitares y nuestras madres que debían de ir a trabajar, por lo que ya apenasempezada la mañana nos dirigimos al club. Extrañamente y contrario a mis deseosmorbosos, esta salida tampoco llevó mayores novedades, ya que estábamos enplena temporada estival del hemisferio sur y por consiguiente había mucha gentecirculando por el club. Eso sí, juagamos y disfrutamos de la piscina, dondeevitando la mirada del salvavidas, yo aprovechaba de acariciar las curvas demis dos parientes, pero nunca se dio la oportunidad de hacer algo más.
Ya en la tarde, después de unalmuerzo a bases de emparedados en el club, y con la excusa de que iba a ver unode mis antiguos amigos, dejé a mis dos “Elfas” parloteando en el club con otraschicas amigas de Ani y me dirigí a casa de doña Montserrat con la “sanaintención” de saludarla y averiguar que quería de mí… El viaje fue largo puesiba en bus, lo que me permitió ver el centro de la ciudad, apreciar las chicasen vestidos veraniegos y lo linda que se ven livianas de ropa.
Llegando a la casa de doñaMontserrat, estuve a punto de cruzarme en la puerta con su hija Montse, a quien,al verla salir de su casa, eludí ocultándome en un portal cercano, no queríaque ella me viese e iniciara un interrogatorio al que, conociéndome, sé que nopodría contestar adecuadamente. Al llegar a casa de doña Montserrat unosminutos después, toqué el timbre, saliendo ella misma, me hizo pasarrápidamente.
·        Yoo: Buenas tardes doña Montserrat.
·        Doña Montserrat: Buenas tardes, pasa rápido queno quiero que te vea algún vecino indiscreto.
·        Yo: ¿Por qué?
·        Doña Montserrat: Son muy indiscretos
·        Yo: ¿Está sola?
·        Doña Montserrat: Sí las criadas salieron, pasay siéntate, ¿quieres un refresco o algo?
·        Yo: Un refresco estaría bien, en la calle hacemucho calor, como se diría caen “los patos asados”, dije tratando de sergracioso pese a mi nerviosismo.
·        Doña Montserrat: Mira Claudio, te llamé porqueno quiero que mal interpretes; lo que nos pasó en tu visita anterior no serepetirá. Yo quiero a mi marido y no deseo que Montse vea que su madre es unamujer loca o fácil.
·        Yo: Nunca pensé eso, usted me parece una mujerseria y preciosa, no veo por….
·        Doña Montserrat: No me interrumpas por favor, yame di cuenta que puedo flaquear por necesidades desatendidas; dijo mientras sesentaba en su sillón y me alcanzaba un refresco. O sea, soy una mujer normalcomo cualquier otra
·        Yo: Por supuesto que usted es una mujer, perono como cualquier otra, jejeje.
·        Doña Montserrat: Eres un lisonjero pese a quesolo eres un chaval.
·        Yo: No soy un chaval y entiendo doña Montserratque usted no quiera que Montse piense mal de usted, pero no puede negar que sunecesidad desatendida no ha cambiado ni desaparecido, de otra forma noestaríamos hablando solos en esta casa.
·        Doña Montserrat: No interpretes tu presenciacomo que pasará algo…
·        Yo: Doña Montserrat, no lo mal interpreto, essolo que sé que mis travesuras le gustaron.
·        Doña Montserrat: Es cierto, pero no podemoshacer lo que hicimos…
·        Yo: Créame Doña Montserrat, tampoco quiero quesu figura maternal se vea afectada ante su hija, dije parándome detrás de dondeestaba sentada doña Montserrat y puse mis manos en sus hombros agregando, perono puede negar que puedo ser la solución de sus necesidades.
·        Doña Montserrat: Pero soy la madre de Montse yella es novia de tu…
·        Yo: Es cierto ella es una buena amiga y noviade mi hermano, pero usted me revoluciona tanto, como yo a usted, la interrumpí
·        Doña Montserrat: ¿Qué haces? .... alcanzó adecir doña Montserrat, cuando ya bajaba mis manos hasta ponerlas en lasturgentes tetas por encima del vestido.
·        Yo: Algo que yo sé que le va a gustar, dijejusto antes de que le hiciera a un lado parte del vestido sacándole las tetassin liberar aún el broche del sujetador.
Al no haber una granoposición, prontamente procedí a tomarle sus tetas liberándolas del sujetador ycomencé a amasarlas.
·        Doña Montserrat: ¡Déjame! dijo, levantándosedel sillón y girando para mirarme
·        Yo: No puedo, dije, inclinándome para chupar susenhiestos pezones.
Su reacción si la hubo, fuemuy pasiva por lo que continué con mi comida de tetas, le descorrí el cierredel veraniego vestido, dejándolo caer por la gravedad ella me miraba turbadapero no atinaba a nada más, por lo que la dejé solo en ropa interior inferior,luego le tomé el culo, amasándolo con renovada pasión, siendo de todo menosdelicado.
