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Retorno

Cuando te vea nuevamente...
Primero besaré tu boca, tu cuello, acariciaré tus pechos, bajando lentamente besando cada centímetro, hasta llegar a tus hermosos pechos, los cuales chúpate esos hermosos botones de placer, jugando con mi lengua.
Tocando suavemente tu espalda con la yema de mis dedos, sin dejar de besar llegó a tu ombligo, descendiendo al centro de placer, el cual se encuentra con una humedad total, aspiro levemente ese anhelado aroma, después con un leve giro, te encuentras de espalda, lo cual aprovecho para cubrir de besos desde el lóbulo de tu oreja, dando paso a tu delicado cuello.
Sigo acariciando sin cesar tu espalda, mientras con mi lengua me voy deslizando a tus hermosas nalgas, beso entre medio de ellas, tus piernas, hasta meterme en ellas, y me encuentro con un charco de nectar de tu sexo, el cual degusto como si fuese el vino más codiciado del mundo, desde tus pliegues hasta el capullo oculto entre tu bellísimo trasero.
El cual tomo sin cesar como un hambriento ávido de alimento, hasta que te encuentras en el punto de no retorno, mientras tomas fuertemente de mis cabellos, cómo queriendo hacer uno solo, tus labios vaginales y mi boca, te agitas fuertemente, como un volcán apunto de erupción, y eso es prácticamente una gran emisión desde el centro de tu ser.
Disfruto el primer postre de este año y saboreando todo lo que queda en mis labios, mientras me súplicas que te haga el amor, me niego dulcemente, mientras guío tu cabeza tocando tu rostro y tus labios, hasta quedar frente al capullo de mi erguido sexo y tú cómo un bebé deseoso de alimento te dedicas a chupar y saborear lo que tengo entre las piernas, estimulando, con tus delicadas manos y acariciando la parte delicada que guarda, el simiente que he guardado para tí, después de un rato que lo siento efímero, puesto que unos minutos, disfrutando se me volvieron segundos, por la espera de tenerte, es interrumpido, pasado este momento, deposito suavemente, en la suave almohada, espaldas y quedan Unidos nuestros sexos, los cuales se unen con una maestría y perfección, de dos al as gemelas que se conocen y que basta un segundo para que se una, iniciar la sublime danza de la pasión, primero lento, suavemente, hasta tomar un violento vaivén, practicando todas las posiciones que inventamos para disfrutar de nuestro amor, y finalmente llegar juntos al mágico momento de unión de dos seres que se aman.
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