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Sak Yant - Episodio 7 | Alas

Episodio 6 acá: http://www.poringa.net/posts/relatos/4504419/Sak-Yant---Episodio-6-Ritual.html


Fuego. Nunca había pensado morirme quemado pero seguro se sentía así como yo lo estaba padeciendo una vez vertido sobre todo mi cuerpo ese líquido humeante. Podía escuchar el crujir de la piel quemada que se levantaba despegándose de mi carne. Podía sentir como se tensaban mis músculos agarrados del hueso en cada espasmo provocado por las llamas desde mi cabeza hasta mis pies. Y el ardor, el insoportable ardor que invadió todo mi ser hasta no dar más y tras escuchar un crack proveniente de mi cráneo todo se puso negro y no sentí más nada. 

"Es la muerte" pensé. La falta de sentir incluso dolor sólo puede pertenecer a los que no están vivos, concluí a pesar de que mi mente seguía funcionando a pesar del abismo. Ella era un demonio y las 4 parcas son la muerte: Concepción, Encarnación, Dolores y Soledad eran los nombres de los 4 pasos hacia el fallecer, los 4 clavos en mi cruz, los 4 puñales que habían acabado con mi vida. De algún modo supe que había muerto y sin embargo estaba ahí, pensando, todavía podía pensar sin sentir absolutamente nada. 

De repente pude ver sin abrir los ojos, se repetía la experiencia extracorporal por la cual podía verme a mí mismo desde arriba como una escena de película, como sobrevolando la habitación: todo parecía una escena glitcheada de Matrix, con los dos "mundos" o planos o lo que sea mezclados, como titilando la luz natural, la violeta, la naranja, por segundos estaba atado con cuerdas, al instante eran llamas y mi piel oscilaba entre su pálido tono, el verde y el marrón bien oscuro, no sé porqué. Las 4 chicas tenían sus batas negras sólo de la cintura para arriba, y la mitad de su cara era un cráneo de cordero. Elizabeth ahora tenía el pelo negro bien oscuro que le tapaba la cara al estar mirando para abajo. A ella la cubría una especie de bruma, no la podía ver bien sino difusa cómo el aire cuando el asfalto quema en la ruta. Pude observar todo eso y cuando posé la mirada en el libro envuelto en llamas en el cuarto otra vez sentí un dolor indecible. Unos segundos y ya no más.

Abrí los ojos y parecía estar en la "realidad real" en la que los colores eran los de siempre, las 4 chicas tatuadas y preciosas me miraban con cara tierna y atrevida a la vez, Yo estaba atado con cuerdas y Elizabeth al pie de la cama miraba para abajo escondiendo su mirada. Lo único que seguía como en el vistazo anterior era ese maldito libro prendiéndose fuego en el estante sin cesar. Lo miré y al volver la mirada al frente vi a Eli con los ojos amarillos como los de un gato y sonriendo malignamente con algo enmarcado en su poder. Se acercó y extendiendo sus dos brazos me mostró un espejo en el que me vi reflejado de una forma que casi paraliza mi corazón. Mi cabeza era un cráneo de cordero y mi piel negra. Al verme así y con el ímpetu de salir de ahí lancé un rugido leonino y me liberé de mis ataduras queriendo atacar vaya a saber porqué con mis nuevas y mortíferas mandíbulas a la demoníaca y sensual Elizabeth.