·        Doña Montserrat: No puede ser, soy mayor que tú…puedo ser tu madre me decía entre suspiros.
·        Yo: La edad no es impedimento para cubrir susnecesidades y tener un momento para pasarlo bien, y a usted, aún siendo mimadre le haría lo mismo; contraataqué, siendo totalmente veraz en cada una de mispalabras.
Ella en ningún momento seresistió realmente, no recibí ningún empujón o golpe, ella estaba totalmente entregada,pese a que sus palabras decían algo diferente… noté su respiración agitada… sindecir nada más, se sentó en el mismo sillón, en eso aproveché de bajar hincándomefrete a ella le separé las sedosas piernas y me dediqué a comerle el coño comoya había aprendido muy bien con mis parientas, deslizando las bragas a un ladoy apoderándome de los labios mayores y menores, deteniéndome con especial dedicacióny ahínco en su clítoris.
Ella permanecía muda y mientrasmás la lamía, más se mojaba… luego de unos minutos la vagina de doña Montserratera un río de flujo… noté su respiración agitada y como me tomaba los cabellosincitándome a profundizar mi osadía… finalmente y creo que, por su pudor, secorrió lanzando un gritito ahogado, en ese momento tomándome con fuerza lacabeza se la enterró entre sus piernas casi asfixiándome.
Luego la tomé entre mis brazos,y sin oposición alguna y la tendí en el sofá próximo. Doña Montserrat no solo medecía nada y solo suspiraba, se dejaba hacer lo que yo quería, es así como lesaqué las bragas para meterle mi verga sedienta de coñito sin problemas uoposición… su caliente coño, calzaba con mi verga como un guante… podía sentircada rincón de su interior, lo que me encendía cada momento más y más.
Comencé un desenfrenado metesaca, mientras la miraba a la cara, podía ver que su hermosa mirada estaballena de deseo; acompañé mi incursión en su interior con un masaje a sus tetasque tanto me gustan y que desde que las vi, las deseaba, claro que tambiénincursioné ene su culo que era tan deseable como las tetas que me encandilaban.
Al rato le vino un nuevoorgasmo a la sensual doña Montserrat, al verla exhausta por la corrida, saqué miverga y comencé a pasársela por todos lados, como ya casi era mi costumbre con misparientes, que les puedo decir, soy muy morboso… primero las orejas, luego lanariz y los ojos, siguiendo por los labios y tras un poco de presión en laboca, doña Montserrat, evidenció su poco conocimiento en las artes amatoriasorales, raspándome un poco mi Glande con sus dientes, gracias a Dios sin causarun gran daño… luego le tomé las tetas, pasándole mi amiguito por los pezones,para después abrigarlo con sus hermosas masas de carne; comenzando una cubanaque interrumpí solo para pasarle la verga en el ombligo antes del gran final. Medetuve ante la mirada de curiosidad de doña Montserrat, me levanté y saqué deun bolsillo de mi arremangado pantalón uno de mis condones extra-deslizantes paradecirle:
·        Yo: Póngase en cuatro patas afirmando sus manosen el respaldo del sofá que ahora le voy a quitar su última virginidad,mientras me colocaba el condón.
·        Doña Montserrat: ¿Qué quieres hacerme?, dijo sinentender aún pedido por mí.
·        Yo: Que voy a hacer mío su hermoso culo.
·        Doña Montserrat: Pero nunca lo he hecho por ahí
·        Yo: Siempre hay una primera vez, le aseguro quelo va a disfrutar.
·        Doña Montserrat: Pero he escuchado que duelemucho.
·        Yo: Al principio y solo si se lo meten condesesperación, yo lo haré suavemente.
Ya sin decir más, doñaMontserrat se puso en posición, le ensalivé su ojete con mi lengua y abundantesaliva, además con el condón puesto, lo pasaba mi verga por su hermoso orto, juntoa ello comencé a “dedearle” el clítoris, para hacer que mi maniobra fuera bienrecibida… Cuando consideré que Doña Montserrat estaba lista, o sea muycaliente, algo que era totalmente evidente, ya que ella pedía entre suspiro ysuspiro que se la metiera… Comencé la penetración anal.
Doña Montserrat, claro que sintióalgo de dolor, pero nada que superara el placer que le estaba otorgando con mismanitas y el solo hecho de darle el placer que tenía olvidado. Ella misma comenzóa mover su culo para sentir mis estocadas, empecé a entrar en sintonía con suritmo, por lo que rápidamente la cabalgaba con frenética pasión… Hasta que unnuevo orgasmo la asaltó y ella sin ninguna contención, gritó casi como unaloca:
·        Doña Montserrat: ¡Me cooorrroo….me corro!, ¡sigue…sigue,sigue partiéndome el culo!,… ¡me corrooo!, mmm… que maravilla, nunca en mi vidahe sentido algo así.
·        Yo: Y no será la última doña Montserrat… noserá la última, dije saliendo de su orto para acariciar el maravilloso culo,luego me saqué el condón y lo dejé en un cenicero de la meza de centro, ella sesentó y me miraba.
