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Verano inesperado con mi hermana#4

Verano inesperado con mi hermana#4
No podía contestar, era obvio que lo que le había dicho era muy fuerte y desubicado, pasándome del límite, pero no me aguantaba más ya, quería verle todo. Ella apretó más fuerte mi pija.
¿Me estás pidiendo que me abra la cola? Que cochino que sos, soy tu hermana.
Era cierto, fui demasiado lejos y ella no me iba a complacer con eso, de todas maneras ya el orgasmo era inminente, y aún de espaldas a mí, Micaela me seguía pajeando hasta que le tuve que avisar que iba a acabar.
Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh…
Ella se dio cuenta y suspiró, gimió levemente y me apretó la pija hasta que salió el primer chorro de semen, que fue a parar a los cachetes de su cola, luego el segundo, el tercero… me había calentado tanto, que me salió un montón de semen disparado hacia delante, cayendo sobre la cola de mi hermosa hermana.
Ay… mmmmmmmmmm…-Micaela gimió como una putita al sentir mi leche caliente en su enorme cola.
Yo hice un esfuerzo para mantener la mirada ahí, viendo como me pajeaba y todo mi semen caía sobre sus nalgas, mi hermana se movió aún más cerca de mi pija para que mi acabada le siga salpicando en toda su cola.
Me la apretó en la punta hasta dejarme seco por completo, yo había quedado como perdido… desorientado o desvanecido por unos segundos, después de tan morbosa e intensa sesión de “tratamiento” que me había dado Micaela. Me repuse de a poco… ella seguía en la misma posición, tenía la cola toda sucia con mi leche… ya se le empezaba a bajar por los muslos hasta llegar a manchar la bombacha.
Mi hermana me soltó la pija y se tocó un poco su cola, notando todo el abundante semen que le había dejado…
Ay… me ensuciaste toda la cola hermanito…
Se dio vuelta y nos miramos.
Perdón… es que… estabas muy cerca…
Shhhh. No hace falta que digas nada… si me re gustó tontito.
¿En serio?
Sí… pero algunas cosas… como la que me pediste al final… me parece que es pasarse de la raya…
Uff, sí… perdoname por eso Mica… creo que me pasé con lo que te dije… no era mi intención molestarte… es que estaba muy caliente.
Sí, te entiendo… yo también me pasé bastante y por eso tengo culpa. No lo tomes a mal, pero eso que me dijiste fue muy atrevido…
Me sentí apenado… pero era normal, la calentura nos había nublado a ambos. Tras un corto silencio, mi hermana seguía tocándose la cola y mirando la leche que le caía por las piernas y quedaba en su bombacha, que estaba toda manchada con semen y con la humedad de su concha.
Se la bajó hasta sus pies y se la sacó… me miró con cara divertida, y acto seguido me pasó toda la bombacha por la pija, para limpiar lo poco que se había derramado sobre mí… yo mientras aprovechaba para mirarle la concha un ratito más… y su cola llena de semen. Una vez que terminó con aquello, Mica me dio un beso y fue a ducharse.
Bueno… me voy a ir a bañar pervertido, estoy toda sucia…
Tras meterse en el baño, tardó más tiempo de lo normal en ducharse… estaba bastante seguro de que se pajeaba en el baño, se debía tocar la concha como una zorra después de lo que había pasado, porque se había puesto muy muy caliente esa tarde. Es que la había manoseado toda, desde las tetas, pasando por la cola, hasta la concha. Por cómo había mojado la bombacha, era obvio que se estaba masturbando.
Habrá pasado más de media hora cuando salió del baño, se cambió y al rato nos sentamos en la mesa a merendar… hablamos poco, la sensación que se respiraba era algo tensa o incómoda, ambos estábamos avergonzados después de lo que habíamos hecho. Como que habíamos llegado demasiado lejos con esto. Mientras estábamos comiendo, a mi hermana la noté bastante rara, tenía la cara un poco colorada y estaba algo nerviosa.
