Este relato es la continuación de "La humillación de la familia de mi novia (I), que se puede leer acá:
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Capítulo II - Mi cuñado el cornudo
-Por qué no le mandás un mensajito diciéndole que lo extrañás, y que si quiere venir a hablar un rato ahora?
-Por favor, no lo metas en esto. Ya me violaste, me basureaste, andate!!
-Me están dando unas ganas de hacerte el orto de nuevo para enseñarte a respetarme...
-No, por favor!
-Entonces hacé lo que tenés que hacer, estúpida!
-Bueno... -dijo bajando la mirada-.
Flavia había dejado a Fran hacía unas semanas, y él estaba desesperado por volver con ella. Y yo estaba dispuesto a aprovecharme de eso. Fui a buscar el celu de ella, se lo di y empecé a dictarle los mensajitos:
Fla: "Amor, te extraño... Querés que hablemos?"
Fran: "Amor, qué lindo tu mensaje! yo también te extraño! Sí, dale, hablemos!"
Fla: "Querés venirte ahora?"
Fran: "Dale, dame 10 que me pego una ducha y voy para allá".
Fla: "Dale, te espero".
Le saqué el teléfono de nuevo y revisé su placard y le elegí un vestidito corto y unos tacos altos para completar su look de puta irresistible. Una vez vestida, le levanté el vestido y le pegué una nalgada bien fuerte mientras empezaba a decirle:
-Ahora me vas a demostrar lo bien que te portás, o la van a pasar mal tanto vos como el pelotudo de tu marido.
-No le hagas nada, por favor.
-Eso va a depender de vos. Está claro?
-...Sí.
-Sí qué, putita?
-Sí... está claro...
-Así me gusta. Ahora cuando venga el pelotudo, le vas a decir que querés volver con él, pero cambiando algunas cosas. Lo vas a seducir, y antes de garchártelo le vas a decir que te gustaría experimentar cosas nuevas, y que te gustaría que sea tu sumiso.
-No me hagas esto, por favor!!
-Vos no aprendés.... vení puta -le dije mientras la ponía mirando de frente a la pared-, me vas a pedir perdón por desobediente con la cola.
Le levanté el vestido, me ensalivé la pija y se la mandé de una por la cola. Ensartada como la tenía, la agarré fuerte del pelo y le pregunté
-Qué vas a hacer ahora cuando venga?
-AIA, LE VOY A PEDIR QUE SEA MI SUMISO, POR FAVOR SACALA, ME DUELE!!
-Así me gusta putita.
Se la saqué, y la solté. Le volví a acomodar bien la cola less negra y le bajé el vestido.
-Le vas a pedir que sea tu sumiso, y te lo vas a coger. Cuando te lo estés cogiendo, quiero que le pegues un par de cachetazos con todas tus fuerzas, que se entere que ahora es tu sumiso.
-...
-Cuando te lo terminás de coger, lo echás. A las 2 de la tarde lo quiero afuera de acá. Está claro?
-Sí...
-Así me gusta. Y cambiá esa cara trola.
Los siguientes 20 minutos Flavia estuvo callada, como pensando cómo decirle a Fran lo que le tenía que decir para cuidarlo. A eso de las 12:15 llegó mi cuñado, yo me escondí en el placard del dormitorio, y escuché la conversación:
-Hola amor!
-Hola lindo, cómo estás?
-Bien, y vos?
-Bien... querés tomar algo?
-Dale, una birra.
Le dio la birra y siguió:
-Te pedí que vinieras porque me di cuenta de que te extraño, y quiero estar con vos...
-No sabés qué bien que me hace escucharte decir eso!
-...Pero no quiero que nos vuelva a pasar esto. Me gustaría que cambiemos algunas cosas...
-Sí, amor, lo que quieras lo cambiamos!
-Esperá, porque no sé si vas a estar tan dispuesto... Una de las razones por las que me tomé este tiempo es porque no estabamos teniendo buen sexo... y eso es importantísimo... estabamos cogiendo casi por obligación.
-No digas eso, Fla, vos me recontra calentás!
-No digo eso, vos también me calentás, pero me gustaría probar cosas nuevas, y si no es con vos, con quién? Nos conocemos desde chiquitos, y sabemos de memoria cada gusto del otro, y cada límite...
-Y entonces?
-No sé cómo decirtelo....