·        Yo: ¿Prefiere mi corrida en su cara, en sustetas, o en la boca?
·        Doña Montserrat: ¿Qué?... ¡yo soy una dama!, nopuedes hacerme eso.
·        Yo: Sé que es una dama, pero me correré enusted… ¡elija donde! porque ya me corro.
·        Doña Montserrat: En las tetas dijo finalmentedoña Montserrat.
Con mi simiente en la punta dela verga, logré dirigirla a sus turgentes tetas, la primera andanada cayó en elcanalillo que las separa, la segunda en la derecha y la tercera en unmovimiento impensado por mí, en su cara, para ser más preciso en sus labios,apretando mi glande las siguientes cayeron en su barriga y piernas, o sea casipor todos lados:
·        Doña Montserrat: Mira cómo me has dejado,alegó.
·        Yo: Chúpemela para limpiarla, dije casi comouna orden y presionando mi verga contra su boca.
·        Doña Montserrat: Pero….mmpfhf….no tanfuerte….mmmgfs.
·        Yo: Estas más hermosa que nunca, aseveré alverla con la cara y tetas enlechadas con mi simiente.
·        Doña Montserrat: No digas eso, me dejaste todapringada y tuve que limpiar tu “cosa”.
·        Yo: ¡Pero te gustó que lo hiciéramos!, ¿A quésí?
·        Doña Montserrat: No era mi intención haceresto, dijo sollozando con las manos sobre la cara.
·        Yo: No se ponga así, que sé que no era suintención, solo era su deseo y que finalmente se cumplió.
·        Doña Montserrat: Sí, pero mira como estoyparezco una puta.
·        Yo: No parece una puta, se ve maravillosa,además yo lo disfruté mucho.
·        Doña Montserrat: Yo…. también lo disfruté, dijoavergonzada.
·        Yo: Venga vamos a lavarnos y tomándola de lamano la levanté para ir al baño, así como estábamos.
Una vez el baño del dormitorioprincipal terminé de desnudarme y ambos entramos a la ducha, el verla tan biendotada de curvas y de belleza volví a calentarme; sus formas por no decir todaella, ¡eran perfectas! Sin mayor dilación comencé a acariciarla por no decir masajearlaen cada centímetro de su cuerpo, ella correspondió mis caricias con suavidad,hasta que ambos muy calientes tuvimos una nueva sesión de sexo lujurioso.
En efecto, apoyándola contrala pared de la ducha, levanté una de sus piernas con una mano mientras la penetrabacon fuerza y comenzaba a tirarla desenfrenadamente; ella gemía y me decía queera maravilloso, que siguiera, para incrementar su disfrute con la mano libretomaba su culo e incrementaba la profundidad de cada estocada de mi verga;llegó el momento en que me corrí en su interior una fracción antes que ellasintiera un nuevo orgasmo. En esta oportunidad, nos fundimos en un profundobeso que demostraba que era una mujer apasionada y que la había dejadosatisfecha, luego entre caricia y caricia nos secamos y vestimos, fue casi comoun juego que ella jugó con alegría.
·        Doña Montserrat: Creo que es hora de que tevayas, puede venir Montse o mi marido que ya llegó de su viaje y descubrirnos.
·        Yo: Tiene razón doña Montserrat o puedollamarla Montserrat.
·        Doña Montserrat: Después de lo que hemos hechome puedes llamar incluso puta, forzando una leve sonrisa
·        Yo: Nunca la llamaría puta.
·        Doña Montserrat: Ante todos Tía Montserrat o DoñaMontserrat: terminó diciendo, aunque en la intimidad puedes decirme Montserrat,dejando entrever que esto no era el final.
·        Yo: Muy bien Montserrat
Una vez vestidos nos sentamosen la sala que por lo grande a no tenía aroma a sexo, ella quiso hablar de nosé qué cosa, pero yo le di una tremenda “franeleada”, gozando de sus besos ycaricias, pero el tiempo pasa inexorablemente y a eso de las siete me pidió queme marchara.
·        Yo: Adiós, le dije besándola al estilo francés,nos veremos luego.
·        Doña Montserrat: ¿Aún quieres verme?,
·        Yo: Por supuesto, usted es una maravilla demujer.
·        Doña Montserrat: ¿Dices eso luego de mostrartetoda mí falta de experiencia a pesar de veinte años de casada?
·        Yo: Si, la experiencia se adquiere con lapráctica, ya ve usted, soy un chaval, pero algo de experiencia tengo
·        Doña Montserrat: Sí que la tienes…
·        Yo: Pero no se preocupe, yo deseo entrenarteMontserrat, dándole un beso en la puerta antes de salir para ir a mi casa.
Mi retorno a casa fue lleno deensoñación donde pensaba en mis mujeres…. sí ya no solo eran mis “parientas” … ahoraeran ¡“mis mujeres”! Cuando llegué me encontré con la sorpresa que estabaMontse, la hija de mi nueva amante, y las otras chicas, bromeando con los “militares”sobre como ultimaban los últimos detalles antes de salir a su aventura, es más,la sorpresa era que ellos aún no se marchaban, pese a que se estaban yendodesde la mañana, jajaja.
