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Matías, mi amante 7

Matías, mi amante 7

Cuando llegué a casa mi marido dormía, preferí no despertarlo, a la mañana siguiente me fui y el ya no estaba, tenía que presentarse temprano, lo invité a almorzar, le dije a Matías que necesitaba la tarde libre, no tuvo ningún problema, otra vez fuimos al restaurante que solía ir con Matías, eso ya me provocaba un estado de excitación, que algún mozo me recordara o reconociera.
Le dije a mi marido que había estado pensando mucho, en el trabajo que tenía que emprender, era muy importante la parte informática, eso era algo que él manejaba a la perfección, ahí me di cuenta y pensé que de hecho si no hubiera sido mi marido, Matías no lo hubiera puesto en la lista de prescindibles, ahí estaba la falla, él decía que no mezclaba sus vicios con lo laboral, pero no había sido así con mi marido, de golpe sonreí feliz, le dije a mi marido que se olvidara, que almorzáramos tranquilos, que era casi seguro que lo iban aceptar como mi asistente. Me puse el mismo vestido que use cuando me cogieron J… y Mati, eso me excitaba mucho más, sentía que lo estaba engañando de nuevo, y el mismo conjunto de ropa interior.
-Vamos a ir a casa o me vas a llevar a un hotel…
-Vamos a un hotel… no comamos mucho… yo prefiero el postre…
-Y yo ni te cuento… estoy en ayunas… necesito mucha comida… estuve tomando sol y había un gordo que me miraba y se apretaba el bulto… pero valió la pena… se me notan las marcas de la mallita… y se que eso te gusta… no amor…
-Que pajeros de mierda…
En el hotel lo hice acostar en la cama me fui desnudando sensualmente para él, le encantaban las marcas de mi malla. Toda la situación me calentaba, estaba recaliente lo monté y empece a cabalgarlo como una desbocada,
-Que caliente estás amor…
-Mucho tiempo en ayunas… vos no pareces tan caliente… estuviste con alguien…??
-Que decis estás loca…
-Seguro te pajeaste un montón… eh…??
-Si… la situación me supera… sabiendo que estás de viaje… rodeada de tipos…
Me acosté en la cama y le dije que viniera a montarme.
-No me gusta que seas tan pajero… ahora no estás tan fogozo… o me parece… -en realidad estaba recaliente, pero me gustaba el giro de la situación.
-Yo creo que si amor… y si no me masturbo que hago…
-Claro… te pones como los tipos que decís eh…?? –le apreté fuerte el cuello, notaba su creciente excitación. – pajero y caliente… así los describís no…??? Por eso pensas que todos me quieren coger… porque así miras vos a las chicas eh…?? Por eso siempre estás con el tema… y si me tocan el culo… o si esto o lo otro… te pensas que todos son calentones como vos eh…???
No pudo aguantar mucho más, con lo que le decía y el apretarle el cuello, se contrajo explotando. Nos fuimos después del hotel, yo jugaba mi rol de ofendida, mi marido en silencio, tomamos un taxi los dos en silencio. Cuando cenábamos en casa le dije.
-Me parece que la que se tiene que preocupar cuando viaja soy yo… eh…?? Estás necesitando una hembra nueva…
-Que decis… estás loca… me encanta hacerlo con vos…
-Si pero te falto cuatro días y ya estás como un perro caliente, como decís que me miran a mi..
-No se que decirte amor… yo no quiero nada con nadie… por eso me masturbo…
-No me gusta tener un marido pajero… que si no se masturba está como un baboso todo el tiempo…
-No se… no se me ocurre que decirte amor… yo se que no voy a hacer nada con nadie…
-Quizás podrías usar uno de esos aparatitos de castidad cuando viajo…
-Que decis…??? Estás loca… debe ser re incomodo… además ni voy a poder dormir del dolor cuando se me para a la noche…
-Tenés razón… olvídate… -le dije actuando un enojo que no sentía.
