Había terminado la noche de trabajo y, junto a mi jefe Fernando, acabamos con mi jovencita follamiga Nerea y una amiga suya en el bar tomando algo, cuando ya habíamos cerrado. Ambas habían estado en una boda y venían guapísimas y sensuales. Ambas con vestidos granates. La amiga, ajustada la parte de arriba, de tirantes con falda ancha y medias transparentes. Nerea con manga larga, con escotazo en v desde arriba hasta debajo de los pechitos operados, mostrando el interior de estos y marcándolos, con falda larga y recta, con grandes rajas desde lo alto de los muslo, hasta abajo, mostrando sus piernas, con unas medias transparentes, que las hacían más apetecibles aún. La tela del vestido de Nerea era bien fina y se le transparentaba la silueta del tanga minúsculo que llevaba.
Estábamos los cuatro sentados en un sofá tomando una copa. Mi mano no tardo en abrir la raja de la falda de Nerea, para acariciar su pierna. Al poco estábamos besándonos, al igual que Fernando con la amiga de Nerea. Cada vez nos metíamos mano mas a fondo y la amiga de Nerea y Fernando, acabaron despidiéndose y yéndose a casa de este, pues ella no era de nuestro mundo tan abierto.
En cuanto nos quedamos solos, metí mi cara en su escotazo besando la parte interior de sus pechitos. Cogí un hielo de la copa y lo sujeté con la boca. comencé a pasarlo por su escote mientras mis manos acariciaban sus muslazos. Rápidamente sus pezones se pusieron muy puntiagudos. Comencé a mordérselos por encima del vestido, para acabar, no tardando mucho, abriendo el escotazo y comiéndoselos directamente. Mis manos apretaban fuerte sus muslazos.
Volvimos a besarnos y poco a poco la fui tumbando en el sofá, conmigo sobre ella. Nos besábamos apasionadamente y con una de las manos subí la parte delantera de la falda, al permitírmelo las rajas laterales. Acaricie su coño, sobre las medias y el tanga rojo que llevaba. Metí mi mano por dentro de las medias y el tanga y la empecé a masturbar. Cada poco, bajaba la cabeza para lamer y juguetear con sus pezones.
Nos levantamos y la lleve hacia la barra. Durante el camino, al verla el tanga transparentado, la di un buen azote en el culo. La coloque apoyada con la espalda en la barra y volvimos a besarnos. Levante una de sus piernas y se la acaricie. Volví a comer sus pechitos y mordí fuerte los pezones varias veces. Me arrodillé y me metí debajo de la tela de la falda. Acaricie y bese sus piernas de abajo arriba, hasta llegar a su coño. Mis manos acariciaban su culo y sus piernas, mientras besaba su coño, aun tapado. Cuando comencé a morderla el coño tapado, Nerea se rompió las medias, por el coño, y aparto el tanga para que la comenzara a comer el coño. Mientras mi lengua jugaba con su coño, mis manos, acariciaban su culo y sus muslos. Una de mis manos, se estiro para acariciar sus pechitos.
Me levante y, tras besar sus pechitos de nuevo, nos besamos. Nerea me desabrocho el pantalón y lo dejo caer. Agarro mi polla, un poco dura ya, y comenzó a masturbarme. Mis manos jugueteaban con sus pezones duros. Nerea se agacho y comenzó a hacerme un mamadón con su enorme boca. Nerea, mientras, agarraba y apretaba fuerte mi culo, clavándome sus uñas.
La di un condón y esta me lo coloco con su boca. La levante y la cogí en vilo, echando a un lado la tela delantera. Metí mi polla por el roto de las medias, tras apartar su tanga, y comenzamos a follar bien rápido. Aun en vilo, la lleve hasta el sofá, donde volvimos a tumbarnos, ella encima de mí. Seguimos follando duro y yo no paraba de morderla los pezones, en cuanto podía. Nerea se colocó sentada y comenzó a cabalgar como una loca. Mis manos agarraron fuerte sus muslos.
Esta se cambio la polla a su culo y siguió cabalgando de forma potente. Se acabo tumbando de nuevo sobre mí, para besarnos, mientras seguía follando su culo. Mis manos lo azotaron unas pocas veces. Nos levantamos y la coloque de rodillas en el sofá, con las manos apoyadas en el cabecero. Me coloqué detrás de ella y volví a follarla el coño. Agarre su melena y tire de ella, metiéndosela más fuerte aún. Cuando se corrió, cambie de nuevo a su culo, y se lo folle, dejándola metida hasta el fondo un ratito, en cada penetración.