Las saludé y me uní a laconversación, pronto llegó el momento de las visitas de irse y de que los de lacasa nos juntáramos a cenar. Estábamos todos juntos, cuando en eso llegó tíaDani y que como los “militares” solo se irían al día siguiente, nos dijo quedeseaba regalonear con Francisco por lo que pedía un pequeño cambio para pasarla noche.
·        Tía Dani: Claudio tú vas a pasar la noche contu madre y yo con Francisco.
·        Juan: Pero Claudio puede dormir en la cama deFrancisco
·        Tía Dani: Eso lo pensé, pero como tú te llevarásel auto de Julia y conducirás muchos kilómetros, debes dormir bien, por lo que propongolo siguiente: Julia y Claudio en su cuarto, yo y Francisco en el cuarto de ustedesy tú Juan en el cuarto mí cuarto.
·        Yo: Por mí no hay problema, puedo regalonearcon mamá, dije tomando el tema a la ligera.
·        Julia: Mmm, que bueno que no tengas problemascon tu madre jovencito, jajaja interpretando el doble sentido impreso de mispalabras
·        Juan: Bien por mí estupendo, así no tendré quesoportar ronquidos, jajaja
·        Dani: Muy bien, vamos a dormir para que todosamanezcan frescos y salgan temprano.
Efectivamente como losmilitares iniciarían el viaje temprano y les tocaba conducir muchos kilómetros,todos nos fuimos a la cama temprano. Una vez en el cuarto que nos tocaba quesolo tenía una cama, me acerqué a mamá y sin decir agua va, la beséincursionando con mi lengua en su boca, ella se dejó llevar como unaquinceañera, pues desde la anterior conversación se imaginaba ensartada por mí,lo que a todas luces iba a suceder.
La comencé a desnudar sinmiramientos o cuidados, rompiendo algo la encantadora blusa de ejecutiva de mamá,donde se adivinaban su tetas y duros pezones, le levanté el sujetador por sobrelas afiebradas tetas para comerlas con pasión; mientras yo le hacía eso, ella desabrochabasu falda y le bajaba las braguitas. Ante tal invitación, no dude en meterlemano y comenzar a masturbarla. Es así como mamá Julia se convertía en un rio deflujo vaginal.
Ninguno decía nada solo suspirábamosy gemíamos; estábamos comportándonos como unos amantes desesperados, hasta que apegadoya a mis costumbres, la tomé por el culo levantándola y apoyándola contar unode los muros del cuarto, le metí mi verga hasta el fondo, ella lanzó un ahogadogritito al ser penetrada con tanta furia sin estar totalmente preparada,comencé a moverla con frenesí mientras ella me encerraba con sus piernas en laespalda. Pese a lo agotador de la postura no cejé en mi esfuerzo hasta sacarleel primer orgasmo, ella con su respiración agitada bajó sus piernas al suelo apretandomi verga lo que me dolió un poco.
·        Yo: Ayy…cuidado mamá
·        Julia: Perdón mi niño, ¿lastime tu amiguito?
·        Yo: Un poco, jejeje, tomaré venganza en tuculito, dije.
·        Julia: Me vas a partir el culito en venganza.
·        Yo: Sí mamá, te lo dejaré como bebedero depatos
La tomé de la mano parallevarla a la cama y colocarla en cuatro patas, le escupí su orto y me enfundéuno de mis casi mágicos condones ultra-deslizantes y comencé a meterle la vergaen el culo, debo decir que ya no le cuesta mucho recibir mi verga, en granparte gracias al gran descubrimiento de los condones deslizantes, mamá sedejaba llevar por el mete saca desenfrenado que imprimía mientras que tambiénla “dedeaba”, era mi receta para todas que las bellezas que me culeaba,alcanzaran sendos orgasmos.
Mientras la afirmaba de sucadera con una mano, ella interrumpió este delirante proceso, sacando mi manode su coñito para reemplazarla por una de ella, y me pidió que le amasara lastetas, alternando este masaje con caricias en su culo, luego de un rato micalentura ya estaba en el límite y tomándola de sus caderas con ambas manos, aceleréel ritmo; mamá volvió a derretirse bajo mi verga, explotando en enorme orgasmo enel que tuvo ahogar su grito de placer al expresar su corrida, no podíamos causaralarma en la casa. Yo aun no me corría, pero las contracciones orgásmicas demamá me llevaron a una corrida ´con los restos de leche que aún quedaban en mí.
·        Yo: ¿Dónde me cooorrrroo mamá? le preguntésacándome el condón
·        Julia: ¡En mi boca!, me respondió sin dudarlo.
·        Yo: ¡Me coorrrooo…me…!, metiendo mi herramientaen la boca de mamá, para entregarle la poca leche que le quedaba ese día.
