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Vacaciones Candentes. Capítulo Especial VI:

“Cumpliendo una fantasía”

Capítulo 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/4415761/Vacaciones-Candentes-Capitulo-Especial-1.html

Capítulo anterior: http://www.poringa.net/posts/relatos/4472747/Vacaciones-Candentes-Capitulo-especial-V.html

“La idea de tener sexo con mi propia hija me aterraba. Si bien soy un hombre bien liberal a diferencia de mi padre, el mal recuerdo de cuando crucé aquella línea, seguía atormentándome. Desde entonces prometí que no iba a tocar a ninguna hija mía, aún si tú me rogabas por hacerlo. No obstante, al ver a Mariana, todos esos pensamientos se esfumaron como si fueran burbujas. Su sensual cuerpo me recordará al de mi madre y a Celeste, una combinación simplemente mortal.” 

Tomás le relataba a su mujer, mientras iban de regresó a su casa. La Milf disminuía la velocidad en aquel tramo, pues su cuerpo ardía en lujuria después de haber visto a su esposo siendo besado por Mariana y solo aumentaba con cada palabra que soltaba él, de su experiencia “incestuosa”

“Esa piel morena me encendía y aun sabiendo que ella era mi hija, no podía dejar de tenerla dura. Después de haber discutido con mi padre, no pude contenerme al verla desnuda, me arrimé como un perro salvaje hacía ella. Consumiendo así nuestros deseos incestuoso y pasando una tarde llena de sexo, donde comí sus labios, devoré y penetré su coñito vulgar, hasta dejarla completamente satisfecha. Mientras montaba mi verga, su bella madre nos encontró, su reacción fue de sorpresa y asombro, como si nunca hubiera visto mi polla.” 


“Ella hechizada por mi pene, se acercó sin decirme ninguna palabra y se unió a la diversión, Pía María, pasó su lengua alrededor de mis huevos, al mismo tiempo que Mariana volvía a retomar la cabalgata. La mujer después de saborear mis bolas, clavó su rostro en la cola de su hija, la muchacha gemía como loca al tener la lengua de su madre en su ano y mi pene atravesando su coño. Mariana no resistió tanto gozo y terminó cayendo al costado de la cama fatigada.” 


“Mi polla seguía dura, hinchada y venosa, así que esa mujer voluptuosa abrazó mi miembro con sus tetazas y pasando su lengua alrededor de él, movía sus pechos, degustando la mezcla entre mi esperma y los jugos de nuestra hija. A ella le encantó esa combinación, ya que dejó de usar sus senos y se concentró en mamar. Su boca era cálida y su lengua algo áspera pero la usaba muy bien, yo simplemente jadeaba mientras con mis manos acariciaba su vulva mojada.” 


“No resistí a la tentación y le clavé uno de mis dedos, suave y muy profundo, sintiendo cómo sus músculos me lo apretaba. Pía María era incapaz de meterse toda mi verga en su boca, aun así se las ingeniaba para hacerme disfrutar de su mamada, enrollando mi pija con su lengua y haciendo un recorrido maravilloso, no extrañé para nada las tuyas. Ella se detuvo y de un santiamén zampó su boca con la mía, sentir todo ese revoltillo de sabores a la vez que nuestras lenguas se enroscaban era algo muy estimulante.” 


“De un momento a otro cambiamos de posiciones y yo quedé encima de ella, amasando sus enormes melones. Pellizqué sus pezones y me percaté que esa mujer era muy sensible en esa zona, soltando unos chillidos muy dulces. Sin dejar de comernos las bocas, trasladé mis manos juguetonas a sus firmes glúteos y sin darle un aviso previó le ensarté mi polla en su vagina, la cual había estado rozando todo ese rato, ella gritó y me arañó al tratar de resistir esa suave pero honda embestida.” 


“Lentamente fui cavando en su ajustada cueva –“Hhhmmm”- balbuceó, entretanto nuestros labios se sobaban. Fui tan profundo que ella empezó a sollozar de placer, sujetándola fuerte de las cinturas, moví ligeramente mi pelvis para retirarle mi miembro y volver a clavárselo. Cada centímetro la hacía regocijarse en ese colchón, apretándome fuertemente los brazos me pedía más y más adentro, yo la complací, empezando a mover frenéticamente mi pelvis, golpeando constantemente su matriz.” 


“Sus gordas tetas se sobaban contra mi pecho, con ese ligero contacto que realizaban sus pezones, ella ya gritaba muy fuerte. Me senté y dejé a ella montada sobre mi tranca que se deslizaba en su interior, besándola recorría su espalda y luego acaricié su pequeño anito, parecía que nunca había tenido placer por ahí, ya que tembló y su corazón se le aceleró con aquello. Eso me provocó curiosidad y placer, sonriendo mordí su labio inferior y con la punta  de mi dedo índice fui dibujando un circulo dentro de su nalguitas.”


“Acomodándome inundé su coño con mi pene de una estocada otra vez y solo movimiento de ella hizo que mi dedo se le metiera dentro de su hoyito. –“Uuuuhhggg”- expresó entre dolor, nerviosismo y gusto, caprichoso le pregunté si podía penetrarla también por ese agujerito. Pía María titubeó por unos segundos, pero la presión que le generaba mi dedo entrando poco a poco dentro de su anito y mi verga deslizándose entre sus paredes, hizo que ella me dijera que sí.”


“Emocionado retire mi tronco dentro de ella y le consulté si tenía algún aceite para que pudiera lubricarle esa colita. Ella me contestó que no, no obstante, de seguro Mariana debía tener alguno entre sus cosas. Busque exasperado, ya que solo quería perforar ese agujerito mi verga se había colocado tan dura que llegaba a incomodarme. Por suerte, logré dar con un pequeño frasco que le quedaba algo, así que me acerqué a ella con una sonrisa, la mujer aún con dudas me miraba sin reaccionar.”


“Yo le dije que debía relajarse, porque no iba a lastimarla, todo lo contrario iba a darle un placer que jamás había disfrutado. Esa hembra se daba cuenta que mis palabras no era con malicia y ya más confiada se dio vuelta levantando su pomposo trasero. Fui aceitándola y preparando ese hoyito, para que mi pija pudiera disfrutar de él, su cuerpo aun lucía tensó así que decidí darle primero una comida de culo. Lamiendo ese pequeño ano, le comenté que era muy sabroso, aquello sonrojó a Pía María.”