Lo ocurrido esa tarde había sido hasta ahora lo más fuerte que había pasado con mi hermana, porque si bien durante los siguientes días ella siguió haciéndome pajas, sólo se limitaba a eso, nunca volvimos a llegar a los extremos que llegamos aquel día. No la había vuelto a tocar ni tampoco le vi alguna parte íntima otra vez. Además, había quedado cierto recelo o desconfianza después de mi salida de tono.
Pero bueno, de a poco me iba acostumbrando a éstos jueguitos sexuales tremendamente calientes con mi hermana. Aguantaba más tiempo los orgasmos y lo disfrutaba cada vez más. Pero cuando estaba solo, a cada momento recordaba esa tarde, como la toqué entera… cómo se había bajado la bombacha para mostrarme su tremenda concha… ¡y hasta le había acabado toda mi leche en la cola! Ahora ya no me bastaba con las pajas. Quería más, pero tendría que esperar alguna oportunidad adecuada para que sucediera.
En fin, había llegado el viernes, ese día me tocaba ducharme, así que ya por el atardecer estaba preparándome, tomando los recaudos necesarios y todo lo que ya saben… mi hermana había llegado del trabajo y estaba algo apurada porque debía bañarse y arreglarse ya que por la noche tendría un evento en donde tendría que modelar para una marca de ropa.
Le propuse que yo podía esperar hasta mañana, que se bañe ella así no perdía tiempo, pero me dijo que me ayudaba a mí y luego se metía ella a la ducha, que no habría problema. Acepté.
Nos metimos al baño, y tras desvestirme por completo y abrir la canilla, me puse abajo del agua. Ella se había quitado las zapatillas, estaba descalza, vestida con una remera simple y una calza ajustada.
Micaela me dijo que lo hagamos rápido para no perder mucho tiempo, asique tomó el pote de shampoo y me ayudó a ponerme un poco. Me costaba levantar mis brazos hacia mi cabeza, era de las cosas que más se me dificultaba en esta etapa de recuperación, ya que al levantarlos, se me cansaban muy rápido. Tardé con eso más de lo normal, mi hermana miró el reloj de su teléfono, y apresuró sus movimientos. Se acercó un poco más a mí para ayudarme con el enjuagado. Estaba realizando esa tarea, cuando sentí que se había arrimado demasiado a mi posición… de hecho, estaba tan apurada que no se dio cuenta y pisó un poco de agua en el suelo, y como estaba descalza, se resbaló hacia mí y casi se cae… la alcancé a agarrar de los brazos y evité su caída, pero se había mojado mucho al quedar abajo del agua.
¡¡¡Ay!!! Que tonta… me mojé toda.
Le pregunté si estaba bien y me respondió que sí, que no se había golpeado con nada. Lo cierto es que se le había mojado gran parte de la remera, que en ese momento aproveché a observar cómo se le transparentaba la tela y se le notaba el corpiño debajo, también se le había mojado la calza. Se me fue parando la pija en ese momento. Mi hermana agarró una toalla para secarse, pero enseguida cambió de idea porque iba a tardar mucho.
Ay, ya se me está haciendo muy tarde…-Repitió ella.
Se generó un silencio incómodo… nos miramos durante un breve lapso, Micaela puso cara de niña buena y me preguntó:
¿Te molesta si nos bañamos juntos? Sólo va a ser un ratito… porfi decime que sí hermanito… es que no me da el tiempo.
Puf, no me lo podía creer. Desde luego, le dije que no me molestaba… quería verla desnuda otra vez, y parecía que se daba la situación perfecta. Bendije mi suerte. Ya con mi visto bueno, se sacó la remera. Llevó sus manos hacia atrás y se desabrochó el corpiño, quitándoselo y dejándolo tirado a un costado.