Luego de esa lujuriosa sesiónde sexo estábamos agotados, sobre todo yo, por lo que ambos nos acostaron adormir para poder enfrentar al otro día la salida de los “Militares”. Alamanecer desperté teniendo un extraño sueño, era como si me estuviera tirando aFlo, mi prima que aún no conocía, pero en eso me doy cuenta que la causante de misueño, es mamá que me está mamando mi verga y al verme despierto me dice:
·        Julia: ¿Te gusta tu dulce despertar mi niñito?
·        Yo: Me encanta, pero más me encantaría que mecabalgues.
·        Julia: Encantada, veo que amaneces con ganas,
·        Yo: Por ti siempre mamá.
La veo irguiéndose, ¡que bellaes mi madre!, su tetas son unos perfectos melones, dulces y deseables, sucintura es pronunciada como la de una guitarra, acaricio sus piernas suavescomo la seda cuando se coloca a horcajadas, y ensartándose en mi verga iniciauna intensa cabalgata sobre mí, no puedo explicarlo pero ella es toda sensualidad...además creo, que ya no le queda ninguna traba moral en su entrega, por lo quese comporta tan puta como tía Dani.
·        Yo: Qué rica estás mamá, le digo mientras letomo sus tetas y las que majaseo, alternadamente con su bello culo, recorriendoel camino de su cintura
·        Mamá Julia: ¿Te gusta como lo hago?
·        Yo: Me encanta mamá, sentirme dentro de ti esimposible de describir.
·        Mamá Julia: Mmmm… tu… me llenas tanto… meencanta sentirte dentro
Su cabalgata cada vez seintensifica más y más, tanto que ya no puedo resistir su ritmo infartante, lafebril cabalgata de mamá sobre mi verga es casi mortal y se lo digo:
·        Yo: Si sigues así me correré…mamá
·        Julia: Mmmm es que estás muy bueno, no puedoparar
·        Yo: ¡Mamá me coorrrrooo, me corro, ya noresisto!
·        Julia: Resiste un poco… mmm solo un poco… yotambién estoy próxima a correrme.
·        Yo: Mamá me corro, no sé si resista, dije antesde llenarla de leche.
·        Julia: Mmmm…..yo también, agárrame las tetas yapriétalas dale….ahhhh, me corroooo
Finalmentehaciendo un gran esfuerzo por no correrme antes de tiempo, logré sincronizarme conmamá, ella cuando terminó su corrida, se dejó caer sobre mí agotada por suferoz orgasmo. Es decir, ambos quedamos derrengados en la cama respirandoagitados casi sin fuerzas, luego de un rato que tomamos para recuperarnos noslevantamos y fuimos a la ducha, estaba jabonándola cuando se me cae el jabón,la verdad es que yo lo dejé caer y le digo a mamá:
·        Yo: Mamá recoge el Jabón por favor.
·        Julia: Crees que soy tonta, ya sé cuáles sontus intenciones malvado.
·        Yo: Si las sabes, debieses recoger el Jabón.
·        Julia: Pensándolo bien es cierto.
Mamá con una sonrisa maliciosase agacha, mientras yo con mi verga llena de champú, se la pongo en el orto y acariciándoleel coñito, suavemente la enculo, a estas alturas mamá tiene su orto moldeado ami verga y ni siquiera chista, solo la oigo suspirar dulcemente cuando leacaricio el clítoris, para comenzar un pausado mete saca.
·        Yo: ¿Te gusta Mamá?
·        Julia: Mmmm, si pero cuando estemos en esto, nome digas mamá, solo Julia.
·        Yo: ¿Te gusta que te culee Julia? mientras nole dejaba de sobarla completa alternando el clítoris con sus las tetas y loscachetes del culo.
·        Julia: Podría acostúmbrame a esto, mmmm…. está…estámuy bueno… solo amásame las tetas, yo me encaro de mi botoncito de placer…
·        Yo: Bueno mamá… en todo caso a mí también megusta partirte el culo Julia, me encanta culearte Julia, volviendo a utilizarJulia por mamá.
·        Julia: ¡Síiiii!, a mí también me encanta,sigue….sigueee…..que me corroooo.
·        Yo: Mmma…. Julia…Julia yo también…me corrooooo.
·        Dani: Parece que los están pasando bien con elregaloneo, dijo Dani
La que ingresó al baño inesperadamente,dándonos un susto de padre y señor mío, al mismo tiempo que nos corríamosprofusamente, causándonos una nueva sensación mezcla de susto y placer.
·        Julia: ¡Daniii! Que susto, casi me matas delcorazón, reclamó.
·        Yo: Si, casi me matas a mí también.
·        Dani: Julia la que te está matando a vergazoses este bribón, jajaja
·        Julia: ¿Qué haces aquí?
·        Dani: Te olvidas que es mi cuarto y mi baño,necesitaba algunas cosas y vine.
·        Yo: ¿Quieres participar?
