La primera vez que metí verga fue a un culo pasivo

Esto ocurrió cuando yo estaba en la preparatoria y las chavas de mi escuela no se animaban más que a tener un faje y manoseo.
Yo siendo bien cachondo tenía ganas de más y gracias a un amigo gay descubrí la famosa aplicación Grindr. Por curiosidad la descargué y una mañana antes de ir a la escuela entré y empecé a ver los perfiles, obviamente yo buscaba algún pasivo y el indicado fue uno que tenía un culo exquisito, lampiño, femenino, rostro suave y encima usaba lencería. Al ver sus fotos y con ganas de experimentar mi verga se puso erecta y quedé de ir a su casa a cogermelo. Olvide decir que este pasivo era un hombre maduro y esto me daba más morbo pues siempre me ha dado morbo ver a personas mayores a merced de alguien mucho menor que ellos.
Ese mismo día fui a su casa, me recibió y me hizo pasar yo estaba muy nervioso pero convencido, sentimentalmente no me gustan los hombres pero nunca se le dice que no a un buen culo además ya tenía muchísimas ganas de meterle la verga alguien y de que me la mamaran pues mis compañeras de escuela solo quería llegar a qué tú les lenguetearas la cuquita.

—Pasa... Pasa.— Me dijo el maduro. Entré a su habitación. —Ponte cómodo y quítate la ropa— Mientras yo me quitaba la ropa y quedaba en ropa interior el se comenzó a desnudar y se acostó en la cama.
—Ven que te la voy a chupar.— Me acerque lentamente y con la verga ya bien erecta la tomó con sus manos y se la metió en la boca.
Esa sensación de sentir una boca y una lengua mamando mi verga por primera vez fue tan rica y placentera que por un momento olvide que era un hombre quien me lo hacía.
Me subí a la cama y él continúo mamando como becerro, yo lo agarraba del cabello hundiendo su cabeza en mi verga cada vez más.
Estuvo así cerca de 10 minutos hasta que me pidió que me lo cogiera.
—Ya cógeme.— Me dijo. Sacó un condón y me lo puso. Se puso de perrito y comencé a meterle la verga.
Me ponía muy caliente escuchar sus gemidos de puta. Así alrededor de 15 minutos hasta que le dije que iba a venir y me pidió que me viniera en su boca, tragándose así mis mecos.

Al terminar me cambié, salí de su casa y quedamos para una próxima vez.