En este relato os voy a contar mi primera experiencia lésbica. Como ya sabéis por relatos anteriores, me considero más herterosexual que bisexual, pero es cierto que he tenido mis experiencias con mujeres y las he disfutado muchísimo.
Por razones laborales, antes pasaba mucho tiempo en casa y era bastante común que recibiera a amigas y a amigos en casa para poder desconectar del trabajo y de mis hijos.
En este caso, la invitada era Noe, una vecina del barrio de la cual me había hecho muy amiga en esa época. Ella estaba en la misma situación que yo y solíamos charlar a menudo y reírnos juntas.
Yo en esa época andaba casada y mi vida social era más bien escasa con lo que el poco rato que pasábamos juntas, me parecía súper valioso.
Noe tenía un pelo negro como el más puro azabache y unos ojos de un negro infinito capaces de desnudarte de un plumazo. Era más delgada que yo pero a diferencia de mí, tenía un pecho natural de lo más abundante.
El tema de sus grandes pechos siempre aparecía en nuestras conversaciones pero en ese día en particular yo tenía ganas de elogiarla. Ella intentaba cambiar el tema o no darle tanta importancia pero yo seguía insistiendo…
-ya que te gustan tanto no te gustaría verlas en serio? -me dijo
Yo me puse coloradísima, y no contesté…
-Vamos… ¿no te gustaría?...- me dijo, mientras se desprendía un botón de la blusa que llevaba y mostrándome mejor su escote…
-Bueno… si no... Entonces es que no te gustan tanto…¿quieres o no?- me dijo- insistiendo
-Sí… - le contesté tímidamente y casi inaudible…
-Bueno, pero entonces yo quiero verte también… - continuó
- vamos… - le dije mientras me levantaba un poco la blusa…
Noe se desprendió del corpiño rosado que llevaba y me mostró sus pechos en todo su esplendor.
-¿ te gustan? - ¿No te gustaría tocarlas?... - me dijo. Pero, sin esperar a que le contestase me tomó su mano y la puso sobre una de las suyas.
Yo empecé a tocar sus pechos hasta notar como Noe se excitaba poco a poco. La seguí tocando mientras ella no decía ni hacía nada. Tan solo cerraba los ojos y se dejaba llevar por la situación.
Fue entonces cuando cogí su mano, le chupe uno a uno cada uno de sus dedos hasta llevarlos sobre mis pechos y rozando levemente mis pezones. Noe me empezó a tocar suavemente mientras yo aceleraba viendo en su cara cómo estaba disfrutando.
Llevé una de mis manos a su pierna y fui subiendo. Le levanto un poco su falda, mientras con la otra mano le seguí masajeando los pechos…. Noe emitió un gemido a la vez que se excitaba más y más mientras una de sus manos empezó a bajar hacía mi vagina que estaba completamente húmeda. Las dos teníamos las braguitas puestas y nos estábamos tocando por encima. Al principio, ella me masajeaba suavemente pero a medida que se fue excitando me empezó a tocar con un poco más de confianza. Noté que Noe ya estaba muy mojada, su braguita ya estaba empapada y se la veía tan excitada que decidí apartarle la braguita y meterle mis dedos. Todavía estaba todavía más mojada de lo que yo imaginaba.
La empujé hasta que quedara medio acostada y así poder meterle mis dedos más fácil. Llevé su mano dentro de mi braguita para que ella también me tocara a mi. Yo seguí jugando con mis dedos dentro de su vagina hasta notar cómo se le hinchaba y su espalda empezaba a arquearse. En ese momento, bajé y empecé a lamerle los labios hasta separarlos y meter la lengua entre ellos.
Noté como Noe se estremecía y me cogía la cabeza agarrándome del pelo para que no parase. Volví a lamerla, acariciándola hasta ponerme frente a ella y abrazarla. Nos quedamos así durante largos minutos hasta que Noe se separó y sin decirme palabra se puso su ropa y se fue.
Después de aquello, nos cruzamos un par de veces y nunca me dijo nada más allá de un hola tímido. Por supuesto nunca volvimos a estar a solas ni nada.