·        Dani: Me encantaría participar, pero creo quees conveniente que nos levantemos y despidamos a los viajeros que ya se hanlevantado.
·        Yo: Es una lástima, te ves muy atractiva estamañana.
·        Dani: Gracias, por el piropo, ya lo veremos másadelante.
La mañana se inició lenta paramí, pero el inminente viaje la aceleró, llegando el momento de las despedidas,las féminas de la casa lloraron y dieron todo tipo de recomendaciones, Juan nosrecordó que cuidáramos a Montse y Biocha, luego de los abrazos y deseos de buenviaje Juan se subió al coche para encenderlo y marcharse muy contento.
Luego de verlos marcharse, volvimosa la casa que retornó a la “normalidad”, las adultas se fueron a trabajar y nosotroslos adolescentes nos quedamos viendo televisión, pese a lo aburrido que eran aesa hora, ya que solo se transmitía programas destinados a las dueñas de casa.Al cabo de un rato, Ani, nos dice:
·        Ani: Estoy aburrida, podríamos hacer algo másentretenido
·        Isabel: ¿Qué propones?
·        Ani: Podríamos aprovecharnos de Claudio, dijocon una pícara sonrisa
·        Isabel: Tú y tus pensamientos libidinosos.
·        Yo: Por mí no hay problema, respondí.
Ani se levantó de su asiento ycolocándose a horcajadas sobre mí, comenzó conmigo un morreo épico, yo ni cortoni perezoso la tomé del culo y se lo amasé con muchas ganas ante la atónitamirada de Isa la que se levantaba y nos dice:
·        Isa: Creo que los voy a dejar solos, pues no megustan los triángulos amorosos.
·        Yo: Pero Isa, también me gustaría queparticiparas, dije, no queriendo lastimar a mi hermana.
·        Isa: Luego hablamos, estaré en mi cuarto.
·        Ani: Vamos Claudito, déjala ir, que está en superiodo.
·        Yo: ¿Qué?
·        Ani: Que está con la regla y tal vez no esté encondiciones de participar.
·        Yo: ¿Es cierto Isa?
·        Isa: Si, pásenlo bien, adiós.
Comencé a sacarle el vestido aAni, noté que tenía un conjunto de sujetador y bragas combinadas de color beigecon encajes muy bonito, le ajustaba y contenía perfectamente su esculturalcuerpo, esta visión me calentó aún más de lo imaginable, por lo que comencé acomer sus tetas por sobre el sujetador, corriendo el género todo lo que podíapara descubrir los apetitosos pezones de Ani, succionándolos como un bebé, ¡quedelicia de mujer! pensé, luego le solté el sujetador para amasar sus preciosas tetasmientras las chupaba con pasión.
Por su parte Ani, disfrutabacomo le comían las tetas, por lo que comenzó a acariciarme la cabeza haciendorizos con mi pelo y apretándome contra su pecho, de pronto bajó una mano hacia mienhiesta verga y comenzó a sobarla por sobre el short que vestía, abrió el lazode la cintura y metió su mano al interior. El morreo se intensificaba en lamedida que la calentura de ambos se elevaba, con que pasión nos intentábamos fusionaruno con el otro, dando paso en un instante de suprema excitación le digo a suoído:
·        Yo: Quiero metértela… quiero que seas mía.
·        Ani: ¿Pero Isabel que dirá?, refutó.
·        Yo: Nada, ahora no puede participar de esto, yyo te quiero, te necesito.
·        Ani: ¿En realidad me quieres?
·        Yo: Sí, con todo mi corazón, eres la mujer quemás quiero y deseo entre todas, le contesté mientras le acariciaba el coñito yel culo.
·        Ani: ¿Quiénes son todas?, preguntó sorprendida.
·        Yo: Bueno, Isa, respondí pillado en un deslizdurante el apasionado dialogo.
·        Ani: Isa no es “las otras”, ¡dímelo! o no habránada más entre nosotros. Dijo dejando de acariciarme. ¡Dímelo!!!, hablo enserio, repitió con furia.
·        Yo: Es que te enojarás si te digo.
·        Ani: Mira ahora me enojaré, pero después se mepasará, si no me lo dices, estaré furiosa y no te dejaré tocarme nunca más.
Ante tal amenaza ni siquieralo medité, debía decirle, pero a cambio tenía que tener una garantía de quedespués de mi confesión no me matara, o hablara nunca más, por lo que le pedí:
·        Yo: Júrame que no te enojarás
·        Ani: Te lo juro, ahora responde quienes son lasotras.
·        Yo: Bueno, está Isa….
·        Ani: Responde, Isa ya lo sé y lo acepto, dime¿cuáles son las otras y que has hecho con ellas?, recalcó ahondando en el tema
·        Yo: Okey… Está Isa, mi madre, doña Montserrat ytu madre.
·        Ani: ¿Qué te has tirado a mi madre y la tuya?,empujándolo hacia atrás y quitándole las manos de su cuerpo
·        Yo: Si…pero ellas lo necesitaban…fue por unabuena causa, me excusé
·        Ani: ¿¡Qué buena causa!?, ¡eres un degenerado!
