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Matías, mi amante 6

Matías, mi amante 6

La mañana siguiente me vestí muy sensual, más para una salida nocturna que para trabajar, creo que realmente estaba impactante, cuando llegué a la empresa, todos me miraban casi asombrados, me anunciaron con el señor J... y me hicieron pasar.
La hable sin tutearlo, como me había enseñado Mati en le empresa el trato super distante, él de a ratos trataba de intentar un chiste o algo, pero mi trato era cada vez más distante, noté su cara de desorientación, no sabía muy bien donde estaba parado, quizás pensaba que tuviera que ver con lo de la noche anterior, quien entiende la cabeza de los hombres. Estuve muy concentrada en mi trabajo, y a la vez pensando en que lo podía incluir a mi marido, era importante para mí, era importante para él, sentirse útil, valorado, también sentí una fuerte contradicción interna, pero salí de ahí rápidamente escapando de la culpa y el arrepentimiento. Sobre el final de la reunión, habiendo ultimado todo los detalles, el me preguntó sin tutearme, al principio me tuteaba pero después había pasado a un trato más formal.
-Le pido un remis…
-No me podrá acercar Ud… así terminamos de ultimar detalles en el viaje… -mi cara era de una seriedad impresionante, el no entendía muy bien, en su auto y cuando tomamos la ruta, le manotee su bulto,
-J… tenes un trabajo que terminar eh… -me miró sorprendido, su cara cambió, sonriente, se la saqué y empecé a chuparlo en la ruta, enseguida me pidió que parara, lo excitaba mucho como yo chupaba, no quería repetir la experiencia.
-Así que soy un peladito… cuarentón y bastante panzón… habías dicho no…??
-Querías que a mi marido le dijera y con una pija supercabezona… eh… que no veo el momento que me la entierre… -se estaciono al costado de la ruta, junto a unos arboles no había nadie en la zona, se puso un forro y me llevó hacia él, lo monté despacio. En silencio estuvimos haciéndolo, me sacó los pechos sobre el vestido me amasaba el culo, me metió primero un dedo, luego dos, y en ese momento acabé como una yegua, no podía parar de acabar, el me chupaba y mordisqueaba los pezones, una delicia.
-Me hiciste acabar como una yegua… con esa cabezota que tenes… gordito…
-Yo no llegué todavía…
-Y porque no me la das en la boquita… si te animas tarde de pileta y después vemos…
Me salí de encima de él, se la chupaba con pasión mirándolo a los ojos con cara de puta, sentí cuando estaba por llegar y la trague más a fondo todavía, lo que pude aguantar, parte fue directo a mi garganta y parte quedó en mi boca, el me acariciaba la cabeza gentilmente después de acabar, le dí un beso y le pase parte de su corrida, no dejándolo escapar. Me pareció que no había experimentado demasiado, que su vida sexual debía ser bastante aburrida, tuve un flash en ese momento. Paramos en el recorrido a comprar una malla, me puse otra vez en el borde de la pileta, acostada culo arriba, le pedí que me pasara el protector solar, el estaba dentro de la pileta, me lo pasaba deleitándose en mi culito.
-Que lindo me cogiste…
-Que bueno que te gusto…
Me sentía caliente, tenía un poco de dudas, pero igual tenía ganas de jugar de tensar la cuerda.
-Debe ser difícil hacer un culito con esa herramienta… no…?
-Mi mujer no me deja ni que me acerque…
-Yo creo que siempre hay que intentarlo… lo que parece difícil al principio después puede ser muy placentero…
Su cara otra vez era increíble.
-Queres que vayamos al cuarto… o todavía no se te pone durita… -le dije con voz de putita.
-No puedo salir de la pileta así…
-Yo voy para el cuarto… te espero…
Me fui caminando despacio exagerando el bamboleo de mi culo.
Tenía un nivel de excitación increíble, no sabía que podía pasar, era algo realmente grueso, tenía un poco de miedo, pero más excitación.
Cuando entró me arrodillé delante de él, le baje la malla y se la chupe un poco, lo hice acostar desnudo de costado, no quería estar debajo de él, algunos hombres cuando sienten que entran se clavan de golpe y con esa herramienta no pensaba arriesgarme. Me desnudé del todo, me puse de costado
-No me lo vas a chupar un ratito…?
Sentí enseguida su lengua y sus dedos que jugaban hábilmente por mis dos entradas, agarré el lubricante de la mesa de luz y me lubrique bien y le lubrique bien su herramienta,
-Te pido que no te muevas… que me dejes hacer a mi… si…?
No dijo nada, pasé mi mano y agarrando su herramienta empecé a jugar con ella por la puerta de mi culito, estaba muy nervioso, había empezado a perder su erección, me parece que estaba asustado,
-Que pasa cielo… te da miedito…
-Es que mi esposa me ha hecho cada escandalo cada vez que lo intente… perdóname… -dijo ya sin rastros de la erección.
Lo fui a chupar le costaba recuperar la erección, pero lo seguí chupando hasta que acabó bastante abundantemente sin llegar a tener una erección. Le pedí bañarnos juntos, lo estuve besando y acariciando, me resultaba obvio que su esposa era la típica hincha pelotas que puede destruir a cualquier hombre, me llamaba la atención que no hubiera arruinado su carrera también.
Se vistió, yo seguía desnuda, lo acompañe a la puerta y lo apreté de nuevo.
-No se me va a pasar más el tiempo… para volver… quiero tener esa cosa en mi culito…
Me beso y me apretó el culo como un desesperado.
Me fui a tratar de tomar un rato más de sol, le había prometido las marcas del bronceado a mi marido, cuando volví, me duche de nuevo, me gusté en el espejo, más tarde llegó el remis, fuimos al aeropuerto, regreso a casa.




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