Cuando iba a correrme, Nerea, se sentó y me quede frente a ella. Me quito el condón y empezó a hacerme una nueva mamada espectacular, hasta que me corrí en su boca, llenándosela tanto que no pudo tragar todo y algo la salió por sus labios. Hasta que no me la dejo bien seca, no paro de lamer.
Nos sentamos y tomamos una copa más, antes de llevarla a su casa.
Estábamos los cuatro sentados en un sofá tomando una copa. Mi mano no tardo en abrir la raja de la falda de Nerea, para acariciar su pierna. Al poco estábamos besándonos, al igual que Fernando con la amiga de Nerea. Cada vez nos metíamos mano mas a fondo y la amiga de Nerea y Fernando, acabaron despidiéndose y yéndose a casa de este, pues ella no era de nuestro mundo tan abierto.
En cuanto nos quedamos solos, metí mi cara en su escotazo besando la parte interior de sus pechitos. Cogí un hielo de la copa y lo sujeté con la boca. comencé a pasarlo por su escote mientras mis manos acariciaban sus muslazos. Rápidamente sus pezones se pusieron muy puntiagudos. Comencé a mordérselos por encima del vestido, para acabar, no tardando mucho, abriendo el escotazo y comiéndoselos directamente. Mis manos apretaban fuerte sus muslazos.
Volvimos a besarnos y poco a poco la fui tumbando en el sofá, conmigo sobre ella. Nos besábamos apasionadamente y con una de las manos subí la parte delantera de la falda, al permitírmelo las rajas laterales. Acaricie su coño, sobre las medias y el tanga rojo que llevaba. Metí mi mano por dentro de las medias y el tanga y la empecé a masturbar. Cada poco, bajaba la cabeza para lamer y juguetear con sus pezones.
Nos levantamos y la lleve hacia la barra. Durante el camino, al verla el tanga transparentado, la di un buen azote en el culo. La coloque apoyada con la espalda en la barra y volvimos a besarnos. Levante una de sus piernas y se la acaricie. Volví a comer sus pechitos y mordí fuerte los pezones varias veces. Me arrodillé y me metí debajo de la tela de la falda. Acaricie y bese sus piernas de abajo arriba, hasta llegar a su coño. Mis manos acariciaban su culo y sus piernas, mientras besaba su coño, aun tapado. Cuando comencé a morderla el coño tapado, Nerea se rompió las medias, por el coño, y aparto el tanga para que la comenzara a comer el coño. Mientras mi lengua jugaba con su coño, mis manos, acariciaban su culo y sus muslos. Una de mis manos, se estiro para acariciar sus pechitos.
Me levante y, tras besar sus pechitos de nuevo, nos besamos. Nerea me desabrocho el pantalón y lo dejo caer. Agarro mi polla, un poco dura ya, y comenzó a masturbarme. Mis manos jugueteaban con sus pezones duros. Nerea se agacho y comenzó a hacerme un mamadón con su enorme boca. Nerea, mientras, agarraba y apretaba fuerte mi culo, clavándome sus uñas.
La di un condón y esta me lo coloco con su boca. La levante y la cogí en vilo, echando a un lado la tela delantera. Metí mi polla por el roto de las medias, tras apartar su tanga, y comenzamos a follar bien rápido. Aun en vilo, la lleve hasta el sofá, donde volvimos a tumbarnos, ella encima de mí. Seguimos follando duro y yo no paraba de morderla los pezones, en cuanto podía. Nerea se colocó sentada y comenzó a cabalgar como una loca. Mis manos agarraron fuerte sus muslos.
Esta se cambio la polla a su culo y siguió cabalgando de forma potente. Se acabo tumbando de nuevo sobre mí, para besarnos, mientras seguía follando su culo. Mis manos lo azotaron unas pocas veces. Nos levantamos y la coloque de rodillas en el sofá, con las manos apoyadas en el cabecero. Me coloqué detrás de ella y volví a follarla el coño. Agarre su melena y tire de ella, metiéndosela más fuerte aún. Cuando se corrió, cambie de nuevo a su culo, y se lo folle, dejándola metida hasta el fondo un ratito, en cada penetración.
Cuando iba a correrme, Nerea, se sentó y me quede frente a ella. Me quito el condón y empezó a hacerme una nueva mamada espectacular, hasta que me corrí en su boca, llenándosela tanto que no pudo tragar todo y algo la salió por sus labios. Hasta que no me la dejo bien seca, no paro de lamer.
Nos sentamos y tomamos una copa más, antes de llevarla a su casa.
0 comentarios - Las largas rajas del vestido de Nerea me ponen a mil