Normalmente no soy de comentar experiencias propias. No directamente, al menos.
Claro que siempre está la excepción del relato “Historia real de una linda pendeja”, el cuál sí es verídico en todas sus partes.
Eso me pasó con una ex compañera de colegio y, casualmente, quién sirvió de verdadera inspiración para el personaje de Mara, en cuánto a descripción física y ciertas actitudes…
Por supuesto que el nombre en dicho relato está modificado, para no exponer a la artífice principal de mi mundo erótico en ese entonces…
Pero hoy traigo otra cosa para contar. Más de una década después de ello.
Algo que me pasó anoche, más precisamente el día 10 de abril.
Me resulta caliente comentarlo, dado que me resultó totalmente explosivo.
Quizá lo saben o no, pero las parejas que viven en matrimonio o uniones convivenciales o simplemente “están juntados” desde hace tiempo, puede que vayan desarrollando ciertas fantasías o momentos específicos de antojos sexuales, a lo largo del transcurso de la relación.
Y ayer, con mi esposa, se dio algo bastante caliente.
Creo que no viene mal una anécdota sexual de Hiphop911 ¿no? para variar…
Reconozco que soy bastante calentón en lo que respecta al sexo. Me encanta mucho la previa, ya sea conversando personalmente o por mensajes de texto. Decir cosas sucias y adelantarme a los hechos.
Bueno, en realidad, a ambos nos gusta…
Mientras veíamos el partido de River, ella también fanática, rubia, ojos verdes oscuros, muy bonita y con unas tetas muy grandes (de hecho a veces jodemos y le digo que lo primero que le vi antes de hablarle por determinada red social, fueron sus voluptuosos globos) y unas piernas como las de Chun Li, comenzó a ratonearme, diciendome las cosas que podíamos hacer antes de dormir.
A veces resulta más que cachondo, las palabrotas que usa conmigo, siendo que es una profesional importante en su actividad y sus deseos sexuales parecieran ir a la opuesta de una persona tan centrada, seria e inteligente.
Claro, son solo prejuicios. Como si los presidentes o las presidentas, por ejemplo, no tuvieran derecho a coger o tener fantasías…
Pero lo que quiero decir con esto es que debajo de esa faceta tan correcta, responsable, trabajadora e intelectual (posee un doctorado), se encuentra una mujer, bastante pervertida y degenerada, para mi fortuna. Y eso, me vuela el marote.
Entonces y, dada su iniciativa, lo primero que hice en los instantes previos a la “hora de dormir” fue ir al baño y afeitarme todo…
Sus palabras de horas antes habían resonado fuerte en mi cabeza.
En tono jocoso y juguetón me dijo “Para que duermas bien y estés relajado, podemos hacer cositas… No por mí, por vos, amor, para que duermas como un bebé” expresó para que mi cabeza comience a maquinar la escena.
Reconozco que en ocasiones basta solo una pequeña chispa como para que empiece a incinerarme por dentro.
Esta no fue la excepción y dado que ella viene entrenando y poniéndose en forma (y yo) al notar ese cambio, también, fue mirarla y estar on fire enseguida.
Ella me respondió sugestivamente y se estiró el escote hacia abajo, haciendo carita de “yo no sé” y mostrándome el pliegue de sus tetas, apretadas y apetitosas.
¡Cuando vi esa carne!
Lo que hice sin pensar fue llevar mi cabeza allí de inmediato.
Le levanté la remera ante su sorpresa y juntando ambos pechos con mis manos, le lenguetee los pezones, que encima, estaban duritos.
Era evidente que lo había meditado eso…
Luego, la besé en la boca, observando cómo se mordía por mi actitud.
Obviamente que en el instante en que yo le chupé las gomas, llevó su mano a mi miembro, cubierto por la bermuda jean azul que portaba.
“Después, después” dijo rápidamente y una vez constatada la dureza de mi verga.
Uf…
Mientras más alimentara la perversión, mejor.
Fue ahí que tomé la decisión de afeitarme bien. Y la razón era sencilla, tenía ganas de que me chupara…
Ya cerca de las 23:30 y habiéndo hecho lo que hice, me dirigí a la cama.