Después le perdí el rastro y nunca supe más nada de ella…
Por razones laborales, antes pasaba mucho tiempo en casa y era bastante común que recibiera a amigas y a amigos en casa para poder desconectar del trabajo y de mis hijos.
En este caso, la invitada era Noe, una vecina del barrio de la cual me había hecho muy amiga en esa época. Ella estaba en la misma situación que yo y solíamos charlar a menudo y reírnos juntas.
Yo en esa época andaba casada y mi vida social era más bien escasa con lo que el poco rato que pasábamos juntas, me parecía súper valioso.
Noe tenía un pelo negro como el más puro azabache y unos ojos de un negro infinito capaces de desnudarte de un plumazo. Era más delgada que yo pero a diferencia de mí, tenía un pecho natural de lo más abundante.
El tema de sus grandes pechos siempre aparecía en nuestras conversaciones pero en ese día en particular yo tenía ganas de elogiarla. Ella intentaba cambiar el tema o no darle tanta importancia pero yo seguía insistiendo…
-ya que te gustan tanto no te gustaría verlas en serio? -me dijo
Yo me puse coloradísima, y no contesté…
-Vamos… ¿no te gustaría?...- me dijo, mientras se desprendía un botón de la blusa que llevaba y mostrándome mejor su escote…
-Bueno… si no... Entonces es que no te gustan tanto…¿quieres o no?- me dijo- insistiendo
-Sí… - le contesté tímidamente y casi inaudible…
-Bueno, pero entonces yo quiero verte también… - continuó
- vamos… - le dije mientras me levantaba un poco la blusa…
Noe se desprendió del corpiño rosado que llevaba y me mostró sus pechos en todo su esplendor.
-¿ te gustan? - ¿No te gustaría tocarlas?... - me dijo. Pero, sin esperar a que le contestase me tomó su mano y la puso sobre una de las suyas.
Yo empecé a tocar sus pechos hasta notar como Noe se excitaba poco a poco. La seguí tocando mientras ella no decía ni hacía nada. Tan solo cerraba los ojos y se dejaba llevar por la situación.
Fue entonces cuando cogí su mano, le chupe uno a uno cada uno de sus dedos hasta llevarlos sobre mis pechos y rozando levemente mis pezones. Noe me empezó a tocar suavemente mientras yo aceleraba viendo en su cara cómo estaba disfrutando.
Llevé una de mis manos a su pierna y fui subiendo. Le levanto un poco su falda, mientras con la otra mano le seguí masajeando los pechos…. Noe emitió un gemido a la vez que se excitaba más y más mientras una de sus manos empezó a bajar hacía mi vagina que estaba completamente húmeda. Las dos teníamos las braguitas puestas y nos estábamos tocando por encima. Al principio, ella me masajeaba suavemente pero a medida que se fue excitando me empezó a tocar con un poco más de confianza. Noté que Noe ya estaba muy mojada, su braguita ya estaba empapada y se la veía tan excitada que decidí apartarle la braguita y meterle mis dedos. Todavía estaba todavía más mojada de lo que yo imaginaba.
La empujé hasta que quedara medio acostada y así poder meterle mis dedos más fácil. Llevé su mano dentro de mi braguita para que ella también me tocara a mi. Yo seguí jugando con mis dedos dentro de su vagina hasta notar cómo se le hinchaba y su espalda empezaba a arquearse. En ese momento, bajé y empecé a lamerle los labios hasta separarlos y meter la lengua entre ellos.
Noté como Noe se estremecía y me cogía la cabeza agarrándome del pelo para que no parase. Volví a lamerla, acariciándola hasta ponerme frente a ella y abrazarla. Nos quedamos así durante largos minutos hasta que Noe se separó y sin decirme palabra se puso su ropa y se fue.
Después de aquello, nos cruzamos un par de veces y nunca me dijo nada más allá de un hola tímido. Por supuesto nunca volvimos a estar a solas ni nada.
Después le perdí el rastro y nunca supe más nada de ella…
2 comentarios - mi primera experiencia LÉSBICA