-Decime, linda, hago lo que sea necesario para que estemos bien!
-Me gustaría que seas mi sumiso...
-Qué?
-Eso, boludo, no me hagas repetirlo...
-Pero a qué te referís? -dijo desconcertado-.
-Me vas a decir que no sabés de qué te hablo? Quiero que hagas siempre lo que te pido, sea lo que sea, sin preguntar, y que te banques la que venga. Estás dispuesto a eso?
-De dónde sacaste eso, amor?
-Esa es mi condición para que volvamos. Podés no aceptarla si querés, aunque a mí me gustaría probarlo -dijo beboteando-.
-Sí, probemos... -dijo completamente desconcertado-.
-Gracias amor, sos el mejor! -dijo y continuó- Ahora andá al cuarto, sacate la ropa y esperame en la cama en cuatro como un sumiso obediente.
Tuve que hacer un esfuerzo para no reírme en voz alta cuando desde el placard lo vi a mi cuñado totalmente desnudo y en cuatro sobre la cama.
Cuando Flavia entró a la habitación, le pegó un chirlo en el culo y le dijo "gracias, sumiso"
-Vení, bajá de la cama y arrodillate en el piso -pareció empezar a disfrutar su nuevo rol-.
Mi cuñado obedeció.
Ella se puso delante de él, le pasó una pierna por encima de su hombro, lo agarró de los pelos y le puso la concha en la boca, presionando contra su cara.
-Cometela!
Él se separó apenas como pudo y le dijo "sí, ama", y volvió a chuparsela hasta hacerla acabar. En ese momento, ella lo tiró a la cama y se le subió encima:
-Querés cojerme?
-Obvio!
En ese momento Flavia levantó la vista y me vio en el placard, la cara se le transformó. Se subió arriba de la pija de Fran, y cuando se la clavó toda, le pegó un sonoro cachetazo y empezó a saltar como desaforada al tiempo que le decía:
-Obvio ama!
-Obvio ama, perdón!
Le volvió a pegar, y lo cabalgó hasta hacerlo acabar, y cuando terminó se dejó caer sobre la cama. Cuando recobró el aliento, le soltó:
-Bueno, ahora andate que quiero descansar, sumiso.
El pelotudo de mi cuñado parecía contento.
Cuando se fue, salí del placard y fui directo a Fla:
-Así me gusta, que seas bien obediente.... Ahora vamos a ducharte que no me gusta que andes por ahi con la leche de otro. La llevé hasta el baño, y le ordené que entrara a la ducha.
-Abrí la canilla!
-Esa no, la otra puta!
-No puedo más! Por favor! Andate!!
-Abrí la canilla zorra.
Obedeció, y después de 2 minutos se había terminado de duchar, y quiso salir, pero la frené.
-Quedate un rato más, que te va a hacer bien!
La dejé unos minutos más, y finalmente tiritando, y con la mirada fuera de sí , le cerré la canilla y la abracé con la toalla.
Parecía definitivamente quebrada. De ahora en más iba a estar completamente sometida a mi voluntad.
-Tomá putita, secate. Vamos a pedir algo de comida... qué querés comer? te lo ganaste.
-Gracias. Una hamburguesa...
Pedimos dos combos, y mientras llegaban la llevé a la habitación, así desnuda como salió del baño. Nos acostamos, la abracé y empecé a acariciarla tiernamente.
-Sos hermosa -le dije acariciandole una teta-.
-Gracias...
-Y además cogés muy bien, lo cabalgaste como una verdadera putita a tu marido -le dije mientras la ponía arriba mío-. Cabalgame a mí ahora!
Me cogió unos minutos como una autómata hasta que le acabé adentro y se recostó nuevamente hasta que llegó la comida, comimos, le pregunté si se quería duchar esta vez con agua caliente, y me dijo que sí, así que la dejé sola en el baño un rato.
Cuando salió estaba radiante nuevamente, empezó a cambiarse y mientras lo hacía me le acerqué, la tomé por la cintura y le di un beso tierno, que por primera vez correspondió.
-Estás cansada?
-Sí.
-Acostate un rato si querés!
-Gracias...
Se acostó, y yo me fui a dar una ducha. Cuando volví estaba profundamente dormida, y me quedé mirándola embobado. Qué buena estaba! Decidí dejarla dormir un ratito, y me preparé un café. Mientras lo tomaba analicé los próximos pasos y me dispuse a continuar con mis planes.