“Gradualmente fue perdiendo rigidez su cuerpo y veía que estaba totalmente lista para experimentar y deleitarse con el sexo anal. Yo abrí sus nalgas y observé como mi pene se allegaba a ese circulito, gentil le clavé la punta de mi glande, ella al sentir eso gritó pero rápidamente la besé para que fuese calmándose. Al ver que perdió su nerviosismo presione otra vez su ano y finalmente mi tranca abría esos músculos, estirándolo. –“Oooohhffff”- sollozó, aunque estaba lista para recibir todo mi trozo de carne.” 


“Fui ensartando mi fierro caliente dentro de su culo y los chillidos de dolor, fueron transformándose en jadeos de gozo. Yo agarrándome de su cintura, fui empotrándola con ternura, esperando que su hoyito se adapte de la mejor forma a mi polla. Luego de unos minutos, la misma Pía María me suplicaba para que aumente la intensidad de mis estocadas, yo la satisfacía y mi verga amaba ese culito estrecho, que parecía tener el espacio exacto para recibir mi tronco.” 

–“Así continuamos hasta que nos desmayamos de placer, quedamos recostado en la cama de Mariana y ella agarrando mi pene entre sus manos me decía que le había dado el polvazo de su vida. Cuando abrí los ojos de nuevo, tenía a Mariana sobre mí, besándome como una demente, mientras tú nos mirabas con asombro y calentura”- concluía con su relato Tomás, viendo como su ardiente esposa rasgaba su vagina, queriendo aliviar a su mujer, intenta jugar con su vulva, pero ella lo detiene. 

El maduro la miró con extrañeza y le consultó ¿por qué no quería que la toque?, ella suspiró y manteniendo sus ojos al frente de la pista, le contesta que no era el momento ni el lugar para ponerse coquetos. La mujer luego comentó que Vanessa seguía estando deprimida, pero se le había ocurrido la forma de animarla, el hombre preguntó cuál y ella un breve murmulló dijo, –“Que te la cojas como a Mariana”-, esto dejó helado a Tomás, quien no respondió y se quedó callado por todo el trayecto que quedaba. 

De regreso ya a su casa, Tomás y April, no sospechaban con lo que se encontrarían. Para la mujer sería un escenario ideal, para el hombre en cambio, uno en el que estaría puesto a prueba ante la lujuria y tentación. Ambos se bajaron del coche sin decir ninguna palabra, aunque tomados de la mano. Tras abrir la puerta, los dos caminaron hasta la sala de estar imaginando que encontrarían ahí a sus hijos, sin embargo, en lugar de encontrar a los jóvenes, ellos se toparon con Sophie, una de las amigas de Vanessa.

Ella era una de las tantas modelos que se paseaban en vez en cuando en la casa del matrimonio y quien causaba delirio en el maduro. Pues era una morocha bastante ardiente, si bien no tenía unas tetas grandes como su esposa e hija, ni una cola tan enorme como la de las gemelas, tenía lo suyo y a él le excitaba. En ese preciso momento se encontraba solo en lencería. Tomás quedó anonadado y le resultó imposible no apreciar la escultural figura de la muchacha de 22 años.

Sophie al darse cuenta de la presencia de los padres de su amiga, solo sonrió coquetamente. April, miró a su marido, quien seguía hechizado por esa jovencita, que no mostraba apuros para vestirse. La mujer en vez de molestarse con su esposo comenzaba a excitarse con la situación. Ese fetiche que tenía de joven, cada vez regresaba con más fuerza y el solo hecho de pensar que su marido estaba cachondeándose con esa morochita, hacía que la temperatura de su cuerpo también aumente. 

El maduro luego de admirar muy bien el cuerpazo de la amiga de su hija, desviaba su mirada, pretendiendo como si no hubiera pasado nada, aunque ligeramente se asomaba en su pantalón un pequeño bulto. 

Sophie: Perdónenme, estoy algo apurada por eso me estaba vistiendo en su living. 

Afirmó la muchacha, dándose vuelta para mirar de frente a ambos adultos, no obstante, sus ojos se centraban en Tomás. 

April: Descuida Sophie, no tienes que disculparte, al contrario, estamos feliz que estés aquí, ¿verdad Tom?
 
La Milf observaba fijamente a su esposo, quien se queda mudo. La joven al oír esas palabras, ríe escuetamente y con picardía se acercaba al hombre. Desde la primera vez que piso esa casa y conoció a Tomás, Sophie había mostrado cierto capricho por él. La muchacha no comprendía esa obsesión que poseía por el maduro, tal vez era su altura, ya que siempre le habían atraído los hombres altos o tal vez era ese aroma que desprendía, el cual era bastante dulce aunque a la vez muy estimulante. 

Quizás no era ninguna de esas opciones y simplemente tenía curiosidad del porqué una mujer tan atractiva como April, le era fiel e incondicional a un hombre como Tomás, quien no le resultaba feo, pero tampoco lo suficiente guapo para no mirar al lado en vez en cuando. Al tenerlo a unos cortos centímetros de distancia, la joven morocha fue capaz de darse cuenta que el hombre temblaba de inquietud. Aquello la colocaba feliz, puesto que se debía a ella ese nerviosismo y a la vez aumentaba ese vicio sexual que tenía con él.

Anhelaba poder probar esos labios pequeños pero carnosos, que le transmitía inocencia y hasta ternura, sin embargo, al mismo tiempo una gran intriga, por esa actitud reservada e introvertida que tenía el maduro. Suavemente ella muerde su labio inferior, dando a entender que se encontraba insegura adelante de ese hombre. Toda estas actitudes April las notabas al contrario de Tomás, que solo se centraba en él mismo y no en los gesto de Sophie.
 
La muchacha se agacha, para recoger su vestido que estaba justamente al lado de los pies del maduro. Él se incomodaba, ya que por el morbo de la situación, su pija se había endurecido aún más. Sophie se coloca de pie nuevamente y olvidándose completamente de la presencia de la Milf, se coloca su vestido de una manera muy sensual. La joven modelo, vuelve a aproximarse a Tomás y le pide que la ayude a con la cremallera de su vestido. 