Ella estaba acostada, en tanga y con una remera.
Se reía porque la tanga le quedaba suelta y le incomodaba.
Yo la felicité porque eso indicaba que el entrenamiento estaba surgiendo efecto y la ropa le comenzaba a quedar más holgada.
Pero cómo se sentía incómoda, se levantó para cambiarsela…
Mientras la esperaba, me puse con el celular.
Solamente a modo de información, quiero decir que ella es mucho más vergonzosa que yo.
Hay cosas que le salen cuando está muy caliente, por ende, ayer me sorprendió y me calentó sobremanera lo que ocurrió.
Cuando ella volvió, yo ya estaba en pija debajo de la sábana y en remera.
Vengo bastante bien con el entrenamiento, por lo que mi cintura se redujo considerablemente en los últimos meses y mis brazos y pecho, están más fuertes, algo que a ella le fascina. No porque me lo diga, sino por cómo me doy cuenta cuando me toca…
Siento que se mete en la cama…
Tanteo con una mano y con la otra dejo el celular.
Upss…
Ya no tenía tanga…
“Perdí la bombacha” exclamó y continuó “No me di cuenta, soy re tontita”.
¡Cómo me erecta la pija cuando se hace la tontita!
Dios…
“Eso porque sos bastante suelta de bombacha, vos” le contesto provocando que me agarre la cabeza de los pelos.
Le encanta que le hable sucio, sobre todo por el respeto que tenemos mutuamente fuera de la cama. Y es así al punto de que en más de 5 años de relación, jamás le dije “boba o boluda o tarada” como quizá habitualmente lo hacen otras parejas. Ni ella a mí.
El grado de respeto mutuo que tenemos hace que para el momento en que necesitamos expresar desacuerdo o sorpresa ante una eventualidad, solamente nos digamos con énfasis la palabra “amoooor”.
Claro. El decir “amor” con mucho énfasis, reemplaza a lo que podría ser un insulto.
Un “¿qué haces, amor?” emitido con mucho énfasis, suplanta a un “¿qué haces pedazo de idiota?” sin problemas, je.
Pero en definitiva, lo que intento decir es que nos hablamos sucio, solo en la cama. Y ahí sí, podemos utilizar cualquier palabrota y dado el carácter excepcional de los insultos, la pone bastante loca que le diga barrabasadas…
Y esa noche, seguiríamos aplicando esa misma regla.
Ni bien me sujetó de mis pelos castaños, cuando me dejó la oportunidad, me babosee un poco los dedos y fui directo a su vagina.
Estaba con muchas ganas de comérsela un ratito, por lo que empecé a estimular un poquito ahí…
A pesar de que tiene un par de años más que yo, siempre me encantó que tiene la conchita como una pendejita. Pequeña y bien rosita… Bastante estrecha. Y a pese a que yo no tengo una morcilla, como la de un personaje que anda por ahí, siempre me hizo gozar mucho el sentirla apretada.
Quizá también es porque la tenga bastante cabezona y de manera poco habitual al promedio.
Ella suspiraba en mi boca, mientras la tocaba y de manera brusca, me agarró la verga de costadito.
Siempre me dice que le encanta “tirarme la goma” y ver cómo se iba poniendo dura.
Me gustó mucho sentir el calor de su mano envolviéndomela.
Yo le deseaba agarrar una teta, con muchas ganas, por debajo de la remera.
Por ello, use mi otra mano para subírsela y poder tenerla a mi disposición.
Gemí cuando la presión de la tela al descubrirlas, se las hizo rebotar ante mis ojos y se mostraron firmes y con los timbres bien rígidos.
Mientras le tocaba el clítoris, cada vez más duro, no resistí y le comí un pecho.
Dios…
¡Qué rico!
Un saborcito hermoso entraba en mi sistema conforme le pasaba la lengua a todo el pezón.
“Qué ganas de chuparte las tetas que tenía, amor” le dije sin dejar de saborear.
Y antes de que pudiera continuar, exclamó con voz orgásmica:
“¿Sabes qué quiero? Masturbarme con el juguetito mientras te chupo la pija”
Oooh… Sentí una puntada en el glande.
