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En el colegio internado 4

Acaba de amanecer. Aún es viernes y el puente se alargará hasta el lunes por la noche. No habían pasado ni 24 horas y Jon y Fernando ya sabían que me tenían dominado. No había podido pegar ojo debido a la excitación y los nervios. Realmente estaba acojonado de que Jon y Fernando contasen por ahí que era gay, pero por otro lado estaba totalmente cachondo porque me follasen otra vez como habían hecho en las duchas.
Me desperté tranquilamente en el dormitorio donde solo estaban otros dos españoles y un holandés que seguían durmiendo. Me vestí, me aseé y bajé al comedor a desayunar. Cuando entré, solo estaban Jon y Jacobo, un español aun más guapo que los otros dos y con el cuerpo un poco más musculado. Cuando Jon me vio entrar sonrió, me guiñó el ojo y me invitó a sentarme con ellos retirando una silla al lado suyo. Jacobo estaba sentado enfrente y actuaba como si nada. No sé si es que no lo sabía, o es que le daba igual.
Buenos días princesa. - Me dijo Jon con voz socarrona-.
Qué pasa? Cómo habéis dormido?
Bien, muy relajado. Y tu? - Todo lo que decía Jon parecía que iba con segundas-.
También.
Jacobo no estaba pillando nada, pero algo se olía.
Continuamos desayunando, hablando de chorradas y de lo que haríamos si estuviésemos en España y no internos en un colegio en Irlanda.
Yo ahora mismo estaría de resaca en la cama. - Dijo Jacobo-. Habria salido con mis colegas, me habría pillado una buena cogorza y me habría liado con alguna de las tías del grupo. Pero sin embargo estoy aquí con vosotros, bien despierto y como una rosa...jajaja
Jon mirándole fijamente, le dijo:
Aquí si quieres y rezas lo suficiente, puedes follar también.
Jajajaja si, con una de las monjas del convento de enfrente como hacen los curas.
Yo fingí una risa y me debí poner rojo por miedo a que Jon me delatase, mientras los dos se partían de risa pensando en que los curas iban mediante un pasadizo al convento de monjas que había al otro lado de la carretera. Mientra tanto Jon, por debajo de la mesa me ponía la mano en mi pierna y la apretaba sin que Jacobo se diera cuenta. Al intentar zafarme de él, me cogió la mano y la llevó a su entrepierna. El muy hijo de puta tenía la polla fuera y dura como una piedra. Yo cada vez me estaba poniendo más rojo y no sabía donde meterme. Jacobo, que notaba algo raro, decidió que había terminado de desayunar y que se iba al salón a echar una partida a la Play.
Bueno, que hacemos hoy? Me dijo Jon clavándome sus ojos negros.
Déjame cabrón. Encima me coges la mano y me haces tocarte la polla delante de Jacobo. Estás loco.
Venga, no te hagas el ofendido que veo que te ha gustado.
El hijo puta me decía eso mientra miraba a mi pantalón completamente abultado y me cogía la mano para llevarla de nuevo a su bragueta. Llegados a ese punto sabía que mientras me clavase los ojos iba a dejar que me clavase lo que quisiera, así que dejé que acercase mi mano a su polla y empecé a pajearle por debajo de la mesa mientras él seguía desayunando como si no pasara nada.
Qué pasa señores!? - El que faltaba para bingo. Fernando entraba por la puerta y yo con las manos en la masa-. Qué hacéis tan pegaditos? Que no os podéis controlar ya o qué?
Jon se empezó a descojonar de la risa dando a entender a Fernando que tenía toda la razón. Éste abrió los ojos y la boca como no dando crédito y agachó la cabeza para ver qué pasaba debajo de la mesa. Yo aparté la mano rápidamente pero la polla de Jon seguía ahí como el mástil de una bandera. Fernando estalló en una carcajada que debió despertar a los pocos estudiantes que siguiesen dormidos en el colegio. Cogió una bandeja con el desayuno sin apartar la mirada de nosotros y se dirigió hacia nuestra mesa. Mientras, Jon me había vuelto a coger la mano y la había puesto en su polla otra vez para que continuase pajeándole, lo que hice con cierto gusto.