Él al observar esos ojos negros de felinas que poseía la adolescente, empieza a sentir más fuerte la tensión entre los dos. Era la primera vez que se sentía tan atraído por esa jovencita y eso le causaba un gran dilema. Ya que ese cosquilleo no era normal, ni cuando estuvo meses sin follar con April, fue seducido por una mujer de esa manera, en la que realmente deseara serle infiel a su mujer.

Manteniendo su mirada en los ojos provocadores de ella y sin decir algo al respecto, el hombre busca el cierre del vestido para subirlo, pero con sus manos roza la espalda desnuda de la muchacha, quien suelta un sutil suspiro. Esto incomodo a Tomás, aunque al mismo tiempo, el maduro sentía como su cuerpo no dejaba de emocionarse con Sophie, era como si ella le resultada un chocolate afrodisiaco, al que quería probar. 

Cuando finalmente le sube la cremallera a la muchacha, ella que tenía su vagina completamente húmeda, le da un beso en la mejilla, muy cerca de sus labios, en señal de agradecimiento. La joven se apartaba del maduro y le dice a la Milf, que le tenía que dar su secreto, para tener un esposo tan atento, porque deseaba que su prometido fuera más parecido en ese aspecto a Tomás. 

La morochita no fue tonta, sabiendo que aún tenía la atención del hombre, menea su cola mientras se dirigía a la salida. Cuando Sophie cierra la puerta, Tomás cierra sus ojos y suspira aliviado, pensando que esa calentura esporádica que había sufrido con la amiga morocha de su hija, no la volvería a experimentar. April por su parte, se sentía ahogada por la cachondez que le había provocado observar a su esposo siendo seducido por la jovencita.

Sus pezones erectos eran notorios en su blusa y un hormigueo recorría por su vulva mojada, que no dejaba de gotear. Pasa ligeramente sus dedos por sus labios vaginales, raspando con sus uñas la tela de su tanga, experimentando así, una sensación que mezclaba placer y ansiedad, necesitaba ver a su marido empotrando a esa negrita. El maduro ignorando los deseos de su esposa, camino hacia las escaleras, sin embargo, ella lo detiene, justo cuando él colocaba un pie en el primer escalón. 

April sabía que aún quedaba diversión y aunque ella no era capaz de confesarle a su esposo de las ganas que tenía de verlo con Sophie y las otras amigas de su hija, sabía que él comprendería sus anhelos a lo largo de ese día y que finalmente aceptaría hacer realidad sus fantasías, tal como en el pasado. –“Princesa, ¿sucede algo?”- preguntó con inocencia el hombre, ella le responde que no era nada, que simplemente quería que la acompañe a la piscina. 

Tomás casi nunca se negaba a las peticiones de su mujer, principalmente cuando ella lo miraba profundamente con esos ojos azules y esa sonrisilla coqueta. Hipnotizado por ella, deja de lado sus intenciones de irse a su cuarto para descansar un rato y la acompaña. Al ir aproximándose a la piscina, ellos se percatan de la presencia de Vanessa y sus otras dos amigas. La hija de ambos se encontraba descansando en una reposera, tenía una sombrilla que la protegía del sol, ya que entre sus pechos se hallaba un sereno Simón. 

Por otro lado, Olivia y Luz nadaban y disfrutaban del agua. Olivia, era una muchacha de 23 años, color de piel blanca, -algo bronceada por el sol-, de cabello negro y de una estatura de 1,63. Poseía una figura esbelta, no destacaba en las delanteras, pero si en la parte trasera, -como su amiga Sophie e incluso más-, engatusando a cualquiera que se la viera. Luz, era una jovencita de 20 años, de una estatura de 1,70, blanca igual que la nieve y de pelo rojizo. Era considera como una elfa entre sus cercanos, por la inocencia que transmitía y su belleza cautivadora. 

Entre las amigas, ella era la que tenía las medidas más equilibradas. Solía ser muy tímida con los hombres, exceptuando con uno, ese era Tomás, a quien "secretamente" amaba. La joven pelirroja al ver al maduro, no pudo contener su felicidad, saliendo eufóricamente de la piscina, corrió para abrazarlo. Esto evidentemente molestaba a Vanessa, aunque como aún estaba triste por el compromiso de Axel, no actuó como hubiera sido de costumbre.

April no dijo nada, pues desde el primer momento que vio a Luz, se percató que la pelirroja se derretía por su marido y aunque en ese tiempo no le interesaba compartirlo, si sentía un ardor dentro de ella, cuando veía a la muchacha al lado de su hombre. Tomás tenía una actitud bastante fría con Luz, trataba de mantenerse lo más lejos de ella, porque al igual que su esposa, él se percató de los sentimientos de la joven y quería evitar a toda costa que ella siguiera enganchada a una fantasía que jamás iba a ocurrir. 

Aun así, no podía negar que hubo una ocasión en la que esa jovencita lo calentó y embelesó. Aquella y única vez que él había caído en su embrujo, fue cuando ella sorpresivamente apareció en su consulta, -una semana antes de que él y April volvieran a retomar su vida sexual-. El hombre quedó en blanco al verla -principalmente por el escote descarado de su vestido- y cuando le preguntó qué estaba haciendo ahí, ella juguetonamente se llegó a su escritorio, dejando una pequeña brecha entre sus labios. 

–“Necesito la ayuda de un profesional”- murmuró la muchacha, –“Y no hay nadie mejor que usted”- agregó en un tono coqueto. El maduro no tuvo otra opción más que atender a la joven pelirroja. Y, con el pasar del tiempo, no podía sacar sus ojos de encima de ella, ese escote lo tenía hechizado y ella lo sabía. Paulatinamente, Tomás fue sintiendo como su cuerpo entero se calentaba y su entrepierna cobraba vida. 

Luz también empezó a sentirse sofocada, su virgen vulva se humedecía con esa mirada que la desnudaba y cayendo en una utopía, la muchacha cree que el maduro se acercaba a ella, acariciaba su rostro y luego la besaba en su boca. Un beso que la dejaba completamente perdida y dócil, él fue retirando su vestido y con sus manos comenzó a recorrer su cuerpo inmaculado. –“Luz... Luz, Luz, ¿te encuentras bien?”- consultó confundido el hombre, ya que inconscientemente la joven pelirroja, había llevado sus manos cerca de su vagina y sus delgados dedos acariciaban sus labios vaginales. 