Con sus tetas al aire, no perdió tiempo y se bajó la calza junto con la bombacha, estaba apenas al lado mío… yo no podía evitar mirar su entrepierna, pero esta vez no le pude ver la conchita porque mantuvo sus piernas bien cerradas, se había sacado la ropa muy rápido y no me había dado tiempo a mirarla bien. Ya desnuda, se dio la vuelta dándome la espalda, y se metió a la ducha conmigo, ubicándose delante de mí.
Creo que entramos los dos… tengamos cuidado de no tocarnos, ¿ok?
No había mucho espacio que digamos, claramente ese sector de la ducha era para una sola persona, estábamos bastante apretados debajo del agua, sin tocarnos pero cualquier mínimo movimiento podía generar un contacto. Podía sentir su perfume, su piel y su cabello de matiz dorado muy cerca de mí.
Mientras ella se ponía shampoo en todo su cabello, yo permanecía lo más quieto posible, tratando de no moverme para no tocarla a mi hermana… en ese momento miré hacia abajo, mi pija estaba a media erección. Fue lo peor que pude haber hecho. Además de ver mi pija, le vi la cola a Micaela. Instantáneamente se me empezó a endurecer la pija de manera incontrolable, no había nada que pudiera hacer para evitarlo. Es que era imposible. Ni se pueden imaginar la tremenda cola que tiene mi hermana.
¿Hermanito… podés intentar pasarte el jabón vos solo? Así terminamos más rápido.-Me pidió.
Agarré el jabón con la mano derecha, con la izquierda me sostenía como podía. Apoyé mi espalda en la pared de atrás, tocando la canilla y los azulejos, haciendo todo lo posible para evitar que mi pija ya parada roce las piernas o la cola de Mica. Sinceramente, no quería volver a pasar por una situación avergonzante con ella.
Ya con el jabón en la mano, me lo comencé a pasar por el cuerpo, no estaba teniendo grandes dificultades con eso, pero cuando me lo pasé por la pija, el contacto con mi mano y el jabón hizo que se me ponga aún más dura… me había puesto demasiado caliente, y la bella de mi hermana estaba desnuda a pocos centímetros delante de mí. Aún trataba de mantener la mente fría y no cometer una locura.
Me había quedado con muchas ganas de verle bien sus partes íntimas… cuando en ese preciso momento se me ocurrió una idea muy atrevida y arriesgada. No sabía si llevarla a cabo o no. Lo medité unos segundos, pero se me acababa el tiempo porque pronto Micaela terminaría de ducharse. Me decidí. Lo hago. Estaba tan excitado que no me importaban las posibles consecuencias de lo que estaba por hacer. Se me había presentado ésta oportunidad única… y no la quería dejar pasar.
Llevé mi mano derecha hacia abajo, y arrojé sutilmente el jabón al piso, entre las piernas de ella, para que caiga delante de mi hermana. El corazón me latía a mil por el nerviosismo, pero la primera parte del plan había salido bien.
Se me cayó el jabón Mica… ¿me lo podés alcanzar?
Se lo dije con la mayor seguridad posible. Ella miró hacia abajo… y sin decirme nada, lo iba a juntar. Llevó una de sus manos hacia atrás, y trató de cubrir un poco su cola para que no se le vea nada, enseguida se inclinó bien hacia delante para juntar el jabón. Al hacerlo, se le abrieron mucho los cachetes de la cola… tanto que le pude ver fugazmente el agujerito. Me aguanté como pude el gemido. Tiene un ojete tan grande que por suerte no pudo cubrirse bien con la mano… y gracias a que ella misma tenía las piernas un poco separadas, más abajo le pude ver la concha. Tenía los labios abiertos, un poco separados al estar en esa posición inclinada. Mi dulce hermana había caído en la trampa. Le había visto todo.
Por un instante, tuve a Micaela con la conchita abierta inclinada ante mí, estando con la pija parada a centímetros de ella, apuntando directamente a su chuchi. Me dieron muchísimas ganas de metérsela bien adentro y cogerla sin parar. Se me cruzó el pensamiento por la mente, pero era una completa locura. Por suerte, mi hermana se repuso rápido al juntar el jabón… unos segundos más en esa posición con su concha así de expuesta para ser cogida, y mi calentura extrema me hubiera llevado a cometer una barbaridad de la que no habría retorno.