·        Yo: ¡Pero Ani! juraste que no te enojarías
·        Ani: No… Juré que no me pondría furiosa y queno podrías tocarme nunca más.
·        Yo: Perdóname, solo tú eres mi amor, solo a tite amo, perdóname.
·        Ani: También te amo, pero no puedo aceptar quete “tires” a mi madre, a la tuya y a la de Montse para más remate, tengo quepasar el shock, pensar y tal vez te pueda perdonar, ahora déjame.
·        Yo: ¿No le dirás a Isa?
·        Ani: No, porque si quieres que te perdone se lodirás tú.
·        Yo: Pero, ¿cómo se lo diré?
·        Ani: No me importa cómo se lo digas, pero si nose lo haces, olvídate de mí
·        Yo: Está bien, se lo diré…
·        Ani: Bien anda y díselo.
·        Yo: Pero debes darme tiempo.
·        Ani: Para esto, Claudito de mi corazón, no haytiempo, es ahora o nunca más tendrás nada conmigo, dijo con furia y sarcasmo.
·        Yo: Entonces si le digo ahora, me perdonarás.
·        Ani: No me manipules, si se lo dices ahora, consideraréun perdón, de otra forma ni siquiera lo consideraré y todo entre nosotros habráterminado.
Sin poder evitar mi confesióna Isa y con los ojos irritados, próximo al llanto, me levanté componiéndome laropa, cuando consideré que estaba lo suficientemente listo, me dirigí al cuartode las chicas, dejando a una furiosa Ani vistiéndose en la sala. Golpeando lapuerta del cuarto antes de entrar, dije:
·        Yo: Isa puedo pasar para contarte algo quenecesito decirte
·        Isa: Ahora no hermanito, no estoy de humor.
·        Yo: Pero necesito decirte algo que es difícilde decir y más difícil de explicar
·        Isa: Bueno pasa.
·        Yo: Okey, gracias…
·        Isa: ¿Por qué esa cara y qué es me tienes quedecir? ¿te pasó algo con Ani? dijo Isa con cara preocupada
·        Yo: Es que Ani me dijo que tenía que contartealgo muy grave, y que si no lo hacía no me lo perdonaría nunca.
·        Isa: ¿Qué es tan terrible que me tienes quecontar? ¡Ay no!, ¿¡la embarazaste!?
·        Yo: No, nada de esos, es qué cuando le confeséa Ani, que es ella la que más quiero entre todas con las mujeres que he estado…ella me obligó a contarle cuales eran las otras “todas” y yo se lo dije.
·        Isa: O sea yo.
·        Yo: Es que no eres solo tú.
·        Isa: Bueno, habrá alguna del colegio, pero esono me importa y no es tan grave.
·        Yo: Es que no son del colegio…
·        Isa: Entonces dime cuales eran las otras todas,dijo con absoluta calma.
·        Yo: Son la tía Dani, mamá y doña Montserrat lamadre de la novia de Juan.
·        Isa: ¿¡Ellas!?, eres un sátiro mmmmm…. ¡Uy! ¿Tambiéndoña Montserrat? preguntó algo incrédula y sin mencionar a mamá y tía Julia.
·        Yo: ¿No te sorprendes?, dime algo, ¿también tevas a molestar conmigo?
·        Isa: Conociéndote como ahora te conozco, nopodría molestarme contigo, pues ya hace tiempo que tu sexualidad está más quedespierta y yo sabía que no era… ¿cómo diría mi profesor de latín?, ¡Oh sí! “primainter pares” o en castellano “la primera entre iguales”.
·        Yo: ¿¡No te molesta que me haya liado con mamáy tía Dani!?
·        Isa: No me gusta, pero desde hace tiemposospeché que algo había pasado con ellas, dado sus cambios de humor tannotorios, se les veía contentas, burbujeantes. No sé, las veía bien satisfechasy sospechaba también que el causante eras tú… solo me lo estás confirmando ysinceramente ellas son adultas y prefiero que seas tú el que se las tire a queun patán lo haga, agregó con un lenguaje coloquial desconocido en ella.
·        Yo: Gracias por la comprensión, eres increíbleIsa, te lo tomaste muy bien, mencioné sorprendido por la lógica de mi hermana.
·        Isa: Lo que me sorprende es que te hayasagenciado meterte con todas las señoras mayores, jajaja, eso no deja de sercurioso. Por otro lado, las entiendo, pues ellas ya han probado el sexo y dadoque han pasado por una sequía prolongada como es el caso de tía Dani y mamá… Esmás, está bien que gocen algo, sinceramente creo que las haces felices. Además,me explicaste el motivo de su cambio de humor de malo a bueno, pero ahora mequeda claro…. En el caso de doña Montserrat, no lo entiendo mucho, pero puedeque sea algo similar a las “viejas locas” de aquí, jajaja y que ella tambiénnecesitase su dosis de “amiguito” dijo con una sonrisa a medias.