Agarré su celular y le instalé un software para monitorearla, por las dudas, y lo dejé en su mesa de luz nuevamente. A la media hora decidí despertarla. Le preparé un té, me acerqué a la cama, y besándola la desperté. Abrió los ojos y la noté mucho más tranquila y relajada.
-Descansaste, Fla?
-Sí.
-Me alegro. Te preparé un té.
-Gracias!- Y fue ella quien me besó ahora (WTF¿?!)
-Y eso?
-No tenías que lastimarme. Yo también quería un poco. Y lo de Fran me voló la cabeza. Sos tan perverso como yo...
De nuevo: WTF!!
Ahí nomás le empecé a sacar la ropa y la di vuelta en la cama, dejádola boca abajo:
-Así que te gusta la pija de tu cuñadito? Te la voy a dar toda Fla!
-AAAH! No, en la cola no!!
-Shh, callate putita, si te gusta!
-AAAH, Sos un hijo de puta!
-Sí, pero te gusta que este hijo de puta te haga la cola, o no?
-Sí, aaah! Dale, cogele el culo a tu puta!
-Uff!! Tomá, putita!!
-Si, dale, pendejo, penetrame!!
Le acabé el orto de nuevo, pero esta vez su cara tenía una sonrisa enorme dibujada. Me quedé un rato con la pija en su cola, hasta que me bajó la calentura, y pegándole un sonoro chirlo se la saqué de una. La di vuelta, la miré a los ojos y la besé.
-Qué morboso sos!
-Y boston?
-Yo también, pero vos te zarpás!
-Cómo me calentás, pendeja! Decí que me tengo que ir, sino te seguía garchando todo el día.
-Ya te tenes que ir?
-Que, no me digas que querés más jaja, qué trola que sos Flavia Martínez!
-Sí, pero soy tu trola, ok?
-Bueno, mañana a la mañana vuelvo. Tenemos que hablar de nuestra cuñadita...
-De verdad te querés coger a esa trola? -dijo con un dejo de celos-
-Nos la vamos a coger los dos, y tu sobrinita va a ser nuestra mucamita jaja.
-Jajaja. Sos hermoso, pendejo.
Continuará...
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Capítulo II - Mi cuñado el cornudo
-Por qué no le mandás un mensajito diciéndole que lo extrañás, y que si quiere venir a hablar un rato ahora?
-Por favor, no lo metas en esto. Ya me violaste, me basureaste, andate!!
-Me están dando unas ganas de hacerte el orto de nuevo para enseñarte a respetarme...
-No, por favor!
-Entonces hacé lo que tenés que hacer, estúpida!
-Bueno... -dijo bajando la mirada-.
Flavia había dejado a Fran hacía unas semanas, y él estaba desesperado por volver con ella. Y yo estaba dispuesto a aprovecharme de eso. Fui a buscar el celu de ella, se lo di y empecé a dictarle los mensajitos:
Fla: "Amor, te extraño... Querés que hablemos?"
Fran: "Amor, qué lindo tu mensaje! yo también te extraño! Sí, dale, hablemos!"
Fla: "Querés venirte ahora?"
Fran: "Dale, dame 10 que me pego una ducha y voy para allá".
Fla: "Dale, te espero".
Le saqué el teléfono de nuevo y revisé su placard y le elegí un vestidito corto y unos tacos altos para completar su look de puta irresistible. Una vez vestida, le levanté el vestido y le pegué una nalgada bien fuerte mientras empezaba a decirle:
-Ahora me vas a demostrar lo bien que te portás, o la van a pasar mal tanto vos como el pelotudo de tu marido.
-No le hagas nada, por favor.
-Eso va a depender de vos. Está claro?
-...Sí.
-Sí qué, putita?
-Sí... está claro...
-Así me gusta. Ahora cuando venga el pelotudo, le vas a decir que querés volver con él, pero cambiando algunas cosas. Lo vas a seducir, y antes de garchártelo le vas a decir que te gustaría experimentar cosas nuevas, y que te gustaría que sea tu sumiso.
-No me hagas esto, por favor!!
-Vos no aprendés.... vení puta -le dije mientras la ponía mirando de frente a la pared-, me vas a pedir perdón por desobediente con la cola.
