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Tía Fabiana 3

Tía Fabiana 3.
El día había llegado, el cumpleaños de mi madre, el día que trataría de tocar a la negra culona de mi tía Fabiana.
Para mi sorpresa, el cumpleaños no fue en mi casa como tal, si no en el patio de la casa de mi abuela, que queda en el frente y era mas grande; sin embargo, la comida estaba guardada en mi casa, lo que me podría dar una oportunidad.
Llegaron las cinco de la tarde y ya había varios invitados, entre los que estaban algunas amigas de mi madre y otros familiares, mi tía ese día llevaba un jean negro que se le pegaba mucho a su culo negro el cual me calentaba mucho.
Todo transcurrió normal, charlaba un poco con algunas personas, comía, y en cierto punto, note que mi tía se encontraba cerca escuchando, por lo que dije que en mi habitación tenia unos ahorros guardados, esto con un propósito que les contare mas adelante.
No veía el momento en el que mi tía quedara sola, hasta que en una fue al baño, y unos minutos después la seguí, parándome en la puerta, esperando que saliera, me toque un poco la pija para que quedara algo dura, y cuando ella salió, hice como si tuviera prisa por entrar y logre apoyar mi verga en su gran culo unos segundos, me encontraba en un punto en el que era algo descarado lo que hacia, pero quería que esa putipobre fuera mía, quería disfrutar con ese culo negro y enorme.
Antes de cerrar la puerta note que mi tía me dio una pequeña mirada, al parecer si noto lo que hice, y eso me calentó muchísimo.
El cumpleaños siguió normal el resto del día, ya entrada la noche, iban a cantarle el feliz cumpleaños a mi madre, por lo que mi tía fue hasta mi casa para traer el pastel, no había nadie mas allí, así que decidí actuar y hacer algo aun mas descarado que lo anterior.
La tía se encontraba en la cocina, por lo que sin mediar palabra alguna, simplemente entre, la vi de espaldas, pase a su lado y con una mano agarre y le apreté una de sus enormes nalgas por algunos segundos, ante esto, ella se sorprendió, dando un pequeño paso al costado y mirándome, pero yo ni le dirigí la mirada, simplemente agarre un vaso que estaba allí y me fui por donde vine, ella tampoco me dijo nada.
Mi corazón casi se me salía del pecho, entre directamente al baño con vaso y todo y me hice una paja que duro segundos, le había manoseado el culo a la negra de mi tía y esta no dijo nada, esto solo me dio mas confianza en lo que podía llegar a hacerle.
Esa misma noche, estaba acostado, recordando lo que sucedió, cuando reviso el celular y vi un mensaje de whatsapp de mi tía.
-Tenemos que hablar mañana-
Al leer eso me asuste un poco, creí que la había cagado y que mi tía pediría una explicación o algo así.
A la mañana siguiente estaba nervioso, no sabia lo que sucedería, eran las 2 de la tarde, en mi casa no había nadie ya que mi madre trabajaba y mi hermana estaba en clases, yo me encontraba en mi habitación, cuando escucho que golpean mi puerta.
-¿Qué?-
-L ¿Estas ahí?- pregunto mi tía.
-Si, entra-
Abrió mi puerta y entro, había algo de tensión en el ambiente.
-¿Qué paso?- pregunte.
-Te tengo que pedir algo-
-¿Que cosa?-
En este punto, estaba algo desconcertado, ella quería algo? Como un favor? Era raro, jamás me pedía cosas a mi.
-Necesito que me prestes plata hasta que cobre-
Escuche esas palabras y mi cerebro hizo click, mi tía trabajaba cuidando los niños de una familia, pero no ganaba tanto realmente, y hace unos días escuche que le pidió un poco de plata a mi abuela, por lo que ayer en el cumpleaños mencione de mis ahorros frente a ella, solo para dejar abierta una pequeña puerta, y efectivamente, la putipobre entro en ella.
-¿Cuánto?- le pregunte sin dar vueltas.
-Y…unos diez mil, pero solo hasta que cobre, ahí te los pago-
Era bastante para prestar, pero tenia esa cantidad.
-Deja, no me lo tenes que pagar- le dije.
-Ay no L como no te voy a pagar-
-Deja no es necesario- 
Me dirigí a un cajón que tengo, lo abrí y saque mi billetera, sacando los diez mil, se los di.
-Hay muchas gracias L- dijo sonriente, mientras caminaba para irse.
Pero antes de que saliera de mi habitación le agarre un brazo.
-¿Que pasa?- pregunto mi tía volteando a verme.
Pero no le respondí.
Me adelante a ella y cerré la puerta de mi habitación.
La volví a ver, estaba frente a ella, la tome de la cadera y aplicando un poco de fuerza la puse de espaldas a mi y la empuje un poco cerca de la cama, ella no decía nada, no se si por que estaba impresionada por lo que pasaba, o por que sabia lo que venia.
Me coloque detrás de ella, apoyándole toda la verga en el culo, y sin perder tiempo y sin una palabra de por medio, agarre la calza que llevaba puesta y se la baje completa con calzón y todo, no lo podía creer, lo tenia frente a mi, la fantasía de todas mis pajas, era justo como lo imaginaba, dos nalgas negras, enormes, con algunos pozos de celulitis, me quede ahí admirando eso, mientras mi tía simplemente estaba parada ahí sin moverse o emitir ningún sonido.
Tía Fabiana 3