Tres días después le conté la situación a Matías mientras me hacía el culo en el hotel, me daba bien duro, mientras le contaba
-Que puta sos… le vas a hacer poner un aparato al pobre pibe… y que pasó con J… no me contaste nada…
-No veo porque te tendría que contar…
-Que perra preciosa sos… como me calentas…
-Pero te casaste con la conchudita esa…
Mientras descansábamos en la cama le dije.
-Estuve pensando, no decis la verdad…
-De que hablas?
-Mi marido… vos decis que no mezclas lo personal con lo laboral, es excelente en lo de él, es uno de los más capaces y eficientes, pero lo echaste porque era mi marido… como necesito un asistente informático y no veo a nadie mejor que él… es la persona que quiero como asistente, sino, podes aceptar mi renuncia, aprendo de vos no mezclo lo laboral, con mis vicios…
Y en cuanto a mis vicios… suponete que empiezo a conocer más regionales… que me has demostrado que algunos ejemplares pueden ser interesantes… y ellos quieren… como quisistes vos… invitar a alguien más… regalarme a un empleado… no se… lo que sea… como es la historia…
No me contestó nada, se quedó pensativo, yo no sabía porque, pero tenía un sabor amargo, algo no estaba bien, era como una caída en la realidad de golpe, realmente no entendía, porque podía ser tan estricta de aceptar perder un trabajo, por algo injusto, y por otro lado engañarlo a mi marido como lo hacía, sentía mi semejanza con Matías.
Tuve una semana bastante tensa, finalmente Matías me pidió si podía quedarme después de hora, había pensado en lo que le había planteado y quería darme una respuesta.
-Sentate… estuve pensando en lo que dijiste… vamos por partes… tenes toda la razón con tu marido… creo que mezcle la situación…no es justo que se haya quedado sin trabajo por mis vicios… por otro lado pensé que si vos no lo querés como asistente puede recuperar su antiguo puesto… pero seguro va a sospechar que eso es porque vos hiciste algo por él… así que seguramente la mejor opción sería que sea tu asistente… así que fíjate que queres vos… que preferís…
Y ahora lo que me importa… vos sos mi putita… mi perra… no te quiero oir hablar de mi mujer de nuevo… -yo ya me sentía caliente con lo que me decía.- esa no es nuestra relación laboral… sos mi perra puta… y te encanta… así que no hablas más de mi mujer… yo si hablo del cornudo de tu marido, lo humillo verbalmente… lo llamas por teléfono… xq además te encanta puerca… pero esa relación también puede terminar… cuando estés con algún regional, y si te quiere enfiestar entre veinte… fíjate que querés vos… pero siempre acordate que nadie te puede amenazar con perder tu trabajo… podes hacer lo que te gusta… como la puerca que sos… y si queres seguir siendo mi puerca definí que puesto querés que ocupe tu marido… mañana se lo voy a comunicar yo… pero vas a entrar a anunciarlo… me la vas a chupar… te vas a tragar la leche y vas a salir a hacerlo pasar a tu marido, le vas a dar un besito muy tierno deseándole suerte… sino vas a ser solo mi secretaria… pensalo tranquila…
Me fui al baño y me empecé a pajear, la calentura que me provocaba lo que me proponía, pensaba que tenía razón, mi marido tenía que ser mi asistente, me daba un lugar importante gracias a mi había generado un nuevo trabajo en el que podía mostrar su capacidad. Pero me volvía loca la idea que me proponía, acabe tocándome pensando en la escena. Me recompuse, tenía las mejillas coloradas, me serene un poco y entre a la oficina,
-Permiso señor R… me parece que mi marido va a estar mejor como mi asistente… a que hora es el nombramiento…
-Que venga a las cuatro dígale…






2 comentarios - Matías, mi amante 7

Pervberto
Los calientes e insondables abismos corporativos.