Me ponía a mil pensar que venía caliente desde hacía rato. Maquinando una secuencia pervertida.
Tenemos varios juguetitos. Incluso un plug anal que aún no estrenamos…
Pero el que ella se refiere es uno con forma de lengua vibratoria.
“Que contadora más degenerada que fui a encontrar” le respondí antes de darme vuelta para agarrarlo de la mesa de luz.
Y en el instante en lo hice, habré tardado unos, no sé, 6 segundos y cuando volteé nuevamente, ya se había puesto en tetas totalmente.
Me quedé embelesado, porque además, me las juntó con los brazos y parecían auténticos globos.
La miré perdido de placer.
“Tomá, pajera” le dije haciendo que vuelva a morderse.
Ella lo tomó con su mano y lo llevó sin dudarlo a su rica conchita.
“Quiero la leche en las tetas, quiero terminar toda acabada después de chupártela” expresó para asombrarme y generar fuego en mí.
Uff…
El calor de esa noche era atípico.
No sé si iba a poder a aguantarme demasiado y, por lo que veía, ella tampoco.
“Mirá que si queres la leche en las tetas, voy a querer una selfie después, así toda enchastrada”.
Admito que soy muy calentón, ya lo dije.
Y cómo no tengo demasiado material como ese, quería una foto especial para mí…
Oía el ruidito del vibrador haciendo estragos en su vulva y me volvía loco. De seguro desde el departamento de al lado, también se oía. Varias veces escuché garchar a la vecina, una pendeja que no llega a los 20 años y no había razón para que ella también no hiciera lo propio esa noche.
Cuando la oí comenzar a gemir, me levanté, colocándome sobre ella, con las piernas a los costados, arrodillado.
Ella seguía pegandose la lengua vibratoria en la conchita.
Me saqué la remera.
¿Pueden creer que ni siquiera me había terminado de acomodar y levantó su cabeza para meterse en la boca mi verga?
“Ooommm” oí cuando el calor de su boca me cobijó el pedazo.
El placer que sentí, fue único.
No sé si porque soy un maniático o qué, pero me fascina ver su rostro cuando tiene mi miembro en la boca… Cómo se le forman los huequitos por el efecto de succión… Sus labios… La manera en que me mira…
Me acuerdo y se me para la pija, ahora, en la oficina mientras escribo esto…
Verla cabecear ahí, me mató, aceleró el proceso que ella inició cuando me tiró la goma de costado.
¿Qué pasaba por su cabeza en el momento que vio como le apoyé la verga entre las tetas? Ahí cerca de su boca….
“Umm ummm” se oía bajito pero retumbando en cada espacio de mi cabeza.
Quedé así, sobre ella, pero se la saqué de la boca y la puse en el pliegue de sus tetas.
Ufff…
Es inexplicable.
El calor de sus pechos cuando los junté sobre mi falo, fue hermoso.
Gocé zarpado y lo curioso fue que después de unos cuántos segundos, ella empezó a acabar…
Sí, no aguantó ver cómo le cogía las tetas, refregando toda mi uretra babeada entre la piel de sus pechos…
Patinaba…
Yo, al ver cómo se retorció, gimiendo y frunciendo el ceño, acabé al toque también.
Fue mágico, posta.Me hizo explotar.
Qué ella esté así de caliente, tan alevosa, me mató.
Por supuesto que le escupí todos los pechos y fue bastante. Incluso con poca luz se la veía toda impregnada y brillosa en su piel.
Inmediatamente bajé a su boca y se la comí con locura.
Le mandé lengua zarpado. Ninguno de los dos podía creer que en menos de 10 minutos nos íbamos a pegar terrible polvazo y sin penetración…
Me quedé un instante con la verga entre sus ricas y acabadas tetas y, luego, bajé al costado.
Aún tenía la respiración agitada ella…
“Hiciste chanchadas” me dijo sonriendo.
“Vos sos la que dijo que quería masturbarse mientras me tiraba la goma” le respondí, haciendo que se ruborizara un poco.
“Te doy privacidad para que me hagas mi fotito” le dije, antes de irme a limpiar.