Le levanté el vestido, me ensalivé la pija y se la mandé de una por la cola. Ensartada como la tenía, la agarré fuerte del pelo y le pregunté
-Qué vas a hacer ahora cuando venga?
-AIA, LE VOY A PEDIR QUE SEA MI SUMISO, POR FAVOR SACALA, ME DUELE!!
-Así me gusta putita.
Se la saqué, y la solté. Le volví a acomodar bien la cola less negra y le bajé el vestido.
-Le vas a pedir que sea tu sumiso, y te lo vas a coger. Cuando te lo estés cogiendo, quiero que le pegues un par de cachetazos con todas tus fuerzas, que se entere que ahora es tu sumiso.
-...
-Cuando te lo terminás de coger, lo echás. A las 2 de la tarde lo quiero afuera de acá. Está claro?
-Sí...
-Así me gusta. Y cambiá esa cara trola.
Los siguientes 20 minutos Flavia estuvo callada, como pensando cómo decirle a Fran lo que le tenía que decir para cuidarlo. A eso de las 12:15 llegó mi cuñado, yo me escondí en el placard del dormitorio, y escuché la conversación:
-Hola amor!
-Hola lindo, cómo estás?
-Bien, y vos?
-Bien... querés tomar algo?
-Dale, una birra.
Le dio la birra y siguió:
-Te pedí que vinieras porque me di cuenta de que te extraño, y quiero estar con vos...
-No sabés qué bien que me hace escucharte decir eso!
-...Pero no quiero que nos vuelva a pasar esto. Me gustaría que cambiemos algunas cosas...
-Sí, amor, lo que quieras lo cambiamos!
-Esperá, porque no sé si vas a estar tan dispuesto... Una de las razones por las que me tomé este tiempo es porque no estabamos teniendo buen sexo... y eso es importantísimo... estabamos cogiendo casi por obligación.
-No digas eso, Fla, vos me recontra calentás!
-No digo eso, vos también me calentás, pero me gustaría probar cosas nuevas, y si no es con vos, con quién? Nos conocemos desde chiquitos, y sabemos de memoria cada gusto del otro, y cada límite...
-Y entonces?
-No sé cómo decirtelo....
-Decime, linda, hago lo que sea necesario para que estemos bien!
-Me gustaría que seas mi sumiso...
-Qué?
-Eso, boludo, no me hagas repetirlo...
-Pero a qué te referís? -dijo desconcertado-.
-Me vas a decir que no sabés de qué te hablo? Quiero que hagas siempre lo que te pido, sea lo que sea, sin preguntar, y que te banques la que venga. Estás dispuesto a eso?
-De dónde sacaste eso, amor?
-Esa es mi condición para que volvamos. Podés no aceptarla si querés, aunque a mí me gustaría probarlo -dijo beboteando-.
-Sí, probemos... -dijo completamente desconcertado-.
-Gracias amor, sos el mejor! -dijo y continuó- Ahora andá al cuarto, sacate la ropa y esperame en la cama en cuatro como un sumiso obediente.
Tuve que hacer un esfuerzo para no reírme en voz alta cuando desde el placard lo vi a mi cuñado totalmente desnudo y en cuatro sobre la cama.
Cuando Flavia entró a la habitación, le pegó un chirlo en el culo y le dijo "gracias, sumiso"
-Vení, bajá de la cama y arrodillate en el piso -pareció empezar a disfrutar su nuevo rol-.
Mi cuñado obedeció.
Ella se puso delante de él, le pasó una pierna por encima de su hombro, lo agarró de los pelos y le puso la concha en la boca, presionando contra su cara.
-Cometela!
Él se separó apenas como pudo y le dijo "sí, ama", y volvió a chuparsela hasta hacerla acabar. En ese momento, ella lo tiró a la cama y se le subió encima:
-Querés cojerme?
-Obvio!
En ese momento Flavia levantó la vista y me vio en el placard, la cara se le transformó. Se subió arriba de la pija de Fran, y cuando se la clavó toda, le pegó un sonoro cachetazo y empezó a saltar como desaforada al tiempo que le decía:
-Obvio ama!
-Obvio ama, perdón!
Le volvió a pegar, y lo cabalgó hasta hacerlo acabar, y cuando terminó se dejó caer sobre la cama. Cuando recobró el aliento, le soltó:
-Bueno, ahora andate que quiero descansar, sumiso.
El pelotudo de mi cuñado parecía contento.
