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familias unidas por el incesto

Hola buenos días, tardes o noches soy nuevo en escribir relatos en poringa, como ya saben todo los leído y escrito aquí es ficción pero espero les guste. En fin comenzamos.

Hola mi nombre es Ezequiel y les contaré la historia de mi familia y como nuestras tradiciones me llevaron a ser el segundo esposo de mi madre.

Bueno verán desde hace muchísimo tiempo atrás tanto en la familia de mi padre, el incesto a sido algo bastante común de la misma forma el tener hijos entre familiares ambas son prácticas muy comunes, para nosotros, pero claro mis bis-abuelos eran conscientes de que llevar a acabó esta acción a un nivel extremo era perjudicial por lo que, ellos buscaban a más familias como ellos para sí tener menos riesgos a la hora de, procrear de ahí la unión de mi padre y mi madre, ellos se conocieron cuando ambos cuando la familia de mi madre llegó, a la provincia donde mi padre (Federico) y su familia vivían con otras familias practicantes del incesto, en ese entonces mi padre tenía 16 años y mi madre (Ana) de 15 años. Ambos quedaron prendidos uno del otro, pero uno de mis tíos también buscaba el amor de mi madre pero debido a que mi padre era uno de los hijos mayores de mi abuelo este le dio prioridad y pronto comenzaron, las negociaciones entre mi abuelos paternos y maternos, momentos que mis padres aprovechaban para, dejarse llevar por sus más bajos instintos y como resultado un servidor llegó al mundo, lo que aceleró las negociaciones, pero antes mi madre debía pasar por el proceso de preparación del "clan" de mi padre, por lo que mi madre con tal de estar con él "amor de su vida" aceptó que en caso de fallecer mi padre su siguiente pareja sería su primogénito osea yo. Mis abuelos maternos al descubrir la verdad de aquellas familias, intentaron detener la unión de mis padres pero, una vez mis abuelos paternos lograron que aceptaran su estilo de vida tanto mi abuelo como mi abuela por parte de mi madre comenzaron a tener intimidad con mis tíos y tías sus hijos menos con mi madre ya que ella ya estaba comprometida. El tiempo pasó y yo nací cuando mi madre tenía 16 y medio años desde entonces yo creci mirando como mi padre y mi madre capulaban frente a mi, y cuando mi padre salía a trabajar mi madre me daba lecciones sobre que pasaría sobre cuando fuera mayor, aveces dándome pequeños besos en los labios, aunque aveces entre familia había enfados, por que uno de mis tíos que no se resignaba a tener a mi madre pero nunca llegando a nada. Pero no todo podía ser pequeñas riñas y una vida pasifica pues cuando tenía 5 años y mis padres 22 y 21 respectivamente, mi padre comenzó a sufrir, fuertes ataques al corazón, que por falta de efectivo debido a lo poco que ganaban el nuestra familia por ser campesinos, mi padre perdió la vida luego de al cabo de un año, para ese entonces, yo tenía apenas 7 años y mi madre 22. Y debido a la perdida de mi padre yo comencé a, recibir más atención por parte de ella, como si eso fuese una especia de terapia, por lo que no tuve objeciones, mis abuelas y abuelos comenzaron a enseñarme junto a mi madre como al cabo de 11 años, mi madre ya no estaría sola por que yo seria su nuevo esposo tal como lo dictaba la tradición, pues cuando un miembro de la familia perdía a su pareja, su hijo o hija mayor tomaría ese lugar como esposa o esposo, como ejemplo, mi tío Marcos el tercero de los hijos de mi abuelo paterno, quien fue abandonado por su esposa y debido a eso su hija Marina su primogénita crecería para ser su esposa actualmente, ellos tienen 3 hijos que han crecido milagrosamente sanos. Pero volviendo al tema, mi tío Joaquín quien nunca paro de pelear por mi madre, decía que sería necesario que yo tomará el lugar de mi padre, pues el se casaría con mi madre, y estaba dispuesto a acerlo por la fuerza, me apuntó con un arma, pero debió a la unidad que había en toda la comunidad con un silbido de mis abuelo las familias vecinas llegaron en nuestro auxilio, pero no estaba dispuesto a irse sin un disparo por suerte, su mano, fue desviada por que lo estaban sometiendo, sólo llegando a rosarme con la bala, para ese entonces, yo creía que el destino o la vida estaban conspirando y que mi destino realmente era, que yo y mi madre fuéramos más que sólo una madre y su hijo para convertimos en marido y mujer y de mi tío nunca nos dijeron que hicieron con él. Los años pasaron, y yo comenze a dejar de ver a mi madre como mi madre, pues a mi mente llegaban los recuerdos de como tenía sexo con mi padre, lo que me calentaba mucho pero me resistía a masturbarme