Le daba mucha vergüenza hacer ese tipo de cosas. En caliente, quizá lo decía, pero que lo hiciera, era totalmente distinto, después.
Pero una vez que volví, ya enjuagado y aún con la pija hacia el frente a acostarme y, contra todo pronóstico, tomé mi celular y allí estaban.
Dos selfies…
Una donde se reflejaba la magnitud de la chanchada y otra un poco más de lejos, donde sus hermosas tetas lucían “apretadas” por sus brazos y haciendo trompita, como dando un beso, donde también se veían los rastros de esperma esparcidos.
¡Me encantó!
Lo que pasó después ya no es tan relevante, debido a que dormimos porque hoy se trabajaba…
Pero hoy pensaba ¡Qué cachondo!
No es para que vuelva una costumbre esto, normalmente no escribo sobre cosas privadas, no al menos de manera directa, POR LO QUE DESDE YA ACLARO QUE NO VOY A SUBIR NINGÚN TIPO DE MATERIAL, NI DAR MÁS DETALLES AL RESPECTO QUE LA INVOLUCRE DE ALGUNA MANERA, NI RESPONDER COMENTARIOS REFERIDOS A ELLA, SEPAN RESPETAR, POR FAVOR.
Lo único que puedo decir es que ella conoce algunas historias que escribí, la de ERICA, le gusta mucho, pero aún no leyó “MPM”. Supongo que esa le gustará… Lee historias de ese tipo, eróticas, también.
El sentido de este relato no es contar algo elaborado como de costumbre hago, sino más bien, una situación 100% real y propia.
Espero haya gustado y, reitero, nada de comentarios desubicados o me veré obligado a borrarlo y nunca más subir algo cómo eso.
Gracias
HH911
Claro que siempre está la excepción del relato “Historia real de una linda pendeja”, el cuál sí es verídico en todas sus partes.
Eso me pasó con una ex compañera de colegio y, casualmente, quién sirvió de verdadera inspiración para el personaje de Mara, en cuánto a descripción física y ciertas actitudes…
Por supuesto que el nombre en dicho relato está modificado, para no exponer a la artífice principal de mi mundo erótico en ese entonces…
Pero hoy traigo otra cosa para contar. Más de una década después de ello.
Algo que me pasó anoche, más precisamente el día 10 de abril.
Me resulta caliente comentarlo, dado que me resultó totalmente explosivo.
Quizá lo saben o no, pero las parejas que viven en matrimonio o uniones convivenciales o simplemente “están juntados” desde hace tiempo, puede que vayan desarrollando ciertas fantasías o momentos específicos de antojos sexuales, a lo largo del transcurso de la relación.
Y ayer, con mi esposa, se dio algo bastante caliente.
Creo que no viene mal una anécdota sexual de Hiphop911 ¿no? para variar…
Reconozco que soy bastante calentón en lo que respecta al sexo. Me encanta mucho la previa, ya sea conversando personalmente o por mensajes de texto. Decir cosas sucias y adelantarme a los hechos.
Bueno, en realidad, a ambos nos gusta…
Mientras veíamos el partido de River, ella también fanática, rubia, ojos verdes oscuros, muy bonita y con unas tetas muy grandes (de hecho a veces jodemos y le digo que lo primero que le vi antes de hablarle por determinada red social, fueron sus voluptuosos globos) y unas piernas como las de Chun Li, comenzó a ratonearme, diciendome las cosas que podíamos hacer antes de dormir.
A veces resulta más que cachondo, las palabrotas que usa conmigo, siendo que es una profesional importante en su actividad y sus deseos sexuales parecieran ir a la opuesta de una persona tan centrada, seria e inteligente.
Claro, son solo prejuicios. Como si los presidentes o las presidentas, por ejemplo, no tuvieran derecho a coger o tener fantasías…
Pero lo que quiero decir con esto es que debajo de esa faceta tan correcta, responsable, trabajadora e intelectual (posee un doctorado), se encuentra una mujer, bastante pervertida y degenerada, para mi fortuna. Y eso, me vuela el marote.