Fernando se sentó delante nuestro y se hizo un silencio eterno. Yo agaché la mirada mientras seguía pajeando a Jon, y Jon miraba a Fernando con una medio sonrisa, como expresando el triunfo que era que alguien le estuviese haciendo una paja en mitad del desayuno. Fernando aun no se lo podía terminar de creer.
Bueno, y a mi cuando me va a tocar?
A ver Fernando, no te pongas envidioso. Ya te tocará luego, que ahora estamos desayunando. - Dijo Jon con voz jocosa y acabando con un gemido ahogado, producto de la paja-.
Jajajaja, que hijo de puta eres.
Jon me miró y me dijo:
Y tu? No vas a terminar tu desayuno?
Qué desayuno? Si he acabado hace media hora.
No, aun te queda el vaso de leche. - Cogió mi vaso vacío, lo metió debajo de la mesa, cogió mi mano con su otra mano y comenzó a masturbarse más rápido. En 10 segundos, y después de un espasmo, empezó a correrse dentro del vaso-. Aquí lo tienes; que te aproveche.
Jon me dió el vaso y por un momento mi cara pasó de rojo a pálido, y a rojo de nuevo. A Fernando parecía que se le iban a salir los ojos de las órbitas. El vaso tenía un buen dedo leche de Jon. Yo sabia lo que me tocaba hacer. No es que no me apeteciese, me moría de ganas. Sabía que estaba entrando en un terreno en el que no había vuelta atrás y decidí que tenía que aceptar en lo que me habían convertido. Así que me llevé el vaso lentamente a hacia la boca mirando a Fernando fijamente a los ojos, olí el intenso olor a lefa y me lo tragué lentamente sin pestañear ni apartarle la mirada.
Joder, que puta eres. Creo que me va a estallar la polla.
Bueno, ya con todos desayunados creo que es hora de irnos a dar una vuelta. Primero tengo que pasar por el cuarto a por unas cosas. Me acompañáis? Dijo Jon con su puta sonrisita.
Fernando se colocó la polla como pudo dentro del pantalón y se levantó frotándose las manos. Yo intenté ocultar mi excitación por saber lo que me esperaba de nuevo. Nos dirigimos al cuarto de Jon en silencio, casi en fila, Jon iba delante, yo en medio y Fernando detrás. Subiendo las escaleras Fernando me agarró el culo y acercándose a mi oído me dijo:
Hoy no va a ser rápido como el otro día. Hoy voy a recrearme contigo y sacar de ti lo realmente puta que eres, maricón.
Eso me puso a cien, pero no dejó de darme un poco de miedo. Estos dos no eran de fiar y yo me estaba metiendo solo en la boca del lobo.
Cuando llegamos a la habitación, Fernando cerró la puerta detrás de él, me dio la vuelta y me bajo por los hombros hasta ponerme de rodillas. Se saco su polla ya dura como una piedra y me la acercó a la cara. Yo abrí la boca para metérmela pero él se apartó.
Te he dicho que hoy no va a ser como el otro día. Saca la lengua y lámela.
Yo aproveché para lamerla como si no hubiera mañana. Bajaba hasta su huevos y volvía hasta su glande. Momento en el que aprovechó para clavármela hasta darme una arcada y sacármela igual de rápido. Me golpeó con ellá en la cara mientras me cogía de la barbilla y me levantaba la cara pidiéndome que abriese la boca. El cabrón dejó caer un escupitajo en mi boca y metió su polla detrás de él. No podía ver a Jon pero tampoco estaba pensando en él; Fernando me tenía bastante ocupado hasta que vi que abría otra vez los ojos sorprendido de lo que veía detrás de mi. Me di la vuelta y vi a Jon con la sonrisa de hijo de puta y un dildo en la mano grande como un antebrazo. No se de donde había sacado eso, pero me iba a destrozar. Me subieron a la cama, me quitaron la ropa y me pusieron a cuatro patas cruzado en la cama. Se pusieron uno a cada lado; Fernando siguió recibiendo su mamada y Jon empezó a meterme un dedo para dilatarme el culo.
