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Tía Fabiana 6

Tía Fabiana 6.
Esto ocurrió aproximadamente un mes después de adquirir a la putipobre de mi tía, me encantaba la relación que teníamos, exteriormente éramos una tía y sobrino normales, pero puertas adentro llevábamos una relación que se basaba en el degeneramiento del incesto, a veces fantaseaba con que alguien conocido me vea usando a esa negra puta, pero solo se quedaría en una fantasía, al menos por ahora.
Un día feriado, propusieron ir a la playa en familia, en total éramos diez, y claramente, mi tía Fabiana también fue.
Al llegar había bastante gente, por lo que decidimos ir a una punta la cual siempre estaba vacía.
Al instalarnos, todo transcurrió normal, me metí al agua un par de veces, pero mi mayor entretenimiento era ver a mi tía, llevaba un short corto que dejaba ver esas piernas negras con algo de celulitis que me calentaban tanto, quería cojermela ahí mismo, pero era imposible con mi familia presente, al menos eso pensaba, hasta que una idea llego a mi.
-Ey si jugamos a las escondidas?-
Ante mi propuesta, todos aceptaron, era interesante jugar a las escondidas en la naturaleza, mientras los demás decidían quien iniciaba contando, yo observe a mi tía, la cual cruzo su mirada conmigo y rápidamente le hice una señal con mis manos, indicándole que ella y yo iríamos juntos, pero no me respondió de ninguna manera.
-Pero hay una regla, todos tienen que esconderse en lugares distintos, nadie puede ir junto- dije, para asegurar que nadie mas me seguiría.
Todos aceptaron y le juego comenzó, espere que se alejaran lo suficiente y se escondieran para que nadie viera a donde me dirigía, me metí dentro del monte ya que sabia de un pequeño claro el cual si no conocías, no sabias ubicar ya que desde afuera estaba muy tupido.
Al llegar al lugar, espere unos segundos y detrás de mi apareció mi tía buscándome.
-Veni putita- dije agarrándola del brazo y entrando rápido al claro, en donde le baje ese short e inmediatamente enterré mi cara en su culo y le comencé a chupar todo.
Tía Fabiana 6

-La puta madre tenes todo el ojete sudado, negra trola que caliente me pones-
Sin perder tiempo me saque la verga y la clave ahí mismo, el hecho de coger al aire libre con la posibilidad de que alguien nos viera lo hacia mucho mejor.
-Aah ah- mi tía gemía un poco.
-Negra mugrienta como te gusta esto, que hembra mas puta que sos-
Agarraba sus nalgas y se las estrujaba con fuerza.
-Vamonos, nos van a ver- me dijo algo preocupada.
-Y? Que nos vean-
-Que?¡-
La tire al suelo dejándola en cuatro y enseguida me seguí garchando a esa negra.
-Que nos vean hija de puta! Que vean la negra chupa verga que sos, que vean que solo sos una trola que deja que su sobrino la llene de leche!
-Ah ah no-
Mi tía gemía mas fuerte, creo que la idea de ser exhibida como realmente es le calentaba.
Crack crack
El ruido de unas ramitas rompiéndose hizo que nos calláramos.
Desde el claro podía ver un poco, era mi prima pequeña caminando y mirando por todos lados, nos estaba buscando.
Mi tía se acostó completamente en el suelo, pero yo no Salí de arriba de ella, me acosté sobre ella con mi verga aun en su concha y lentamente seguí metiéndosela.
-Alguna ves soñaste con coger con alguien de tu familia? O Sera que ya lo hiciste? Los negros villeros de tus hijos ya te garcharon hija de puta?- le susurre mientras se la seguía metiendo y con mis manos le apretaba las tetas.
-Negra hija de puta naciste solo para que te cogan, para ser una hembra, con razón el cornudo de tu exesposo te hizo cinco hijos- en este punto me aferre fuertemente a sus tetas, estrujándolas mientras presionaba mi cadera contra su culo y le llenaba la concha de leche, estaba sobre ella con todo mi peso.
Mi prima se había ido ya a buscar a otro lado.
Me levante y vi como mi tía quedo extendida en el suelo con la concha chorreando leche, lamí un poco sus nalgas negras y me levante, pero antes de irme agarre su calzón, se lo quite y me lo lleve.
-Vas a andar solo con short puta- 
Se sentó y le metí la lengua en la boca mientras le acariciaba sus piernas.
-No tardes mucho en ir puta hermosa-
Al volver nadie sospecho nada.
No conocía los limites de mi tía, cada vez que cogíamos quería llegar mas lejos, quería humillarla, que fuera un pedazo de carne, y es que estas putipobres son lo mejor que Dios pudo crear, y mas mi tía, una putita algo tímida, sumisa, pero con un cuerpo obsceno, como si al hacerla solo le hubieran dado la tarea de ser un deposito de leche, con tantas mujeres allá afuera con cuerpos espectaculares, la que mas me calentaba era un negra algo gorda con el culo lleno de pozos y olor a cloaca, mi morbo aumentaba cada vez mas.

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