Tomás se daba cuenta que era inútil hablarle a Luz, sin embargo, no podía acercarse a ella, pues su pene estaba totalmente erecto y no quería que esa jovencita viera su el bulto que se le había formado. Mientras la muchacha continuaba en su fantasía, él fue sobándose la entrepierna, porque le resulta incómodo tener la pija dura y no poder tocarla. –“Oooohhh”- exclamó la pelirroja, provocando desesperación en el maduro, no obstante, tras ese gemido, ella abrió los ojos dándose cuenta que todo había sido una alucinación. 

Avergonzada se colocó de pie, mirando brevemente a los ojos al padre de su amiga, le dijo que tenía que irse. Su idea era salir de esa consulta después de decir aquellas palabras, pero al estar al frente de la puerta algo la impulsó a darse vuelta de nuevo, mirar a ese hombre a la cara y despedirse de él. Aquello no se lo esperaba Tomás, quien sintió a su corazón acelerarse, nuevamente esa fragancia y ese escote le nublaban la cabeza.

Esos labios se acercaban lentamente a su mejilla derecha y sin darse cuenta él giró su cabeza y los labios de la amiga de su hija, tocaron los suyos. Aunque fue un simple roce, ambos se quedaron con ganas de probar la boca del otro. Por lo que Tomás en el instante que Luz lo abrazó observó esos tiernos labios con lujuria. La muchacha estaba consciente de que él jamás la iba a amar y corresponder, no obstante, ella se conformaba con que el padre de su amiga tomada su virginidad. 

Al frotar su cuerpo húmedo con el del maduro, percibió una hinchazón en su pantalón, eso la sorprendió, dado que no imaginaba que el hombre la tuviera tan grande. Fascinada se apega más a él con la intención de sentir mejor ese tronco duro, Tomás no tenía reacción y permitía que esa muchacha sobe su cuerpo con su entrepierna. Olivia salía de la piscina para saludar a los padres de su amiga, como era de costumbre le daba un beso en la mejilla a la Milf y escuetamente hablaban del padre de ella, ya que era un viejo conocido de April. 

La muchacha le llamó la atención de cómo se movía su amiga, entonces ligeramente se asomó ese enorme bulto del pantalón del hombre. Asombrada, se allega para comprobar si lo que había visto era verdad, a diferencia de Sophie, ella nunca sintió una atracción por el papá de Vanessa, mucho menos amor como el que sentía Luz, sin embargo, las grandes pollas eran una debilidad para esa golosa jovencita. Fingiendo que lo iba a saludar, con su mano tocó esa tranca endurecida, confirmando que sus ojos no la habían engañando. 

Rápidamente el interés por ese hombre aumento y ya deseaba poder tener ese trozo de carne dentro de ella. April sonría maquiavélicamente, al mismo tiempo que sentía un ardor y una picazón insoportable. Todo lo contrario le ocurría a Vanessa, quien se molestaba al ver que sus amigas no se separaban de su padre. Ella se levanta, sin soltar a su pequeño hermano, que seguía durmiendo entre sus senos y camina hasta donde estaba su padre. –“¿Interrumpo algo?”- preguntó con un tono algo irónico. 

Tanto Luz como Olivia, sintieron un escalofrío recorrer por sus espaldas, que las inmuto. Tomás por su parte volvía a reaccionar, se apartaba de las muchachas y se aproximó a su esposa. Las adolescentes intercambiaron palabras, después de unos minutos, Luz y Olivia sin dirigirle la mirada al hombre, tomaron sus cosas y fueron a la habitación de Vanessa para cambiarse de ropa. La joven rubia miraba desconcertada a su madre, pero April en vez de sentirse incomoda, simplemente ríe. 

Tomando a Simón entre sus brazos, le susurra a Vanessa que vaya a tomar una ducha, esto dejaba intrigada a la muchacha, no obstante, no le cuestiona a su madre y obedece. Luz y Olivia salieron de la habitación de su amiga y tal como ocurrió en la piscina, ellas se despidieron sin mirar al maduro. Tomás pensó que finalmente podría ir a descansar a su cuarto, sin embargo, el juego de April solo había iniciado. Cuando estaba abriendo la puerta de su habitación, su esposa salía del dormitorio de su pequeño hijo. 

Ella como una fiera lo empuja a la pared y acorralándolo, le muerde los labios. Él flipando la observaba con confusión, pero aquellas dudas se dispersarían, cuando la Milf mordisqueando y lamiendo su oído le murmuró, –“Es hora que animes a nuestra hija”- 

Tomás: A... April... Yo, yo puedo hacer eso...

April: ¿Por qué no? Vanessa te necesita y tú siempre has estado en los momentos difíciles de su vida. 

Tomás: Sí, pero tú quieres que coja a nuestra propia hija. 

April: Sí, porque es la única manera de animarla. 

Tomás: N-no... Debe haber otra... 

April deja de jugar con la oreja de su marido y coloca sus candentes labios en la boca de él, mientras que con sus manos, comienza desabrocharle la camisa. 

April: Oooh, Tom... No seas malo, ya le diste tu gorda verga a una de tus hijas, ¿no crees que la otra merece lo mismo?, ¿acaso quieres que Vanessa se deprima más? Porque tarde o temprano se va a enterar lo que hiciste con Mariana y no creo que eso le vaya a gustar.  

Tomás: A-April...

April: Sssshh... No digas nada. Si eso no te convence del todo, te diré, por qué yo sé lo que necesita Vanessa. Hace mucho tipo, cuanto éramos jóvenes y tú estabas entre mí y Celeste, yo me planteé qué haría si elegías a ella. La única opción que se me ocurrió para lidiar el dolor y vacío que hubieras dejado, era entregarme a una vida de puta. 

Reveló, dejando pasmado a su esposo.

April: Vanessa está pasando por lo mismo después de ver al chico que ama comprometiéndose con otra, la única diferencia conmigo es que ella por suerte te tiene a ti, alguien que pueda hacerla feliz por una noche y recapacitar para que no sea una puta. A menos que tú no tengas problemas de que nuestra pequeña sea una cualquiera. 