Chupa así que hoy nos lo vamos pasar muy bien. - Dijo Jon susurrándome en el oído mientras me empujaba la cabeza hacia la polla de Fernando y me metía el dedo corazón bien hasta el fondo-. Veo que aun sigues abierto de lo que te dimos ayer. Eso está bien, porque hoy vas a recibir un poco más.
Fernando se agachó en ese momento y me volvió a escupir en la boca. Le estaba encantado la humillación y a mí me ponía muy cachondo, para que lo voy a negar. Jon mientras aprovechó para meterme un segundo dedo sin problema y yo ya empecé a desatarme. Mi gemido con ese segundo dedo debió sonar demasiado alto y recibí un pollazo de Fernando en la cara para que me mantuviera callado. Mi culo se iba dilatando y pidiendo más, yo me echaba hacia atrás esperando que Jon me metiese otro dedo; y el tercer dedo llegó. Yo comencé a chupar como una zorra la polla de Fernando, al que de vez en cuando se le escapaba algún gemido y Jon metió un cuarto dedo. Mi ojete estaba todo lo dilatado que había estado en su vida, y yo cachondo hasta el infinito deseando más aún. Jon sacó sus dedos y rápidamente me metió su polla de un solo golpe de cadera. Con mi ojete totalmente dilatado no tenía ningún tipo de dolor. Solo me quedaba disfrutar de esa polla entrando y saliendo de mí mientras me comía la de Fernando. Jon se echó encima mía, podía notar su respiración agitada en mi nuca, como su cuerpo golpeaba el mío con cada embestida y acercándose de nuevo a mi oreja me dijo:
No te he metido todavía todo lo que te vamos a meter, tranquilo. Cuando terminemos contigo hoy, en tu culo se va a poder guardar el casco de la moto.
En el fondo lo estaba deseando. Mi culo ya estaba totalmente acostumbrado a la polla de Jon y seguía pidiendo más; y él lo notaba. Separando su cuerpo de mi espalda noté como metía un dedo a la vez que su polla. Joderrrr... hasta donde podía llegar. Mi culo estaba totalmente abierto. Sacó su polla y pude notar como no volvía a su posición normal; se quedaba totalmente abierto esperando su tranca. Que volvió acompañada de un segundo dedo. Tuve que dejar de chupar la polla de Fernando debido al placer descontrolado, y él se acercó a ver como Jon seguía dilatándome el ojete. Dio un par de embestidas más y se salió totalmente dejando mi culo vacío mientras Fernando me separaba los cachetes evitando que mi esfínter se cerrase completamente. Yo con la polla de Fernando de nuevo en la boca no pude ver qué estaban tramando, pero pronto noté el dildo en la puerta de mi ojete y una presión que no sabía si aguantaría. Jon lo estaba empujando decidido, y mi culo, dilatado como nunca, quería que entrase pero se estaba resistiendo. Poco a poco y con bastante dolor, mi culo fue cediendo y dejó entrar la punta del dildo, ancha como una lata de cocacola. Pero lo que venía detrás lo era mucho más. Debieron notar mi esfuerzo por que lo sacaron para darme un respiro. Yo seguí mamando la polla de Fernando y Jon me metió 5 dedos en mi culo con total facilidad.
Ves como se da de sí Fernando. Te dije que le iban a entrar nuestras dos pollas sin problema.
Uf... ya ves tío. Termina de abrírselo que le podamos partir bien entre los dos.
Me querían follar los dos a la vez. Me estaba a punto de correr y aun no me habían ni empezado a follar como tenían planeado.
