Mi mujer es de complexión algo grande pero sin llegar a ser gorda, más bien su cuerpo es más a lo atlético. Sus piernas gruesas resultado de sentadillas y su culo grande y redondo con unas caderas bastante marcadas. Mi morocha tiene unos labios carnosos, suavecitos y pelo ondulado.
A ella le gusta ella le gusta sentirse deseada por otros hombres por lo cual cuando sale a boliches por la noche, ella se viste bien perra. Presume de su tremendo culo y con un escote mostrando sus senos que no se quedan atrás. Nunca pueden faltar sus labios rojos, su color preferido, casi siempre sale de rojo, pasión, sangre, calentura.
Le he descubierto mensajes en su celular, chatea con tipos que conoce en aplicaciones de citas. He visto fotos que ha enviado, ella en la ducha de costado, mostrando su culo y las piernas sin nada encima y a la vez dejando a la imaginación del espectador.
Por lo que he leído, aún no se ha animado a llegar a lo carnal con alguien más, si ya ha tenido infinidad de oportunidades pero ella ha rechazado.
El otro día yo estaba durmiendo, desnudo como de costumbre con ella en nuestra cama y empecé a sentir sus manos sobre mi, bajaban y subían por mi abdomen hasta mis huevo y volvían a subir, a todo esto yo aún no respondía del todo hasta que sentí que se sentó en la cama.
Saco mi pija ya semi herecta de entre las sábanas y empezó a chupármela, en nada termino más dura que un palo. Me subsionaba la cabecita y me decía que me salía juguito de adentro y ponía cara de placer. No tarde mucho tiempo en darla vuelta y meterle mi chota en su conchita oscurita, empecé a darle con todo, apretaba sus senos, sus pezones duros como dos botones a punto de explotar. Luego acariciaba sus piernas. Ella gozo un buen rato hasta que sentí que no podía más. Me vine dentro de su vagina, humeda. No saque mi pija, se la deje adentro un buen rato mientras terminamos hablando de cualquier cosa.
Ella es mi mujer, es una puta, gato pero la amo con morbo y todo.
A ella le gusta ella le gusta sentirse deseada por otros hombres por lo cual cuando sale a boliches por la noche, ella se viste bien perra. Presume de su tremendo culo y con un escote mostrando sus senos que no se quedan atrás. Nunca pueden faltar sus labios rojos, su color preferido, casi siempre sale de rojo, pasión, sangre, calentura.
Le he descubierto mensajes en su celular, chatea con tipos que conoce en aplicaciones de citas. He visto fotos que ha enviado, ella en la ducha de costado, mostrando su culo y las piernas sin nada encima y a la vez dejando a la imaginación del espectador.
Por lo que he leído, aún no se ha animado a llegar a lo carnal con alguien más, si ya ha tenido infinidad de oportunidades pero ella ha rechazado.
El otro día yo estaba durmiendo, desnudo como de costumbre con ella en nuestra cama y empecé a sentir sus manos sobre mi, bajaban y subían por mi abdomen hasta mis huevo y volvían a subir, a todo esto yo aún no respondía del todo hasta que sentí que se sentó en la cama.
Saco mi pija ya semi herecta de entre las sábanas y empezó a chupármela, en nada termino más dura que un palo. Me subsionaba la cabecita y me decía que me salía juguito de adentro y ponía cara de placer. No tarde mucho tiempo en darla vuelta y meterle mi chota en su conchita oscurita, empecé a darle con todo, apretaba sus senos, sus pezones duros como dos botones a punto de explotar. Luego acariciaba sus piernas. Ella gozo un buen rato hasta que sentí que no podía más. Me vine dentro de su vagina, humeda. No saque mi pija, se la deje adentro un buen rato mientras terminamos hablando de cualquier cosa.
Ella es mi mujer, es una puta, gato pero la amo con morbo y todo.
2 comentarios - Mi mujer es golosa
Esa hermosa complexión de piernas y muslos grandes pero una cintura menor que su culo, ese cuerpo sí que nos vuelve locos