Tomás se quedó en silencio, observando los ojos depravados de su mujer. Al verlos tan de cerca, él comprendió que no tenía otra salida que complacer ese capricho de su esposa. Suspiró completamente rendido, tomó de la cintura a April, quien seguía sonriendo y le dijo las palabras que ella tanto ansiaba oír. La sensación que experimento la Milf al escucharlas fue similar a la de un orgasmo, pero antes de que ella abriera la boca, Tomás le susurró, –“Voy hacerlo con nuestra hija, siempre y cuando tú nos acompañes”- 

Si la afirmación anterior la había enloquecido de placer, esta última simplemente hizo que la mujer no pudiera controlarse. Besándolo eufóricamente le contestó, –“Claro amor, todo lo que tú quieras”- Tomás sentía como su polla nuevamente se endurecía y estaba lista para la acción. El hombre entró al baño en donde se encontraba su hija, completamente desnudo y con una toalla en su mano derecha. La muchacha que estaba debajo de la regadera, se volteó al oír que la puerta se abrió. 

Atónita trataba de comprender qué hacía su padre en el baño, él con una sonrisilla algo traviesa se le acercó y le pidió disculpa por entrar, más sin avisar, pero se justificó con que necesitaba tomar una ducha urgente y el baño de su cuarto tenía un problema. La joven seguía sin reaccionar, aunque sus ojos fueron bajando hasta llegar a la pija de su padre, donde se dilataron, al verla ya erecta. 

Tomás: ¿Vanessa? ¿Te encuentras bien hija? 

Vanessa: Eh... Eeeh... Sí... 

Respondía sin quitarle la mirada a ese miembro que tanto había deseado. 

Tomás: Bien, si no te molesta compartir la ducha, entraré. 

La muchacha continuaba perpleja a la situación, tener a su papá a unos centímetros de ella y desnudo, evidentemente provocó que se excitada. Sus piernas temblaron cuando la tranca del hombre, rozó su cola, poco a poco comenzaba a desesperarse y encontrarse inquieta. Aquella angustia que la había dominado durante toda la semana desaparecía y su cuerpo lleno de deseo carnal, ansiaba una cogida monumental. También sentía, como el agua que caí sobre su cuerpo, se evaporaba y el palpitar del pene de su padre, que cada vez parecía estar cobijado entre sus nalgas. 

Perdiendo la noción y control de ella misma, una de sus manos traviesas tocaba su vagina, mientras la otra seguía enjabonando su torso. Tiernamente dos de sus dedos entraron dentro de su húmedo y cálido coño, soltó un chillido que llamó la atención de Tomás. Él le pregunta a su hija, si le ocurría algo, la joven se quedó en silencio, en tanto, sus dedos seguían profanando su vulva, llegando muy profundo dentro de ella, causando un gran suspiro. 

Tomás: ¿Hi-hija? 

Expresó el maduro, tratando de seguir el libreto que le había dado su esposa. La muchacha se giraba, quedando en frente de él, Tomás trago saliva y apartó su mirada a otra parte. 

Tomás: Va-Vanessa... ¿Qué ocurre? 

Vanessa: Nada, papi...

Contestó la joven disminuyendo más la distancia entre ellos. El hombre trata de mantener la distancia, pero al retroceder pisa mal y resbala. Para suerte de Vanessa y April, Tomás no sufrió un golpe duro, quedando sentado en el suelo, observa como su hija lujuriosa, seguía acercándose a él, presumiendo su buen par de tetas.
Vacaciones Candentes. Capítulo Especial VI:


Vanessa: Papi, ¿te duele algo? 

Tomás: No, nada...

Vanessa: Ya veo... (Sonríe) De todos modos, permíteme que te examine. 

Tomás: ¿E-examinarme? 

Vanessa: Sí, papá... Quiero asegurarme que estés bien. 

Señalo la muchacha agachándose, sus suaves senos redondos envolvieron el tronco caliente del hombre. Una sonrisa picarona se le trazó en el rostro, la cual duro muy poco, ya que tentada por el hedor que desprendía esa pija, abrió su boca y lamió ligeramente la cabeza de la gruesa verga de su padre. Ese pequeño contacto entre la lengua de su hija con su glande, fue sencillamente maravilloso. Asombrado empezaba a disfrutar aquella loca idea de su esposa, aun así, se mantuvo en el papel que le había dicho ella. 

Tomás: Vanessa, ¿qué estás haciendo?

Vanessa: ¿Tú que crees papi?

La joven volvía a lamer esa tranca, aunque esta vez, fue desde el tallo. 

Tomás: Hhhmm... Joder, hija... 

Vanessa: ¿Te gusta papi?

Tomás: Oooohh... Vanessa... De-detente... 

Vanessa: No papi... Estoy muy caliente para dar un paso atrás... Además, te recuerdo que tú fuiste quien vino a provocarme con esta enorme cosa.

Vanessa le dio un pequeño beso a la verga de su padre y luego se la clavó en la boca una vez más. El hombre solo podía quejarse de placer y disfrutar de la mamada que le estaba dando su hija. 

Vanessa: Nnnggh... Veo que lo dishfruthash, tanto como sho, papi. 

Manifestó la joven, lamiendo en círculo la glande. Tomás al verla tan juguetona con su polla, recordó a Gabriela y a Marina. De cómo le reventó el culo a la primera y gozó cruzando la línea con la otra, algo que estaba realizando en ese momento con la rubia. Esto produjo que se le hiciera más dura, sorprendiendo a una ingenua Vanessa.

Vanessa: Wow... Papá, en verdad tu pene es increíble. 

Expresó la muchacha sonriendo. Ella de manera traviesa colocó ese trozo de carne entre sus tetas y ligeramente lo apretó. El maduro mordió sus labios para no dejar salir ningún gemido y miró al techo, mientras se cuestionaba cosas que con Mariana no lo hacía. Todo porque a Vanessa la conocía desde que era un pequeño ser en desarrollo dentro del  vientre de April. La jovencita paulatinamente fue aumentando la velocidad de su paja con sus senos y mientras lo hacía le decía obscenidades a su padre. 

