Habíamos ido varios amigos a jugar a los bolos. Noemi era una de ellas y venia bien provocadora, con una camiseta blanca, de manga larga, ajustada marcando sus grandes pechos operados y un pequeño escote redondo, y una cortísima falda negra, apenas hasta el inicio del muslo, ajustadísima y con una pequeña raja triangular en el muslo donde tiene justo un tatuaje. Además, llevaba unas medias transparentes y unas botas altas, que la hacían más deliciosas las piernas.
Por suerte el marido de Noemi estaba más pendiente de ganar las partidas, que dé como su mujer me estaba poniendo a mil, con sus miraditas y roces. Tras varias partidas, ella dijo que no jugaba la siguiente pues se iba a fumar y yo dije que iba a salir también a airearme un poco.
No llegamos a salir del centro comercial, cuando nos metimos en uno de los baños. Antes incluso de besarnos, la agarre bien del culazo y la dije que me tenía a mil, de tanto inclinarse para tirar y mostrarnos su culazo. Comenzamos a besarnos y mis manos también acariciaron sus maravillosas tetazas operadas. Subí una de sus piernas para acariciar su piernaza. Luego hizo lo propio con la otra pierna. Noemi me desabrocho el pantalón y comenzó a masturbarme. Mi cara, varias veces, bajo para restregarse por sus tetazas. Acabe subiendo su faldita para acariciarla bien el culazo y el coño, tapados por las medias y un tanga blanco.
No tardo en arrodillarse y hacerme un mamadón. Sus manitas jugaban con mis huevos, poniéndome más cachondo aún. Cada vez que me comía y sorbia los huevos, a la vez que me masturbaba, me ponía atascadísimo. Se subió la camiseta y paso mi polla por el canalillo que formaba el sujetador blanco, de aro, en sus tetazas. Coloco mi polla entre sus tetazas y me hizo una maravillosa cubana, mientras me miraba fijamente a los ojos.
La levante y nos volvimos a besar mientras agarraba fuerte sus pechos. La gire y la coloque mirando la pared. Me arrime a ella, restregándola bien mi polla dura en su culazo. Una de mis manos se metió por dentro de las medias y la acaricio el coño por encima del tanga. Acabe metiéndola dentro del tanga, masturbándola. Seguíamos besándonos, cada vez más calientemente. Saque mi mano de su coño y lo subí hasta su boca, para que lamiera lo rico que sabia su coño.
Noemi se giró y volvimos a besarnos, mientras volvía a masturbarme. Mis manos sacaron sus tetazas del sujetador y se las comí con sumo gusto. Comencé a bajar por su cuerpo, besándoselo, hasta arrodillarme quedándome a la altura de su coño. La baje las medias, hasta las rodillas, y aparte su tanga. Pasé mi lengua por su clítoris, mientras la volví a masturbar. Mi lengua fue metiéndose en su coño, hasta hacerla una comida, suave y despacio. Cuando lo tuvo mojadísimo, la gire y bese y mordí su culazo.
Me levanté y volví a restregar mi polla dura por su culazo. Me puse un condón, aparte su tanga y comenzamos a follar. Mis manos agarraron sus tetazas fuerte y esta giro la cara para besarnos. Cambié y comencé a follarla el culo. Apreté fuerte sus tetazas y se la metía bien duro. Solté sus tetazas y coloqué mis manos en su cabeza y espalda, empotrándola contra la pared, follándola el culo, cada vez más fuerte.
Me senté en la taza del váter y Noemi se sentó, de espaldas a mí. Aparto su tanga y se metió mi polla en su coño nuevamente. Agarre de nuevo sus tetazas y esta comenzó a dar botes. Cada vez los deba mas fuertes, hasta que se corrió. Entonces comenzó a moverse en círculos, mientras nos besábamos. Giro la cara y nos volvimos a besar.
Noemi se levantó y se subió las medias. Se sentó sobre mí, mirándome y agarro mi cabeza, aplastándola contra sus tetazas. Yo se las comí y lamí, hasta que esta me soltó y se colocó de rodillas en el suelo, entre mis piernas. Me quito el condón y comenzó a masturbarme, mientras su lengua jugueteaba en mi glande. Me hizo una tremenda de huevos, con la lengua a toda velocidad, al igual que su mano me masturbaba de rápido. Metió mi polla durísima, entre sus tetazas, las apretó y me hizo una cubana. Mientras me miraba y me decía que le encantaba pasar ratos así, conmigo, sin que su marido sospechara nada. La avisé que iba a correrme y entonces me volvió a hacer una mamada, hasta que me corrí en su boca, tragándoselo todo.