Al verle todo eso, ya la pija se me puso tan dura que cuando Micaela se volvió a parar para darme el jabón, sus piernas me rozaron el glande. Al notarlo, creo que se sorprendió un poco. Se movió un poco más, y los suaves cachetes de su cola tocaron mi pija, estuve a punto de venirme. Tuve que cerrar los ojos y apretar los dientes. No había más espacio en la ducha para evitar el contacto. - Ay, ¿se te paró la pija?
No hacía falta que le responda nada, la debía estar sintiendo en su perfecta cola. Tras un breve silencio, me hizo otra pregunta:
¿Podés aguantar… o te tengo que hacer la paja?
Aún de espaldas y sin darse vuelta, mi hermana volvió llevar una de sus manos hacia atrás y me agarró la pija.
Ay, la tenés re dura hermanito… ¿te calentaste mucho por verme desnuda?
Sí…-Alcancé a responder, ya sin poder casi reaccionar de lo excitado que me había puesto.
Cuando me agaché a juntar el jabón, aprovechaste para mirarme ahí, ¿no?
Mmmmm… siiiii...
Tuve que gemir, no podía más de la calentura ya, sentía sus dedos y su mano apretándome muy fuerte la pija, no iba a durar mucho más.
Ay… ¿Y me viste algo?... ¿Qué me viste?
Me daba mucha vergüenza confesarlo… no quería admitirlo.
¡Dale… contestame!-Me suplicó con su voz provocativa.
No tuve más remedio.
…Te vi la concha Mica… te la vi entera… fue sin querer.
¿Eso solamente?... ¿O algo más?...
Demoré unos segundos en responder… el ruido del agua cayendo sobre ambos era lo único que se escuchaba en el baño. Hasta que confesé:
…También te vi apenitas el agujerito de la cola Mica… disculpame... no fue mi intención...
Mmmmm… qué pendejo cochino que sos… ¿no se te habrá caído el jabón a propósito para mirarme la concha, no?
¡Nooo Mica!… ¿cómo se te ocurre eso? Yo nunca haría algo así…
¿Estás seguro?...Yo creo que me hiciste trampa, pajero.
Movió bien su mano para pajearme, estábamos muy apretados y mi pija no paraba de rozar su enorme cola. Estaba gimiendo mucho ya.
¿Te va a salir mucha leche?-Me preguntó con un tono sensual para provocarme.
Siiiiii… voy a acabar ya Mica… cuidado que te voy a ensuciar la cola.
Mmmmm… no te preocupes por eso hermanito… te dejo que acabes todo tu semen en mi colita.
¡Mmmmm!... Ahí viene… te voy a llenar de leche Mica…
Me apretó bien fuerte en la punta para hacerme acabar… con el movimiento de la paja, ella se pasaba mi pija por los cachetes de su cola, sus dedos y mi glande rozaban un poquito adentro de sus nalgas, en su raya… con la excusa de que no había más lugar en la ducha, me estaba pajeando en su hermosa cola, era demasiado intenso y excitante. Su piel estaba tan caliente… me sostuve bien fuerte para evitar caerme y cerré los ojos… me quedé aspirando el perfume de su cabello mientras tenía un orgasmo devastador.
Micaela gimió cuando empezó a sentir la leche en la cola, mi semen salía disparado… me había calentado mucho y estaba acabando una enorme cantidad, todo caía sobre la cola de mi hermana.
Volví a abrir los ojos y miré hacia abajo… ella retiró su mano y ambos suspiramos. Estaba todo repleto de semen… mi glande, sus dedos, su cola… y la leche ya caía también por sus piernas. Micaela se tocó un poco los cachetes para notar todo lo que le había acabado.
¿Cómo te podes calentar así con tu hermana?-Me preguntó.