April observaba caliente aquella escena, sus dedos jugaban con su vagina y ahogaba sus chillidos mordiendo sus labios. Nunca imagino que ver a su amado esposo con su propia hija, le iba a resultar tan excitante, su cuerpo ardiente estaba pronto de soltar un gran orgasmo, cuando Tomás la miró y le hizo el gesto para que entrada y se uniera. 

Vanessa: Papi... Mis tetas son maravillosas, ¿verdad?

Tomás: Aaahhgg... S-sss... Sí, hijaaaa... 

Vanessa: (Ríe) Ves que no miento, cuando digo que puedes reemplazar a mamá conmigo.

El hombre se quedaba callado ante los dichos de su hija y solo soltaba unos pequeños bramidos. Mientras que April, sigilosamente entraba al baño y se desvestía. Vanessa continuó presumiendo que podía hacerlo mucho mejor que la Milf y justo cuando le proponía a su padre, irse juntos a alguna parte y que abandone a su madre. La madura zambulle su lengua dentro de su vulva, haciendo que se regocije de placer. 

–“Aaahhh... Aaaaahhhhggg... Aaaaahhh...”- exclamaba la joven, tratando de voltear su mirada o ver quién le comía el coño de esa forma tan exquisita. Pero era inútil, solo podía jadear y disfrutar de esa lengua atrevida que recorría sus entrañas y esos dientes que mordían su coño. Estaba por correrse, cuando April se detiene y le da una fuerte nalgada, –“¿Así que te crees mejor que yo?”- expresó la mujer acercándose a los labios de su pequeña. 

Vanessa: Ma... Mami... 

Balbuceó la muchacha agitada, la Milf le mordió tiernamente su labio superior, para luego devorarle su boca. Aquel espectáculo lésbico, solo cachondeaba más a Tomás, quien dejaba de lado ese conflicto moral que aún tenía en su cabeza y se disponía a disfrutar junto a ellas. Aprovechando que ambas se comían sus bocas con furor, se levanta y coloca su verga erecta entre medio de los labios de las dos. 

Aún agitadas por el beso que se habían dado, solo pasan de manera sutil sus lenguas por el tallo, saboreando esa pija, se miran coquetamente. Luego observan al hombre, que estaba listo para satisfacerlas. Tanto madre como hija, tomaron entre sus manos esa enorme tranca, la cual lubricaron con sus salivas. La mujer sumergida en la calentura, comienza a lamer y a morder los gordos huevos de su esposo, la muchacha por su parte, volvía a introducir el pene de su padre en su boca.

Tomás jadeaba y apoyaba sus manos en la cabeza de Vanessa, –“Oooohh, mierda...”- afirmó, mientras empezaba a mover sus caderas. La joven se ahogaba con la polla madura de su padre, a pesar de eso, no lo detuvo y le permitió que siguiera violando su garganta. Las lágrimas fluían por sus mejillas y sentía cómo se hinchaba cada vez más esa pija, pero cuando pensaba que iba a tener toda la descarga de su padre en su boca, él retira su verga y la cubre de su corrida junto a su madre. 

La cálida esperma del maduro, recorría el rostro de Vanessa y cuando llegaban a sus labios, ella la degustaba, al mismo tiempo que apreciaba a sus padres besándose y tocando sus ardientes cuerpos. La jovencita continuó observándolos, mientras terminaba de limpiarse el rostro, aunque para ella ya era normal ver a sus padres tan amorosos y coquetos, se excitaba cómo la primera vez que los vio intimando. April empujó a su marido a la pared, donde le susurró, –“Cógeme”- 

Tomás no esperaba oír esas palabras, por lo que se entusiasmó bastante. Lleno de deseo, cargó a su mujer y le clavo casi la mitad de su pene. Como un animal, fue embistiéndola, la Milf solo jadeaba y apoyaba sus manos en los hombros de su esposo. Vanessa contemplaba esa escena muy excitada, sintiendo un insaciable cosquilleo en su vagina. Su padre no dejaba de taladrar el coño su madre, parecía que cada estocada era más brutal que la anterior y aun así, solo podía sentir calentura. 

Él muerde brevemente los pezones de su esposa, para luego decirle que se prepare, ya que no iba a parar hasta sentirse satisfecho. April simplemente sonrío, a la vez que chillaba. Los ojos de ella se cruzaron con los de su hija, quien ligeramente se tocaba la vulva con sus dedos y mordiendo sus labios anhelaba estar en el puesto de su madre y ser empotrada por el hombre. La mujer murmuró, –“Oooohhh, Tommy... Espero que te cojas a nuestra hija, cómo me coges a mí”-

Tomás aceleró el movimiento de sus caderas, llegando a dar penetraciones muy profundas que solo hacían que la madura aullada de placer, haciendo danzar sus gordas y preciosas tetas. Vanessa ya no podía esperar más tiempo, necesitaba que su padre la cogiera. Lentamente se fue acercando a ellos, deslizándose como una gata en celos. Cuando estaba a unos centímetros de distancias, con sus uñas afiladas, rasgó la pierna del maduro, quien continuaba follando a April. La muchacha miró de cerca cómo esa verga entraba y salía de la vagina de su madre, lo que causó que su desesperación por esa tranca aumente. 

Cegada por su obsesión y envidia, no se percataba que su mamá estaba enseñándole, a cómo manejar esa pija. La Milf muerde los labios de su marido y lleva una de sus manos hacía los testículos de él, apretándolos, le susurra, –“Tooomm... Recuerdas que nuestra primera vez, también fue en un baño”-, los recuerdos de aquella maravillosa mañana, no tardaron en llegar a los pensamientos de Tomás, quien nunca imaginó que volver a añorar su primera experiencia sexual, iba a estimularlo aún más. 

Vanessa perdiendo la paciencia, se colocó de pie y antes de que su padre volviera a besar a April, lo detiene y le pregunta, si acaso se había olvidado de ella. El hombre se quedó sin palabras y su ritmo fue disminuyendo. La Milf soltó una escueta carcajada, la muchacha interpretó aquello como un gesto de provocación, pero antes de que abriera la boca, su madre le manifestó que se preparé, ya que iba a recibir una de las mejores cogidas de su vida. 