pensando que pronto, podría vaciar mis testículos dentro del lugar donde naci. Cuando tenía 15 y mi madre 31 comenzó a siguiente fase de, para la unión con mi madre. Pues debíamos despojarnos de nuestra ropas tanto dentro como fuera de nuestra casa, no podiamos mirar a otro lado y mucho menos afeitarnos ninguna zona corporal y así tomados de las manos andar a donde fuera que fuéramos , nuestras únicas prendas era nuestras sandalias, que evitaban que lastimaramos nuestros pies, en eso momentos ya podíamos besarnos y tocar nuestros sexos pero para la penetracion aún faltaba, a donde quiera que fuéramos, nuestros conocidos, nos miraban, aplaudían y exclamaban "Le deseamos una vida feliz a los futuros esposos" un saludo común entre la gente de lugar que pasaba por la misma situación que nosotros y en respuesta, a ese tradicional saludo la pareja debía darse un beso francés, eso era lo que más nos gustaba, bañarnos, frotar nuestros cuerpos y una noche cuando recién a había cumplido 16, mi madre me abrazo por la espalda y me su surro "Me alegro de haber elegido a tu padre, y aunque ya no está con nosotros me dejo a un gran hombre para que nunca estuviera sola" en ese momento me di la vuelta y la bese, fuertemente esa noche estuvimos apuntó de fallar a la tradición pero, de forma casi sobrehumana logramos contenernos cuando cumplí 17 todo fue para mejor, el sexo oral ya estaba a nuestro alcance, disfrutábamos de largas secciones de 69 que eran supervisadas por mis abuelos eso nos ayudaban a sobre llevar las ganas de copular incluso lo hacíamos al aire libre, y más parejas nos imitaban los gemidos de hombres y mujeres en el campo, se volvían una obscena sinfonía que incitaba a quien sea, y a un mes de mi cumpleaños número 18 la boda estaba siendo preparada y conforme los días pasaban, las actitudes de mi madre se volvían cada vez más ferozes su apetito sexual comenzaba a crecer con rapidez, tanto que aveces ni el sexo oral lograba calmarla. El mes transcurrió rápido a mi parecer lo que me parecía genial, el anciado día llegó varias sillas con gran parte de las parejas del rodeaban el lugar donde se llevaría mi matrimonio con mi madre, todo comenzaría al años 8 pm cuando la noche callo yo y mi madre caminamos por pasillos de gente para quedar frente a frente, ambos ya habíamos sido afeitados de todo el cuerpo, dejándonos nuevamente desnudos uno frente al otro, mis abuelos entraron al círculo y con una lazo negro de seda nos rodearon y los patriarcas de las familias comenzaron un pequeño discurso diciendo "Hoy este joven, cumplirá con lo que dictan nuestra tradiciónes, al fallecer su padre, el contraerá matrimonio con su madre y procrearan una nueva generación" la gente vitoreo nos quitaron el lazo un una cama fue llevada al lugar, mientras la gente comenzaban a dejar sus ropas un lado. Mi madre fue la primera en acostarse con sus piernas abiertas exponiendo su coño sumamente húmedo por la exitacion, llamándome con los brazos extendidos, yo subí rápidamente y me lanze a ella mi pene entró con facilidad llegando a a la entrada de su útero, lo que hizo gemir a mi madre, le dije "E regresado madre" ella me corrijo me dijo "Ana ya no soy tu madre, soy tu mujer, tu amante, tu esposa, y la futura madre y abuela de tus hijos y hermanos" no puede evitarlo y mi cadera comenzó a moverse con violencia contra mi madre, un joven de 18 años le estaba dando el placer más grande de su vida a una mujer de 34, nuestros gemidos nuevamente se unían a los de la multitud, corriendonos una y otra vez llene el vientre de mi madre una vez tras otra y cuando mis piernas se casaron mi madre me cabalgo como una diosa, el extasis que sentíamos era único, ni siquiera sentimos el pasar de las horas, solo podíamos concentrarnos en el placer del otro cambiando de posiciones una y otra vez hasta que el sol salió al día siguiente, la gran orgia había terminado, y una nueva pareja había nacido. Recuperamos nuestras fuerzas más haya del medio día, y pese a que las pruebas terminaron dentro de casa no usábamos la más mínima tela salvo en invierno, el sexo es parte fundamental de nuestro matrimonio, y nuestros hijos han crecido bajo la misma doctrina ahora de ellos dependerá, añadir nuevas familias a nuestro numeroso clan incestuoso.

¿Y sobre la actualidad? Actualmente tengo 23 años y mi madre 37 somos padres de 5 niños sanos, gracias a Dios y seguimos ayudando a más familias a aceptar ese lado de ellos que desea carnalmente a su familia, brindándoles una lugar en nuestra comunidad ubicada al sur, de México y sin más que decir yo me despido.

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