Entonces y, dada su iniciativa, lo primero que hice en los instantes previos a la “hora de dormir” fue ir al baño y afeitarme todo…
Sus palabras de horas antes habían resonado fuerte en mi cabeza.
En tono jocoso y juguetón me dijo “Para que duermas bien y estés relajado, podemos hacer cositas… No por mí, por vos, amor, para que duermas como un bebé” expresó para que mi cabeza comience a maquinar la escena.
Reconozco que en ocasiones basta solo una pequeña chispa como para que empiece a incinerarme por dentro.
Esta no fue la excepción y dado que ella viene entrenando y poniéndose en forma (y yo) al notar ese cambio, también, fue mirarla y estar on fire enseguida.
Ella me respondió sugestivamente y se estiró el escote hacia abajo, haciendo carita de “yo no sé” y mostrándome el pliegue de sus tetas, apretadas y apetitosas.
¡Cuando vi esa carne!
Lo que hice sin pensar fue llevar mi cabeza allí de inmediato.
Le levanté la remera ante su sorpresa y juntando ambos pechos con mis manos, le lenguetee los pezones, que encima, estaban duritos.
Era evidente que lo había meditado eso…
Luego, la besé en la boca, observando cómo se mordía por mi actitud.
Obviamente que en el instante en que yo le chupé las gomas, llevó su mano a mi miembro, cubierto por la bermuda jean azul que portaba.
“Después, después” dijo rápidamente y una vez constatada la dureza de mi verga.
Uf…
Mientras más alimentara la perversión, mejor.
Fue ahí que tomé la decisión de afeitarme bien. Y la razón era sencilla, tenía ganas de que me chupara…
Ya cerca de las 23:30 y habiéndo hecho lo que hice, me dirigí a la cama.
Ella estaba acostada, en tanga y con una remera.
Se reía porque la tanga le quedaba suelta y le incomodaba.
Yo la felicité porque eso indicaba que el entrenamiento estaba surgiendo efecto y la ropa le comenzaba a quedar más holgada.
Pero cómo se sentía incómoda, se levantó para cambiarsela…
Mientras la esperaba, me puse con el celular.
Solamente a modo de información, quiero decir que ella es mucho más vergonzosa que yo.
Hay cosas que le salen cuando está muy caliente, por ende, ayer me sorprendió y me calentó sobremanera lo que ocurrió.
Cuando ella volvió, yo ya estaba en pija debajo de la sábana y en remera.
Vengo bastante bien con el entrenamiento, por lo que mi cintura se redujo considerablemente en los últimos meses y mis brazos y pecho, están más fuertes, algo que a ella le fascina. No porque me lo diga, sino por cómo me doy cuenta cuando me toca…
Siento que se mete en la cama…
Tanteo con una mano y con la otra dejo el celular.
Upss…
Ya no tenía tanga…
“Perdí la bombacha” exclamó y continuó “No me di cuenta, soy re tontita”.
¡Cómo me erecta la pija cuando se hace la tontita!
Dios…
“Eso porque sos bastante suelta de bombacha, vos” le contesto provocando que me agarre la cabeza de los pelos.
Le encanta que le hable sucio, sobre todo por el respeto que tenemos mutuamente fuera de la cama. Y es así al punto de que en más de 5 años de relación, jamás le dije “boba o boluda o tarada” como quizá habitualmente lo hacen otras parejas. Ni ella a mí.
El grado de respeto mutuo que tenemos hace que para el momento en que necesitamos expresar desacuerdo o sorpresa ante una eventualidad, solamente nos digamos con énfasis la palabra “amoooor”.
Claro. El decir “amor” con mucho énfasis, reemplaza a lo que podría ser un insulto.
Un “¿qué haces, amor?” emitido con mucho énfasis, suplanta a un “¿qué haces pedazo de idiota?” sin problemas, je.
Pero en definitiva, lo que intento decir es que nos hablamos sucio, solo en la cama. Y ahí sí, podemos utilizar cualquier palabrota y dado el carácter excepcional de los insultos, la pone bastante loca que le diga barrabasadas…
Y esa noche, seguiríamos aplicando esa misma regla.