Vanessa anonadara, observa como su madre desmonta esa gruesa polla y luego se la presume, para que se anime a tocarla. Sin embargo, antes de que ella volviera a tener ese pene entre sus manos, su padre le solicita que se vayan a la habitación de ella. Los tres caminaron silenciosamente hasta llegar al cuarto, una vez ahí, el maduro toma de la cintura a su hija y sin pensarlo la besa. Sus manos fueron recorriendo la piel de la muchacha, quien mostraba su lado más sumiso. 

El corazón de ella se aceleró, cuando los dedos del hombre tocaron tiernamente su ano. Aunque era un leve contacto, era suficiente para que ella enloqueciera de placer. Recostándose en la cama, Vanessa levanta su cola, esperando que su padre se la parta de una estocada. No obstante, es April quien se allega y lubrica su trasero. Nunca imagino que su madre fuera tan buena con las manos, masajeaba muy bien sus nalgas y la hacía gritar como una puta, cuando le introducía los dedos dentro de su vagina y ano. 

Aunque eran delgados y finos, llegaban a lugares muy hondos y estimulantes, estaba cerca de correrse, cuando la Milf se detiene. Agitada, trata de recuperar fuerzas, pero antes que pudiera hacerlo, Tomás la embestía. –“Aaaahhggg... Mmmmggghh...”- gritó la muchacha, mientras su padre la jalaba del cabello y le taladraba su vagina. Vanessa no paraba de gemir, le encantaba sentir como esa polla recorría sus entrañas y llegaba cada vez más profundo.

Ella movía con mucha energía sus caderas, entretanto trataba de sujetarse del respaldo de la cama. De fondo escucha a su madre, quien le preguntaba si le gustaba tener la verga de su padre dentro de ella. Vanessa fue incapaz de responder, pero era obvio que la respuesta era que sí, había pasado mucho tiempo soñando con ese momento y finalmente se hacía realidad. Tomás aumentó la intensidad de la follada y comenzó a bufar igual que un toro, experimentando otra vez el deleite del incesto. 

Cada vez que la penetraba, más le encantaba esa locura. Esos chillidos de dolor mezclado con placer, solo provocaban que su verga se hiciera mucho más dura. El morbo que le producía follar a la rubia era mayor a cuando estuvo con Mariana, por ende disfrutaba más de esa experiencia incestuosa. El primer gran orgasmo de Vanessa llegó, a pesar de la brutal cogida que estaba recibiendo, ella quería más y su padre evidentemente, también ansiaba seguir jugando con ese coñito apretado. 

Él sin darle ni un pequeño descanso a la muchacha, la toma entre sus brazos y empieza a embestirla nuevamente, mientras que ella lo abrazaba del cuello y continuaba jadeando como loca. April apreciaba con lujo y detalle aquel espectáculo, ver a su marido sumergido en la lujuria, complaciendo a la hija de ambos a la vez que la muchacha gritaba de gozo, sus tetas bailaban de un lado a otro y sus piernas flotaban en el aire, la hacía muy feliz. Cachonda, muerde sus pezones y juega con su vulva, la cual no paraba de humedecerse. 

Tomás aproxima sus labios hacía los de su hija, los cuales roza de manera incisiva, ella muerde el anzuelo y lo besa apasionadamente, él la recompensa aumentando sus estocadas. La joven no fue capaz de resistirlo y se corría por segunda vez. Sorprendida, por la resistencia de su padre, persiste moviendo sus caderas. El hombre aprieta con sus manos, las redondas nalgas de su hija e introduce un par de dedos dentro de su ano, haciéndola chillar.  

Vanessa: Oooooohhhh... Papiiiiiii...

Tomás: ¿Te gusta hija? ¿Te gusta cómo te cojo? Porque a mí me esta fascinando tu coñito ajustado. 

Vanessa: Mmghh... Síííí... Papi... Sííííí... Quiero más de tu gorda polla. 

Tomás sonríe pícaramente y sin darle un previo aviso, la tira a la cama. Se acerca a ella y le levanta las piernas, dejando sus rodillas al lado de su cabeza. Vanessa, comienza a sentir el coqueteo de esa pija con su cola y psicológicamente se preparaba para recibir toda esa tranca dentro de culo. 

Tomás: April, esto te va a encantar, así que asegúrate de prestar atención hasta el último momento. 

Afirmó el hombre a su mujer, quien estaba más ansiosa que Vanessa, por lo que iba a suceder. Lentamente, Tomás fue clavando su pene dentro del culo de su hija, ella gritaba y sollozaba de dolor y deleite. Si bien, ella ya había tenido las vergas de sus hermanos destrozándole el ojete, tener la pija de su padre era toda una experiencia nueva. Pues a pesar de la imagen gentil que aparentaba, por ir introduciendo su tronco paulatinamente, él era brusco y torpe. 

No comprendía del porqué con la rubiecita no podía ser amable como con las demás, aunque el rostro obsceno de su pequeña lo excitaba. Apenas metió 5 centímetros de su polla de una estocada, clavó la mitad de esta y luego casi la entierra completa. Esto no le disgustaba a Vanessa, todo lo contrario, le encantaba que le dieran duro y que su ano fuera estirado de esa manera mientras ardía de dolor. 

Vanessa: Mmmghhgg... Aaaahhhggrr... Pa-pa... Papiiii... Más, dame más... Quiero toda tu polla en mi culo...

Tomás: Tranquila mi niña... La tendrás toda en tu culo, solo ten paciencia. 

Expresó el maduro, sin dejar de excavar la cola de su hija. 

Tomás: Hhhhmm... Por cierto hija, que culito más apretado tienes...

Vanessa: Oooooohhhh... Ooooohhh... Pa-papi... Tú, tienes una verga muy deliciosa... Mmmhgggg...

Ambos se besaron cachondamente, mientras sus cuerpos seguían fundiéndose. El hombre llegaba al fondo del ano de su hija y la joven al sentir todo ese tronco dentro de su culo, volvía a venirse. Ella empezaba a sentirse fatigada, no obstante, no quería detenerse, sin antes obtener la descarga de su padre. El maduro volvía a aumentar el ritmo de su follada, levantando levemente el cuerpo de la muchacha, quien con sus uñas rasgaba los brazos del hombre. 

Vanessa: Oooooohhhh... Dios mío, papáááá...