Jon volvió a coger el dildo, y ayudado por Fernando que me abría el culo todo lo que podía, metió la punta e hizo una presión constante hasta que mi agujero, efectivamente, cedió y dejó entrar dentro de mí unos 30 centímetros el dildo. Jon los metió lentamente hasta el fondo y lo volvió a sacar del todo. Mi culo estaba totalmente abierto. Y lo volvió a meter, esta vez sin ninguna resistencia. No podía más de placer. Mi voluntad estaba completamente a su merced y mi culo a su disposición. Repitió la operación en repetidas ocasiones, aunque no puedo recordar cuantas.
Bueno, ya lo tenemos bien abierto. Levanta putita que se va a meter Fernando debajo tuyo.
Eso, ven y siéntate en mi polla zorra. Que tengo unas ganas de reventarte el ojete que no veas. - Fernando se tumbó boca arriba y yo me puse en cuclillas insertándome su rabo con facilidad y placer. El me agarró el culo y me la terminó de clavar con violencia, para que me enterase de quién mandaba ahí. Me agarró de la nuca, me bajó la cara hacia la suya y me volvió a escupir mientras me follaba-. Joder que puta eres.
Jon mientras tanto se puso detrás mío y comenzó a hacer presión poco a poco. No le costó mucho meter la cabeza de su polla en mi culo junto con la polla de Fernando, pero me pidió que lo hiciera yo.
Métetelas tu a la vez. Que se que lo estás deseando.
No sé si podré.
Pues como me hagas daño en la polla te parto la puta cara.
Cogí las dos pollas y poco a poco me fui sentando en ellas. Conseguí meterme los dos capullos y ellos dos hicieron el resto. Se volvieron locos; como si hubiesen triunfado comenzaron a bombear todo lo fuerte que pudieron y yo subí al cielo. No pude evitar gemir como la zorra que era. Menos mal que el colegio estaba vacío y en el corredor de las habitaciones de Jon y Fernando solo estaban ellos y Jacobo, que estaba en el salón tres pisos más abajo. Estuvieron follándome los dos sin parar durante 15 o 20 minutos. No tengo ni idea. Salían y volvían a entrar en mi culo con total facilidad. Se cambiaron el sitio; sentía sus dos cuerpos junto al mío mientras sus dos pollas peleaban por el espacio dentro de mí. Y tras esos 15 o 20 minutos en los que los 3 estábamos totalmente empapados en sudor y saliva de sus diferentes lapos, decidieron que era momento de correrse. Sacaron sus pollas, se levantaron y me dejaron en la cama a cuatro patas mientras comenzaron a masturbarse cerca de mi boca.
Esto va a ser tu segundo desayuno, que no te viene mal.
Si, que necesitarás energía.
Yo mientras ellos se hacían la paja cogí el dildo y me lo metí en el culo. Estaba cachondísimo y absolutamente desinhibido.
Joder que cachondo me pone que seas así de puta. Venga, métetelo bien, zorra. Jon, hemos encontrado a la putita de este año.
Uffff... me voy a correr...
Siii, yo también...
Primero Jon me metió la polla hasta la garganta y comenzó a dar espasmos mientras mi nariz se enterraba en su pelo rizado: Noté como se hinchaba y se corría, volviendo a saborear su leche. Al momento, Fernando agarró mi cabeza cuando aún limpiaba la polla de Jon y me metió la suya de la misma forma. Su corrida fue increible. Estaba lleno por haber estado toda la noche pensando en este momento. Me la tragué toda, limpiando hasta dejarla limpia y me terminé corriendo encima de la cama de Jon como si no me hubiera corrido nunca.
Joder putita, ahora me vas a tener que limpiar la colcha... que paso de dormir encima de tu puta leche. Así que estás tardando en sacar la lengua.
Y efectivamente, lamí la colcha de Jon con el dildo metido en mi culo y Jon y Fernando todavía cachondos.
Bueno, creo que habrá que darse una ducha, no? - Dijo Jon con media sonrisa...-.

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