Ni bien me sujetó de mis pelos castaños, cuando me dejó la oportunidad, me babosee un poco los dedos y fui directo a su vagina.
Estaba con muchas ganas de comérsela un ratito, por lo que empecé a estimular un poquito ahí…
A pesar de que tiene un par de años más que yo, siempre me encantó que tiene la conchita como una pendejita. Pequeña y bien rosita… Bastante estrecha. Y a pese a que yo no tengo una morcilla, como la de un personaje que anda por ahí, siempre me hizo gozar mucho el sentirla apretada.
Quizá también es porque la tenga bastante cabezona y de manera poco habitual al promedio.
Ella suspiraba en mi boca, mientras la tocaba y de manera brusca, me agarró la verga de costadito.
Siempre me dice que le encanta “tirarme la goma” y ver cómo se iba poniendo dura.
Me gustó mucho sentir el calor de su mano envolviéndomela.
Yo le deseaba agarrar una teta, con muchas ganas, por debajo de la remera.
Por ello, use mi otra mano para subírsela y poder tenerla a mi disposición.
Gemí cuando la presión de la tela al descubrirlas, se las hizo rebotar ante mis ojos y se mostraron firmes y con los timbres bien rígidos.
Mientras le tocaba el clítoris, cada vez más duro, no resistí y le comí un pecho.
Dios…
¡Qué rico!
Un saborcito hermoso entraba en mi sistema conforme le pasaba la lengua a todo el pezón.
“Qué ganas de chuparte las tetas que tenía, amor” le dije sin dejar de saborear.
Y antes de que pudiera continuar, exclamó con voz orgásmica:
“¿Sabes qué quiero? Masturbarme con el juguetito mientras te chupo la pija”
Oooh… Sentí una puntada en el glande.
Me ponía a mil pensar que venía caliente desde hacía rato. Maquinando una secuencia pervertida.
Tenemos varios juguetitos. Incluso un plug anal que aún no estrenamos…
Pero el que ella se refiere es uno con forma de lengua vibratoria.
“Que contadora más degenerada que fui a encontrar” le respondí antes de darme vuelta para agarrarlo de la mesa de luz.
Y en el instante en lo hice, habré tardado unos, no sé, 6 segundos y cuando volteé nuevamente, ya se había puesto en tetas totalmente.
Me quedé embelesado, porque además, me las juntó con los brazos y parecían auténticos globos.
La miré perdido de placer.
“Tomá, pajera” le dije haciendo que vuelva a morderse.
Ella lo tomó con su mano y lo llevó sin dudarlo a su rica conchita.
“Quiero la leche en las tetas, quiero terminar toda acabada después de chupártela” expresó para asombrarme y generar fuego en mí.
Uff…
El calor de esa noche era atípico.
No sé si iba a poder a aguantarme demasiado y, por lo que veía, ella tampoco.
“Mirá que si queres la leche en las tetas, voy a querer una selfie después, así toda enchastrada”.
Admito que soy muy calentón, ya lo dije.
Y cómo no tengo demasiado material como ese, quería una foto especial para mí…
Oía el ruidito del vibrador haciendo estragos en su vulva y me volvía loco. De seguro desde el departamento de al lado, también se oía. Varias veces escuché garchar a la vecina, una pendeja que no llega a los 20 años y no había razón para que ella también no hiciera lo propio esa noche.
Cuando la oí comenzar a gemir, me levanté, colocándome sobre ella, con las piernas a los costados, arrodillado.
Ella seguía pegandose la lengua vibratoria en la conchita.
Me saqué la remera.
¿Pueden creer que ni siquiera me había terminado de acomodar y levantó su cabeza para meterse en la boca mi verga?
“Ooommm” oí cuando el calor de su boca me cobijó el pedazo.
El placer que sentí, fue único.
No sé si porque soy un maniático o qué, pero me fascina ver su rostro cuando tiene mi miembro en la boca… Cómo se le forman los huequitos por el efecto de succión… Sus labios… La manera en que me mira…
Me acuerdo y se me para la pija, ahora, en la oficina mientras escribo esto…
Verla cabecear ahí, me mató, aceleró el proceso que ella inició cuando me tiró la goma de costado.