Cuando se fue, salí del placard y fui directo a Fla:
-Así me gusta, que seas bien obediente.... Ahora vamos a ducharte que no me gusta que andes por ahi con la leche de otro. La llevé hasta el baño, y le ordené que entrara a la ducha.
-Abrí la canilla!
-Esa no, la otra puta!
-No puedo más! Por favor! Andate!!
-Abrí la canilla zorra.
Obedeció, y después de 2 minutos se había terminado de duchar, y quiso salir, pero la frené.
-Quedate un rato más, que te va a hacer bien!
La dejé unos minutos más, y finalmente tiritando, y con la mirada fuera de sí , le cerré la canilla y la abracé con la toalla.
Parecía definitivamente quebrada. De ahora en más iba a estar completamente sometida a mi voluntad.
-Tomá putita, secate. Vamos a pedir algo de comida... qué querés comer? te lo ganaste.
-Gracias. Una hamburguesa...
Pedimos dos combos, y mientras llegaban la llevé a la habitación, así desnuda como salió del baño. Nos acostamos, la abracé y empecé a acariciarla tiernamente.
-Sos hermosa -le dije acariciandole una teta-.
-Gracias...
-Y además cogés muy bien, lo cabalgaste como una verdadera putita a tu marido -le dije mientras la ponía arriba mío-. Cabalgame a mí ahora!
Me cogió unos minutos como una autómata hasta que le acabé adentro y se recostó nuevamente hasta que llegó la comida, comimos, le pregunté si se quería duchar esta vez con agua caliente, y me dijo que sí, así que la dejé sola en el baño un rato.
Cuando salió estaba radiante nuevamente, empezó a cambiarse y mientras lo hacía me le acerqué, la tomé por la cintura y le di un beso tierno, que por primera vez correspondió.
-Estás cansada?
-Sí.
-Acostate un rato si querés!
-Gracias...
Se acostó, y yo me fui a dar una ducha. Cuando volví estaba profundamente dormida, y me quedé mirándola embobado. Qué buena estaba! Decidí dejarla dormir un ratito, y me preparé un café. Mientras lo tomaba analicé los próximos pasos y me dispuse a continuar con mis planes.
Agarré su celular y le instalé un software para monitorearla, por las dudas, y lo dejé en su mesa de luz nuevamente. A la media hora decidí despertarla. Le preparé un té, me acerqué a la cama, y besándola la desperté. Abrió los ojos y la noté mucho más tranquila y relajada.
-Descansaste, Fla?
-Sí.
-Me alegro. Te preparé un té.
-Gracias!- Y fue ella quien me besó ahora (WTF¿?!)
-Y eso?
-No tenías que lastimarme. Yo también quería un poco. Y lo de Fran me voló la cabeza. Sos tan perverso como yo...
De nuevo: WTF!!
Ahí nomás le empecé a sacar la ropa y la di vuelta en la cama, dejádola boca abajo:
-Así que te gusta la pija de tu cuñadito? Te la voy a dar toda Fla!
-AAAH! No, en la cola no!!
-Shh, callate putita, si te gusta!
-AAAH, Sos un hijo de puta!
-Sí, pero te gusta que este hijo de puta te haga la cola, o no?
-Sí, aaah! Dale, cogele el culo a tu puta!
-Uff!! Tomá, putita!!
-Si, dale, pendejo, penetrame!!
Le acabé el orto de nuevo, pero esta vez su cara tenía una sonrisa enorme dibujada. Me quedé un rato con la pija en su cola, hasta que me bajó la calentura, y pegándole un sonoro chirlo se la saqué de una. La di vuelta, la miré a los ojos y la besé.
-Qué morboso sos!
-Y boston?
-Yo también, pero vos te zarpás!
-Cómo me calentás, pendeja! Decí que me tengo que ir, sino te seguía garchando todo el día.
-Ya te tenes que ir?
-Que, no me digas que querés más jaja, qué trola que sos Flavia Martínez!
-Sí, pero soy tu trola, ok?
-Bueno, mañana a la mañana vuelvo. Tenemos que hablar de nuestra cuñadita...
-De verdad te querés coger a esa trola? -dijo con un dejo de celos-
-Nos la vamos a coger los dos, y tu sobrinita va a ser nuestra mucamita jaja.
-Jajaja. Sos hermoso, pendejo.
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