…No sé… te juro que no sé lo que me pasa con vos Mica… es que estás tan buena… sos tan linda… no me puedo aguantar, me calentás mucho.
Mmm… y vos me haces calentar a mí, pendejo… me dejaste llena de leche.
Cada palabra sucia que salía de sus hermosos labios era otra inyección de calentura. No quería que esto se termine. Deseaba aprovechar al máximo esta oportunidad. Fui más allá. Si mi hermana se había calentado, sería más fácil convencerla.
¿Me dejas verte ahí?-Le pregunté, al mismo tiempo que le apoyé levemente uno de mis dedos en la raya de su cola.
Mmm…. ¿Qué querés verme cochino?
Ya sabes… quiero verte bien el agujerito Mica… quiero ver cómo te dejé la cola llena de leche.
Ay, no seas asqueroso… ya lo habíamos hablado hermanito… me parece que hacer esto es pasarse, me da un poco de vergüenza… además, ya me lo viste cuando me hiciste juntar el jabón, ¿o no?
Sí… pero te lo vi apenitas… porfa Mica dejame vértelo bien.
Ella se quedó pensativa unos segundos, hasta que parecía que aceptaba.
Bueno… está bien, pero sólo un ratito, ¿si?
Por supuesto, un ratito era mucho mejor que nada. Mi hermana dio un pasito hacia delante, y yo apoyé ambas manos en los firmes y redondos cachetes de su cola. Teniendo en cuenta mi condición física actual, no podía flexionar las rodillas y agacharme, así que le pedí a mi hermana que fuera ella quien lo haga.
Inclinate un poquito Mica… te voy a abrir la cola.
Micaela se fue inclinando poco a poco, apoyando sus manos en los azulejos de la pared, dejando sus partes íntimas cada vez más expuestas. Una vez que ya estaba bien inclinada, le abrí los cachetes un poquito, estaban tan firmes que me costaba hacerlo… ejercí más presión y se los abrí más, hasta que por fin pude verle bien el agujerito.
Le había dejado semen por todos lados… mantuve sus nalgas completamente abiertas para mirarle ahí, le estaba abriendo la cola a la zorra de mi hermana y ella me dejaba… su ojete estaba muy cerradito, lo tenía de un color rosa pálido. Metí una de mis manos un poco más adentro de su raya, y le separé los cachetes desde más cerca… Micaela no me decía nada, y la otra mano la llevé a mi pija para tocármela un poco.
Me estaba por dar un ataque, ya el corazón me latía muy fuerte. A pesar del reciente orgasmo, tenía la pija bien dura y parada otra vez. Al abrirle los cachetes desde más cerca, el agujerito de la cola se le abrió apenitas. Casi me muero. Bajé con mi vista, viendo como el semen se deslizaba por sus piernas… un poquito de mi esperma había bajado hasta los labios de su conchita. Por favor, nunca había visto nada igual. Esa concha era preciosa. La tenía muy rosada, y sus labios gruesos seguían ligeramente abiertos…
Micaela giró un poco su cabeza hacia atrás, y vio como me la estaba tocando mientras le miraba el culo.
Que atrevido que sos… mirá lo que le estás haciendo a tu hermana…
Me hablaba con su tono provocativo habitual. Ella me miraba atentamente, mientras yo seguía observando su conchita y culito.
Te dan ganas de meterla, ¿no?
Apenas terminó de preguntarme eso, tuve que gemir. La miré a los ojos y, sin decirle nada, ella sabía que quería hacerlo.
Ay, eso sería coger hermanito…
Ver pt 5

8 comentarios - Verano inesperado con mi hermana#4

Postcar225 +1
Buenísimo desesperado por la continuación. +10 y favoritos
Nicmus1
Repost... Avisa cuando algo no es tuyo
Pitujaro
Super bb espero la siguiente
geb17
Excelente 10
franohora
Buenisimo amigo me tenes con la pija dura te van 10