·        Yo: ¿Isa, en serio no te enojaste?, mesorprende tu actitud, totalmente contraria a Ani.
·        Isa: No, como te dije, no soy el amor de tuvida y ellas tampoco, como sí creo que Ani lo es, en cualquier caso, debesprometerme una cosa muy importante.
·        Yo: ¿Qué cosa?
·        Isa: ¡Nunca te metas con una desconocida pormuy bella que sea! Y si te metes con una conocida que no seamos nosotras onuestras madres, siempre con condón.
·        Yo: Prometido. ¿Me ayudarás con Ani?
·        Isa: Si te ayudaré con mi mayor rival, jajaja.
·        Yo: ¿Tu rival?
·        Isa: Sí, mi rival
·        Yo: ¿Por qué lo dices?
·        Isa: Porque yo también te amo y te deseo comohombre, aunque debo aceptarlo, porque necesito a ella para poder estar contigo.
·        Yo: ¿Cómo es eso?, dije sin entendercompletamente el significado de lo dicho por mi hermana.
·        Isa: Para poder estar en tus brazos sin laoposición de la sociedad y de prácticamente toda la familia, Ani es la mejorpantalla, pues si ella fuese tu novia, aun cuando no sea del todo bien visto, porel hecho de ser tu prima, es bastante más aceptado por la sociedad que si lo fueseyo. Eso no sería condenado por la sociedad… por lo que, si me quedo a su lado yella es tu novia, yo podré estar en tus brazos, de otra forma, lo veo muydifícil… Y yo simplemente te quiero ya seas compartido o no, Claudito de micorazón.
En ese momento siento quellaman a la puerta y se asoma Ani
·        Ani: ¿Puedo pasar?…
·        Isa: Sí corazón, pasa.
·        Ani: Te contó lo que hizo este degenerado, dirigiéndosea Isa y demostrando aún que no estaba de buen genio como para perdonarme.
·        Isa: Si me contó.
·        Ani: Y que le vas a hacer.
·        Isa: Pues ya hablamos y lo he perdonado, por loque creo que tú también debes hacerlo, él ha sido sincero y es preferible quelo sea a que nos mienta, y luego todas estemos en problemas o nos enfermemos deuna “Hepatitis C” o algo peor.
·        Ani: ¡Pero se tiró a nuestras madres!
·        Isa: Sí, y las tiene felices, o no te has dadocuenta que ellas ahora tienen mejor genio y hasta cantan en la noche cuandococinan.
·        Ani: ¿Qué dices?
·        Isa: Que la dosis de “amiguito” les hace bien ylas tiene contentas, como no lo estaban desde hace mucho tiempo.
·        Ani: Es cierto que andan felices pero ¿en seriotú crees que es porque se las tira?
·        Isa: Si, pero no es que solamente se las“Tire”, él les hace el amor, tal vez a doña Montserrat se la “Tire” como dicestú, lo importante es que las mantenga felices y que nos haga felices a las dos.
·        Ani: No sé todavía, aún estoy pensando siquiero que me haga feliz.
·        Isa: Ya verás que si querrás que te haga felizy creo que será pronto. Lo único que le pido es que no se ande “Tirando” adesconocidas y a las conocidas que no sean de la familia siempre con condón.
·        Ani: Sí Claudito, porque nos puedes pringarquizás de que cosa, de pecador impenitente dijo mirándome con sus furiosos ybellos ojos claros.
·        Yo: Jajaja ¿De dónde sacaste esas palabras tan cursis?
Ani me miró furiosa, peroluego sus facciones cambiaron y comenzó a reír.
·        Ani: Jajaja. Es lo que me dicen las monjascuando hacemos alguna estupidez en la escuela, jajaja… excepto por lo depringar, que eso se lo dicen a los chicos, jajaja, clarificó volviendo aesbozar una sonrisa.
·        Yo: ¿Entonces estoy perdonado? preguntécolocando cara de santo.
·        Ani: ¡No!!!, no insistas hasta que te lo diga,dijo algo ya más relajada.
El resto de la mañana y a la horade almuerzo la situación no cambió, intenté hacerme el lindo preparando unalasaña, pero aun así me ignoraron, después de almuerzo Isa me dijo que irá conMontse, Biocha y Ani de compras al centro de la ciudad, para después pasar acomer pasteles a una cafetería, por lo que volverán tarde casi a la hora de lacena.
·        Yo: ¡Me van a dejar solo triste y abandonado! dijecolocando caritas nuevamente.
·        Ani: Si, solo con tu amiguito impenitente, puesno iras con nosotras.
·        Isa: Si te las puedes “Tirar” imaginariamente, nosotrasiremos solas, recuerda que estás castigado.
·        Yo: Okey está bien, en ese caso saldré a ver amis amigos del Dojo, contraataqué molesto.
·        Isa: Bien no llegues tarde a cenar me dijo.

0 comentarios - Cómo cambió mi vida. Capítulo 8