Nos colocamos bien la ropa, nos dimos unos últimos besos, y volvimos hacia la pista de juego. Antes de salir del baño, no pude resistirme a darla un buen azote en su culazo tan marcado.
Por suerte el marido de Noemi estaba más pendiente de ganar las partidas, que dé como su mujer me estaba poniendo a mil, con sus miraditas y roces. Tras varias partidas, ella dijo que no jugaba la siguiente pues se iba a fumar y yo dije que iba a salir también a airearme un poco.
No llegamos a salir del centro comercial, cuando nos metimos en uno de los baños. Antes incluso de besarnos, la agarre bien del culazo y la dije que me tenía a mil, de tanto inclinarse para tirar y mostrarnos su culazo. Comenzamos a besarnos y mis manos también acariciaron sus maravillosas tetazas operadas. Subí una de sus piernas para acariciar su piernaza. Luego hizo lo propio con la otra pierna. Noemi me desabrocho el pantalón y comenzó a masturbarme. Mi cara, varias veces, bajo para restregarse por sus tetazas. Acabe subiendo su faldita para acariciarla bien el culazo y el coño, tapados por las medias y un tanga blanco.
No tardo en arrodillarse y hacerme un mamadón. Sus manitas jugaban con mis huevos, poniéndome más cachondo aún. Cada vez que me comía y sorbia los huevos, a la vez que me masturbaba, me ponía atascadísimo. Se subió la camiseta y paso mi polla por el canalillo que formaba el sujetador blanco, de aro, en sus tetazas. Coloco mi polla entre sus tetazas y me hizo una maravillosa cubana, mientras me miraba fijamente a los ojos.
La levante y nos volvimos a besar mientras agarraba fuerte sus pechos. La gire y la coloque mirando la pared. Me arrime a ella, restregándola bien mi polla dura en su culazo. Una de mis manos se metió por dentro de las medias y la acaricio el coño por encima del tanga. Acabe metiéndola dentro del tanga, masturbándola. Seguíamos besándonos, cada vez más calientemente. Saque mi mano de su coño y lo subí hasta su boca, para que lamiera lo rico que sabia su coño.
Noemi se giró y volvimos a besarnos, mientras volvía a masturbarme. Mis manos sacaron sus tetazas del sujetador y se las comí con sumo gusto. Comencé a bajar por su cuerpo, besándoselo, hasta arrodillarme quedándome a la altura de su coño. La baje las medias, hasta las rodillas, y aparte su tanga. Pasé mi lengua por su clítoris, mientras la volví a masturbar. Mi lengua fue metiéndose en su coño, hasta hacerla una comida, suave y despacio. Cuando lo tuvo mojadísimo, la gire y bese y mordí su culazo.
Me levanté y volví a restregar mi polla dura por su culazo. Me puse un condón, aparte su tanga y comenzamos a follar. Mis manos agarraron sus tetazas fuerte y esta giro la cara para besarnos. Cambié y comencé a follarla el culo. Apreté fuerte sus tetazas y se la metía bien duro. Solté sus tetazas y coloqué mis manos en su cabeza y espalda, empotrándola contra la pared, follándola el culo, cada vez más fuerte.
Me senté en la taza del váter y Noemi se sentó, de espaldas a mí. Aparto su tanga y se metió mi polla en su coño nuevamente. Agarre de nuevo sus tetazas y esta comenzó a dar botes. Cada vez los deba mas fuertes, hasta que se corrió. Entonces comenzó a moverse en círculos, mientras nos besábamos. Giro la cara y nos volvimos a besar.
Noemi se levantó y se subió las medias. Se sentó sobre mí, mirándome y agarro mi cabeza, aplastándola contra sus tetazas. Yo se las comí y lamí, hasta que esta me soltó y se colocó de rodillas en el suelo, entre mis piernas. Me quito el condón y comenzó a masturbarme, mientras su lengua jugueteaba en mi glande. Me hizo una tremenda de huevos, con la lengua a toda velocidad, al igual que su mano me masturbaba de rápido. Metió mi polla durísima, entre sus tetazas, las apretó y me hizo una cubana. Mientras me miraba y me decía que le encantaba pasar ratos así, conmigo, sin que su marido sospechara nada. La avisé que iba a correrme y entonces me volvió a hacer una mamada, hasta que me corrí en su boca, tragándoselo todo.
Nos colocamos bien la ropa, nos dimos unos últimos besos, y volvimos hacia la pista de juego. Antes de salir del baño, no pude resistirme a darla un buen azote en su culazo tan marcado.
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