Gritaba la joven de gozo, al mismo tiempo el hombre acercaba sus labios a los de ella otra vez, para entrelazar sus cálidas y traviesas lenguas. El morbo y el deseo dominaban completamente a Tomás, él ya no quería separarse de esa boquita juvenil, solo lo hacía para tomar aire y al hacerlo, un hilo de saliva los mantenía unidos. Las embestidas del maduro se fueron haciendo cada vez más fuertes y abismales, Vanessa sentía que su culo no sería el mismo tras esa cogida. 

Los ojos de los dos se juntaron por unos segundos y el hombre, ya no veía en ese rostro a su niñita, sino a una mujer lujuriosa a la cual tenía que saciar. 

Vanessa: Hhhhmmm... Sííí, papitoooo... Sííí... 

Balbuceaba Vanessa, Tomás volteaba a mirar a su esposa, la cual seguía masturbándose y deleitándose con la cogida entre padre e hija. Él le sonríe y le consulta si le estaba encantando lo que estaba viendo, ella extasiada le responde que mucho. En eso, sus piernas comenzaron a temblar, su verga se hinchaba y palpitaba, estaba cerca de acabar.

Tomás: Dime April, ¿le lleno el culo a nuestra perrita?

El maduro continuaba con sus estocadas, mientras esperaba la respuesta de su interrogante, la cual fue un sí. Tomás una vez más aceleró sus penetraciones, hasta que eyaculó dentro del culo de su hija. Ella pegó un gemido enorme, al sentir cómo el semen de su padre recorría su ano, volvieron a correrse, Vanessa quedó tendida en la cama, completamente agotada. Tomás mira a April, quien se acerca y con sus manos agarra el pene de su marido. 

–“Es mi turno de satisfacerte”- dijo la Milf, pasando su lengua por la glande. Aquella tarde de pasión, ambos hicieron el amor de la manera más ardiente. Tomás le susurraba a su mujer, que le encantaba cómo movía sus caderas y la forma en cómo domaba su verga. Ella traviesa jugaba con su lóbulo y le acariciaba su nuca entretanto le murmuraba que tal vez debía satisfacer más días a la jovencita, él cachondo le responde que no tenía ningún problema de hacerlo. 

Al otro día, Axel y compañía regresaron tempranamente a la casa, para la sorpresa de ellos, se encontraron con una Vanessa alegre y risueña. Diana flipando sintió envidia, ya que ella aún no era capaz de aliviar ese tormentoso sentimiento que la asfixiaba. Durante el desayuno, Tomás y Vanessa desaparecieron, pero nadie lo noto a excepción de April. Padre e hija, se encerraron en el dormitorio de ella otra vez, mientras todos comían, ellos desnudaban sus cuerpos, mordían sus labios y se preparaban para una cogida. 

La muchacha le da la espalda a su padre, quien se sentaba en la cama, ella toma ese tronco maduro entre sus dedos. Lentamente se va agachando e introduciendo ese gran trozo de carne dentro de su coñito. Soltando unos tiernos suspiros, ella se detiene a mitad de camino, luego de unos segundos, vuelve a bajar, aunque esta vez sus gemidos fueron ahogados con un par de besos fogosos. 

Cuando finalmente tenía toda esa tranca ensartada en su vagina, ella movió sus caderas ligeramente, mientras que el hombre le apretaba las tetas y pellizcaba los pezones. –“Hhhhhmmmgg”- bramó la jovencita, Tomás dejó de jugar con los senos de su hija y con uno de sus brazos, la tomó de la cintura, ella por su parte, colocó su fina mano en el hombro de él y comenzaron a moverse. 

Sus jadeos no tardaron en oírse y eran tan fuertes que el maduro le pidió que bajara la voz, porque podían oírla, ella juguetona, le contesta, –“Oooohh... Papi, yo quiero que me escuche... Que sepan que soy tu putita y que me coges con esa rica polla que tienes”- el hombre excitado por esa palabras, siguió deslizando su pija dentro de su hija y la besa. 

relatos


Si bien Tomás seguía follando a Vanessa por órdenes de April, la idea de hacerla suya empezaba a ser algo adictivo, era como volver a tener a la joven inglesa de la que él se enamoró perdidamente. 

Vanessa: Papi... Tú, desde ahora eres solo mío... 

Dijo ingenuamente la muchacha, sin imaginar lo que estaba trazando su madre en sus pensamientos.
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El fin se acerca, originalmente serían solo 5 capítulos extras para acabar esta historia que comencé hace un tiempo y luego se complementarían con "Deseo Prohibido". Sin embargo, las cosas no salieron como tenía planificado originalmente, inconvenientes hicieron que cambiara las cosas. Espero que os haya gustado y gracias. 

2 comentarios - Vacaciones Candentes. Capítulo Especial VI:

JukUik +1
UFFF GENIAL! Qué capitulazo bro! Tuvo de todo que morbo el que se generan April y Tomás, la relación soñada por todos, y porsupuesto también la familia soñada por todos jajaja. Esperando con ansias los siguientes capitulos, los ultimos no han defraudado y este superó las espectativas... Sigue así amigo ahí te dejé unos puntos. Si estuviera a mi alcanze te colaboraría en cash por que la verdad tus relatos son una pasada, pero desde mi país es algo complicado. Pero bueno, cuando tenga la oprtunidad y si llegas a sacar un compendio de historias o algo me gustaría colaborarte 😉👍
LyonF8 +1
Gracias por el apoyo y las palabras, sinceramente para mí me basta y sobra con existan personas como tú que les encanté los relatos que comparto. Porque al fin y al cabo mi idea es mejorar mi forma de escribir y así lo he ido haciendo, por lo menos yo lo tomo como experiencia y aprendizaje, teniendo en cuenta que ha sido un verdadero reto hacer historias de este género y salirme de mi zona de confort. Saludos 🤘.
fellslow +1
Me gusta mucho que la historia haya tomado un poco el camino de amor filial. No he leído «Deseos prohibidos» aún, pero estaría bueno si aquella también toma un camino similar, pues entraría como un "deseo prohibido" y sería más variado y morboso.
LyonF8 +1
Gracias, quizás debí jugar o sacar más provecho al amor filial teniendo en cuenta a los personajes ya de esta historia, pero he querido variar siempre un poco, simplemente por capricho. Sobre la otra historia, no comentaré nada, ya que no quiero vender algo que no es o estropear lo que queda de historia. Saludos.