Finalmente pose mis manos sobre el culo de la negra puta de mi tía, apretaba esas nalgas con desesperación, mis dedos se hundían en esa carne, cuando entonces le abrí el culo con ambas manos, acerque mi cara e inhale profundamente, ese olor fuerte a culo que tenia me calentó muchísimo, y sin darme cuenta enterré mi cara entre esas nalgas negras, con mis manos agarraba a mi tía de la cintura y apretaba aun mas mi cara en su ojete, restregaba toda mi cara por su culo y su concha, la cual tenia un poco de pelo.
Entonces me dispuse a chuparle todo, y así lo hice, estuve unos quince minutos probando con mi lengua el sabor de la putipobre, mi verga estaba que estallaba en mi pantalón, incluso ya había acabado un poco.
Pare de degustar aquel culo, me pare, sacándome la verga y empujando un poco a mi tía para que se inclinara contra la cama, lo cual entendió y lo hizo, separando un poco las piernas, aquella vista era magnifica, y era toda mía, no lo hice despacio, le clave mi verga con todo a la negra, a lo cual al principio emitió un pequeño sonido, pero rápidamente se callo.
Culo

Plaf plaf plaf 
Mi cadera sonaba al chocar con su culo, le estaba taladrando la concha sin parar ni un segundo, al verla así me hacia sentir increíble, al fin tenia a esta hembra para mi, al fin la estaba cogiendo.
-Aah…puta, negra puta- comencé a decirle mientras se la metía.
-Toma negra puta, estúpida toma negra asquerosa, como me encanta este orto que tenes puta de mierda- le decía mas fuerte mientras le daba alguna nalgada cada ves mas fuerte.
-ah…ah- mi tía había gemido levemente.
-¡Negra hija de puta cállate!- le dije mas fuerte mientras la nalgueaba bastante duro, mi mano sonaba al chocar con sus nalgas.
-aah toma negra mugrosa tomaaaa- dije mientras le llene de leche la concha.
En este punto su culo estaba rojo de tantos cachetazos que le di.
Pero no pare, saque mi verga y rápidamente le metí cuatro dedos en la concha y la seguí cogiendo con mi mano, mientras que con la otra me pajeaba.
-La puta madre que ojete que tenes negra hija de putaaa- le dije, al tiempo que volví a llenarla de leche esta ves sobre todas sus nalgas, mi leche corría sobre todo su culo y brotaba de su concha.
Estaba bastante agitado de la cogida que le di, ella no decía nada, pero sus piernas temblaban y estaban algo flexionadas.
Note que la plata que le di la había soltado y estaba sobre la cama, sin pensarlo la agarre.
-Negra puta te estas cagando de hambre? Precisas plata? Acá tenes toda para vos putita- le dije, mientras le abrí el culo y coloque los billetes entre sus nalgas, los cuales no se caían debido a su tamaño.
La tome de la espalda, se puso derecha y le subí los pantalones yo mismo, con todos los billetes en su culo, pero no termino ahí, vi que la cara de mi tía estaba roja, y su respiración también era mas rápida, le agarre su cara y le dije.
-Abrí la boquita puta-
Lo cual obedeció ,le escupí adentro y le metí mi lengua.
-Hija de puta lávate mas los dientes, un olor a mierda tenes, dale ándate-
Sin decir nada, mi tía se fue caminando normal hacia su casa, yo me quede en mi habitación sin creer lo que había pasado, si era un sueño no quería despertar, me había vuelto un salvaje con la putipobre de mi tía, la humille, la trate como un pedazo de carne y ella no dijo nada, no sabia si ella haría algo, pero algo dentro de mi estaba confiado de que no, esa negra seria mi pedazo de carne que usaría para sacarme la leche cuando yo quiera.

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