Fui frenado por las "parcas" y quedé agitado arrodillado en la cama frente a Beth que se reía y se relamía mirando mi negro, enorme y cuasi animalesco pene erecto de una forma que no había estado nunca. "Lo quiero" me dijo y cuando las otras chicas me soltaron la agarre con las dos manos de la cabeza y como ella abrió del todo la boca la empujé hasta que la cabeza de mi verga le llegara hasta el fondo. Encarnación y Concepción la agarraron de los brazos y el pelo mientras que Dolores y Soledad acariciaban y besaban mi cuerpo. Le cogí la boca por un buen rato y ella gemía y hacía ruiditos casi felinos. Yo me sentía poderoso y fuerte como nunca, como si literalmente hubiese vuelto de las llamas del maldito infierno. Cuando sentía que me iba a explotar la cabeza de la pija Loly y Sole apoyaron sus gomas en mi cuerpo y me ordenaron que eyaculara. Las otras dos comenzaron a besarse en frente mío y yo agarre el pelo de Elizabeth y comencé a moverla para cogerle esa boquita hermosa lo más rápido posible hasta que no dí más y estallé. Cada latido era un chorro más de leche dentro de su boca, ella tenía la boca llena y los ojos llorosos pero no salía de su posición. Tras dos minutos seguía saliéndome semen y ya le rebalsaba por la comesura de los labios. Cuando dejó de brotarme leche se la saqué y ella empezó a escupirla encima del tatuaje de entre sus pechos: mi semen llegaba hasta ese extraño dibujo de varias alas cubriendo un ojo y se perdía. Del tatuaje brotó una luz blanca resplandeciente y el cuerpo de Elizabeth y todo el cuarto menos las 4 chicas y yo se volvieron de un color violeta como si se tratase de un negativo.

Sak Yant - Episodio 7 | Alas

Todo el cuarto salvo el libro quemándose al que mi mirada no podía evitar volver una y otra vez. Mi pene estaba aún duro y monstruosamente erecto, de una forma que desafiaba los límites de lo natural y las 4 chicas al costado de la cama lo miraban con deseo. Les dije que hagan lo que querían hacer con el y todas me lo tocaron haciendo que se pusiera aún más firme si es que eso era posible. Elizabeth se masturbaba en el piso y del tatuaje de su pecho continuaba brotando la luz brillante que lo iluminaba todo. Al mirarla sentí una locura instintiva a la que seguí cuando agarre a Concepción de atrás y la cogí bien fuerte hasta acabarle adentro. Cuando terminé con ella Encarnación se me subió encima y me cabalgó la pija hasta chorrearse una y otra vez provocando que yo terminara y llenara de leche su conchita. Cuando terminé con ella agarre a Dolores de atrás y se la metí por la cola de una hasta el fondo, la culié por horas y horas hasta perder la noción del tiempo y llenarle el orto de mi semen. Las 3 al salir de la cama fueron y se sentaron arriba de Elizabeth para liberar la carga que les había dejado encima del tatuaje del ojo que con cada descarga brillaba más. Soledad que observó todo masturbándose se arrodilló y me la chupó hasta dejarla llena de baba, me tocó los huevos hasta que mi enorme y desproporcianada verga quedó muy venosa y ahí la puso entre sus enormes y tiernas tetas a las que apretó y con las que estimuló mi pija subiendo y bajándolas. El libro en llamas comenzó a quemar el estante y los demás libros del cuarto. Eli empezó a gritar acabando a chorros una y otra vez metiéndose los dedos. Las otras 3 chicas se pusieron cerca de Soledad y de mi pene salieron montones de chorros de una espesa leche que se pegó a los enormes pechos de ella y a las caras de todas. El mayor placer de mi vida sentí en ese momento y mientras eyaculaba aquella inédita sustancia les pegué con mi miembro en la cara a las 4 que se besaban entre ellas, se reían y parecían agradecidas. Le dieron la leche a Eli encima de su tatuaje y festejaron. Fundido de tanto placer me acosté de nuevo y al pestañear las 4 chicas ya no estaban más sino sus batas en el piso. El fuego iba tomando toda la habitación y la luz del tatuaje y de las llamas casi me cegaron pero igual pude ver a Elizabeth con su cuerpo original y alas de murciélago sobre su espalda salir volando del lugar que ya se había incendiado. 

Otra vez el ardor, el dolor indescriptible y el crepitar de las llamas en la piel que se levantaba de mi cuerpo derretido. El negro en mi mente, la sensación de muerte y murmullo en mis oídos. Parecían leves ronquidos, un colectivo que pasaba y el tic tic de la llovizna en el techo. Abrí los ojos y estaba en mi cama, como si nada hubiera pasado. 

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