¿Qué pasaba por su cabeza en el momento que vio como le apoyé la verga entre las tetas? Ahí cerca de su boca….
“Umm ummm” se oía bajito pero retumbando en cada espacio de mi cabeza.
Quedé así, sobre ella, pero se la saqué de la boca y la puse en el pliegue de sus tetas.
Ufff…
Es inexplicable.
El calor de sus pechos cuando los junté sobre mi falo, fue hermoso.
Gocé zarpado y lo curioso fue que después de unos cuántos segundos, ella empezó a acabar…
Sí, no aguantó ver cómo le cogía las tetas, refregando toda mi uretra babeada entre la piel de sus pechos…
Patinaba…
Yo, al ver cómo se retorció, gimiendo y frunciendo el ceño, acabé al toque también.
Fue mágico, posta.Me hizo explotar.
Qué ella esté así de caliente, tan alevosa, me mató.
Por supuesto que le escupí todos los pechos y fue bastante. Incluso con poca luz se la veía toda impregnada y brillosa en su piel.
Inmediatamente bajé a su boca y se la comí con locura.
Le mandé lengua zarpado. Ninguno de los dos podía creer que en menos de 10 minutos nos íbamos a pegar terrible polvazo y sin penetración…
Me quedé un instante con la verga entre sus ricas y acabadas tetas y, luego, bajé al costado.
Aún tenía la respiración agitada ella…
“Hiciste chanchadas” me dijo sonriendo.
“Vos sos la que dijo que quería masturbarse mientras me tiraba la goma” le respondí, haciendo que se ruborizara un poco.
“Te doy privacidad para que me hagas mi fotito” le dije, antes de irme a limpiar.
Le daba mucha vergüenza hacer ese tipo de cosas. En caliente, quizá lo decía, pero que lo hiciera, era totalmente distinto, después.
Pero una vez que volví, ya enjuagado y aún con la pija hacia el frente a acostarme y, contra todo pronóstico, tomé mi celular y allí estaban.
Dos selfies…
Una donde se reflejaba la magnitud de la chanchada y otra un poco más de lejos, donde sus hermosas tetas lucían “apretadas” por sus brazos y haciendo trompita, como dando un beso, donde también se veían los rastros de esperma esparcidos.
¡Me encantó!
Lo que pasó después ya no es tan relevante, debido a que dormimos porque hoy se trabajaba…
Pero hoy pensaba ¡Qué cachondo!
No es para que vuelva una costumbre esto, normalmente no escribo sobre cosas privadas, no al menos de manera directa, POR LO QUE DESDE YA ACLARO QUE NO VOY A SUBIR NINGÚN TIPO DE MATERIAL, NI DAR MÁS DETALLES AL RESPECTO QUE LA INVOLUCRE DE ALGUNA MANERA, NI RESPONDER COMENTARIOS REFERIDOS A ELLA, SEPAN RESPETAR, POR FAVOR.
Lo único que puedo decir es que ella conoce algunas historias que escribí, la de ERICA, le gusta mucho, pero aún no leyó “MPM”. Supongo que esa le gustará… Lee historias de ese tipo, eróticas, también.
El sentido de este relato no es contar algo elaborado como de costumbre hago, sino más bien, una situación 100% real y propia.
Espero haya gustado y, reitero, nada de comentarios desubicados o me veré obligado a borrarlo y nunca más subir algo cómo eso.
Gracias
HH911
6 comentarios - 10 de abril
Pd: Me encantan sus relatos
mira que respetuosos tus seguidores, te hicieron caso y ni una sola palabra respecto a tu romance verídico.
Ahora no te hagas el boludo y largá todo lo que tengas de lo que realmente estamos esperando hace cuatrocientos mil minutos 😆😆.
te voy a dejar 10 puntos como muestra de gratitud por lo que generaste con las historias anteriores, cada vez que aparecés no se piensa más que en ese personaje que se ganó cariño, odio, y tantas otras sensaciones de cada lector.
al final lo disfrutaremos aquellos que tuvimos paciencia y resistimos al covid.