Era un sábado relajado, debido a que estaba solita saboreando de rico café bien cargado, cuando irrumpe mi tranquilidad el sonido del portero eléctrico. Al principio lo iba a ignorar pero ante la insistencia no me quedó otra que contestar. Era mi ex que cualquier excusa le venía bien para venir a mi casa y tengo que reconocer que era muy creativo en ese sentido o serían muchas las ganas de verme. Lo cierto que ese día tenía puesta una remerita de basa, con hilos y un escote más que interesante, debajo un short de jeans un tanto diminuto, que me lo había recortado él cuando éramos pareja y unas sandalias. Lo cierto es que lo hice subir a mi departamento pero antes de abrir la puerta, me puse el perfume que tanto lo volvía loco, soy muy mala. Abrí la puerta y si bien lo saludé de manera indiferente, podía darme cuenta que estaba totalmente entregado a mis encantos, se ve que lo conocía lo suficiente. Le pregunto cuál era el motivo de su visita y mientras ensayaba una de sus tantas historias, pase al dormitorio y comencé a cambiarme para aprovechar el sol de la mañana; si bien no podía verlo podía sentir su mirada clavada en mi y más cuando me saqué el short y me incliné levemente pudiendo apreciar mi generosa cola, que tanto le había gustado. Estaba por bajar y me detiene diciéndome que tenía una propuesta para hacerme, pero eso lo sabrán en la segunda parte, besis!!
3 comentarios - La propuesta