Luego de haber tenido la aceptación completa de ambos, mi madre y yo comenzamos a coger como depravados, aprovechábamos cada pequeño descuido para desaforadamente gozarnos mutuamente.
Una vez después de la cena, mi padre estaba dormitando en el sofá frente al televisor, yo había observado durante toda la cena cuando iba y venía mamá dejando trasto a la cocina y regresando a la mesa para llevarse más, llevaba puesto un vestido de tela muy suave, de esos que son de una pieza y llegan hasta la entrepierna, se le marcaba una hermosa tanga y con sus nalgas bien formadas y duras cada vez que se agachaba un poco para colocar los trastos en el lavadero, se marcaban más sus nalgas en el vestido.
Yo francamente sentía mi verga a punto de explotar y no veía la hora de terminar de cenar para volarme una exquisita paja.
El destino ha veces es dulce y permitió que papá durmiera plácidamente, yo aprovechando la situación y por las emergencias que pasaba, entré a la cocina y apreté por la espalda a mamá, rozando mi miembro con esas sabrosas nalgas que tanto me encantaban, ella trató de alejarme, espera que puede vernos tu papá, yo le respondí que no se preocupara por que estaba dormido y que iba a ser rápido.
Hablando aún estaba cuando baje mi cremallera y saqué mi verga, ella se volvió como loca, la tomó entre sus manos, se inclinó y la metió completa en su boca, yo gozaba viéndola subir y bajas lentamente lamiendo con su lengua todo al largo y ancho de mi miembro.
De vez en cuando echaba un vistazo para saber si papá seguía dormido, en el lugar donde estaba podía observar sin ser visto, lo que me daba bastante tranquilidad.
Luego de un rato no aguante más y doble a mamá sobre el lavadero, subí hasta su cintura el vestido y suavemente aparté la tanga, me bajé el pantalón hasta las rodillas, y le introduje mi verga hasta el fondo, sentía un sabroso calor y cuando bombeaba oía pequeños ruidos de su vulva húmeda, era una posición sabrosa, yo la apretaba de la cintura alejándola y atrayéndola hacia mí rítmicamente, veía como sus nalgas temblaban a cada golpe con mis piernas, el movimiento y el golpeteo hacía que el ruido fuera excitante y erótico, casi animal.
Luego de unos minutos, acerqué una silla y con ella dándome la espalda la obligue a doblarse hacia delante, dejando frente a mí una visión de su raja en forma completa, luego lentamente la hice que fuera bajando lentamente, sentía como iba penetrándola de nuevo, pasamos así como dos minutos, luego le di la vuelta y quedamos uno frente a otro, cara a cara, ella comenzó a bombear más rápidamente, tuve que taparle la boca para que sus gemidos no fueran a despertar a papá, luego con dos movimientos más le derrame todo mi néctar en sus entrañas, ella luego se levanto y suavemente succionó para limpiarlo.
Me vestí y le dije que quería pasar la noche con ella, pero eso les queda pendientes para mi próximo relato, porque está más interesante aún, nos vemos.
4 comentarios - Mamá y yo (episodio 3)